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domingo, 27 de noviembre de 2022

HEAVY METAL

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                            ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                               ¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!                                                                                                                                                                                        

Presentado por... Pecky.
 

¡Hola, amigos cinéfagos!

Hace tres días tuvo lugar uno de esos sucesos astronómicos curiosos que nos gusta resaltar comentando un libro o película adecuados para la ocasión. Una bola de fuego intensamente verde recorrió el cielo de los Estados Unidos y terminó por hundirse en las (por lo general) plácidas aguas del lago canadiense de Ontario. Esto nos recordó cierta película que tenemos rondando por aquí desde hace mucho, en espera de ser comentada. 

Normalmente tratamos de hacer coincidir el comentario con el día, pero la caída de un pequeño meteorito suele ser más bien imprevisible. Y al parecer es la sexta vez en toda la historia que queda constancia de un fenómeno similar, provocado siempre por un meteorito diminuto que por alguna razón deja una estela verde a su paso, por lo que preferimos publicar el comentario unos pocos días tarde que esperar al siguiente que caiga. 

Heavy Metal es una recopilación de historias de ciencia ficción, humor y terror. Son versiones abreviadas y alteradas de otras aparecidas en la revista francesa de los 70-80 Metal Hurlant (Metal Aullante) distribuida en algunos países como Heavy Metal. Se les ha dado como nexo de unión a una misteriosa esfera verde llamada el Loc-Nar, que aparece en todas las historias y es una representación física de la esencia del mal. 

El mismo inicio (Aterrizaje blando, basado en una historia de Thomas Warkentin y Dan O´Bannon) es ya de por sí una flipada monumental: un transbordador espacial tipo Columbia se aproxima a la Tierra. En lugar de aterrizar, lanza a la estratosfera un corvette blanco (a juego con el transbordador) conducido por un astronauta enfundado en su traje espacial. 

El corvette se precipita hacia la Tierra, resiste el calor de la reentrada, y tan pronto como toca el suelo el astronauta lo conduce a toda velocidad hasta una mansión. Este breve capítulo está unido a Grimaldi, la historia que hace de hilo conductor y se va intercalando entre el resto de capítulos, y que se hizo expresamente para la película, sin una base previa en los comics.

En Grimaldi (que es el nombre del astronauta, aunque este no se nos dice en ningún momento) su hija, un niña de unos doce años, sale a recibirle cuando este llega a casa. Grimaldi le muestra a su hija un regalo que le ha traído de su último viaje. El regalo no es otra cosa que una brillante esfera verde de aspecto cristalino (el Loc-Nar) que disuelve y consume al hombre tan pronto como este abre el contenedor sellado en el que la transportaba. 

A continuación la esfera crece, flota hacia la aterrada niña, y comienza a contarle las historias que componen la película.

La primera (Harry Canyon, basada en un comic de Dan Goldberg y Len Blum) tiene lugar en una Nueva York futurista, convertida en una pocilga sin ley. Harry Canyon es un duro taxista que un día se ve implicado en un negocio demasiado turbio para su gusto. Un famoso arqueólogo ha sido asesinado tras descubrir una extraña reliquia con forma de brillante esfera verde. La esfera la tiene ahora su hija, que está siendo perseguida por una banda criminal que quiere apoderarse del objeto, ya sea comprándoselo o matándola para robárselo. 

Harry ayuda a la chica a tratar con los criminales, y la esfera cambia de manos. Pero no hay santos en esta historia. El jefe de los criminales es consumido por la esfera en cuanto la toca. La chica, que había prometido a Harry la mitad del dinero que iban a darle si le ayudaba, intenta traicionarlo para quedarse con todo. Y Harry acaba con ella sin el más mínimo remordimiento y sigue a lo suyo. Un día más en Nueva York.

La segunda historia es una versión hiper resumida de Den (de Richard Corben). Un muchacho llamado Dan encuentra un extraño meteorito estrellado cerca de su casa. El meteorito es de nuevo la esfera verde. Una noche de tormenta, esta parece reaccionar con los rayos de la tormenta y proyecta a Dan hacia otro mundo, donde renace en el musculoso cuerpo de Den. En este otro mundo se ve envuelto en la guerra entre dos bandos, el del líder rebelde Ard y el de la reina gobernante. Ambos tienen a su servicio sendos ejércitos de monstruos, y compiten por la posesión de un cetro que lleva engastado al Loc-Nar con cuyo poder creen ser capaces de controlar a Ullatec, su cthultuniano dios gelatinoso. 

