¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!
Este es el primero de los tomos dobles que aparecieron en 1989 recopilando las historias de la peculiar pareja formada por la doctora Frieda Boher y su monstruo personal y amante ocasional, Necrón. Es el único que tuvo un título especifico como tomo recopilatorio, mientras que el resto únicamente llevarían los títulos de las historias contenidas en ellos.
Frieda es una científica brillante, bióloga y
cirujana con un talento casi sobrenatural. También es una psicópata cruel,
sádica, dominadora y necrófila, para la cual la vida humana no significa nada, y
cualquier cosa es valida con tal de alcanzar sus objetivos: riqueza, poder y
placer. No necesariamente en ese orden. Con su mente superdotada construye y da vida
un ser igualmente superdotado, pero superdotado en… ejem… en otros aspectos.
Necrón, la obra maestra de la doctora Boher,
es un musculoso monstruo de Frankenstein
de dos metros de altura. Un asesino impasible y caníbal que no duda en arrancar
extremidades o aplastar cabezas a la menor orden de su ama, y que a la vez
tiene un carácter bonachón e infantil, y con toda su monstruosa naturaleza,
resulta más humano que la doctora.
Entre ambos hay una extraña relación de
ama/esclavo, de amor/odio bidireccional, de mutua dependencia y mutua repulsión
simultáneas. Juntos recorren el mundo como si fuera un casino, jugando en cada
mesa que se les ofrece, apostando sus propias vidas en una desenfrenada
búsqueda de dinero y víctimas. Ningún crimen es demasiado horrendo, y ningún abuso
suficientemente cruel. La doctora Boher mata por capricho, por placer, por
diversión o por conveniencia, pero muy pocas veces por necesidad. Necrón lo
hace guiado por el hambre, por el instinto de defender a su ama, y a veces por accidente, ignorante de su propia y descomunal fuerza.
Las historias de Necrón (fijaos que es el
monstruo y no su creadora el que da nombre a la saga) son una sucesión de
homicidios, torturas, violaciones, canibalismo, robo de tumbas, experimentos con
humanos, sexo con cadáveres, con mutantes, con robots… todo lo cual es solo
soportable por la certeza de tratarse de algo ficticio. Y cuando parece que ya
no puede suceder nada peor, Frieda y Necrón nos sorprenden rizando el rizo y
cayendo cada vez más bajo en su afán de llegar a lo más alto. Y a pesar de todo…
resulta divertido, porque lo cierto es que tiene un aire cómico innegable y los
autores logran (por increíble que suene, y sin hacer el menor intento de
justificar sus acciones) que los personajes nos caigan bien.
Este a la vez excelente y horrendo comic surgió
de la combinación de talentos del dibujante italiano Roberto
Raviola, más conocido en el mundillo del comic como Magnus, y la guionista Mirka Martini bajo el seudónimo de Ilaria Volpe. Por cierto, para los que
no sepan italiano, volpe significa zorra.
Este primer numero doble está compuesto por
las historias La fabricante de monstruos y La
nave de los leprosos.
En La fabricante de monstruos, se nos
presenta a Frieda como una profesional seria y respetable, incluso demasiado
estirada en su vida social. Pero en la intimidad de su hogar Frieda se transforma
en una científica loca que, vestida
de sadomaso, manosea sin el menor reparo cadáveres, seleccionando
y cosiendo los mejores trozos para ir dando forma poco a poco a su hombre
perfecto. El resultado es Necrón, una bestia estúpida dominada por los más
bajos instintos a los que solo la crueldad de su ama y el miedo que esta le
inspira mantienen a raya.
Los tejemanejes de Frida no pasan desapercibidos en el laboratorio de investigación histológica en el que trabaja. Es de allí de donde se provee de cadáveres para sus experimentos, y estos son echados en falta cada vez con más frecuencia.
Además, dos de sus compañeros de trabajo, Karl y Franz, se muestran especialmente interesados en ella, y no precisamente por su talento científico. Frieda se muestra totalmente refractaria a los avances de ambos, hasta que un día repentinamente invita a Karl a su casa. Karl piensa que es su noche de suerte, pero se equivoca por completo.
No contenta con un amante no-muerto, Frieda comete el
error de fabricar un segundo monstruo empleando para ello los mejores trozos de Karl, convertido en involuntario donante. Loco de celos, Necrón se lanza contra lo que él percibe como un competidor por el afecto de su ama.
El choque entre ambos monstruos pilla a Frieda por medio. En la titánica lucha que tiene lugar a continuación, en la que se golpean rompiéndose huesos y arrancándose trozos de
carne con las manos, ambos empiezan a tirar de las diferentes extremidades de
la doctora reclamándola para sí y dejándola a todas luces descoyuntada y muerta en el
proceso. El otro pretendiente de Frieda, que estaba más centrado en seguir el rastro de los cadáveres desaparecidos que el de la doctora, irrumpe en el laboratorio a tiempo de presenciar el horrible espectáculo, y dispara contra el constructo de Karl.
A continuación, por deferencia a sus compañeros Frieda y Karl, Franz prende fuego a la casa y huye del lugar. Como en la películas de terror clásicas, el incendio purificador borra todas las pruebas de lo ocurrido y pone aparentemente punto final a esta extraña historia de retorcidos deseos. La fabricante de monstruos se concibió como autoconclusiva, pero dada la gran aceptación que tuvo se decidió dar a sus personajes una serie regular.
En La nave de los leprosos, una figura
abandona la casa en llamas llevando a otra en brazos. Necrón ha sobrevivido al
incendio y se lleva con él el cuerpo de su ama, sin saber si está viva o
muerta. Para alegría del monstruo y desgracia de la humanidad, la doctora vive
y se repone rápidamente de las heridas sufridas. Desde el mausoleo en el que se
ocultan, Frieda mandará a su monstruo en busca de comida y documentos.
Necrón,
cuya inteligencia crece rápidamente, cumplirá ambos encargos dejando tras de sí
varios cadáveres mutilados y parcialmente devorados. El objetivo más inmediato
de la doctora es refugiarse en una pequeña isla deshabitada donde crear su
propio laboratorio y continuar sus experimentos. Para ello embarca en un trasatlántico
llevando a Necrón como equipaje en un baúl.
Hambriento y aburrido, Necrón
comenzará a pasear por el barco añadiendo más cadáveres a su marcador. Entre sus victimas está el propio capitán del barco, que se muestra excesivamente interesado en su ama Frieda, motivo por el cual Necrón le revienta la cabeza. Los rumores de un monstruo asesino y caníbal correr por el barco, y los marineros se organizan para buscarlo. Esto trastoca los planes de Frieda, que decide introducir una pequeña variación en ellos... matar a todo el mundo a bordo para cubrir su rastro.
Cerca ya
de su destino, la doctora libera a bordo una plaga, una variedad extremadamente virulenta de la lepra a la que solo ellos dos son inmunes y que se contagia por el aire.
Obliga a los marineros a desviarse de su ruta para acercarla más a su isla de destino, y entonces abandona el barco en un pequeño bote junto con Necrón, tras asegurar al primer oficial que en su camarote ha dejado la cura e instrucciones para administrarla... lo cual, sabiendo ya como es Frieda, podemos dar por sentado que es falso. Y a partir de aquí, es cuando las cosas se
ponen feas de verdad.
La historia continúa en el Tomo 2, con las historias Monstruos mecánicos y Las mujeres-araña
No se indica el título original. 1989. Ilaria Volpe [Mirka Martini] (guion) Magnus [Roberto Raviola] (ilustraciones). Necrón nº1. Ediciones La Cúpula.
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