MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

lunes, 8 de julio de 2024

LOS NEUTRONES DE LA MUERTE

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Este bolsilibro nos narra la destrucción de la humanidad a través de tres parejas que nunca llegan a conocerse y que están, de hecho, separadas por miles o millones de años. El texto se divide en la Era Anterior (que serían nuestros años ochenta), la Era Intermedia (un lejano futuro postapocalíptico) y la Era Actual (un futuro aún más lejano en el que la humanidad ha resurgido). La última etapa es la mas extensa, siendo las anteriores una especie de prólogos, pero también la más convencional.

La Era Anterior tiene como protagonistas a Christine y Ted. Ambos son científicos estadounidenses cuyo trabajo consiste en desarrollar nuevos tipos de armamento. El matrimonio se encuentra de vacaciones en París, y han quedado  maravillados por la cultura y la arquitectura europeas, tan por encima de las de su patria. Ambos están de acuerdo en que en Norteamérica el nivel económico es muy superior al de Europa, pero el cultural muy inferior. Esto inspira a Christine a diseñar un nuevo tipo de arma, el misil de neutrones, que aniquile toda la vida en la zona afectada por el impacto mediante la liberación de un intensa radiación fulminante que luego se disipe rápidamente. Empleando estas armas, los Estados Unidos podrían acabar con la población europea para a continuación ocuparla masivamente, apropiándose de las ciudades, arte y monumentos intactos.

Durante el desarrollo del arma esta es copiada por agentes enemigos y pronto casi todo el mundo dispone de ella. Cuando los Estados Unidos se deciden a usarla se encuentran con fuego de réplica de los países atacados, también con misiles de neutrones. Los países que aún no cuentan con ellos emplean en su lugar armamento atómico convencional, y la temida destrucción masiva y contaminación radiactiva duradera se produce igualmente. Las lluvias de bombas se suceden gracias a los operarios que sobreviven a los primeros ataques en bunkers subterráneos, hasta que también estos son destruidos y toda vida es exterminada. Christine y Ted, en uno de estos bunkers, están entre los últimos en morir. Están obsesionados con su trabajo hasta tal punto, que en el momento de ser destruidos lo que más parecen lamentar son sus errores de cálculo respecto a la posible respuesta enemiga, y no el hecho de que sus hijos, fuera del bunker, han muerto antes que ellos junto con el resto de la humanidad.

La Era Intermedia nos presenta a Ot y Nu, una pareja de lo que se nos describe como cavernícolas, que junto con sus numerosos hijos vagabundean por la antigua Europa. No son descendientes de humanos supervivientes, porque no los hubo, sino que la vida ha vuelto a desarrollarse desde cero, a partir de organismos unicelulares. El paso de estos organismos a seres complejos equivalentes a la humanidad es un proceso que debería abarcar varios miles de millones de años, pero se nos cuenta cómo van encontrándose con las ciudades deshabitadas de las zonas atacadas con armas de neutrones, que aún se mantienen en pie. Entran en edificios que están muy lejos de ser ruinas. Observan maravillados y amedrentados la Torre Eiffel, tratando de comprender lo que es. Manipulan los objetos aun funcionales que encuentran en las casas, y hasta aprenden a leer únicamente a base de observar durante años los símbolos escritos en los libros, sin nadie que les enseñe ni ninguna referencia previa. Incluso llaman a algunas cosas por sus nombres antiguos, los que tenían antes de que esta nueva humanidad surgiera, como si hubiese una especie de “memoria racial” flotando en el aire que fuera infiltrándose lentamente en sus cerebros. Esto, además de no tener ningún sentido tampoco se explica, pero es un detalle llamativo.

Ot y Nu pasan mucho tiempo en esas ciudades intactas y abandonadas, a las que las gentes de su tribu rechazan con un miedo atávico. Finalmente comprenden que todo lo que están viendo no se formó naturalmente sino que fue ideado y manufacturado, creado expresamente por seres no muy diferentes a ellos, que aprendieron a colaborar para llevar a cabo grandes proyectos. Emocionados, vuelven junto con su tribu para comunicarles la increíble noticia de que ellos pueden llegar a hacer algo tan grandioso como lo que hicieron las gentes del pasado. Pero su tribu no recibe bien esto. Es un cambio muy extremo en sus creencias y una transgresión muy grande de sus miedos y tabúes. Su reacción es matar a Ot, Nu, sus hijos, y a los pocos de la tribu a los que estos habían logrado convencer.

