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viernes, 13 de septiembre de 2019

VIERNES 13 PARTE I

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!
Esta es una de las grandes sagas de psicópatas de los 80. No fue la primera, pero introdujo un concepto nuevo que hizo que el rumbo de estas cambiara para siempre. Antes de Viernes 13, en las películas de asesinos en serie (Psicosis, La matanza de TexasHalloween) cuando el asesino acechaba a la víctima, el público en el cine gritaba “¡Escapa!” o “¡Está detrás de ti!”, y sufría por la inminente muerte de (generalmente) la adolescente de turno. A partir de Viernes 13, los gritos fueron cambiando paulatinamente de "¡Corre!" o "¡Cuidado!" a “¡Vamos, mátala ya” o “¡Arráncale la cabeza!”.

Antes de Viernes 13, los psicópatas eran vistos como gente perturbada y despreciable (que lo son, desde luego) y de ningún modo el espectador se identificaba con ellos. El público se ponía siempre de parte de la victima, incluso cuando la víctima era también una persona de comportamiento censurable. En la famosa escena de la ducha de Psicosis (en que la chica asesinada es una ladrona que ha desvalijado a la empresa que le daba trabajo) el publico se identificaba con ella, más que con el asesino. Viernes 13 cambió eso, porque los asesinatos no eran simplemente fruto de una mente desquiciada porque sí. La psicópata (la madre de Jason) había perdido la razón debido a la muerte de su hijo pequeño, ahogado en un lago mientras los monitores de debían vigilarlo estaban retozando entre los arbustos. Ese era un motivo que la gente entendia. El dolor por la muerte de un ser querido, a causa de la dejadez de unos supuestos profesionales que se habían comprometido a cuidar de él, era un motivo razonable para volverse loco.

Por lo general, los psicópatas de estas franquicias (Michael Myers, Freddy Krueger, Norman Bates, Leatherface, etc) apenas cambian de una película a la siguiente, pero Jason es una gran excepción. El Jason que todos conocemos (una criatura muerta viviente medio putrefacta con una máscara de hockey) no aparece hasta la sexta película. En la primera el psicópata era su madre y él no aparecía más que al final, en una escena que resultaba ser una pesadilla. En la segunda estaba vivo, gemía de dolor al ser herido y en lugar de máscara llevaba un saco de arpillera en la cabeza. En la tercera sustituía el saco por la máscara, pero seguía estando vivo. En la cuarta era cuando lo mataban, y en la quinta ni tan solo aparecía (el que salía resultaba ser un imitador). Realmente no fue hasta la sexta (cuando resucita convertido ya en una criatura sobrenatural con su máscara de jockey y una extraña capacidad de teleportación) cuando tenemos por fin al que creo que todos consideramos el verdadero Jason.

Jason era además un monstruo tranquilo, por decirlo de algún modo. Los otros grandes psicópatas del cine ansian matar. Freddy Krueger, Chuky o Gissaw realmente disfrutan torturando y matando. Myers se escapa del manicomio a cada oportunidad que tiene para ir en busca de víctimas. Leatherface y su familia salen en busca de gente a la que despedazar y cocinar cuando estas no aparecen por si solas…. Pero Jason se limita a existir, vagando por una zona del bosque que el considera su hogar, matando únicamente a aquellos que se adentran en este. Y lo hace desapasionadamente, sin disfrutar con ello ni hacerlos sufrir más de lo imprescindible, tratando de librarse de los molestos visitantes lo más rápidamente posible para devolver la paz y el silencio a su bosque. Naturalmente, al ser películas escritas por diferentes guionistas y filmadas por diferentes directores, alguno de estos detalles se olvidaba en ocasiones, pero la tónica general era esa.

El caso es que, por un motivo u otro, la saga Viernes 13 escindió al público del cine de psicópatas en dos grupos: los que iban a ver las películas esperando que el psicópata fuera detenido y alguno de los protagonistas se salvara, y los que iban a ver como el psicópata troceaba a sus víctimas, cuantas más mejor. Las escenas de muertes violentas se convirtieron en una especie de catarsis para unos espectadores llenos de preocupaciones laborales, económicas y sociales. Permitían fantasear con la posibilidad de librarnos a machetazo limpio de toda la gente que nos había dañado de un modo un otro.
Centrándonos en la primera película, la trama es ya bien conocida. En un campamento de verano que se está preparando para recibir a un grupo de menores, los monitores comienzan a desaparecer. Siendo todos ellos adolescentes alocados con más hormonas que neuronas, nadie da demasiada importancia a que se adentren en el bosque y no se los vuelva a ver, hasta que las ausencias son tantas que se vuelven preocupantes. 

La responsable de estas desapariciones es una mujer que está rondando por el campamento para matarlos a todos. Su único hijo murió en ese mismo campamento años atrás, y en la trastornada mente de la madre, acabar con todos los monitores año tras año, hasta que el lugar sea abandonado para siempre, es la única forma de hacer que el espíritu atormentado de su hijo descanse en paz. Una última superviviente logra acabar con la Sra. Voorhees cortándole limpiamente la testa, en lo que aparentemente es un final sin vuelta de hoja, sin ninguna continuación posible.

Personalmente considero que esta primera parte de Viernes 13 no tiene nada que envidiar a Psicosis de Alfred Hitchcock. Los asesinatos siguen siendo impactantes hoy en día; el hachazo en plena cara a una de las monitoras, o la escena en la que a Kevin Bacon le atraviesan la garganta hurgándole la nuca con una flecha, por ejemplo, son tan icónicas como la astilla en el ojo de Nueva York bajo el terror de los zombis o el machetazo en la frente de El despertar de los muertos.

La trama está muy bien construida, y la identidad del asesino, revelada solo al final, era algo que en su día nadie se podía ni imaginar ¿Una psicópata mujer, de edad madura, sin ningún trastorno sexual, sin ningún poder sobrenatural, sin el rostro deforme, sin máscara, y matando tanto a hombres como a mujeres? Nunca antes se había visto nada parecido. Habiendo protagonizado una sola película hace casi cuarenta años, la Sra. Voorhees (Pamela, para los amigos) sigue siendo en mi opinión uno de los psicópatas más originales del cine de terror.

MUERTÓMETRO (SAGA VIERNES 13)

Victimas. En esta película: 9. Total acumulado: 9.              Supervivientes. En esta película: 1. Total acumulado: 1. 

Nota: se produce una décima muerte en la película, la de Pamela. A ella no la contamos porque nuestro recuento es solo de víctimas.

Puedes ver un comentario sobre la siguiente película pulsando aquí

Friday the 13th. 1980. Victor Miller (guionista) Sean S. Cunningham (director). Paramont Pictures. Edición en DVD de 2003 por Warnes Bros.

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