EL GRAN BAZAR

Bienvenidos, amigos coleccionistas.
Por lo general, los libros son algo que se encargaría de presentar el profesor Plot, pero este es un caso especial. Lo encontramos hace años en un mercadillo, en uno de esos montones de libros a un euro. Está escrito en ruso, un idioma que desconocemos, pero no importa porque no lo compramos para leerlo sino por el simple capricho de tenerlo.
Nuestro Supervisor General, que entiende del tema (o eso dice él 🤔) lo identificó al hojearlo como un manual de normas de navegación antiguas, y le pareció un artículo curioso que añadir a su colección de trastos y cachivaches.
¡Casi nos habíamos olvidado de que lo teníamos! Lo encontramos ayer moviendo cosas de sitio debido a unas reformas que tenemos entre manos. Aprovechando que recientemente nos enteramos de como funcionan las aplicaciones de móvil de traducción automática (la tecnología humana aún nos resulta complicada de usar) estuvimos traduciendo algunos fragmentos, lo que nos ha servido para confirmar la impresión inicial que teníamos del libro. Es un manual de normas de navegación y comportamiento a bordo, pero para buques de guerra.
Fue impreso en San Petersburgo en 1763, sobre un texto escrito originalmente en 1720 y aprobado por el Zar. Solo por lo antiguo que es el libro (y lo bien conservado que está, para tener más de dos siglos y medio) ya es una buena compra.
Aunque la traducción automática que hace la aplicación es bastante tosca y a menudo da como resultado frases incompletas o inconexas, basta para entender el sentido general de los párrafos y el tema del que trata cada página. También nos ha servido para comprobar que el texto es una combinación a partes más o menos iguales de manual de normas de navegación, de disciplina militar y de La Biblia. Las referencias religiosas son frecuentes y se les da la misma importancia que a las leyes civiles y militares de la época.
Un libro bastante curioso, que además la peque estuvo usando en sus juegos durante una buena temporada. Al ser un tomo grande, pesado (para ella), forrado en cuero, de páginas amarillentas y escrito en lo que a sus ojos eran símbolos incomprensibles, lo convirtió en su “Libro de magia” y pasó tardes enteras lanzándonos hechizos a todos.
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