EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, alucinantes lectores.
Alucine, más allá del suspense fue una serie de comics publicada por Bruguera entre 1984 y 1985. Se canceló después de solo once números, cada uno de los cuales incluía cuatro o cinco historias muy breves y autoconclusivas. El material provenía de la editorial alemana Bastei-Verlag, y se caracterizaba por ser comics de terror en color, cuando lo normal en España era que todas las revistas de comics de temática para adultos se vendieran en blanco y negro. Otros comics coetáneos como Creepy, Dossier Negro, Vampus, SOS, Cimoc, Zona 84, etc. publicaban ocasionalmente historias en color, pero la mayor parte de su contenido era en blanco y negro, y que todas las páginas de Alucine vinieran en color llamaba mucho la atención.
Curiosamente, muchos de los dibujantes que trabajaban para la editorial alemana eran españoles o hispanoamericanos. En cada historia únicamente aparece acreditado el apellido del dibujante, no su nombre, y podemos ver que abundan los Pérez, Villa, Torrente, Roca, Marco o Blasquez. El título original de la colección en Alemania fue Gespenter Geschichten (Historias de Espectros) y contó con más de mil seiscientos números.
Tenemos siete números de los once publicados en castellano. Inicialmente se vendieron como revistas quincenales (como las que se ven a la izquierda de la imagen), y tras cancelar la serie los excedentes se vendieron en dos retapados (como el que se ve a la derecha) uno con los primeros seis números y otro con los cinco restantes. En los retapados se indicaba en la portada “Selección” aunque no era realmente una selección de las mejores historias, si no la totalidad de estas. Los comics tenían un título de portada que se correspondía con el de la primera de las historias que incluía. Habitualmente la ilustración de portada también era una referencia a esa misma historia.
En términos generales es una publicación entretenida, que no recurría a mostrar desnudez o gore explícitos como casi todas las otras revistas de terror de la época, centrándose más en crear un ambiente misterioso e intrigante que en provocar morbo o sobresalto.
Las historias no se continúan ni están relacionadas de ningún modo entre ellas, así que las podemos empezar a comentar por el nº 5, el primero de los que tenemos, sin que la falta de los anteriores suponga ningún problema. Las historias incluidas en este número son:
Una novia satánica (dibujos de Balcells): un actor de segunda fila llamado John se dirige a un festival anual en el que se le ha invitado a participar. Esto lo aleja temporalmente de su prometida, Mari. Y lo cierto es que cuanto más lejos esté John de Mari, mejor para ella. John es pobre y guapo, Mari rica y poco atractiva, y tal como sospechan los familiares de ella (pero no ella), el tipo solo quiere casarse por una cuestión de dinero.
Cuando John llega a Straford, donde se celebra el festival, todos los hoteles y fondas están ocupadas. El único lugar en el que encuentra sitio en el que hospedarse es en un viejo castillo reconvertido como hotel que tiene fama de estar embrujado, y en el que es el único inquilino. Mientras se acomoda en la habitación ve como se forma una imagen en el espejo de la pared. Una bella rubia vestida con una liviana túnica rosa lo llama, y tan pronto como John toca el espejo se ve dentro de este, junto a ella. El mundo al otro lado del espejo es una especie de cuento de hadas en el que antes de darse cuenta tiene una espada en las manos y está luchando contra un gran guerrero con armadura para proteger a la dama, que dice llamarse Anitra.
El colosal guerrero acorazado cae con sospechosa facilidad, y Anitra recompensa a John con un cofrecillo lleno a rebosar de joyas. John propone a Anitra acompañarlo a su mundo al otro lado del espejo, y ella acepta. Tan pronto como lo cruzan de regreso a la habitación del hotel, Anitra rompe el espejo para que nada ni nadie pueda volver a cruzarlo.
John, que solo iba a casarse con Mary por su dinero y se ve ahora con un considerable tesoro en las manos, la llama para decirle de malas maneras que la boda se cancela. A continuación le pone las zarpas encima a Anitra, que estaba dándole la espalda, mirando por una ventana. Tan pronto como Anitra se vuelve, John ve que se ha transformado en un esqueleto viviente, y se deshace de ella golpeándola con una silla. Pero del cofre de joyas se forma un humo del que brotan una oleada de monstruos variados que acaban con él. Tampoco es que se pierda gran cosa, en verdad.
