EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Volvemos al formato original para reseñar el resto de libros de esta colección. El que toca hoy es el sexto. ¡Nos quedan aún la mitad! En esta ocasión nos alejamos nuevamente de la ciudad, pero no demasiado.
En una de sus visitas a la caseta de los monstruos en la feria, Max se encuentra con un misterioso personaje husmeando por los alrededores. El desconocido afirma tener un paquete que entregar a Frankensteinete, y Max se hace cargo de él. Cuando le lleva el paquete a los monstruos, este resulta contener un antiguo gramófono. Al conectarlo, escuchan un mensaje en el que, aparentemente, un fantasma les conmina a acudir a un lugar llamado Castillo de los Espíritus. Como nadie sabe de que va la cosa, los monstruos (como de costumbre) encargan a Max la misión de averiguar que es y donde está el susodicho castillo.
Max (también como de costumbre) tiene sus propios problemas. Una chica llamada Carlota, recién llegada a su clase, parece haberse encaprichado con él y se le pega como una lapa, limitando su movilidad. Tiene que esforzarse en darle esquinazo para acudir a la caseta de los monstruos, y cuando cree haberlo logrado y accede a esta por la puerta secreta, Carlota aparece a su espalda. Los monstruos intentan espantar a Carlota, mostrándose lo más terroríficos posible, pero esta parece encantada con ellos, y se los gana rápidamente. También le echan la bronca a Max por haber revelado su escondrijo a una extraña, sin darle la oportunidad de explicarse, y por no haber averiguado nada sobre el Castillo de los Espíritus (al que el texto también se refiere en ocasiones como Castillo del Horror).
Al oír mencionar el castillo, Carlota revela saber donde está. Se trata de un viejo castillo a las afueras de la ciudad, donde se va a rodar una película. Frankensteinete supone entonces que el fantasma que les pedía ayuda debe querer que impidan que su hogar se llene de equipos de rodaje, cables eléctrico y focos. Carlota incluso se ofrece a guiarles hasta el lugar.
Los monstruos, con la bipolaridad que ya han demostrado tener en los libros anteriores, arremeten contra Max y lo expulsan de la caseta no queriendo saber nada de él, así que este se larga a casa.
Al día siguiente, en clase, Carlota parece haberse olvidado de Max y anda enganchada del brazo de otro tipo. Algo está dando vueltas en la cabeza de Max. Algunos comentarios de los monstruos perdidos en su memoria y algunas sospechas propias terminan por encontrarse, y Max acude corriendo a la caseta de la feria. Pero ya es tarde; todos los monstruos se han marchado al castillo, salvo Boris, que se quedo atrás porque temía una trampa.
Max y Boris van a buscar al resto de monstruos, para lo cual deben subirse a un tren de transporte de ganado y mercancías, viajar de polizontes junto con un montón de cerdos, y luego darse un paseíto de doce kilómetros hasta el castillo. Una vez allí descubren que Karla Kätscher les ha tendido, efectivamente, una trampa a los monstruos, y los tiene encerrados en las mazmorras. La lianta de Carlota está también allí. Resulta ser la sobrina de Karla, y ha estado trabajando para ella desde el inicio. Max y Boris tendrán entonces que buscar el modo de liberar a sus amigos.
A Scotti, el esqueleto del número anterior no se lo nombra, y debemos suponer que tras la función para la que le llamaron volvió a su hogar. Tampoco sabemos nada sobre Charley, la poltergeist, que sí intervino en la historia anterior y tras aparecer en dos libros seguidos parecía haberse convertido en una incorporación fija al grupo.
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Grusse aus dem Geisterschioss. 1995. Thomas Brezina (texto) Bernhard Förth (ilustraciones). Todos mis monstruos nº 6. Publicado en 2000 por Círculo de Lectores S.A.
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