¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Muy
buen bolsilibro. Breve y directo. La brevedad fue una imposición del formato
editorial, por supuesto, pero aun así el autor logró que esa limitación de
páginas obrara a su favor en lugar de en su contra, con una trama muy básica que
no necesitaba ser desarrollada, pero que contó a buen ritmo y sin escatimar
detalles.
Una
historia sin protagonistas principales, sin trama que desvelar, sin parejas que
se casen al final, casi sin necesidad de leer el final, ya que el destino de
los personajes parece claro desde el momento en que su avioneta se estrella. Pero empecemos por el principio…
El
propietario de una mina de carbón en Alaska y su mujer celebran una reunión con su socio de
confianza y un grupo de buenos amigos. Entre copa y copa el anfitrión habla de
negocios, de la prosperidad que ha encontrado en esas frías y para muchos inhóspitas
tierras, y de los lobos, por los que siente fascinación. La conversación
comienza a enturbiarse cuando en tono de broma el hombre afirma ser medio lobo, y
pretender reencarnarse en una forma totalmente lupina en su próxima vida. Esto crispa
los nervios de su mujer, que responde con un grito histérico cuando él comienza
a aullar como un lobo.
Hasta
las manos del empresario llega una carta anónima que le advierte de la infidelidad
de su mujer, precisamente, con su socio. Decidido a averiguar que hay de cierto
en todo eso, al día siguiente vuelve a casa mucho antes de lo previsto
esperando sorprenderla, pero la sorpresa se la lleva él. Termina asesinado a
hachazos por su socio, descuartizado por su mujer, y reducido a cenizas dentro de
la gran caldera de calefacción de la casa, alimentada con el excelente carbón de su propia
mina. Poco
después, esposa y socio vuelan en una pequeña avioneta de pasajeros alejándose de su
horrible crimen, ignorantes que los dos individuos con los que comparten el reducido habitáculo no son mucho mejores que ellos.
Hay
un refrán que dice que, en la vida, toda buena acción merece otra mejor. En el cine y la
literatura de terror, toda mala acción merece otra peor.
La
avioneta se estrella en medio de ninguna parte sin un motivo aparente, en un
paraje abrupto, intransitable, a cincuenta millas de la población más cercana. Cincuenta
millas cubiertas de nieve y rebosantes de lobos. Sin provisiones ni
experiencia en situaciones similares, los pasajeros y el piloto (el único realmente inocente
del grupo) se enfrentarán al frio, la desesperación, al instinto de sobrevivir
a costa de todo (y a costa de todos), y al hambre. A su propia hambre, y a
la de los lobos. Porque el título de este relato no es una figura retórica, si no el destino que a todas luces les aguarda.
Puedes repasar otro libro de este autor pulsando aquí.
En
la boca del lobo. 1976. Lou Carrigan [Antonio Miguel de los Ángeles Custodios Vera Ramírez]. Selección Terror nº 183. Editorial
Bruguera S.A.
Qué chulo, la verdad es que pinta bien. Qué suerte que cuentes con un ejemplar
ResponderEliminarSoy un incansable arqueólogo de mercadillo jaja.
Eliminar