MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

lunes, 15 de abril de 2019

LA MALDICIÓN DEL TEMPLO DE CRISTAL

ALMACÉN DE MUNDOS COMPRIMIDOS
 
Este es uno de los grandes juegos clásicos de CElulosa FAbril, una empresa de procesamiento de plástico y cartón que en algún momento y por alguna razón decidió probar suerte con los juegos de mesa, dando lugar a los mejores de su época.

Desde sus inicios, los juegos de CEFA (quizá sería más correcto decir "de Pepe Pineda e Isidre Monés", los principales responsables de la mayoría de ellos) se caracterizaron por su calidad y por otorgar una gran importancia al trasfondo. Muchos de sus juegos estaban basados en la literatura juvenil de aventuras, y tomaban de esta no solo ideas sino personajes, haciendo que estos “le sonaran” incluso a los niños que no habían leído los libros en los que el juego se inspiraba. 

Otra cosa que era de agradecer a CEFA fueron los márgenes de edad recomendada que ponían en sus juegos. Mientras los otros fabricantes ponían cosas como “de 5 a 10 años”, o “de 4 a 7 años”, CEFA marcaba sus cajas con “de 5 a 90 años”. Los abuelos ya no tenían excusa para no jugar con nosotros…
En el que nos ocupa, La maldición del Templo de Cristal, tomamos el papel de cuatro aventureros/ladrones famosos que han sido elegidos para apoderarse de una joya (la Araña de Cristal) ubicada en las ruinas de un templo perdido en la jungla. 

La fusión de conceptos que se hace aquí es muy curiosa. Para empezar se nos cuenta que los cuatro protagonistas son seres artificiales creados con el aspecto y capacidades de aquellos a los que representan. Así se explica que se trate de personajes tan dispares como Indiana Jones (el famoso aventurero cinematográfico), Pimpinela Escarlata (el héroe novelesco francés de capa y espada, no el luchador mexicano travesti del mismo nombre), Arsenio Lupín, y Rocambole (dos ladrones de guante blanco literarios). El motivo por el que buscamos esta joya no es por su valor económico, sino porque en ella se hallan grabados “todos los secretos del universo”.

El tablero cuenta con varias laminas de cartón grueso con los que se forman muros y relieves, sobre algunos de los cuales los personajes deben desplazarse andando o enganchados mediante un saliente que los troqueles tenían a tal efecto. Esto era una novedad cuando este juego salió al mercado, ya que se trata (al menos hasta donde yo sé) del primer juego de tablero con elementos tridimensionales vendido en España.
Las casillas son bastante grandes, y eso hace que el recorrido sea corto. Para alargar el juego (y porque los elementos móviles en el tablero también eran algo nuevo y espectacular) durante el recorrido nos encontramos con cinco puntos en los que debemos girar una rueda un cierto número de veces, determinado al azar, y dependeremos de los que obtengamos para poder continuar o no. 

Cuatro de estos puntos son casillas en las que debemos detenernos y girar la rueda una vez por cada casilla que nos quedara por mover. Únicamente si obtenemos un elemento concreto de los que muestra la rueda, diferente en cada caso, podremos pasar de ese punto. En caso contrario cada turno siguiente giraremos la rueda tantas veces como los puntos de movimiento que tengamos para ese turno, hasta encontrar el objeto que necesitamos para continuar. 

Uno de estos elementos es una máscara antigás, así que, aunque se nos indica que los personajes han sido “construidos mediante cibernética” debe tratarse de replicas orgánicas, no mecánicas. 
También, en una de las posiciones de cada rueda, hay simplemente un hueco, que al coincidir con el hueco del propio tablero hará que el personaje caiga a un foso… que lo llevará de vuelta a la casilla de inicio.
El quinto punto en que un elemento móvil nos detiene es en la entrada de una cueva, en la que debemos girar la rueda que la bloquea, pudiendo obtener tres resultados en los que un peligro nos retrasa, y otro en el que el paso queda libre.

Las tiradas de movimiento se efectúan haciendo girar una ruleta integrada en el propio tablero, que arroja resultados de avanzar 1, 2, 3 o 4 casillas, y de retroceder 1 o 2 casillas. Como esta tirada se emplea también para mover las ruedas, en caso de obtener el resultado de retroceder las giraremos en contradirección el número de veces indicado.
Entre los obstáculos móviles, la ruleta con opciones de retroceso, y las típicas casillas de “retrocede x casillas por tal motivo” o “pierdes el siguiente turno por tal otro”, el aparentemente corto recorrido puede hacerse más largo de lo esperado.

