SANTO Y MANTEQUILLA NÁPOLES EN LA VENGANZA DE LA LLORONA

EL ORÁCULO DE LAS VISIONES

¡ALERTA DE EXPOILERZ!

Presentado por... Pecky.

¡Hola, cinéfagos incurables! Aquí tenemos otra de las más de cincuenta películas que llegó a protagonizar Santo, el Enmascarado de Plata. En esta ocasión deberá enfrentarse, junto a Mantequilla Nápoles (que no era luchador, sino boxeador) a La Llorona.

La Llorona es uno de los seres sobrenaturales más emblemáticos de México, y probablemente sea el más conocido fuera de sus fronteras. Como en todos los mitos y leyendas, hay diferentes versiones sobre su origen y motivaciones. 

Una Llorona es básicamente el espíritu de una madre que vaga atormentada por haber matado o dejado morir por descuido a sus hijos. Habitualmente es una mujer cuyos hijos se han ahogado cuando se estaban bañando, por no estar prestándoles atención. O que los deja abandonados en casa durante varios días para irse de fiesta o atender a un amante, y a su regreso los encuentra muertos. Una mujer soltera o viuda que mata a sus hijos para aumentar las posibilidades de que un hombre se interese por ella, tiene también todos los números para convertirse en Llorona tras su muerte. 

La Llorona se suele aparecer con forma de mujer vestida de luto o con ropas tradicionales, con los ojos enrojecidos de tanto llorar. No es necesariamente un ser maligno. Se dice que se aparece para recriminar a las madres descuidadas y que no cometan los mismos errores que ella. Pero en ocasiones, lo que hace es robarles los hijos a estas madres y llevárselos con ella al reino de los muertos, por considerar que no merecen tenerlos. También hay Lloronas que son simplemente malvadas, y que lo único que buscan es asesinar niños pequeños para que otras madres sufran como ella.

En esta película, Santo es reclutado por el profesor Lira. Éste solicita su ayuda para encontrar y abrir la tumba de Doña Eugenia Esparza, una dama que tres siglos atrás se suicidó tras matar a sus hijos por despecho hacia su amante, el padre de estos. La dama fue enterrada con un medallón que contiene el mapa de un tesoro: 100.000 pesos de oro españoles. 

Santo se niega en redondo a participar en ello, puesto que la idea de profanar un cadáver por el simple beneficio económico le repugna, pero acepta cuando el profesor le aclara que su interés es únicamente histórico y arqueológico: el total del tesoro será entregado a beneficencia, para financiar hospitales infantiles. 

Hay otro asunto que impulsa al profesor Lira a buscar esa tumba. Desde aquel suceso, cada generación de los descendientes del amante de Doña Eugenia ha perdido a su primogénito, asesinado por el espíritu de esta, convertido en una Llorona. Él mismo es descendiente de esa familia, perdió a su primer hijo en esas circunstancias, y ahora teme por su primer nieto. Está convencido que, donando ese inmenso tesoro a beneficencia, se salvarán muchas más vidas de niños que los asesinados hasta ese momento por La Llorona, y esto contrarrestará la maligna magia que mantiene su existencia.

Santo pide ayuda a su amigo Mantequilla Nápoles, que es un gran seguidor de lo sobrenatural, y acepta encantado por la posibilidad de encontrarse con algún fantasma. 
El profesor Lira, Santo y Mantequilla se dirigen hacia la gruta, sin saber que están siendo seguidos a su vez por unos criminales. Estos están al corriente de sus planes, y quieren el tesoro para ellos.

Santo y sus amigos encuentran el sarcófago de Doña Eugenia y toman el medallón. Esto provoca la reanimación de su cadáver y el ataque de los criminales, convirtiendo el asunto en una lucha a tres bandas que se mantendrá durante el resto de la película. Además, enfurecida por el robo de su medallón, la Llorona comienza matar a todos los descendientes de su amante, sin importar su edad u orden de nacimiento.

Mientras los criminales por una lado y Santo y Mantequilla por otro se arrebatan el medallón y el mapa continuamente, la Llorona intenta engañar al sobrino del profesor para que se quite la cruz que siempre lleva al cuello, y que le impide acercarse a él lo suficiente para matarlo. 

Finalmente, Santo y Mantequilla encontrarán el tesoro, darán una paliza de despedida a los sicarios, y entregarán el oro a beneficencia, justo cuando La Llorona se disponía a matar al niño y su hermanita.

Un detalle que me ha parecido muy interesante de esta película, es que no derrotan al espíritu de la Llorona mediante un exorcismo o un objeto mágico o sagrado. El espíritu es destruido en el mismo instante en que un notario firma un documento dando acuse de recibo de la entrega del oro a beneficencia. Es muy conocida la creencia de los pactos demoniacos en los que alguien vende su alma al Diablo firmando un documento. En este caso, es también la firma de un documento, el reconocimiento legal de que el oro de doña Eugenia va a ser empleado en una buena causa, lo que anula el poder sobrenatural de La Llorona. 

Al final va a ser cierto eso de que el Diablo tiene más de abogado que de malvado...

Puedes ver un comentario sobre otra película de Santo pulsando aquí. 

La venganza de la Llorona. 1974. Francisco Cavazos (guion) Miguel M. Delgado (director). Santo, el Enmascarado de Plata [Rodolfo Guzmán Huerta] Mantequilla Nápoles [José Ángel Nápoles] (actores principales). Cinematográficas Calderón. Edición en DVD de 2005 por Manga Films.