No es lo que tenía previsto publicar hoy, pero por falta de tiempo para prepararlo debidamente, prefiero poner en su lugar este otro artículo que ya tenía terminado y en reserva desde hace unos días. Así, de paso, cierro este tema con el último de los volúmenes recopilatorios de Necrón que vio la luz. Estas dos postreras aventuras aparecieron como “números especiales” en distintas publicaciones italianas.
La
caza del indio comienza con Frieda elegantemente vestida y aparentemente indemne, paseando por una ciudad
indeterminada de Sudamérica. No se nos explica como pudo sobrevivir a los
disparos que recibió en Vencida por los monstruos, ni como salió de la jungla africana. Una noche se encuentra casualmente
con Necrón, devorando viva a una mujer en una estrecha callejuela. Tampoco se
nos explica que hace Necrón en Sudamérica, ni que pasó con los vampiros con los
que se había aliado. Es un simple borrón y cuenta nueva. Tras el reencuentro,
ambos reasumen sus viejos roles de ama y esclavo, y aquí no ha pasado nada.
La trama de la historia es la
siguiente: Frieda se entera que hay un matrimonio de turistas que
quieren grabar en video la masacre de una tribu, al estilo de Holocausto caníbal. Contratan a un guía y fijan un día y una hora para iniciar la expedición. Frieda envía a Necrón a matar la guía y luego toma su lugar. Su plan, como no podría ser de otra forma, es cobrar el dinero de sus servicios como guía, esperar a que los turistas graben su película para luego robársela.
Una vez en la jungla, Frieda dispara sin ningún miramiento contra los nativos
para que el matrimonio lo grabe, pensando en acabar luego con ellos para vender
la cinta como cine snuff y sacarse un
buen dinerillo. Necrón, que había permanecido oculto hasta ese momento, no puede resistir la visión de tantos cuerpos agonizando y se lanza entre ellos para comerse a alguno.
Frieda decide que ya tenido suficiente de esto y ha llegado la hora de volver a la civilización. Un rio lleno de pirañas le vendrá al pelo para deshacerse de
los cadáveres de los turistas… aunque con las prisas, se olvida de matarlos antes de ordenar a Necrón que los lance al agua.
Lo más interesante de esta
aventura es que por primera vez se ve a Frieda usar un bastón como complemento
cuando está en la ciudad. En la parte de la jungla, vestida de exploradora,
parece usar un rifle de caza como apoyo, o frecuentemente se la ve agarrada a
algo. Da la impresión que Magnus hubiese querido representar con ello una
dificultad para andar o mantener el equilibrio, quizá por estar todavía recuperándose
de los disparos sufridos en el capitulo anterior. También Necrón, cuando se
reencuentra con Frieda, está más sucio y cubierto de magulladuras que de costumbre.
Quizá su alianza con los monstruos terminó de forma más bien abrupta…
En Los horrores de la metrópolis, Frieda llega a Nueva York en un vuelo procedente de Lima, llevando a
Necrón en un baúl. Si en las historias anteriores la continuidad era clara, y
cada aventura comenzaba prácticamente un par de horas después de terminar la
anterior, en las de este tomo vemos saltos temporales bastante mayores.
Frieda sigue usando un bastón en
sus desplazamientos, aunque ya no parece necesitarlo. La historia está dividida en dos mini
tramas.
En la primera, Frieda es raptada a su salida de una hamburguesería por
tres gamberros que la arrastran a una alcantarilla para violarla. Precisamente en
las alcantarillas es donde Necrón se había escondido a la espera que su ama
terminara de comer. Al percibir el peligro que corre Frieda, Necrón corre a ayudarla.
Frieda, que estaba siendo violada por los tres a la vez ya ha aprovechado la oportunidad de arrancarle el pene a uno de ellos de un mordisco, y los otros dos se disponen a matarla a navajazos en venganza. Necrón lo impedirá poniendo fin a las correrías de los tres macarras con
la desinteresada ayuda de un montón de ratas hambrientas.
En la segunda parte, Frieda es
contratada por un millonario para localizar en el barrio chino una valiosa
estatuilla. Rápidamente localiza a un anticuario que afirma poder arreglarle una reunión con el hombre que posee esa estatuilla. El hombre la lleva hasta un palacio subterráneo
recreado a imagen del de la China Imperial. Sus habitantes están convencidos de poder implantar esa época en el todo el mundo gracias a la estatuilla, y han llevado a Frieda allí abajo para acabar con ella, por haber estado indagando sobre la misma.
Frieda es capturada y torturada. Necrón aparecerá, como siempre justo a tiempo de impedir que maten a su ama pero no tanto como para impedir que se diviertan con ella un poco. Tras atravesar un muro, rescatará a su ama destruyendo en el proceso el lugar, a los sectarios que lo habitan, y la valiosa estatuilla, dejando
nuevamente a Frieda con las manos vacías.
El final de la aventura quedaba así abierto de cara a una continuidad que la saga ya nunca tuvo. Nos quedamos sin saber porqué la misteriosa dama no resulta afectada por la formula que envejece a las demás en Nobleza depravada, ni que ocurre con el yacimiento submarino de uranio que Los hombres-pez continúan explotando sin dirección, que secreto esconde Don Joao en Kring-Krong, que criatura brota finalmente del huevo puesto por una de Las mujeres araña, o que ocurre a los protagonistas en el lapso de tiempo que transcurre desde su separación en Vencida por los monstruos hasta su reencuentro en La caza del indio.
Tras estas dos, ya no se publicaron más aventuras de Frieda y Necrón, y habiendo muerto su dibujante en el 96 y visto el actual nivel de censura, muy superior al de décadas anteriores, no parece probable que los personajes se recuperen en un futuro.
Puedes repasar la saga desde el inicio pulsando aquí.
No se indican los títulos originales. 1989. Ilaria Volpe [Mirka
Martini] (guion) Magnus [Roberto Raviola] (ilustraciones). Necrón nº7.
Ediciones La Cúpula.
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