Superados todos los obstáculos, llegaremos hasta las escalinatas del templo, y frente a la gigantesca estatua de piedra de un dios ignoto que la custodia, giraremos la ultima rueda para apoderarnos de la Araña de Cristal.
Existe una dificultad adicional. Se supone que hay una organización que se opone a aquella que nos ha construido (o clonado) denominada DOCTOR MING, al estilo de la SPECTRA de las películas antiguas de James Bond. Durante el recorrido iremos encontrándonos con los cuatro agentes principales, y vencer a los cuatro es otro requisito para ganar. 

Por alguna razón, no podemos subir las escaleras del templo si no hemos logrado encontrarlos y capturar a todos. Esto se consigue reuniendo cuatro cartas con las letras M, I, N y G, que robamos de un mazo cada vez que las instrucciones del tablero así nos lo indican. En nuestro turno podemos renunciar a la tirada de ruleta que nos corresponde a cambio de robar una carta adicional, por lo que, si llegamos a la escalinata del templo y nos falta alguna, deberemos renunciar a todos nuestros siguientes turnos para ir robando cartas hasta tener las requeridas. 

Solo podemos tener cuatro cartas en la mano, debiendo descartarnos cuando tengamos de más, por lo que cuando ya tenemos una carta de cada una de las letras no tenemos margen ninguno de reserva por las que podamos perder. 

Además de las cartas con las letras, hay de otros tres tipos: un confidente turco (comodín), una que nos permite robar una de sus cartas a otro jugador, y otra que nos obliga a cambiar toda nuestra mano con otro jugador. 
Tras subir la escalinata del templo, hacer girar la última rueda y con un poco de suerte conseguir la Araña de Cristal, solo nos quedará recorrer un corto tramo hasta la casilla final, todavía con el peligro de que otro de los jugadores nos la arrebate. Quizá todos los personajes sirven a la misma organización, pero también todos quieren destacar siendo ellos los que entreguen la joya a sus jefes.

Como puede verse, el sistema de juego es sencillo (girar la ruleta y obedecer sus instrucciones y las del tablero) pero el tener que trajinar con cartas y elegir cuales descartar o a que jugador robárselas aumentaba la sensación de “estar decidiendo algo” de la que los juegos infantiles amenudo carecen.

Visualmente, el ser en tres dimensiones lo hacía muy espectacular. Como dije antes, creo que es el primer juego de estas características que se vio en España, pero no puedo asegurarlo porque otros juegos de la misma época (como Viaje al centro de la Tierra o El cetro de Yarek) también lo eran, y las fechas de cada uno no están muy claras. Ahora bien… todos esos juegos también tridimensionales eran igualmente de CEFA, por lo que, fuera uno u otro el primero, CEFA fue pionera en esto.

Las ilustraciones también merecen una mención especial. Las de las cartas M y G recuerdan poderosamente a los típicos adversarios de las películas clásicas de James Bond. Las de las letras I y N a los hombres-leopardo, los peores enemigos de Tarzán, al que, por cierto, podemos ver en una de las ilustraciones que llenan el tablero, subido en un elefante. La ambientación general es muy típica de Indiana Jones. El tablero está profusamente ilustrado con imágenes de cráneos y esqueletos, indígenas al acecho con arcos y cerbatanas, animales (no todos ellos reales, hay hasta un pequeño dragón amarillo bicéfalo), el inevitable río con cocodrilos, un puente colgante, otros templos en la lejanía (escenarios de muchas otras posibles aventuras)… por haber, hay hasta un águila volando hacia su nido lleno de aguiluchos.

Un juego, en definitiva, para disfrutarlo recreándose en los detalles y en la diversión propia de la aleatoriedad, más que para jugarlo “en serio” centrándose en ganar a  toda costa. El ejemplo perfecto de lo supuso CEFA para muchos de nosotros.

La Maldición del Templo de Cristal. 198X. Pepe Pineda (diseño) Isidre Monés (ilustraciones). 2-4 jugadores de 7 a 90 años. CEFA.