Den solo está interesado en proteger a Catherine, una inglesa de la Tierra que al parecer también ha sido trasladada allí. Al pertenecer a otro mundo es una ofrenda especialmente valiosa para sacrificarla a Ullatec. Den termina derrotando tanto a Ard como a la reina, mientras los ejércitos de ambos se masacran. Rechazando el cetro, Den se lleva a Catherine lejos de la batalla, aceptando su lugar en ese nuevo mundo. 

La siguiente historia (Capitán Sternn, basada en un comic de Berni Wrisghton) es para mi gusto la más divertida de todas. Asistimos al juicio del Capitán Sternn en una estación espacial, al que se acusa de doce asesinatos, catorce robos con intimidación, veintidós secuestros, dieciocho fraudes, treinta y siete violaciones, y una infracción de tráfico. Para librarse de los cargos, Sternn ha sobornado al principal testigo de sus crímenes para que declare a su favor. 

De camino al juicio, el testigo encuentra en un corredor de la estación al Loc-Nar. Este ha tomado el aspecto de una pequeña canica de cristal verde, que el hombre recoge y se guarda. Durante su declaración en el juicio el Loc-Nar le influye y una incontenible furia se apodera de él, revelando delitos que el propio fiscal desconocía. 

Finalmente lo transforma en una especie de Hulk descontrolado que comienza a perseguir a Sternn por toda la estación, derribando muros y compuertas. El tratamiento que se le da a la música en este capítulo es especialmente curioso, convirtiendo la segunda mitad del mismo en un videoclip. Lo mismo ocurre con la primera mitad del siguiente.

En B-17 (basado en una historia de Dan O´Bannon) un bombardero B-17 de la Segunda Guerra Mundial se abre paso entre una nube de enemigos. Logra soltar su carga de bombas sobre el objetivo, pero emprende el camino de regreso solo con el piloto y el copiloto vivos. El bombardero ha quedado acribillado por las balas de aviones enemigos y la metralla de los proyectiles antiaéreos, y el resto de la tripulación ha muerto. Un pequeño meteorito verde brillante que parece perseguir al B-17, como atraído por la matanza, se incrusta en su chasis y devuelve a la vida a los cuerpos destrozados. 

El copiloto es atrapado por estos zombis, y el piloto logra salvarse saltando en paracaídas. Toma tierra en una isla y le vemos sorprendido por ello, como si ese lugar no se correspondiera con el terreno que estaba sobrevolando. Cuando se adentra en la isla encuentra un cementerio de aviones de guerra. De las cabinas de estos comienzan a salir los restos putrefactos de los pilotos, que forman un cerco en torno a él. El capítulo termina aquí, sin más explicación, pero parece querer representar que el piloto ha pasado a formar parte de una colección de almas de aviadores que la propia esfera está reuniendo, quizá por simple diversión.   

La penúltima historia (Tan bonita y tan peligrosa, basada en un comic de Angus McKie) me parece con diferencia la peor, aunque tiene sus detalles graciosos. Un comité se reúne en el Pentágono para discutir los posibles motivos y soluciones para una plaga de mutaciones espontaneas que están teniendo lugar por todo el mundo. La secretaria encargada de la taquigrafía lleva al cuello un colgante con el Loc-Nar engastado, haciéndose pasar ahora por una esmeralda. Su brillo parece volver loco a un científico presente, que se lanza contra la secretaria, repentinamente convertido en un baboso pervertido. 

En eso aparece sobre el Pentágono una nave espacial con aspecto de Pacman, que abduce al científico y la secretaria. El primero es destruido por un exceso de potencia de la máquina que usan para atraparlos, pero la secretaria (que según los títulos de crédito se llama Gloria, aunque en la película nunca se pronuncia su nombre) llega al interior de la nave más o menos indemne. Indemne, pero sin el Loc-Nar, que desaparece en algún momento cuando la abducen. Puede que el objetivo de los alienígenas fuera apoderarse de la esfera desde el principio para llevarla a algún otro lugar, y la abducción de Gloria y el científico sea tan solo un efecto circunstancial e imprevisto. 

Mientras viajan hacia su destino, una estación espacial, Gloria y un pequeño robot de mantenimiento se enrollan y hasta se prometen en matrimonio, mientras que los pilotos de la nave esnifan una linea de cocaína de decenas de metros de largo. Cuando llegan a la estación espacial están tan colocados que más que aterrizar se estrellan contra ella, aunque lo cierto es que no quedan más perjudicados de lo que ya estaban. En esta historia el Loc-Nar apenas interviene y eso hace que desentone mucho con el resto.

