BUSCA EL TESORO DE HARK

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                             ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Mucho antes de hacerse mundialmente famoso con Goosebumps y sus colecciones derivadas, el escritor R. L. Stine se dedicaba principalmente a los librojuegos. Podemos encontrar librojuegos escritos por él en colecciones como La Torre y la Flor o Magos y Guerreros (¡no confundirla con Brujos y Guerreros de Steve Jackson!). Uno de los más curiosos que escribió fue el que comentamos hoy, perteneciente a la colección Galaxia de Editorial Daimon. Es muy probable, y lo digo sin exagerar, que se trate del librojuego más difícil jamás escrito.

Tomamos el papel de un aventurero del espacio que ha aterrizado en Hark, considerado el planeta habitado más letal del universo. Hark es un enorme desierto sin apenas agua ni vegetación, poblado por criaturas monstruosas. También hay tribus de humanoides nómadas que creen que la hospitalidad consiste en esclavizar de por vida a los desconocidos en lugar de matarlos. La radiación solar es además tan intensa que basta para matar en pocos minutos a cualquiera, salvo a los nativos del planeta cuya genética lleva a sus espaldas cientos de generaciones de aclimatación natural. Por si esto fuera poco, todo en Hark es desconcertante para el extranjero. Las brutales condiciones de vida han convertido a las criaturas autóctonas en los más raros y extremos ejemplos de adaptación al medio: algunas se entierran por completo en la arena, otras son indistinguibles de las rocas hasta que se mueven, y las hay que han evolucionado para aparentar ser cosas valiosas e impulsar a los incautos a recogerlas. Y para poder defenderse (o alimentarse) de estas criaturas o de los miembros de las otras tribus, los nómadas han plagado el mundo de trampas ingeniosas y letales.

Os preguntareis que demonios estamos haciendo en un sitio tan poco acogedor. Pues buscamos un tesoro. Un fabuloso tesoro que, según la leyenda, fue ocultado hace mucho tiempo en algún lugar de las Malastierras, la región más dura y mortífera de este mundo. Y tendremos que hacerlo sin nada más que una armadura térmica para resistir el calor de los soles, una pistola de rayos, y unas pocas provisiones comprimidas.

El libro no tiene un sistema de puntuaciones típicas que mesuren nuestra habilidad o resistencia. Lo único que deberemos ir anotando son una serie de puntos que se nos van concediendo a medida que avanzamos y superamos los obstáculos, y que nos sirven para medir lo bien que lo estamos haciendo en cada partida.

Siempre juego unas cuantas partidas a los librojuegos antes de reseñarlos, tanto si los conozco bien como si los tengo sin estrenar. En el caso de este, sólo lo había repasado un poco por encima para ver el estilo de las ilustraciones y si se incluían tiradas de azar en algunas secciones. Tras morir de formas increíblemente crueles y miserables unas quince veces seguidas, hice un recuento de posibles finales. Hay setenta y ocho finales. En uno de ellos encontramos el tesoro y sobrevivimos. En los otros setenta y siete morimos. Teniendo en cuenta que el librojuego tiene un total de doscientas cincuenta secciones, esto supone que nos matan en aproximadamente una de cada tres. Exceptuando unas cuantas secciones de transición en las que nos remiten de una a otra, en el resto nos encontramos dos o tres elecciones. La proporción de muertes del libro implica que casi siempre que se nos de a elegir, como mínimo una de las opciones nos matará. Y puede que lo hagan todas, porque hay varias rutas principales para elegir y solo al final de una de ellas encontraremos el tesoro. Eso implica que al final del resto de rutas principales también nos aguarda la muerte.

Esto está hecho para que nos confiemos. Si elegimos una de estas rutas y avanzamos bastante por ella antes de morir, supondremos que hasta ese momento lo hemos estado haciendo bien. Y volveremos a jugar siguiendo el mismo camino, repitiendo los pasos anteriormente dados, y cambiando de elección en el punto en el que nos mataron… probablemente para avanzar un par de secciones más antes de volver a morir. E incluso si llegamos al final de esa ruta y no es la correcta, nos matarán de todos modos. El sistema de puntos que nos recompensa por superar las trampas y obstáculos es en realidad una trampa más. Nos hace creer que lo estamos haciendo bien al recibir puntos mientras avanzamos hacia una muerte inevitable. 

Al final del libro viene un boleto que podíamos rellenar para participar en un sorteo (no se indica de qué) pero para hacerlo era necesario anotar en él la secuencia de secciones por las que pasamos para llegar hasta el tesoro. Alternativamente podíamos enviarlo para que se nos revelase cual era ese camino, si nos cansábamos de morir una y otra vez. Me consta que existe una sección en la que encontramos el tesoro, porque la vi cuando recontaba los finales, pero aun no he encontrado el camino hasta ella… y visto como está estructurado el librojuego, es posible que esta sección esté allí solo para que el jugador la vea si las repasa todas para comprobar si realmente existe la posibilidad de ganar. ¡Pero esto no garantiza que haya una sección desde la que se nos remita a esa! Puede que no exista posibilidad de ganar y que esa sección sea simplemente otra más de las trampas de Hark. Del retorcido sentido del humor de Stine uno se puede esperar cualquier cosa.

Haremos alguna partida más de tanto en tanto para averiguar si el camino existe. Hasta entonces, el legendario Tesoro de Hark... seguirá siendo una leyenda.

Puedes ver otro librojuego de este autor pulsando aquí.

Editado 30-9-2023: ¡Lo terminamos al fin! Y no es una leyenda, el Tesoro de Hark existe y es posible llegar hasta él, tal como explicamos superficialmente aquí.

The Badlands of Hark. 1985. R.L.Stine (texto) Ricardo Recio (portada) Robert Roper (ilustraciones). Publicado en 1986 por Ediciones Daimon.