¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Cuando comenté el librojuego de Laberinto Mortal, dije que el extraordinario premio de 10.000 monedas de oro que obteníamos si lográbamos sobrevivir a sus pruebas solo era superado en una ocasión, y es esta. En El Desafío de los Campeones volvemos a adentrarnos en el Laberinto Mortal del Barón Sukumvit, y esta vez el premio es el doble: 20.000 monedas de oro aguardan a quien logre sobrevivir al nuevo laberinto, con trampas y criaturas mucho más letales que en años anteriores.
Comenzaremos nuestra aventura no como un guerrero que acepta voluntariamente
el reto, si no como un esclavo de Lord Carnassus. Tras una temporada como
remeros de galeras, nos veremos participando como gladiadores en una serie de
combates en la arena, tanto contra adversarios humanos como contra monstruos,
en los que pondremos a prueba toda nuestra habilidad combatiendo con diversas
armas.
La recompensa que aguarda al vencedor no es la libertad, si no una ordalía
aún mayor: ser obligado a participar en la prueba del Laberinto Mortal, y
obtener para nuestro amo las 20.000
monedas del premio. Es decir, que tenemos posibilidades (y no pocas) de morir antes incluso de haber llegado a entrar en el laberinto, y todo por hacer que nuestro despreciable amo se vuelva aún más asquerosamente rico de lo que ya es.
Esta historia tiene lugar un año después de que un aventurero
(quizá nosotros mismos, si jugamos a Laberinto Mortal y logramos completarlo) se
convirtiera en el primer participante en salir vivo de la mazmorra. El barón
Sukumvit mandó reconstruirlo completamente para que esto no se repitiera. La posibilidad
de superar el desafío debía seguir existiendo, pero ser tan remota que en
práctica fuera casi imposible lograrlo. Los monstruos mas terribles fueron llevados
al laberinto, traídos desde todos los confines del mundo, y trampas aún más diabólicas
sustituyeron a las anteriores.
Ahora, junto a otros cuatro participantes, y sin nada más que
unos pantalones y una espada (nuestro amo no es muy generoso con su campeón,
que se diga) nos adentramos en el nuevo laberinto. Si en el anterior debíamos
encontrar tres joyas para poder abrir la última puerta, aquí necesitaremos
nueve anillos. Si el orden de colocación de las joyas en la cerradura podíamos llegar a
deducirlo por el método de prueba y error, aquí dependemos totalmente de
encontrar tres pequeños pergaminos, en cada uno de los cuales se nos indica el orden correcto de
tres de los anillos. Esto significa que entre anillos y pergaminos debemos
reunir doce objetos, no tres como en el laberinto anterior. Y la falta de tan solo
uno de los anillos o uno de los pergaminos, nos condena automáticamente al
fracaso incluso si logramos superar todos los enemigos y trampas y llegar al
final.
Los nuevos monstruos son un espanto incluso comparados con los de Laberinto Mortal. Por poner solo unos ejemplos, tenemos al Bone Devil (Diablo de hueso). Ya solo por sus puntuaciones (Destreza 10, Resistencia 8) es un adversario a considerar. Pero además, antes de cada asalto debemos lanzar un dado. Si el resultado es un dos o menos, nos paraliza y mata automáticamente. Para vencer a un enemigo de Resistencia 8 necesitaremos (sin recurrir a los puntos de Suerte) cuatro asaltos, en caso de que los ganemos todos (lo cual no es fácil, por su Destreza 10). Supongamos que nosotros también tenemos una elevada Destreza 10 y por tanto ganamos en promedio un asalto de cada dos. Eso le da al Demonio de hueso ocho oportunidades de obtener 1 o 2 en un dado, venciéndonos en automático la primera vez que lo logre.
El Fire Demon (Demonio de fuego) es otro adversario a destacar. Destreza 10, Resistencia 10, y tras cada asalto debemos lanzar un dado. Con un 1 o 2 nos quema haciéndonos dos puntos de daño. Con un 3 o 4 nos azota con un látigo haciéndonos un punto de daño. Este daño es adicional al que podamos sufrir como resultado del combate, por lo que puede herirnos incluso en los asaltos que pierde.
Incluso los enemigos que no tienen características especiales suelen hacer gala de unas puntuaciones altísimas, como los xoroas; criaturas parecidas a centauros pero con la parte inferior de insectos, con Destrezas y Resistencias que oscilan entre 9 y 11. Estos seres pueden llegar a aparecernos en grupos de cuatro, con los que debemos luchar a la vez.
Un autentico zoo de los horrores. Y si logramos acabar con todos ellos, reunir todos los anillos, todos los pergaminos, y lograr salir vivos del laberinto, nuestro amo nos aguarda a la salida del mismo para reclamar el premio correspondiente que hemos ganado en su nombre. Por fortuna, el Barón Sukumvit odia a Lord Carnassus, y si bien llegado este caso le entregará el oro a él, nos concederá la libertad a nosotros. La libertad... y con ella la posibilidad de vengarnos de nuestro antiguo amo.
Puedes ver otro librojuego de esta colección pulsando aquí.
Trial
of Champions. 1986. Ian Livingstone (texto) Brian Williams (ilustraciones). Fighting
Fantasy nº 21. Puffin Books.
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