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lunes, 19 de agosto de 2024

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ (2) Contra Ali Kan

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, nobles caballeros y damas.

Voy a reseñar algunos números más de esta colección. Como podréis comprobar, los argumentos no eran muy variados en estos primeros comics. Todos son básicamente un ir y venir del Guerrero entre la fortaleza del conde de Roca o el de Torres a la de Alí-Kan, casi siempre para rescatar a alguien. El autor todavía no había definido del todo la colección y sus argumentos eran los justitos, y por otro lado gran parte de La Reconquista se redujo a una sucesión de asedios a castillos. Esto cambiará más adelante, pero por ahora habrá que conformarse con lo de rescatar/ser rescatado y lo de asediar/ser asediado.

Frente al peligro (nº 4): tras dar muchos rodeos esquivando tropas enemigas y tras combatir contra muchas otras, el Guerrero, que estaba de camino a la fortaleza de Alí-Kan para rescatar al capitán Rodolfo, está ya agotado antes de llegar a su objetivo. Decide ir a reponer fuerzas a una cabaña que tiene oculta a medio camino entre el castillo de Alí-Kan y el del conde de Roca. Y habida cuenta que parece que se pasa la vida yendo de uno a otro, lo cierto es que la cabaña no está mal situada. 

Sin embargo, alguien está esperándole en ella, un hombre con la cara picada por la viruela. Se trata de Kaf, un bandido dispuesto a cualquier cosa por una recompensa. Tras un combate con Kaf y sus numerosos hermanos (en el que deja tendidos para ya no levantarse más a algunos de ellos) el Guerrero se ve obligado a huir de su cabaña sin haber logrado alimentarse ni descansar.  

Llega hasta la fortaleza de Alí-Kan y entra en ella disfrazado con ropas de un soldado musulmán. La fortaleza ha sido su hogar durante la mayor parte de su vida, así que la conoce perfectamente. No tiene dificultad en llegar hasta las habitaciones de Alí-Kan y tomarlo como rehén. Le obliga soltar todos los prisioneros, pero él mismo debe quedarse allí reteniéndole para asegurarse de que no envía a sus tropas a cazar a los presos que acaba de liberar. El grupo liberado se topa de frente con otro de soldados cristianos del conde de Roca que se dirigían a la fortaleza, precisamente, a rescatarles. El que está ahora prisionero es el Guerrero, al que uno de los ballesteros de Alí-Kan ha logrado herir con una saeta cuando este se asomó a un balcón para observar la marcha de los cautivos.

El ejército cristiano que ha rodeado la fortaleza la ataca tratando de superar sus murallas con arietes y escalas, pero no consigue traspasarlas y opta por establecer un largo asedio. Alí-Kan ha logrado enviar mensajeros pidiendo ayuda a la fortaleza de Motamid, otro de los jefes musulmanes. Uno de estos mensajeros es el bandido Kaf, que ya no volverá a aparecer entre estas páginas, al menos hasta donde hemos podido leer.

Mientras tanto, el Guerrero, encadenado en las mazmorras del castillo sitiado, recibe la visita de Zoraida, una de las chicas del harén de Alí-Kan. Esta ha tenido anteriormente la oportunidad de echar un vistazo al hercúleo torso del Guerrero y con eso le ha bastado para olvidarse del alfeñique que la retiene como amante forzosa. Zoraida engatusa a uno de los guardias llamado Hixem para que la ayude a liberar al Guerrero, sabiendo que ella lo atrae. A resultas de esto el Guerrero queda suelto por la fortaleza, pero Zoraida e Hixem son capturados y atados a sendos postes para ser ejecutados.

Olián el feroz (nº 5): el Guerrero libera a Zoraida e Hixem y los tres se esconden de los guardias en un pequeño templete cubierto situado en el centro de la piscina de la fortaleza, al que solo es posible entrar buceando. El Guerrero lo recuerda de cuando jugaba allí de niño y sabe que es una posición fácilmente defendible. Además cuenta con poder alimentarse a base del agua de la piscina y los peces que viven en ella mientras dure el asedio. Hace una salida en solitario del refugio submarino para atrapar a Alí-Kan en un descuido de este y llevárselo con él al templete.

En el exterior de la fortaleza la situación está yendo a mayores. Algunos de los mensajeros de Alí-Kan lograron romper el cerco de los cristianos y llegar hasta Motamid. Este decide enviar a su hijo Olián al mando de sus tropas para ayudar a Alí-Kan a acabar con los cristianos… y aprovechar luego que a Alí-Kan le quedarán pocos hombres para tomar también sus tierras y castillo y quedárselos para él. Por su parte el conde de Roca ha enviado igualmente a alguien en busca de refuerzos y este ha conseguido volver con tropas tanto del conde de Torres como de Don Luís, el conde de los Picos, un personaje que más adelante se convertirá en compañero de armas fijo del Guerrero. Aquí lo vemos con su primitivo aspecto, antes de adoptar su característica estética a lo Lancelot, con prístina armadura blanca.  