Y terminamos con Taarna (basada en una historia de Dan Goldberg y Len Blum). Aquí la esfera le revela a la niña por qué va a matarla; es la heredera del espíritu de los taarkianos, una raza de defensores del universo de la que ella es la última depositaria. Antes de destruirla, quiere regodearse contándole como venció a los taarkianos en su anterior enfrentamiento. Esta es la historia más larga y más trabajada, abarcando por si sola cerca de un tercio del metraje total de la película.

En un mundo alienígena, la esfera cae como un meteorito y se estrella contra la cima de una montaña, convirtiéndola en un cráter. Al día siguiente centenares de personas acuden en peregrinación a la montaña, atraídos por el misterioso resplandor verde que emite el cráter. Cuando están subiendo hacia este, el cráter erupciona lanzando una oleada de un denso liquido verde que cubre a todos los presentes, transformándolos en mutantes malignos y sanguinarios. 

Los mutantes atacan una ciudad cercana, buscando únicamente matar por el mero hecho de matar. Mientras la indefensa población es masacrada, el consejo de ancianos invoca a Taarak el Defensor y su gente, de la raza de los taarkianos. La estirpe de los taarkianos, sin embargo, está casi extinta, y ya solo queda una guerrera, Taarna, capaz de oír la llamada del consejo. A pesar de hallarse sola contra todo el ejército de mutantes, Taarna no rehúye su destino. Lleva a cabo un ritual de purificación en el que cruza a nado una larga piscina y se viste y arma lentamente. Para esta escena se utilizó rotoscopia, filmándola con una actriz real y dibujando a Taarna sobre su imagen en el metraje, para que los movimientos mostrados fueran lo más naturales posibles. 

Curiosamente, los animadores logran aquí que Taarna resulte más atractiva cuanta más ropa se pone encima. Cierto es que no llega a ponerse mucha, pero la dignidad y la belleza que la escena imprime a actos tan cotidianos como ajustarse un guante o calzarse una bota es notable. 

Taarna, acompañada únicamente por la criatura voladora que le sirve de montura, sigue el rastro de los mutantes y logra matar a algunos de ellos antes de ser capturada y torturada. El líder de los mutantes se enfrenta a Taarna personalmente ante sus guerreros como una exhibición de poder. Y es aquí donde la historia da un giro inesperado. 

Se supone que este era el relato de como el líder mutante, sometido al poder del Loc-Nar, mató a Taarna. El Loc-Nar lo está contando como algo perteneciente a su pasado, pero los sucesos se reescriben y toman un nuevo rumbo. Aun gravemente herida, Taarna vence al líder mutante con ayuda de su montura, que también está moribunda tras ser alcanzada en el cuello por el disparo de un lanza-arpones.

Concentrando todo el poder remanente de su estirpe, ambos se arrojan contra el cráter de la montaña, sacrificándose y destruyendo al Loc-Nar en el proceso. 

Esto daña igualmente la esfera en el presente, que comienza a agrietarse. La niña aprovecha la ocasión para huir de la mansión, y poco después la esfera explota también en esta época, volando la casa en pedazos. Ante la niña se materializa entonces una versión más joven de la montura de Taarna. Ambos parecen reconocer en el otro a un viejo amigo. La niña se sube al lomo de la criatura y remontan el vuelo fundiéndose con el universo. El espíritu de los taarkianos se renueva de este modo, para seguir enfrentándose al mal eternamente.

Es un final muy extraño, y sin embargo, cuando lo ves, sientes que es el único final posible, el único adecuado. Todo aquel que sea creador de historias, ya escriba libros o dibuje comics, dirija partidas de rol o simplemente improvise cuentos para sus hijos, se habrá encontrado con que en ocasiones la historia que tiene entre manos se rebela. Un personaje que tenia previsto matar se niega a morir, y el acabar con él, aunque su fin estuviera planeado desde el inicio, de pronto suena a falso y forzado. O al revés, sientes que un personaje que iba a salvarse, tiene que morir porque la historia lo demanda. Hay veces que es la historia quien dicta el rumbo al narrador y lo obliga a cambiar de planes, porque de pronto ceñirse a su guion original es traicionar a la propia obra tal como ésta quiere ser contada. 

