EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
En teoría lo peor del verano ya ha quedado muy atrás, y a partir de aquí las temperaturas no harán más que mantenerse o descender hasta niveles más tolerables. Parece un buen momento para comentar esta película. Un mes atrás, en el pico de temperatura, habría sido del todo insoportable hacerlo.
El título originar es Night of the Big Heat (La noche del Gran Calor). Está basada en la novela del mismo título de John Lymington, la dirigió Terence Fisher (uno de los directores míticos de la Hammer) y contó con uno de los dúos de moda de la época: Peter Cushing y Cristopher Lee. Tenía todo lo necesario para ser una buena película, y sin embargo es bastante anodina.
La historia tiene lugar en Fara, una islita próxima a la costa británica. Es pleno noviembre, las temperaturas deberían contarse entre las más bajas del año, y sin embargo el calor no cesa de aumentar. Los termómetros marcan ya 40º, y siguen subiendo. La gente de la isla lo achaca a algún fenómeno meteorológico puntual, y se limitan a soportar el calor como buenamente pueden y a esperar que pase.
En Fara encontramos al profesor Hanson (Lee) obsesivamente sumido en experimentos e investigaciones que no comparte con nadie. Al principio de la película, su actitud sospechosa y refractaria nos hace pensar que pueda ser el responsable de lo que está ocurriendo, pero no. En realidad, su investigación tiene como objetivo determinar las causas de este inusual aumento de temperaturas.
Por otra parte, tenemos al doctor Stone (Cushing) que en esta ocasión tiene un papel menos relevante de lo esperable. Otro personaje importante es un escritor de novelas llamado Jeff, interpretado por Patrick Allen, un actor carismático pero que nunca tuvo un gran éxito que catapultara su carrera. Él y su mujer se han trasladado a Fara desde Inglaterra en busca de tranquilidad para poder terminar su última novela. En teoría al menos. Estos eran los héroes típicos del terror y ciencia ficción de los 60 y 70: científicos, doctores, profesores, escritores… se ensalzaba la idea del conocimiento y la fuerza de voluntad como la principal virtud del héroe, siendo todo lo demás algo secundario.
A la isla llega Angela, la nueva secretaria de Jeff, encargada de ir pasando a máquina el manuscrito de la novela. En realidad, ella es el verdadero motivo del traslado de Jeff a la isla. Jeff y Angela fueron amantes durante una temporada. Jeff tenía claro que todo era un capricho pasajero, pero Angela se ha obsesionado con él y le ha seguido hasta Fara. Esto es una trama secundaria a la que se dedica demasiado metraje, en mi opinión. Se intenta crear tensión entre Jeff, su mujer Frankie y la supuesta secretaria, pero lo que quieres ver en una película de este tipo son monstruos y tramas de misterio, no culebrones, y este está especialmente forzado en la trama.
Las altas temperaturas siguen subiendo sin parar. Los radiadores de los coches revientan, las pantallas de los televisores estallan, las líneas telefónicas se llenan de interferencias, y los nervios se crispan con demasiada facilidad. Empiezan a producirse algunas muertes misteriosas, como las ovejas de un pastor que aparecen repentinamente calcinadas. Hay además un extraño sonido en el aire, que se deja oír de tanto en tanto sin que nadie pueda determinar de donde viene o que lo produce. Es como el chirrido de los grillos, como un cri-cri continuo que suena a la vez a animal y mecánico.
La temperatura llega a los cincuenta grados, y la gente empieza volverse loca. Hanson teoriza que el aumento de temperatura es algo provocado por unos seres alienígenas que están tratando de instalarse en la Tierra. Un grupo de ellos ha llegado hasta la isla, aparentemente atraídos por la radioseñal que transmite al espacio un observatorio astronómico que hay en ella. Según Hanson, esto seres son una forma de energía que han captado la radioseñal y la han seguido hasta su origen, transportándose por ella como la imagen y el sonido se transmiten a un televisor o una radio por medio de ondas que se emiten desde una antena y viajan por el aire hasta el aparato receptor. Al llegar a la atmosfera de la Tierra han debido tomar una forma física que precisa altas temperaturas para sobrevivir. El aumento de temperatura sería por tanto un intento de adaptar el entorno a sus necesidades.