Los Autómatas (dibujos de Bevia): el anciano profesor Stone ha fabricado un androide de aspecto totalmente humano. Como se ha endeudado mucho con un prestamista para llevar a cabo su proyecto, le ordena ir en busca de éste y destruir todos los documentos que demuestren que le debe dinero.
Obediente, el androide pasea por el pueblo, entra en casa del prestamista, y valiéndose de su enorme fuerza le obliga a entregarle los pagarés firmados por el profesor Stone.
En cuanto se apodera de ellos los quema y emprende el regreso, pero sus baterías se descargan rápidamente y anda cada vez más lento. El prestamista corre tras él avisando a un par de policías. El androide está con la energía tan baja que es capturado con facilidad. Tras unos días en una celda, sin hablar ni moverse, se le condena a la horca.
El androide es ahorcado, pero esto no lo mata. Se limita a pender de la soga hasta que un rayo de tormenta es atraído por su masa metálica y recarga su batería. Liberándose de la horca, regresa a la casa del doctor Stone, pero la halla deshabitada. Tras algunas semanas buscándole de pueblo en pueblo, llega uno en el que le dicen que ahí vive una muchacha llamada Marta, hija de un tal profesor Stone. Va a buscarla a su casa y la halla en compañía de su prometido, que naturalmente no se toma nada bien la presencia del intruso. La pareja informa al androide que el profesor Stone murió hace poco, lo que lo deja totalmente descolocado, sin instrucciones ni un propósito. Sin embargo, cuando dice que le debe a él su vida, Marta hecha de casa a su prometido, no al desconocido.
Al atardecer, el novio despechado regresa empuñando un revólver con la intención de matar al desconocido, ignorando su naturaleza mecánica. Pero es la propia Marta quien se lo impide, golpeándole la mano con tremenda fuerza y haciéndole soltar el revólver. Este se dispara al chocar contra el suelo, alcanzando al novio en el pecho y matándolo al instante. Marta revela entonces al androide que ella también es otro de los androides del profesor Stone. La última viñeta nos muestra a ambos unos años después, viviendo juntos. Han formado una familia fabricando un par de hijos androides… aunque siendo ambos creaciones del mismo inventor y considerándose hijos de este, eso los convertiría en una especie de hermanos… pero supongo que entre androides ese tipo de cosas no importan.
El monstruo del lago (dibujos de Vittaca): el joven matrimonio compuesto por Lord Malcom y Carol están disfrutando de un paseo por el usualmente tranquilo lago junto al castillo del primero. Súbitamente unos tentáculos brotan del agua y se aferran al talle de Carol, arrastrándola a las turbias aguas.
Malcom se zambulle inmediatamente para rescatarla, pero tras bucear un buen rato comprende que solo no va a dar con ella, y corre al pueblo para buscar ayuda.
La gente del pueblo hace una batida por las orillas del lago por si Carol hubiese llegado a alguna de ellas, mientras Malcom sigue remando de un lado a otro desesperado. Al caer la noche, sin embargo, se ve obligado a reconocer que si Carol no ha aparecido todavía, ya no lo hará, al menos no viva.
Regresa a sus aposentos del castillo y entonces se encuentra a Carol, indemne, esperándole sonriente sentada en la cama. Cuando él le pide explicaciones, ella simplemente lo insta a volver al lago para mostrarle algo. Ya en el embarcadero del castillo Malcom duda de si la persona que tiene delante es realmente su mujer. Y entonces, “Carol” se convierte en un pulposo horror lleno de tentáculos que lo atrapa y lo arrastra con él al agua. Es el monstruo del lago, que tras devorar su primera presa ha adoptado su forma para conseguir otra.
