¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, incansables viajeros espaciales.
Para la siguiente historia de Berna, nos trasladamos esta vez a Plutón. Ya os aviso que será un viaje un tanto soso, aunque hay coctel de gambas gratis para todos.
El texto comienza enumerando una serie de datos reales sobre el planeta, como que carece de atmosfera respirable y la temperatura media es de -250ºC. Son -230ºC en realidad, pero los datos que maneja el autor son los de 1980. Ahora bien, puesto que toda la acción tiene lugar dentro de una clásica ciudad-cúpula, con su propia atmosfera, temperatura, presión, y alternación lumínica día-noche artificiales, el que la historia tenga lugar precisamente en Plutón es del todo irrelevante.
Los protagonistas son Sholto, el dueño de
un cabaret llamado El Gallo Plateado, y Yelena, una de sus camareras. Sholto es
un vividor que se ha acostado con todas sus empleadas menos con Yelena, que a
pesar de trabajar casi desnuda es terriblemente tímida. Una pareja cuanto menos curiosa.
Tras la puesta en escena, Sholto
contrata a un par de voluptuosas equilibristas que se presentan en el local
buscando trabajo. Como no tardaremos en descubrir, se trata de dos alienígenas
cuyo verdadero aspecto es el de gambas gigantes, venidas desde el lejano planeta Alcor para apoderarse
del Sistema Solar.
Disponen de una máquina teleportadora portátil con la que
pueden ir trayendo a más supergambas desde Alcor, de una en una. También
disponen de un aparato que emplean para escanear el aspecto físico de la gente.
Cada gamba gigante alcoriana a la que traen por medio del teleportador recibe
uno de esos aspectos para pasar desapercibida.
Básicamente, su plan consiste en sustituir
todos los humanos del Sistema Solar uno por uno. Admiro a la gente que es capaz
de hacer planes a muy largo plazo, pero tampoco hay que tomarse las cosas
con tanta calma.
Las dos gambas originales se dedican a
engañar o seducir a cuantos hombres y mujeres pueden para ir grabando sus
aspectos, y después comérselos. Estos aspectos son después asignados a las
gambas recién llegadas.
Realmente no hay mucho más que contar aparte de eso. Tras una breve investigación, Sholto y Yelena deciden desenmascarar a algunas de las gambas suplantadoras. Logran matar a una de ellas, que había recuperado su aspecto original para zamparse a Yelena, y luego a un par más con las que se encuentran de casualidad andando por la calle. Resuelta esta formalidad, corren a informar a las autoridades.
Hay una cosa muy recurrente en los bolsilibros de Berna (no, no esa cosa, otra cosa muy recurrente) y es que las autoridades siempre creen automáticamente a los protagonistas. Si estos acuden a una base de las fuerzas aéreas a informar que la Tierra va a ser invadida por platillos volantes, poco después cuarenta cazas de combate están despegando. Si acuden a una comisaría a decir que hay vampiros en la ciudad, todos los detectives se olvidan de lo que estaban investigando y empiezan a afilar estacas.
O, como en este caso, que
pocos minutos después de contarle al jefe de seguridad de la ciudad que hay
gambas gigantes de otro mundo (hasta ese momento desconocido) suplantando a la
gente, este pone a su disposición media docena de guardias armados hasta los
dientes.
Así pues, todas las malvadas gambas del espacio exterior son localizadas y aniquiladas en un tiempo récord. Como suele ocurrir también en las historias de invasiones alienígenas de Berna, los malvados extraterrestres tienen un solo grupo muy reducido de seres encargados de llevar a cabo la invasión, y en cuanto esta fracasa no vuelven a intentarlo nunca más. Y al final, la pareja protagonista se casa.
De toda la historia, lo que más me ha gustado es que durante un tiroteo en plena calle entre Sholto y una gamba gigante, un disparo de esta yerra su objetivo y desintegra un buzón de Correos. Es gratificante saber que, en el 2080, y en Plutón, la gente seguirá escribiendo cartas a mano y echándolas a los buzones.
Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.
“Objetivo: Plutón”. 1980. Joseph Berna [José Luis Bernabéu] (texto) Miguel García (portada). La conquista del espacio nº 527. Editorial Bruguera S.A.
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