Las nutridas tropas cristianas atacan en masa la fortaleza. Los ocupantes se defienden como pueden, carentes de la dirección de su líder, que continúa preso en el templete. Finalmente la fortaleza es tomada por los cristianos, pero Alí-Kan, como no, logra huir. En este etapa de la colección parecía que fuera a ser el único enemigo posible, así que no podía ser derrotado definitivamente. Mientras los cristianos se apoderan de la fortaleza y la ciudad que esta protege, Alí-Kan, en su huida, se topa con las fuerzas enviadas por Motamid al mando de Olián.

Al día siguiente el conde de Roca y sus soldados, entre ellos el Guerrero, abandonan la fortaleza, y esta queda en manos de don Luís y sus hombres. Esa misma noche las fuerzas de Olián la toman de nuevo, puesto que Alí-Kan los lleva al interior por medio de pasadizos secretos que ni tan solo el Guerrero conocía. Las tropas de Olián irrumpen inesperadamente en el interior de los muros y se apoderan de la mayor parte del recinto. Don Luís y un grupo de supervivientes se hacen fuertes en uno de los edificios.

Enemigos mortales (nº 6): el Guerrero del antifaz y los condes de Torres y Roca se reúnen para ponerse al día. También está allí el capitán Rodolfo, cuyo odio hacia el Guerrero no hace más que crecer, pero no puede levantar la mano directamente contra él por estar en el mismo bando. El capitán Rodolfo es, junto a Don Luís, otro de los pretendientes de Ana María. Era habitual que la mujer destinada a ser la pareja del protagonista tuviera a varios pretendientes, del mismo modo que el protagonista solía tener a varias mujeres encandiladas con él, para mantener la intriga de quien iba a terminar con quien. En este caso uno de esos pretendientes, don Luís, era uno de los amigos del Guerrero en lugar de uno de sus rivales.

Fijaos en la mujer vestida de negro que aparece en segundo plano de la tercera y cuarta viñetas. Se trata de Doña Juana, la carabina de Ana María, siempre vigilante de que la condesita no cometa ninguna indecencia que ponga en peligro sus futuras posibilidades de casarse.  

Mientras nuestros personajes se sinceran y se toman un merecido descanso, el ejército al mando de Olián avanza hacia el castillo del conde de Torres. Irrumpe en la fortaleza tomando rápidamente el patio de armas y Olián en persona se abre paso hasta los aposentos de Ana María. Es interceptado primero por el padre de ésta, que no logra detenerlo y queda malherido, y después por el Guerrero. Y una de las cosas que me gustan de estos comics, son los intercambios de insultos y pullas durante los combates. Son algo habitual, llegando algunos al nivel de los duelos de insultos de The Secret of Monkey Island (1990). Os transcribo uno de esos intercambios de pullas entre Olián y el Guerrero.

Olián:-¿Eres tú ese guerrero enmascarado que asusta a los niños?

Guerrero:-Cuando crucemos nuestros aceros sabrás quien soy.

Olián:-¡Te voy a quitar el antifaz con mi cimitarra!

Guerrero:-Dudo que me alcances.

Olián:-Veo que tienes un modo especial de luchar.

Guerrero:-¡Habla menos! ¡Pierdes energías!

Olián:-¡Esto ya dura demasiado!

Guerrero:-¿Quieres acabar pronto?

Tras unos cuantos envites más las espadas de ambos chocan con tanta fuerza que se parten, y prosiguen la lucha con puñales. Finalmente el Guerrero lanza a Olián por una ventana y continúa enfrentándose contra más de los invasores que siguen apareciendo. Los enemigos que lograron entrar en el castillo antes de que se consiguiera subir el puente levadizo son derrotados, pero queda un ejército al otro lado de sus muros. Olián, además, ha sobrevivido a su caída desde la ventana ya que fue a parar al foso de agua que rodea los muros. Desde allí reta al Guerrero a un combate individual, prometiéndole que si logra derrotarle, sus tropas se retirarán.

El Guerrero acepta y sale del castillo para batirse con Olián. Tras un duro combate lo vence, y este retira sus tropas, sí… después de que sus soldados se lancen en masa contra el Guerrero y lo capturen. Con el Guerrero (otra vez) prisionero, el ejército de Olián se retira, llevándolo con ellos (otra vez) a la fortaleza de Alí-Kan.

Entretanto, en la susodicha fortaleza la situación se ha vuelto insostenible para don Luís y los soldados supervivientes, que se han quedado sin provisiones. Antes de empezar a debilitarse por hambre, don Luís decide hacer una salida a la desesperada y tratar de abrirse paso como buenamente puedan. A la cabeza de todos los que quedan, entre los cuales están Zoraida e Hixem, sale en tromba y carga contra las tropas de Motamid.

Y este es otro buen punto para dejarlo. En esta etapa el propio autor no dividía la historia por tramas, sino que iba produciendo continuamente, seguramente con poco o nada planeado a futuro. Hasta que las historias se definan más, iremos comentando unos pocos números cada vez, lo que tengamos tiempo de leer y reseñar cada día.

De Kaf el bandido no vuelve a saberse nada, y esto se me hace raro porque su rostro parecía menos genérico de lo habitual en los enemigos sin importancia, como si la idea inicial fuera darle una cierta continuidad. Por el momento no ha vuelto a salir, y no  parece probable que lo haga en el futuro, pero ya lo veremos.

Más aventuras de El Guerrero del Antifaz pulsando aquí.

El Guerrero del Antifaz. 1944. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1972 por Editorial Valenciana S.A.

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