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domingo, 4 de agosto de 2024

SEÚL-88

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Me perdonaréis que últimamente esté más centrado en comics que en libros, pero es que el imperante calor que está haciendo en nuestro planeta nos está quitando incluso las ganas de leer. Los comics nos resultan más apetecibles en este momento que los libros, así que probablemente tendremos una temporada alta de comics hasta que pase el verano.

Desde Gatolandia-72, el primer tebeo de Mortadelo y Filemón dedicado a unos Juegos Olímpicos, el gran Ibáñez nos ofreció cada cuatro años su peculiar visión de este acontecimiento deportivo. Ya no está con nosotros para seguir haciéndolo, así que en El Planeta del Espacio hemos tomado la decisión de comentar sus tebeos de las Olimpiadas y Mundiales de futbol que tenemos para hacerlos coincidir con los siguientes eventos de este tipo que toquen. En los actuales Juegos Olímpicos casi no haría falta, porque ya están siendo un chiste y una colección de disparates por sí mismos sin necesidad ninguna de hacer humor a costa de ellos. Pero eso solo hace que lamentemos aún más la pérdida de ese genio de la historieta, por la punta que habría sido capaz de sacarle a todo lo que estamos viendo en el París 2024.

El que reseñaremos hoy se corresponde a las olimpiadas de 1988 celebradas en Seúl (Corea del sur). Éstas tuvieron una especial relevancia en la historia de los Juegos Olímpicos porque fueron las primeras que se celebraron tras el fin de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, y la asistencia fue masiva comparada con eventos anteriores. Pero nada de esto tiene que ver con la historia que nos cuenta el tebeo, así que no vamos a profundizar más en eso.

Mortadelo y Filemón son enviados a las Olimpiadas infiltrados entre los deportistas españoles. En esta ocasión su cometido no será detener a posibles terroristas o saboteadores, sino conseguir muestras genéticas de los deportistas de élite, los ganadores de sus respectivas categorías. El profesor Bacterio está desarrollando su propia versión del super soldado y necesita esas muestras para terminar de ajustar su prototipo, Margarito, que si bien tiene un aspecto muy fuerte y varonil, resulta ser todo fachada. 

Para convertirlo en el Hércules que él pretendía crear necesita concretamente un cabello del campeón de gimnasia, un diente del de boxeo, un moco del de los cinco mil metros lisos, unas pestañas del de tiro con pistola, y unas gotas de sangre del de los cien metros lisos.

Tras un viaje a Seúl algo accidentado debido a las habituales limitaciones presupuestarias de la TIA, nuestros agentes comienzan a reunir las muestras requeridas con la sutileza que les caracteriza mientras se adaptan con gozo y alegría a las particularidades de la nueva cultura en la que se ven inmersos.

El cumplimiento de su misión deja a varios de los deportistas (y a los propios agentes, claro) gravemente lesionados, para no perder la costumbre. Y por un motivo u otro todas las muestras que logran reunir terminan siendo de animales, con lo que el super soldado del profesor Bacterio pasa por una serie de mutaciones a cada cual mas aberrante. En fin… una misión más de Mortadelo y Filemón que termina con los resultados esperables.

Y una mención especial para Hodori, el tigre siberiano que fue la mascota del mundial y también tuvo su pequeño papel en la aventura, dejando un recuerdo inolvidable en nuestros esforzados agentes… sobre todo en Filemón.

El tebeo se complementa con dos historias cortas. En la primera de ellas, titulada La Padrina, Mortadelo, Filemón y el Superintendente tratan de detener a una hábil ladrona pero terminan siendo desvalijados ellos mismos en el proceso. Finalmente logran capturarla, pero el dinero que recuperan queda reducido a cenizas. 

La segunda es Cohete 2000, en la que los agentes deben custodiar un avanzado prototipo de coche diseñado por el ingeniero Gasolini. Este teme que alguna compañía rival pretenda sabotearlo, y efectivamente alguien trata de hacerlo en varias ocasiones mientras Mortadelo y Filemón lo trasladan a lugar seguro. El Super logra detener al saboteador antes de que este lleve a cabo su abyecto plan, que resulta no ser otro que el propio Gasolini. Este le admite haberse arruinado apostando al juego de la Oca, y para recuperarse económicamente había suscrito una póliza de seguros millonaria por su prototipo solo con la intención de destruirlo.

Estas dos historias son casos poco habituales en los que el Super toma parte y además terminan relativamente bien, con misiones que pueden darse por cumplidas exitosamente a pesar de todos los palos que los protagonistas se llevan en el proceso. 

Podéis repasar los tebeos de Ibáñez ya reseñados pulsando aquí.  

Seúl-88. 1987. Guion y dibujo de Francisco Ibáñez Talavera. Ediciones B / Grupo Z. 

2 comentarios:

  1. Esta historieta también es significativa, porque fue gracias a la ley de propiedad intelectual de 1987 que Ibáñez pudo recuperar los derechos de Mortadelo y Filemón, los cuales había perdido desde su salida de Bruguera en 1986, así que fue una de las primeras, si no la primera, que dibujó tras recuperar a la pareja. Y es por este motivo que las Olimpiadas de Seúl tienen una aventura de Mortadelo y Filemón, pero también otra de Chicha, Tato y Clodoveo ("A Seúl en un baúl"), que eran los personajes que Ibáñez tenía asegurados entonces.

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    1. Pues no conocía ese dato. He leído algunos de los tebeos de Chicha, Tato y Clodoveo, pero no muchos. Ese en particular de "A Seúl en un baúl" me temo que es uno de los que no. Sé que aproximadamente la primera mitad del total que se hicieron son del puño, letra y cerebelo de Ibáñez y del resto solo fue asesor o algo así, pero realmente he leído pocos. Es algo que tendré que remediar en algún momento.

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