El argumento es interesante, pero el desarrollo no. Es demasiado lento, se da mucha importancia a la infidelidad del escritor, y cuando vemos al fin a los alienígenas, estos decepcionan bastante: la forma que han tomado es la de bulbos. Nos muestran tomas fijas de bulbos brillantes, inmóviles en el suelo, y esos son los alienígenas que tienen que asustarnos. Antes de eso vemos morir a algunos isleños que fijan la vista en algo que queda fuera del plano y gritan. Las escenas están acompañadas del extraño chirrido, y la iluminación aumenta como si algo irradiara energía. Es intrigante y crea expectativas sobre la forma de las criaturas, pero luego nos muestran unos bulbos brillantes, que se desplazan arrastrándose por el suelo con una lentitud extrema.
La resolución del problema tampoco es muy satisfactoria. La forma de destruir a estos seres de energía, según el profesor Hanson, es atraerlos lanzando bengalas y hacerlos estallar con dinamita. El plan no resulta como esperaba y tanto él como otros personajes terminan calcinados por los alienígenas mientras tratan de llevarlo a cabo. Stone ni tan solo llega vivo al último tercio del film, muriendo de forma innecesaria mientras trata de observar de cerca a los seres.
Cuando ya parece que nada puede detener a los bulbos brillantes del espacio exterior, empieza a llover. La lluvia los enfría, extinguiendo la extraña energía que los animaba, salvando a la humanidad y volviendo inútil el sacrificio de todos los que han muerto tratando de hacer algo al respecto. Es también un final decepcionante que quizá intenta emular al de La guerra de los mundos, pero no logra crear la misma sensación. Y después de todo, si se les puede matar echándoles un cubo de agua encima, rociándolos con una manguera, o simplemente esperando a que llueva, la realidad es que la Tierra no ha estado en peligro en ningún momento, y eso también le quita dramatismo a la historia.
Respecto a la trama del escritor, su mujer y su secretaria, los tres se salvan al final. Cuando llega la lluvia Jeff y Frankie (después de haber discutido mucho sobre la secretaria) se encontraban rodeados de malvados bulbos brillantes. La lluvia apaga la energía de estos, y de forma figurada “apaga” también el conflicto entre ellos dos, que vuelven a quererse sin reservas. La secretaria había quedado aislada en otro lugar con uno de los aldeanos, que enfebrecido por el insoportable calor la estuvo tratando bruscamente, llevándola de un lado a otro a base de gritos y empujones. Al parecer este es el trato que Angela buscaba recibir de los hombres (oye, sobre gustos…) y cuando el peligro pasa se abraza al lugareño, quizá queriéndonos indicar con esto que ya no está obsesionada con Jeff y va a dejarlo en paz. Al final, no es que la trama de la infidelidad del escritor sea algo adicional a la invasión alienígena, sino al revés; es la trama principal, y la invasión alienígena una historia secundaria de fondo.
A la película le cuesta mucho despertar el interés y los dos actores estrella están desaprovechados. Lee aún da la talla, pero a Cushing parece que se le incluyó para que su nombre apareciera en los títulos de crédito y los carteles promocionales, pero no se le creó un papel a la altura. A mí, que me gustan este tipo de películas, se me hace lenta.
Puedes ver otra película de Peter Cushing pulsando aquí.
Night of the Big Heat. 1967. Jane Baker, Pip Baker, Ronald Liles (guion) Terence Fisher (director) Christopher Lee, Peter Cushing, Patrick Allen (actores principales) Jane Merrow, Sarah Lawson (actrices principales) Planet Film Productions. Editada en DVD en 2005 por Vellavision S.L.
Es una pena que el desarrollo falle. En un capítulo de expediente X uno de los alienigenas era un ser de energía que quemaba a la gente ¿Influencia? ¿Plagio?
ResponderEliminarEs posible. Expediente X bebía de muchas fuentes.
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