La Era Actual tiene lugar algunos miles de años después del asesinato de Ot y Nu. La humanidad ha resurgido hasta alcanzar muy rápidamente el nivel que tenía durante la Era Anterior. Al haberse preservado la mayor parte de la maquinaria e inventos antiguos debido a que las armas de neutrones los dejaron intactos, la nueva humanidad se ha basado en el estudio y la imitación de lo que ya había para desarrollarse. En realidad, la nueva sociedad es un calco de la anterior, con los nombres cambiados. Las dos superpotencias que gobiernan el mundo son otra versión de Estados Unidos y Unión Soviética. En esta ocasión los protagonistas son también un matrimonio de científicos que trabajan desarrollando armas, llamados Kolton y Kilar. La doctora Kilar ha ideado un nuevo tipo de bomba equivalente a la bomba de neutrones para su bando, el bloque comunista. Y es básicamente lo mismo que se nos contó en el prólogo de la Era Anterior, pero extendido y en detalle.

Kilar y su marido son tratados al principio como héroes por su gobierno, del que ellos creen que jamás usarán sus armas más que con fines disuasorios. Llega un momento en que queda patente que la nueva arma va a ser la punta de lanza de una serie de guerras que tiene como objetivo despoblar los Estados Unidos para ocuparlos. Cuando muestran su disconformidad con esto (sinceramente ¿para qué pensaban que iba a emplearse su trabajo?) el gobierne sugiere que están estresados y que les convendría pasar una temporada de descanso y reflexión deportados a Siberia aislados de la sociedad en unas cómodas instalaciones, lejos del mundanal ruido.

Esto impulsa a ambos a escapar de su país llevándose los planos de la bomba de neutrones para entregarlos a los americanos. Empleo los nombres “antiguos” de estos países en lugar de los que les dan en la historia para que resulte más claro, porque todo el trabajo de construcción del trasfondo que tiene esta etapa se reduce a cambiarle el nombre a las cosas: URKUS en lugar de URSS, EUSS en lugar de EEUU, vedkar en lugar de vodka, whosk en lugar de whisky, Galaxia Vital en lugar de Vía Láctea, bomba neutral en lugar de bomba de neutrones, etc. Por lo demás, este lejano futuro es simplemente nuestra sociedad actual… pero con pistolas láser, para darle un toque futurista.

Una vez en Estados Unidos, los científicos rusos son acogidos como héroes y agasajados por el gobierno, que comienza a construir de inmediato sus propios misiles de neutrones… como elemento disuasorio de paz, naturalmente. No tarda mucho en volverse a la idea de que “la mejor defensa es un buen ataque”, y planear una guerra de exterminio y conquista contra Rusia. Kilar y Kolton tratan de hacer entender al gobierno americano que precisamente eso era lo que querían evitar al desertar de Rusia y cederles los planos del arma. Lo único que logran es que se les sugiera que están muy estresados por su trabajo y que quizá se les deporte a Guantánamo envíe a un cómodo y aislado retiro para que descansen…

La historia termina con Kilar y Kolton robando una pequeña nave de una instalación militar con la que despegan justo cuando las bombas atómicas comienzan a caer sobre las ciudades una vez más. Se nos dice que se marchan al espacio, en busca de Dios, pero en realidad están haciendo lo mismo que las gaviotas cuando sienten que la vida las abandona: volar mar adentro, hacia el inalcanzable horizonte, como un último desafío, una alternativa a simplemente sentarse en un rincón hasta que estén demasiado débiles para volar y algún perro o gato callejero se las coma o un gamberro las mate de una patada. Para Kilar y Kolton abandonar la Tierra en la pequeña nave, sin provisiones y sin un lugar al que ir, es ese último vuelo de la gaviota, ese “moriré como yo quiera, no como otros elijan matarme” al que se opta cuando sobrevivir ya no es una alternativa.   

Es una lectura interesante pero no particularmente entretenida. La parte de la Era Anterior y especialmente la Era Intermedia me han gustado mucho. En cambio, toda la parte de la Era Actual, que es unos dos tercios del texto, es más una historia de espías en plan Guerra Fría, con los científicos estudiando las posibilidad de desertar, la forma en la que lo hacen y todo eso. Y esa parte se me ha hecho más pesada. Hubiera preferido que el cuerpo del texto fuera la historia de los primitivos Ot y Nu tratando de entender lo que veían a su alrededor en las ciudades abandonadas, con la Era Anterior a modo de prólogo y una breve Era Actual a modo de epílogo.

Aun así es una de esas obras de inicios de los ochenta que reflejaban el miedo de la gente a una muy probable guerra atómica entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, que acabaría por afectar a todo el mundo. Actualmente la idea de un holocausto atómico se ha romantizado e idealizado, presentándolo como el punto de inicio de un emocionante mundo de combates de coches armados y blindados, bandas de guerreros bárbaros apocalípticos, terribles mutantes y cosas así. No está de más buscar algunas versiones más realistas en las que se muestra el verdadero nivel de horror y destrucción que algo como una guerra atómica global supondría. 

Puedes repasar otros títulos de este autor pulsando aquí.

Los neutrones de la muerte. 1982Eric Sorenssen [Manuel González Cremona] (texto) Antonio Bernal (portada) Héroes del espacio nº 94. Editorial Ceres S.A.

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