EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Por fin empieza a notarse un poco el fresquito en nuestro planeta. Hace tanto tiempo que lo estamos esperando que celebramos su aproximación (que no aún su llegada) con este bolsilibro de título frío pero de contenido más bien tibio.
Llevamos 167 bolsilibros comentados por el momento, y el primero de todos ellos fue uno de Berna titulado Los enemigos del Sol, en el que un grupo de alienígenas hechos de hielo pretendían apoderarse de la Tierra. En este otro título el caso es más o menos el inverso; un grupo de terrícolas que viajan a Bultano, el planeta de los seres de hielo, para robarles tantas esmeraldas como puedan, que en su mundo son muy comunes.
Lo primero que hay que decir es que no se trata de los mismo seres de hielo. Al parecer las formas de vida basadas en el agua congelada tienen varios mundos de origen en el bernaverso, y Bultano es uno de ellos.
Yanko es un piloto espacial al que han despedido de su trabajo por acostarse con la mujer del jefe (hay, Berna…😓). Ahora está en un hotel acostándose con una de las sirvientas (...😓) cuando alguien llamado Phil le ofrece un trabajo que no puede rechazar. Necesita un piloto que los lleve a Bultano a él y sus socios (y socias, porque con alguien tendrá que acostarse Yanko durante el viaje😓).
Bultano es un planeta típico de bolsilibro: principalmente selvático y poblado de vida salvaje especialmente grande. En este caso, hay formas de vida civilizadas en los polos. Los bultanienses son humanoides hechos de hielo, que para evitar derretirse cuando abandonan los polos usan una especie de trajes estancos que mantienen las bajas temperaturas a las que están acostumbrados. No son agresivos de por sí y permiten que otras especies aterricen en su planeta, pero son muy celosos de este y no quieren que nadie se lleve nada, ni el más mínimo guijarro. En Bultano abundan las esmeraldas y Phil planea hacerse con un montón de ellas. Los bultanienses no dan ningún valor a estas. Para ellos son como simples piedras, pero no están dispuestos a que venga gente de fuera a llevarse trocitos de su planeta, y matan a todo el que lo intenta.
Tras una emotiva y apasionada despedida de la sirvienta del hotel, de la que se olvida inmediatamente (...😓) Yanko conoce al resto del grupo. Están el que le ha contratado, Phil, y su novia Nadia. También Udo y Boris, que tienen todo el aspecto de ser los típicos personajes que están ahí solo para traicionar a los demás al final. Y Halina, cuyo único papel en la historia es convertirse en la nueva novia de Yanko casi inmediatamente.
El viaje les lleva una semana. En cuanto llegan a Bultano empiezan a buscar esmeraldas por el clásico sistema de andar al azar hasta ver alguna tirada por ahí. Encuentran varias en el lecho de un rio, pero son atacados por un dragón gigante de cinco cabezas. ¡Cinco, nada menos! A duras penas logran abatirlo con las armas láser que llevan con ellos, y además Yanko queda como un héroe salvando a Halina de una muerte segura, mientras todos los demás se abstienen cobardemente de ayudarla.
Luego descubren que el dragón pentacéfalo había surgido de una gruta tras una cascada, y al examinarla la encuentran llena de cientos de gemas. Entonces regresa la pareja del primer dragón (que en realidad, era dragona) al que también matan. No contentos con esto, más adelante se cargan también a la cría de los dragones, un pequeño dragón gigante de cinco cabecitas recién salido del huevo. En este momento ya estaba deseando que se cargaran a todos los personajes. Por cierto, muy mal también por parte de los seres de hielo: muy celosos de que nadie se lleve ni una piedra de su planeta, pero ni el más mínimo reproche si se dedican a matar animales autóctonos, crías recién nacidas incluidas. Diría que a estos tipos les falta sangre en las venas si no fuera porque, literalmente, están hechos de hielo y por tanto carecen de sangre y venas.
La cosa no acaba aquí. Además de con la familia de dragones tiamáticos, acaban con una serpiente gigante y con un montón de hormigas gigantes que acuden precisamente porque ellos mismos estaban llenando el área de cadáveres recolectables. Las escenas de muertes de animales y visitas de los seres de hielo, que aparecen de tanto en tanto para comprobar que no estén llevándose nada, se van alternando hasta que Phil se decide a arramblar con las esmeraldas empleando un plan sumamente ridículo; las lanzan al rio y luego fingen que se están bañando, aprovechando el momento para guardárselas dentro del bañador. Luego salen del rio con los bañadores y bikinis tremendamente abultados por las esmeraldas que llevan en ellos, y se dirigen andando como patos hacia la nave, para largarse.
Naturalmente, los seres de hielo, que tontos no son, se dan cuenta de ello y atacan a los terrestres con varitas de rayos congelantes cuando estos estaban llevando a cabo una segunda sesión de baño fluvial con saqueo gemológico incluido. Los humanos contratacan con pistolas de rayos calóricos que derriten a los seres de hielo, y únicamente Yanko y Halina sobreviven, logrando huir en la nave con las esmeraldas obtenidas por todos los demás. Y claro, con tanta esmeralda a bordo, a Yanko no le cuesta mucho encontrar una que encaje bien en un anillo.
Este bolsilibro de Berna reúne algunos elementos que ya hemos visto en otros de sus títulos de exploración espacial, y que consolidan un poco más el bernaverso; los humanoides de hielo, por ejemplo, muy similares a los del ya citado Los enemigos del sol, o la combinación de gigantismo y policefalia, propia de los monstruos de El planeta de las sirenas, otro gran clásico de este blog.
Lo mejor del libro, por decir algo en su favor, son los papeles de Phil, Boris y Udo. Al principio da claramente la impresión de que la historia va a ir por otros derroteros. Al ser cuatro hombres y dos mujeres, con dos parejas de hombre y mujer establecidas casi desde el inicio, Udo y Boris quedan libres. Y al describírsenos estos como dos tipos patibularios que parecen estar tramando algo, todo apunta a que en algún momento van a traicionar a los demás, y a tratar de quedarse con las chicas y con las esmeraldas. Esto sin embargo no ocurre, e incluso la imagen honesta y amistosa que se nos daba al principio de Phil se va alterando gradualmente para ir volviéndolo más violento y tiránico.
Pienso que el desenlace natural de esta historia, si los seres de hielo no hubiesen llegado a intervenir, sería el de Udo y Boris tratando de matar o abandonar en el planeta a Janko y Phil, para luego largarse con las joyas y las mujeres. De haber permitido el número de páginas una historia más larga, o de haber sido otro el autor, estoy seguro que la cosa habría tomado esa dirección.
Puedes ver otro bolsilibro de este autor pulsando aquí.
El reino de los seres de hielo. 1980. Josep Berna (texto). Three Lions (portada). Héroes del espacio nº 31. Ediciones Cres S.A.
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