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sábado, 11 de marzo de 2023

EL HOMBRE DE LA LEGIÓN

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Este es el primer número publicado de Un hombre una aventura en su propia colección. Puesto que no tenían continuidad ni relación entre ellas, aquí los estamos comentando en el mismo orden en que las leímos originalmente. 

El protagonista en esta ocasión es Moreau, un soldado de la Legión Extranjera francesa. Actualmente este cuerpo es una reputada fuerza de élite, pero en su origen estaba formado exclusivamente por ciudadanos no franceses de dudosa catadura. La idea era contar con una fuerza que fuera desde el principio carne de cañón, tropas de choque brutales, sanguinarias y al mismo tiempo prescindibles. Para lograr esto, la Legión Extranjera aceptaba a sus reclutas sin hacer preguntas. El pasado de los legionarios no importaba. 

Al contrario que el resto de soldados franceses, los legionarios juraban lealtad a la propia Legión, no a Francia. Las condiciones en que vivían, entrenaban y combatían eran brutales y el sueldo que percibían, una miseria. Pero una vez cumplido su contrato se les daba la nacionalidad francesa, se limpiaba su historial y (al menos de cara al gobierno francés) eran inocentes de todo delito anterior. Legalmente no podían ser deportados debido crímenes cometidos en otros países mientras formaran parte de la Legión, o residieran en Francia una vez cumplido su contrato con ésta.

Esto hizo que asesinos, violadores y terroristas de todo el mundo, lo peor de cada país, aquellos que ya no tenían donde esconderse, se refugiaran en la Legión Extranjera. Con el tiempo esta fue engrosándose también con franceses considerados traidores y desertores a los que se obligaba a alistarse como castigo. La tasa de supervivencia entre las filas de la legión era tan baja, que al gobierno francés no le preocupaba los problemas que pudieran causar los pocos individuos que lograran integrarse de nuevo en la sociedad.  

Moreau no está en la legión por criminal o desertor. Siendo un soldado del ejército regular francés, el oficial Desay, al mando de su pelotón, dio la orden de rendirse en una batalla. A consecuencia de eso todo el pelotón fue enviado forzosos a la Legión, acusados de cobardía. En la actualidad (la historia tiene lugar en la Argelia francesa, 1912) Moreau y Desay se han vuelto a encontrar en un mismo pelotón, el primero como soldado raso y el segundo como su capitán. Moreau vuelve a estar por tanto al mando del mismo oficial por el que fue condenado a servir en la Legión. 

La situación es incómoda para ambos, pero más para Desay, que no quiere que los rumores sobre su cobardía vuelvan a circular. Esto hace que su férrea disciplina se cebe aún más sobre Moreau. 

El informe de unos aviadores sobre un gran contingente de tropas argelinas hace que su pelotón se ponga en movimiento: un agotador viaje a pie de dos días, a marchas forzadas bajo el inclemente sol del Sahara desde su fortín hasta el oasis de Aqual-nat, donde esperan interceptar a los argelinos.

Cuando llegan toman a los argelinos por sorpresa y acaban con ellos con relativa facilidad, si bien es un grupo bastante menor al esperado. Todo esto resulta ser una trampa, y los hombres apostados en el oasis son solo un señuelo. 

A su regreso al fortín tras otros dos días de marcha, descubren que este ha sido atacado aprovechando que sus fuerzas estaban divididas. Los que quedaron allí han sido masacrados. Desay se apresura a ocuparlo de nuevo, pero esto es lo que los atacantes querían desde un principio, inmovilizarlos. Las fuerzas que le quedan a Desay son insuficientes para proteger debidamente el fuerte, como lo eran las que se quedaron en él. Cientos de guerrilleros argelinos aparecen como por arte de magia y toman posiciones en torno al fortín, impidiendo la retirada de los legionarios. A continuación lo atacan en oleadas, asaltándolo y retirándose en intervalos de una hora, para impedir a los defensores descansar, mientras las numerosas tropas asaltantes sí pueden turnarse para hacerlo. Los legionarios van cayendo uno tras otro hasta que solo quedan Desay y Moreau en pie. 

Desay, que tanto sermoneaba a sus tropas sobre el esfuerzo y el valor, corre hacia los argelinos ondeando una bandera blanca, rindiéndose nuevamente, presa del pánico. 

Con calma, concienciado de que no va a salir vivo de allí, Moreau carga su última bala y dispara por la espalda contra su capitán, matándolo antes de permitir que rinda el fortín y con ello deshonre a la Legión. A continuación, enciende un cigarro y se sienta tranquilamente en el suelo a esperar su muerte.   

Puedes ver el otro numero de esta colección ya reseñado pulsando aquí

L´uomo della legione. 1977. Dino Batagglia (guion y dibujo). Un hombre una aventura nº 1. Publicado en 1978 por Grupo Editorial Grijalbo.

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