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sábado, 29 de enero de 2022

EL MUNDO DE LOS SUEÑOS de La Búsqueda del Grial

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                  ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                       

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, somnolientos lectores.

En las primeras entradas del blog ya presentamos los cuatro librojuegos de La Búsqueda del Grial que tenemos en nuestra biblioteca. Hoy me apetecía resaltar una de las particularidades de estos que siempre encontré muy original.

Una de las formas que había en estos librojuegos de recuperar los puntos de vida perdidos en trampas o peleando con monstruos, era durmiendo. Dormir era algo que podía hacerse en cualquier momento, salvo durante los combates. 

El procedimiento era muy sencillo. Simplemente, cuando nos apetecía echar una siestecita, lanzábamos un dado de seis caras. De obtener un resultado de 5 o 6, descansábamos tranquilamente recuperando tantos puntos de vida como los que obtuviéramos en el lanzamiento de dos dados, es decir, entre 2 y 12. Es la misma cantidad que nos devolvía una dosis de poción curativa, con la diferencia que estas pociones eran limitadas mientras que dormir era algo que podíamos hacer cualquier cantidad de veces y en casi cualquier momento.

La parte mala de dormir en medio de una zona plagada de enemigos, era que si en lugar de un 5 o un 6 obteníamos un número del 1 al 4, no descansábamos tranquilamente, sino que  teníamos un sueño agitado. No recuperábamos los 2d6 puntos de vida y además debíamos hacer una tirada en la tabla del Mundo de los Sueños; una lista de efectos diversos con los que teníamos que lidiar antes de despertar. 

La casi totalidad de estos sueños eran en realidad pesadillas en las que podíamos perder grandes cantidades de puntos de vida. En la mayoría de los casos, tratar de dormir en estos librojuegos era solo una forma de rematar al personaje. Debido a lo extremadamente peligroso que era, solo lo hacías cuando no podías recurrir a nada más. Si te habías quedado sin pociones o ungüentos curativos, si carecías de otra forma de recuperar puntos de vida y estos estaban peligrosamente bajos, solo entonces valía la pena arriesgarse a quedarse dormido en medio de una aventura, porque la mayoría de las veces ya no despertabas.

Las situaciones que presentaba el Mundo de los Sueños eran muy variadas, y generalmente absurdas. Algunas veces soñábamos que nos encontrábamos con un monstruo y debíamos resolverlo como un combate convencional. En estos combates no empleábamos las armas y equipo con las que contábamos estando despiertos, sino las que estábamos soñando que teníamos, que se nos indicaban en cada caso. Otras veces los sueños eran pruebas de fuerza, velocidad o resistencia que resolvíamos con una simple tirada de dados. Entre todos estos sueños, unos cuantos destacaban por ser especialmente surrealistas.

En uno de ellos, por ejemplo, un hechizo fallido nos convertía en una planta de apio. No estaba tan mal porque teníamos coliflores y repollos con los que conversar mientras tomábamos el sol en el sembrado. Un día una cabra irrumpía en el sembrado mordisqueando plantas al azar y debíamos lanzar un dado. Con un resultado de 1 a 5 nos mordisqueaba y despertábamos del sueño con cinco puntos de vida menos de los que teníamos al dormir, debido al sobresalto. Con un seis nos pasaba de largo y nos despertábamos sin más, pero tampoco descansábamos lo suficiente para recobrar fuerzas.

En otro sueño, alguien nos había desatornillado una pierna (sí, este tipo de cosas pasan cuando duermes) y la había arrojado a un pozo. En caso de no recuperarla (mediante una tirada de dados) al despertar teníamos esa pierna dormida y con agujetas, lo que nos podía penalizar en nuestro siguiente combate por la falta de movilidad.

También podíamos ser atacados por un tiburón mientras nadábamos en un gigantesco plato de gachas, o invocar a un monstruo que, aleatoriamente, nos atacaba, ignoraba, o acompañaba fuera del Mundo de los Sueños cuando nos despertáramos para ayudarnos en un combate en el mundo real. Y por descontado, podíamos soñar que nos encontrábamos con el Diablo Poético, un poderoso ser que aparecía en todos los títulos de esta colección, sin importar el lugar (o la época) en la que estuviéramos, y que al parecer también era un morador más del Mundo de los Sueños. 

Así que seguid mi consejo y procurad no quedaros dormidos en lugares que no consideréis completamente seguros (tanto en los juegos como en el mundo real) no vaya a ser que os despertéis con menos puntos de vida (o riñones) de los que teníais antes. A veces pasa.

Puedes repasar todos los librojuegos ya comentados de esta colección pulsando aquí.

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