Esto es más o menos lo que ocurre con este final. La historia que se nos está contando se rebela contra su narrador, y al reescribirse, cambia el presente haciendo que Loc-Nar deje de existir. Al inicio de la película el Loc-Nar se jacta de que su influencia contamina todas las épocas, presente, pasado y futuro de cada dimensión. Y si existe en todos los tiempos y lugares a la vez, también se le a de poder combatir desde todos ellos a la vez.  

El tipo de magia más antiguo que se conoce, practicado por los hombres de las cavernas en la prehistoria, es la magia por simpatía, es decir, la atracción de los iguales. Los cavernícolas se dibujaban a sí mismos cazando animales porque así esperaban propiciar que esto ocurriera. Los cuentos y leyendas contados en torno a fogatas siempre hablan de héroes que se enfrentan al mal, porque al repetirse la historia, al recordarla, se propicia que nuevas gestas como las narradas vuelvan a suceder. Quizá, al contarle a la niña la última historia, al hacerla partícipe de su ignorado linaje heroico, este se fortalece en todas las épocas en las que ha existido, permitiendo a la Taarna del pasado vencer a su enemigo. 

Explicaciones podemos rumiar muchas, todas igual de inconsistentes. Pero no importa que las leyendas no tengan mucho sentido, porque la propia vida en ocasiones tampoco lo tiene.  

Heavy Metal está considerada la primera película de animación concebida para un público adulto. Sus propios creadores la describen como “una mezcla de ciencia-ficción, espada & brujería y Playboy”. En su momento supuso una obra monumental, con docenas de equipos de trabajo repartidos entre varios estudios de animación de Estados Unidos, Canadá y Francia. Cientos de personas coordinándose para dar a cada historia un estilo grafico diferente, similar en lo posible al del comic en el que se inspiraron. Se mezcló animación tradicional y experimental, montajes fotográficos, maquetas, rotoscopia, fondos de aceite, y un uso nunca antes visto de la música, con una banda sonora a cargo tanto de la Royal Philharmonic Orchestra como de grupos rock y heavy como Black Sabbath, Blue Oyster Cult y Nazareth entre muchos otros.

Tiene también pequeñas bromas para el espectador atento, como un cartel en el que se anuncia la película de Jaws 7, o encontrarnos al robot de Planeta Prohibido atendiendo un puesto de hot-dogs en el capítulo de Harry Canyon, o los letreros de McDonald´s en la estación espacial de Tan bonita y tan peligrosa.

La edición en DVD incluye bocetos y metraje descartado. Aquí podemos ver que la historia original iba a ser mucho menos oscura. El regalo que Grimaldi trae a su hija, por ejemplo, es un carrusel de caballitos de feria. La niña se sube un par de vueltas en cada uno de los caballos, que son los vehículos o criaturas que aparecen en las diferentes historias. Cada historia sería entonces lo que ella imagina mientras gira en el carrusel, influida por el Loc-Nar, incrustado en la parte alta del eje de este.

También vemos que la película iba a tener una historia más, muda, en la que el Loc-Nar cae en un planeta aun sin vida y va influyendo en esta desde el mismo momento en que se forma. A raíz de ello, la vida en ese mundo es siempre violenta: animales que se depredan unos a otros, luchando continuamente por la supervivencia. Lo mismo ocurre con las culturas que se forman después, y se enzarzan en una guerra tras otra. No tardamos en darnos cuenta que ese planeta contaminado por el Mal desde su misma raíz es la Tierra, y que el Loc-Nar ha ido guiando el curso de la vida y la evolución de la humanidad, impulsando a los diferentes pueblos a odiarse hasta desembocar en las Guerras Mundiales. 

En el año 2000 se hizo una segunda parte, titulada Fakk2, que dentro de lo que cabe no está mal pero obviamente ya no impresiona como lo hizo en su momento la primera. Fakk2 es además un largometraje, no una recopilación de capítulos, por lo que se nos cuenta una sola historia con elementos que recuerdan a Heavy Metal pero sin seguir la línea argumental de esta.

Puedes ver una reseña sobre uno de los comics originales de Metal Hurlant pulsando aquí, o sobre otra película de animación sin relación con esta pulsando aquí.

Heavy Metal. 1981. Dan Goldbergelen Blum (guion) Gerald Potterton (director) Columbia Pictures. Editado en DVD en 1991 por Tristar Home Video. 

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