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lunes, 21 de abril de 2025

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 21 a 23) El terrible Kadúl

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, nobles caballeros y damas.

Aprovechamos que las espectaculares fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy han dado ya comienzo para reseñar algunos números más de El Guerrero del Antifaz, el comic ambientado en esa misma época. Este año el cuerpo principal de las fiestas de Alcoy se ha trasladado a mayo por problemas de agenda, pero su inicio oficial, conocido como La Gloria de Alcoy sigue siendo el Domingo de Resurrección.

En esta población, la fiesta de Moros y Cristianos conmemora concretamente la batalla que tuvo lugar en 1276, en la que la población fue liberada de las tropas musulmanas de Al-Azraq, derrotado por tropas cristianas lideradas por San Jorge en persona.

Las filaes o congregaciones que desfilan en representación de los contendientes son las de, por el bando moro, Abencerrajes, Benimerines, Berberiscos, Chano, Cordón, Miques, Judíos, Ligeros, Llana, Magenta, Marrakesch, Mudéjares, Realistes, y Verdes. Llama la atención especialmente que la filae de los Judíos forme en el bando moro cuando los judíos que había en aquella época en la península eran básicamente neutrales, siendo raro que apoyaran militarmente uno u otro bando. Puede que se los incluyera en el bando moro para mantener un mismo numero de filaes en cada ejército.

Por los cristianos tenemos a Alcodianos, Almogávares, Andaluces, Aragonesos, Asturianos, Cides, Cruzados, Guzmanes, Labradores, Mozárabes, Muntanyesos (montañeses), Navarros, Tomasines y Vascos. 

Los capítulos de El Guerrero del Antifaz que veremos hoy, aprovechando el ambiente a la vez mítico e histórico de estas fiestas, son los siguientes:

Aliados contra Olián (nº 21). El Guerrero y Osmin, el mayor de los Kir, han abandonado su refugio en busca de provisiones. Tienen un nuevo encontronazo con los Jinetes Negros, cuyo número no para de crecer. El combate es un tanto rutinario y tiene el resultado esperable, como uno de esos encuentros aleatorios de los RPG que están puestos ahí para raspar algunos px extra. La acción pasa a otros personajes y solo volverá con el Guerrero al final del número. El autor tenía tantas tramas secundarias abiertas llegado a este punto que casi todas las páginas de este número están dedicadas a desarrollarlas.

Olián prosigue su huida tras haber raptado a Ana María, y don Luís continúa rastreándole. Por donde pasa va movilizando a las tropas que encuentra hasta que una docena larga de soldados y caballeros le acompaña. Sin embargo, Olián se le escurre entre los dedos y logra llegar hasta sus tierras tras tres días de galope frenético, que tan solo detiene para robar caballos descansados con los que sustituir al suyo. Se refugia en uno de sus puestos avanzados, deja a Ana María bajo la vigilancia de sus hombres y se derrumba agotado en un catre tras más de setenta horas viajando y combatiendo ininterrumpidamente.

En esa misma fortaleza está encerrado Fernando, puesto que al parecer los soldados que le capturaron eran de Olián. No tuvo ocasión de destruir el mensaje que el Guerrero le entregó para que lo llevara hasta la fortaleza cristiana, y por este los moros tienen ahora confirmación de lo que ya sospechaban: el Guerrero y los Kir se ocultan en las montañas cercanas a la fortaleza de Harúm, ahora en manos de Hamet Zenet. Desde su celda, Fernando oye una conversación casual entre dos guardias en la que hablan de Ana María y descubre así que ella también está atrapada tras esos mismos muros. Redobla sus intentos de escapar para avisar al Guerrero, pero fracasa. Olián, tras comprobar que la intimidación y las amenazas no surten efecto en el muchacho, hace un pacto con él. Si Fernando le guía hasta el Guerrero, se enfrentará a este en un combate individual en lugar de lanzar contra él a todos sus soldados.