La maldición (dibujos de Roca): la última de las historias es de piratas. Estamos, así a ojo, en el siglo XVII más o menos. El capitán Blood (no el Blood de Herrol Flynn, sino otro con bastante peor talante) ataca una aldea para capturar a sus habitantes como esclavos y venderlos al mejor postor. La resistencia que estos oponen no es mucha, y toda la aldea es rápidamente saqueada. Los supervivientes son atados y conducidos al barco. El capitán Blood mata en persona al jefe de la aldea y le roba su fetiche mágico, un bastón de madera rematado por la talla de una pequeña cabeza y un penacho de plumas.
Durante el viaje en barco a su siguiente puerto, un extraño cambio se opera en el capitán. Una de sus manos, aquella con la que empuñaba la pistola con la que mató al jefe de la aldea, se va endureciendo hasta convertirse en madera.
Temiendo que pueda ser una maldición arroja el bastón-fetiche al mar, pero esto no cambia nada. El resto del brazo sigue el mismo proceso, y luego le toca a una pierna. Las extremidades transformadas pierden la sensibilidad y movilidad y se vuelven rígidas, paralizándolo poco a poco. Blood trata de ocultar esto a sus hombres, ya que entre criminales cualquier señal de debilidad es una invitación a ser quitado de en medio.
Pocos días más tarde el capitán ya ni tan solo sale de su camarote ni contesta las preguntas que le hacen a través de la puerta, atrancada por dentro. Sus hombres derriban la puerta y hallan el camarote vacío. No hay ni rastro del capitán. Sobre su camastro encuentran un bastón como el que el capitán arrojó al mar, solo que la efigie tallada en la madera que lo remata, es la de Blood.
De estas cuatro historias, encuentro que la más interesante es la primera. Claramente la chica del espejo es el cebo de la trampa. Anitra incita John a entrar él en el espejo, no lo obliga, y lo pone en una situación en la que él queda como un héroe. Luego le entrega a John una gran recompensa que, naturalmente, él quiere llevarse a su mundo, y ella se lamenta de tener que separarse de él. ¿Necesita Anitra ser invitada a cruzar el espejo hacia el mundo de John para poder hacerlo? Porque si pudiera hacerlo por su cuenta no tendría que esperar a que alguien se alojara en la habitación.
Y luego están los monstruos que surgen del cofre de joyas, que John llevaba bajo el brazo cuando cruzó el espejo. Al igual que en al caso de Anitra, parece necesario que alguien los cruce por el espejo y que no pueden hacerlo por si mismos, ni puede ser Anitra quien los lleve, y por eso ella le presenta el cofre a John como una recompensa por salvarla. Anitra sería por tanto algo así como el coyote que los monstruos necesitan para cruzar la frontera que el espejo representa para ellos.
Todo esto es especulación por mi parte porque no se nos da ninguna clase de explicación, pero encuentro que la situación que se nos plantea en esta historia es cuanto menos intrigante.
Puedes ver otro comic de esta colección pulsando aquí.
Gespenter Geschichten nº 5. 1984. Varios autores. Bastei-Verlag. Publicado en 1984 por Editorial Bruguera S.A.
Pero no se dice hispanoamericanos se dice latinoamericanos
ResponderEliminarCuando hablas de los dibujantes. mejor lo corriges
EliminarLos dos términos son correctos, pero indican cosas distintas. Latinoamérica son los países del continente americano en los que se hablan lenguas derivadas de latín, lo que incluye español y francés pero no portugués, así que Latinoamérica incluiría a Canadá porque hablan francés pero no a Brasil porque hablan portugués. Hispanoamérica son los países del continente americano que hablan variantes del español, por lo que no incluirían ni Canadá ni Brasil. Lo que la mayoría de la gente llama Latinoamérica es en realidad Iberoamérica, es decir, que hablan lenguas provenientes concretamente de la Península Ibérica. Eso incluye español y portugués, pero no francés, por lo que en Iberoamérica sí entraría Brasil pero no Canadá.
EliminarEn el caso que comento, el termino correcto sería hispanoamericanos porque hubo autores de Centroamérica y Sudamérica pero ninguno de ellos, que yo sepa, era brasileño ni canadiense.