¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Esta
es una de las grandes colecciones de comics europea, creada a finales de los años
cincuenta por los franceses René Goscinny y Albert Uderzo. Traducida a más de
cien idiomas, reeditada hasta la saciedad, inspiración para videojuegos y
películas (pero curiosamente, muy pocas líneas de juguetes), la historia gira
en torno a una pequeña e irreductible aldea gala, en una Francia totalmente
dominada por los romanos. Como no tenemos todos los números, a medida que vayamos consiguiéndolos y comentándolos reordenaremos los enlaces para que puedan leerse mas o menos en su orden cronológico.
A la orilla del mar y rodeada por campamentos llenos
de legionarios, su situación podría parecer desesperada, pero no lo es en
absoluto. Cuentan con una poción mágica preparada por su druida que proporciona a los aldeanos una fuerza sobrehumana, que les basta para mantener a raya al invasor.
En
este primer número, que toma el mismo nombre de la colección, los romanos intentan
apoderarse de esa poción raptando a Panorámix, el druida del pueblo, con lo que
Astérix se presentará en el campamento donde lo retienen para rescatarlo. No a
base de fuerza bruta, sino tomándoles el pelo una vez tras otra, hasta que el
propio Julio Cesar, impresionado por su arrojo, les deja marchar.
Obélix era un
personaje secundario en esta aventura, uno de los galos del pueblo con algo
más de protagonismo que el resto, pero pronto pasó a convertirse en el
inseparable compañero de Astérix. Julio Cesar también sería un personaje habitual,
y curiosamente, a pesar de ser el principal enemigo de los protagonistas y
tener frecuentes ataques de ira, también se daba de él una imagen noble.
La
ambientación de estas historias estaba muy bien cuidada a pesar del carácter cómico. En sus
páginas encontrabas, sin ser consciente de ello, muchos datos históricos y geográficos.
Con unos diez años que debía tener cuando comencé a leerlos, yo ya conocía
pueblos como los romanos y los egipcios, sobre todo por películas como Los diez mandamientos, Ben-Hur, Rey de Reyes o En tierra de faraones. Pero en
Astérix te encontrabas con godos, mauritanos, griegos, germanos, espartanos,
fenicios… cada uno con un aspecto, vestuario, costumbres, y expresiones
bien diferenciadas. Un conjunto de tópicos, por supuesto, pero es que los
tópicos, por ser exageraciones, son fáciles de recordar.
Los piratas abundaban en los viajes por mar en estas historias. Siempre eran los mismos, y otro recurso cómico en realidad, pero está documentado que Julio Cesar organizó largas y costosas campañas contra los piratas porque infestaban las aguas costeras y suponían un peligro constante para el comercio.
La terminología empleada era muy instructiva. En las películas de romanos de la época se hablaba de lanzas y monedas, pero en Astérix, estos elementos aparecían nombrados como pilums y sestercios. Muchas palabras aparecían con su nombre latín acompañadas de una nota a pie de viñeta con su correspondiente traducción. Cuando los personajes viajaban, nombraban a las poblaciones por las que pasaban tal como se llamaban en esa época, y de nuevo una nota a pie de viñeta te informaba de su nombre actual. Esto te permitía, provisto de un mapa, hacer un seguimiento aproximado de su ruta. Sinceramente, creo que aprendí más de historia antigua leyendo estos comics que con las tediosas lecciones que recibí en el colegio sobre las guerras púnicas y médicas. Y lo hice divirtiéndome, y sin darme cuenta.
Los piratas abundaban en los viajes por mar en estas historias. Siempre eran los mismos, y otro recurso cómico en realidad, pero está documentado que Julio Cesar organizó largas y costosas campañas contra los piratas porque infestaban las aguas costeras y suponían un peligro constante para el comercio.
La terminología empleada era muy instructiva. En las películas de romanos de la época se hablaba de lanzas y monedas, pero en Astérix, estos elementos aparecían nombrados como pilums y sestercios. Muchas palabras aparecían con su nombre latín acompañadas de una nota a pie de viñeta con su correspondiente traducción. Cuando los personajes viajaban, nombraban a las poblaciones por las que pasaban tal como se llamaban en esa época, y de nuevo una nota a pie de viñeta te informaba de su nombre actual. Esto te permitía, provisto de un mapa, hacer un seguimiento aproximado de su ruta. Sinceramente, creo que aprendí más de historia antigua leyendo estos comics que con las tediosas lecciones que recibí en el colegio sobre las guerras púnicas y médicas. Y lo hice divirtiéndome, y sin darme cuenta.
Aparte
de pelear con los romanos y los piratas, los galos no perdían la ocasión de
enzarzarse unos con otros en tremendas discusiones que a veces terminaban con
todo el pueblo enfrentado a gritos o llegando a las manos. Era habitual que el
herrero se pelease con el pescadero, que los porteadores de Abraracúrcix (el
jefe del pueblo) lo abandonaran dejándole caer al suelo, o que alguien
amordazara a Asurancentúrix (el bardo) para impedirle cantar.
Los propios Astérix y Obélix, siendo los mejores amigos que uno pueda imaginar, se enfadaban uno con otro a menudo. Discutían por tonterías o por celos. Un par de veces se enfrentaron por la atención de una mujer. No les duraba mucho el enfado, demostrando que su amistad era verdadera, pero había ocasiones en que todo el pueblecito quedaba a un tris de acabar demolido, no por los invasores romanos, si no por los propios habitantes.
Algo
muy característico del comic europeo originado en esa época es que todas o la
gran mayoría de las historias terminaban más o menos igual: una persecución
furiosa en el caso de Mortadelo y Filemón, un jinete cabalgando hacia el
horizonte en Luky Luke, una nave viajando perezosamente por el cosmos en
Valerian… y un gran banquete a la luz de una fogata en Astérix. Y esto es algo
que siempre aprecié mucho en estos comics: que después de todas las
peleas, malentendidos, gritos y rabietas de los personajes, todo quedaba en
nada y se reunían en torno a una mesa, bajo las estrellas, compartiendo calor y comida,
tal y como deberían terminar todos nuestros conflictos con la familia y los
amigos en la vida real.
Más aventuras de Astérix pulsando aquí.
Astérix le galais. 1962. René Goscinny (guion) Albert Uderzo (dibujo). Publicado en 2004 por Ediciones Salvat.
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