Olián parte hacia las montañas llevándose una escolta de cincuenta hombres y a Fernando como guía. Éste en ningún momento ha creído la promesa de Olián, así que lo tiene dos días dando vueltas por el abrupto terreno esperando a que se le presente la oportunidad de huir. Cuando esta llega, Fernando se lanza por un barranco hasta un caudaloso río que transcurre bajo este. Gracias a ello logra llegar hasta la cueva de los Kir e informar de lo ocurrido al Guerrero. Pese a estar al mismo límite de sus fuerzas, Fernando acompaña al Guerrero y Osmín cuando estos salen en busca de Olián, que ya se encuentra peligrosamente cerca de la cueva. 

El caudillo moro ha dividido a sus hombres en grupos para buscar por los alrededores. El Guerrero y Osmin aprovechan esto para atacar a uno de los grupos y liquidarlo, pasando luego a otro y acabando así poco a poco con los hombres de Olián, a los que no podrían derrotar a todos a la vez. Su objetivo, en realidad, es solo abrirse paso entre ellos, puesto que en realidad la intención del Guerrero es llegar hasta el puesto avanzado donde se encuentra Ana María.

Sin embargo, anteriormente se nos mostró cómo don Luis, que ya había reunido a un ejército a su alrededor, atacó el puesto avanzado de Olián. Y logró tomarlo, solo para descubrir que Ana María ya había sido trasladada a otro lugar.

Empresa arriesgada (nº 22). De camino al puesto avanzado de Olián, ya en manos de don Luis, el Guerrero, Osmin y Fernando son atacados por los bandidos errantes de Ali Kan, que siguen dando guerra en la zona. Ali Kan, con su cobardía habitual, arenga a sus hombres contra los dos adversarios más experimentados mientras él se enfrenta a Fernando, el más débil de sus rivales. Pero tan pronto como las cosas empiezan a ir mal, es el primero en volver grupas. Lo que queda de su banda, cada vez más pequeña, le sigue en su huida.

Alejándose de este desafortunado encuentro, Ali Kan y los suyos se topan con Zoraida e Hixem, que continúan de camino al pueblo del hermano de este. ¿Quiénes son estos personajes y que hacen aquí? Recordémoslo, que la cosa ya va liándose bastante con tanto personaje. Zoraida era la esclava de harén favorita de Ali Kan antes de que esta lo traicionara para salvar al Guerrero. E Hixem era uno de sus sirvientes, que a su vez también lo traicionó para salvar a Zoraida. Al verse de nuevo frente a ambos, Ali Kan lanza sus hombres contra ellos. Zoraida es capturada, e Hixem termina rodando por un precipicio y lo dan por muerto. 

Esta vez, sin embargo, Ali Kan quiere asegurarse. Viendo que el fondo del precipicio está cubierto de matojos, los bandidos prenden fuego a unas ramas y las arrojan al barranco, y pronto todo su fondo es un mar de llamas.

Hixem es un personaje que no me llama especialmente la atención y creo que lo único que hace es retrasar la trama impidiendo que esta avance a mejor ritmo. No me hubiera importado que muriera aquí, pero no. Sale ileso de la caída (los matojos del fondo del barranco la amortiguan) y además encuentra una providencial cueva en la que resguardarse totalmente de las llamas. 

Por su parte, don Luis decide adentrarse solo y desarmado en el territorio de Olián. Los soldados y caballeros con los que tomó el puesto avanzado son muchos para pasar desapercibidos, pero a la vez pocos para representar una fuerza de incursión con posibilidades de éxito. Así pues, vestido con ropas árabes y haciéndose pasar por mendigo, don Luis se dirige a la antigua fortaleza de Motamid sin armadura ni armas. Logra engañar a los guardias que se va encontrando, pero ya casi a las puertas de la fortaleza es desenmascarado y detenido.

El Guerrero y su grupo no se libran de su cuota de complicaciones. Se topan con un grupo de soldados de Olián y tras una breve y feroz lucha acaban con todos salvo con uno que logra huir. Lo peor es que antes de escabullirse este último enemigo mata a los caballos, excepto el que toma él, para que no le persigan. El Guerrero y sus compañeros no tardan mucho en conseguir otros caballos, pero esto les supone un nuevo retraso. 

