¡ALERTA DE EXPOILERZ!
En la primera de estas novelas ya nos presentaba a una Jill obsesionada con la muerte de las hijas de un vecino, que la hacía tomarse como algo personal todo el asunto de la mansión Spencer. Aquí, al encontrarse con una boca de riego reventada lanzando al aire un chorro de agua, lo primero en lo que piensa en lo mucho que divertiría eso en circunstancias normales a un grupo de niños. Y justo después, este pensamiento se encadena con el de que todos los niños de la ciudad deben estar muertos, y siente una profunda pena por ellos.
Quinto libro sobre Resident Evil de la autora S. D. Perry. Es
una novelización del videojuego Resident Evil 3 que, aparte de narrar de forma
bastante correcta toda la trama general del videojuego, desarrolla a Jill en el
terreno mental y sentimental.
En la primera de estas novelas ya nos presentaba a una Jill obsesionada con la muerte de las hijas de un vecino, que la hacía tomarse como algo personal todo el asunto de la mansión Spencer. Aquí, al encontrarse con una boca de riego reventada lanzando al aire un chorro de agua, lo primero en lo que piensa en lo mucho que divertiría eso en circunstancias normales a un grupo de niños. Y justo después, este pensamiento se encadena con el de que todos los niños de la ciudad deben estar muertos, y siente una profunda pena por ellos.
También, tal como ocurría en el primer libro, tiene a menudo
recuerdos sobre su padre, sobre los compañeros perdidos, y sobre antiguas
relaciones amorosas que no prosperaron. Incluso estando atrapada en una urbe que
tiene más de mausoleo que de ciudad, rodeada de monstruos y muertos vivientes,
una situación en la que debería estar completamente centrada y con todos sus
sentidos alerta, su mente vuelve una y otra vez a lo mismo: la soledad que ha
marcado toda su vida, y se deja entrever la idea de un instinto maternal
reprimido. Hay hasta un momento (aunque esto ya este puesto más en plan
humorístico) en el que fantasea con la posibilidad de encontrarse de pronto con
un todo un pelotón de soldados jóvenes, hipermusculados, solteros y heterosexuales, que la inviten a comer y le regalen munición para recargar sus armas.
También hay capítulos en los que la historia se centra en Carlos
Oliveira, creándole un pasado y explicándonos las circunstancias bajo las
cuales entró al servicio de Umbrela, y otros en los que se centra en Nicolai, dándonos
acceso a su perturbada mente, y su obsesión por el dinero que va a recibir. Más que por su valor económico, las cifras que espera embolsarse son para él como un baremo de puntos, un reconocimiento contable y tangible a su eficacia como mercenario (quizá un guiño al minijuego de Los Mercenarios, en el que obteníamos diferentes cantidades de dinero según los enemigos que elimináramos). Estos capítulos (los de Nicolai) están muy bien
conseguidos, y resultan quizá la parte más interesante del libro.
Y si eso es lo mejor, lo peor es el intento a la desesperada que hace la autora de justificar la ropa inicial de Jill, probablemente el detalle más tonto del juego. Teniendo en cuenta que tiene tiempo para prepararse y que sabe que va a tener que combatir, escabullirse entre las zarpas de los zombis y probablemente saltar, arrastrarse y rodar... ¿lo más adecuado que encuentra por casa es un top y una minifalda?
Y si eso es lo mejor, lo peor es el intento a la desesperada que hace la autora de justificar la ropa inicial de Jill, probablemente el detalle más tonto del juego. Teniendo en cuenta que tiene tiempo para prepararse y que sabe que va a tener que combatir, escabullirse entre las zarpas de los zombis y probablemente saltar, arrastrarse y rodar... ¿lo más adecuado que encuentra por casa es un top y una minifalda?
En otras ocasiones, Perry ha sabido explicar cosas aparentemente sin sentido que ocurrían en los videojuegos. Pero tratar de justificar esto (nos dice que tenía más movilidad con una falda corta ajustada que llevando unos pantalones) es terrible, y me da la impresión que fue una imposición de Capcom después de todas las quejas que hubo por parte de los verdaderos fans de la franquicia cuando vieron ese vestido como el atuendo "oficial" del personaje, y no como uno de los extras, donde siempre se permite una menor coherencia. Los Resident Evil no son el tipo de juegos donde los jugadores esperan ver a las protagonistas en bikini, con uniforme de criada, o con tops y minifaldas ajustadas, si no con botas de seguridad, pantalones de campaña, y puestos a pedir, con un chaleco antibalas y una mochila repleta de armas.
Hay un cameo de Ada Wong. No se la nombra, pero Nicolai ve
brevemente a una mujer a la que describe como ella, mientras cumple sus propios
objetivos por la ciudad. La historia de RE3 es mas o menos simultánea a la de RE2, por lo
que tampoco tiene nada de raro que personajes de una y otra entrega se
encuentren.
Como hizo en los libros anteriores, y seguirá haciendo en
posteriores, se emplea a Trent como elemento aglutinador de las diversas
tramas (y se nos desvelan algunas cosas más sobre su pasado y motivaciones, en el Epílogo) se aprovecha el formato de novela para justificar las cosas que en los
videojuegos quedaban un poco cogidas por los pelos, y se elimina gran parte del
factor puzle. En conjunto, casi tan
entretenido y emocionante como el videojuego.
La historia continúa en Código Verónica.
Némesis. 2000. S.D.Perry (texto). Resident Evil 5. Timun Mas.
Némesis. 2000. S.D.Perry (texto). Resident Evil 5. Timun Mas.
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