7 comentarios:

  1. Ay que nostalgia, que pena cuando era niño y no supe conservar todos estos tesoros de mi niñez. El juego era bastante impresionante, me falla la memoria o había una figurita que representaba el tesoro? El mismo año que tuve el Templo de Cristal también me regalaron el Cetro de Yarek (ese año era una novedad) pero ya el Templo ya lo vendían de hace tiempo. Y respecto al primer juego en tres dimensiones...ni uno ni otro: Huida del Imperio Cobra. Era bastante espectacular y ademas venia con la emoción de continuar el primer juego. Por cierto ¿sabes que han reeditado el Imperio Cobra? ¿hablando de juegos 3d llegaste a jugar al Atlantis?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente había una pequeña pieza para representar La Araña de Cristal. Era un trocito de plástico transparente de formas geométricas. En la segunda foto, lo puedes ver entre la fila de personajes y el mazo de cartas. Tenía una ranura para encajarla en el borde del troquel del personaje que la tuviera, pero era muy incomoda de poner, se caía con facilidad, y hacía que le personaje se echara "cuerpo a tierra" demasiado amenudo.

      ¿El de Huida del Imperio Cobra era anterior a La maldición del Templo de Cristal y El cetro de Yarek? El de En busca del Imperio Cobra si, pero su continuación tenía la impresión que era posterior a esos otros dos. De todos modos al de Huida... no lo consideraría como un verdadero juego 3D ya que, si bien tenia elementos en 3D estos eran adornos, no se interactuaba con ellos, como en El Cetro de Yarek, que tenías que trepar por los amarres y terminabas dándote un chapuzón desde lo alto del barco.

      Del Imperio Cobra tengo el original y una nueva versión que sacaron hace unos 10 años en el que cambiaban todas las ilustraciones por otras mucho peores (incomprensible), y se que hace uno o dos años sacaron una reedición que al parecer fue una chapuza... parece ser que los de CEFA se limitaron a descargarse una versión Print&Play que encontraron en internet, imprimirla y venderla. Esta versión P&P era una versión ligeramente retocada y adaptada por un grupo de aficionados para poder imprimirla y montarla de forma casera, y para hacer esta adaptación se cambiaron los márgenes de las cartas, se alteró la altura de los marcadores de Hombres-cobra (para emplearlos con peanas caseras) y otra serie de cosas... incluidas un par de fallos que se cometieron al transcribir el texto de las cartas y el reglamento. Y esas erratas que no estaban en el original y si en la versión P&P aparecen tal cual en la reedición de CEFA. Parece claro que se limitaron a eso, a descargarse un P&P de su propio juego y a ponerlo a la venta. No digo que no tuvieran derecho a hacerlo (aun alterado por otros, entiendo que el material base sigue perteneciéndoles). Ni tansolo puedo afirmar categóricamente que esto sea cierto, puesto que como no tengo esa reedición no he podido comprobar por mi mismo si esto es así, pero he leído varias referencias sobre esto en distintos foros de juegos. Y si es tal como lo cuentan, considero que fue una chapuza por ni tansolo tomarse la molestia de al menos revisar el trabajo que se descargaban para ver si todo estaba en orden.

      Naturalmente, de no haber tenido ya dos copias del original y la edición con las ilustraciones nuevas, me habría comprado sin dudar esta reedición, pero no fue necesario.

      Y si, llegué a jugar (y tengo) el de Atlantis... que comentaré en algún futuro espero que no muy lejano junto a En busca del Imperio Cobra (las dos versiones que tengo), Huida del Imperio Cobra, El cetro de Yarek, Viaje al centro de la Tierra... y otro montón que tengo en espera.

      Eliminar
  2. Hace un tiempo pude jugar al original "En busca del Imperio Cobra". Espero también en breve poder reseñarlo en mi Ludoteca :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Genial. Compararemos impresiones sobre el juego. El problema es... ¿Qué decir sobre "En busca del Imperio Cobra" que no se haya dicho ya? :P

      Eliminar
    2. ya...
      Bueno, con mi Ludoteca no pretendo hacer ningún ensayo ni nada riguroso, básicamente dar a conocer los juegos a quien puede que no los conozca de una manera sencilla y amena (hay mil blogs y canales de Llutuf que se dedican a explayarse y explicar cómo se juega) y a dar mi humilde opinión, así que no, no diré nada novedoso, la verdad.

      Eliminar
    3. Si dices que pudiste jugar al Imperio Cobra hace poco, entiendo que no lo jugaste de pequeña. Para la mayoría de jugadores de mi generación el juego tiene una carga nostálgica indivisible del propio juego como tal. Si en tu caso lo jugaste como otro juego más, sin estar "atada" al juego (para bien o para mal) por esa cadena emocional, eso puede dar lugar a un comentario más objetivo que la mayoría de los que se ven por ahí, que pasan de "Es lo mejor que ha existido jamás" a "Es una porquería absoluta", sin que parezca posible un termino medio.

      Eliminar
  3. Exacto, de pequeña no lo jugué. A ver qué sale.

    ResponderEliminar