Cuando logran llegar al puesto avanzado de donde escapó Fernando, descubren que este ya fue tomado por los cristianos tres días atrás. El capitán al mando de la fortaleza y el Guerrero intercambian lo que cada uno de ellos sabe sobre los últimos movimientos de Olián. Tras esto, el Guerrero, Osmín y Fernando se ponen en marcha hacia la fortaleza de Olián, el peñón elevado del que el Guerrero ya escapó en una ocasión.

Apresados en el monte (nº 23). Como no podía ser de otro modo, los personajes tienen un encuentro con otro grupo de guardias de Olián, de los que se deshacen rápidamente. Osmin es tan diestro en combate como el Guerrero, probablemente más fuerte, y (como ya se ha visto en otras ocasiones y se nos vuelve a mostrar ahora) no tiene reparos en matar a sus enemigos por la espalda o sacar ventaja de la superioridad numérica en las pocas ocasiones en las que cuenta con ella. 

El grupo recurre a trucos como avanzar de noche, envolver los cascos herrados de los caballos con trapos para amortiguar sus pasos, avanzar por el lecho de los ríos para no dejar huellas en la tierra, o adelantarse uno de ellos a pie para explorar el terreno. Aun así se van encontrando con nuevos guardias cada pocas horas, lo que hace su camino largo y penoso.

No son los únicos intrusos en territorio de Olián. Kadúl, el verdugo de rostro deforme y brazos simiescamente largos vaga por las montañas buscando el rastro de Aixa para llevársela a su señor. Kadúl se nos presenta como alguien claramente trastornado, incluso con un leve retraso mental, y sin embargo le bastan solo tres días para lograr lo que las tropas de Harúm al principio y las de Hamet Zenet ahora no han logrado nunca, encontrar la guarida de los Kir. Kadúl (que habla de sí mismo en tercera persona) se adentra en la cueva. Encuentra rápidamente la puerta secreta que da acceso a la parte habitada de la misma, pero no el resorte que la abre. Soluciona este inconveniente empujando la puerta de piedra hasta forzar su mecanismo, dándonos una idea de la inhumana fuerza que tiene. No tarda en encontrar también a Aixa y se enfrenta a Shantal y Solimán para llevársela.

Los hermanos habían discutido poco antes, ya que ambos se han ido enamorando de Aixa durante los días que han estado cuidando de ella. Quizá el llevar varios años ocultos en una cueva, sin ver ninguna mujer, ha tenido algo que ver con esta aparente coincidencia. Pese a que en comics anteriores se ha descrito a los hermanos Kir como colosos o titanes, exaltando su fuerza y resistencia físicas, Kadúl se libra de los dos a la vez a base de golpes sin molestarse en desenvainar el alfanje que lleva el cinto, y se lleva a Aixa con él.  

Cuando ambos se reponen un poco de la paliza salen a buscarle, separándose para rastrear más terreno. Solimán lo encuentra primero y se le echa encima, pero Kadúl se limita a tumbarlo de nuevo de un puñetazo y arrojarlo por un precipicio. Luego es Shantal quien le ataca. Kadúl intenta repetir la jugada, pero esta vez son ambos los que ruedan por el abismo. 

Viéndose sola y desconociendo el camino de regreso a la cueva, Aixa vaga temerosa por el monte. Kadúl y los Kir han caído a las aguas de una laguna, pero mientras que el impacto aturde a los hermanos, el verdugo de Hamet Zenet vuelve a trepar inmediatamente por la pared rocosa a manos limpias. Alcanza el borde del acantilado y rastrea de nuevo a Aixa. No tarda mucho en encontrarla y apresarla, llevándosela en brazos mientras los Kir luchan aún por reponerse de la paliza física y moral que les ha infligido un solo adversario.

Y así lo dejamos por el momento, pero podéis continuar inmediatamente con los siguientes números pulsando aquí. 

Otras colecciones de Manuel Gago 

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

El Guerrero del Antifaz. 1944. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1972 por Editorial Valenciana S.A.

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