EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ! RETOS LITERARIOS 2023
Saludos, ávidos lectores.
Continuando con nuestro Reto Literario 2023, hoy cubrimos el punto “Una biografía de un autor que te guste” con Mientras escribo, de Stephen King. En realidad, este libro es en parte autobiografía y en parte uno de esos libros de consejos de escritura. Teóricamente está más orientado hacia lo segundo, con Stephen King explicándonos cosas como de donde saca sus ideas, como afronta la escritura, la importancia de tal o cual proceso o etapa de la creación de una novela, etc. Pero todo ello lo hace tan intercalado con vivencias propias y reflexiones sobre el modo en que estas influyeron en su forma de escribir, que el texto tiene tanto de autobiografía como de otra cosa.
Como no tengo las sobrecubiertas, y las tapas del libro carecen de título o ilustración, os pongo foto del interior para que veáis que es ese.
Una de las primeras cosas que comenta, y que más me llaman la atención, es que según él "los escritores nacen, no se hacen". Que alguien realmente piense esto sobre aquello a lo que se dedica me parece una tontería. Es tirar piedras sobre su propio tejado, porque se quita merito a sí mismo por lo que ha logrado. Según King, hay que nacer escritor por designio divino. Si te toca la lotería de serlo puedes mejorar tu técnica a base de estudio, esfuerzo y experiencia, pero primero hay que nacer estando predestinado a ser escritor, y si no es el caso, no se tiene una base que mejorar a base de esfuerzo.
Me encanta Stephen King como escritor, he leído muchísimos de sus libros y los seguiré leyendo, pero esto me parece una autentica sandez. Obviamente la genética que nos toca de nacimiento influirá en todo lo que hacemos. Si por nuestra genética, al llegar a la edad adulta y terminar de crecer resulta que medimos dos metros de alto, tendremos una ventaja natural puramente biológica si nos dedicamos a jugar al baloncesto, por ejemplo.
Cierto es que la genética afecta también a la configuración mental y por tanto, a la capacidad para escribir. Hay gente que simplemente es más inteligente que otra, independientemente de los conocimientos que acumule cada uno. Hay personas que tienen de por si mucha más facilidad para memorizar datos, más comprensión lectora, más afinidad con las fórmulas matemáticas, etc. Y eso será obviamente una ventaja si se dedican a algo que requiera de ello, pero eso no los predestinará a ser unos genios, ni la falta de esas ventajas de nacimiento les impide necesariamente llegar a serlo, ni el carecer de ellas impide adquirirlas de forma artificial a base de esfuerzo. Hay quien nace ambidiestro, pero el emplear con igual habilidad ambas manos también se puede entrenar, si es algo que queremos tener pero nacemos sin ello.
Que alguien que se gana la vida escribiendo afirme que "hay que nacer escritor" para llegar a serlo me parece absurdo (más aún teniendo en cuenta que algo que sí somos todos al nacer, es analfabetos😅) pero eso no quita que me gusten mucho sus libros.
Tras esta primera declaración, pasa a contarnos su vida. No lo hace de forma metódica, a base de fechas concretas, sino que nos habla “de cuando era niño”, luego de “cuando era adolescente” o de cuando tenía “aproximadamente x años”. No es preciso, y por eso al principio no da mucha impresión de ser una biografía seria, sino más bien una amalgama de recuerdos más o menos ordenados. Se centra especialmente en todo lo malo, como cuando siendo muy pequeño trató de levantar un ladrillo y lo dejó caer sobre uno de sus propios pies, machacándose los dedos. De una enfermedad que hizo que tuvieran que perforarle un mismo tímpano en cuatro ocasiones a lo largo de un mes para drenarle unas bolsas de pus que se le estaban formando en el oído interno. De una niñera que se dedicaba a tumbarlo en el sofá, ponerle el trasero encima de la cara y soltarle ventosidades una tras otra. O que una vez (teniendo él cuatro años) en que esa misma niñera le preparó y le incitó a comer uno tras otro siete huevos fritos, hasta provocarle un ataque de vómitos.
Sigue con su preadolescencia, cuando comenzó a escribir, al principio plagiando descaradamente lo que leía en los cómics o veía en las películas de terror, hasta que empezó a desarrollar su propio estilo. De ahí pasa a su adolescencia, cuando conoció a Tabby (la que luego sería su mujer) y empezó a vender sus relatos cortos a varias revistas tipo Playboy mientras trabajaba en otras cosas. Me parece especialmente interesante el que coleccionara todas las notas de rechazo que le remitian las editoriales “serias” a las que enviaba sus manuscritos de novelas.
Nos cuenta también que la obra que le hizo famoso, su primer gran éxito, fue Carrie. A él le parecía tan mala cuando estaba trabajando en ella que la descartó y la lanzó a la basura cuando iba por la mitad. Tabby la recuperó de la papelera y le insistió para que la terminara. Tras este primer éxito, volvió a presentar a las editoriales los manuscritos que estas ya habían rechazado, y se los aceptaron. Uno de ellos era Rabia, el único libro de Stephen King cuya reedición fue prohibida (¡por el propio Stephen King!) y es la única de sus obras que jamás volverá a estar a la venta, salvo en mercadillos y tiendas de segunda mano.
Muchas de las ideas base de sus novelas estás sacadas de esta etapa, de sus propias vivencias, de los trabajos que tuvo y la gente que conoció. Y de su etapa de borracho y drogadicto crónico, algo que nunca ha ocultado ni tratado de justificar o romantizar. Su atropello en 1999, que lo mantuvo hospitalizado durante una buena temporada parece ser también un punto de inflexión en su vida porque es un tema que saca a relucir con mucha frecuencia desde entonces, en prólogos de libros y entrevistas.
Es interesante, además, ir viendo en que etapa de su vida escribió cada novela, porque no cuesta mucho darse cuenta que están muy relacionadas con su entorno. Los personajes tienden a pertenecer a la misma clase social que tenía él en cada momento, y a dedicarse a cosas relacionadas con aquello en lo que trabajaban él, sus familiares o amigos/conocidos en esa época. De algún modo, King casi siempre ha escrito sobre lo que tenía alrededor, modificándolo y deformándolo hasta llevarlo a extremos irreconocibles.
Llama la atención también que se declare admirador de Lovecraft y a pesar de ello comente que escribía con (según él) pésimos diálogos y exceso de rebuscados adjetivos. Al parecer, no le gusta como escribía Lovecraft pero sí las ideas que tenía, ya que toma prestados nombres propios y conceptos de su obra con frecuencia. Algunas de estas referencias son muy claras y son el motor de la historia (como en Los misterios del gusano o Materia gris) mientras que las más de las veces son otras más sutiles pero ahí están (como en La Torre oscura, Revival, o Tommyknockers). En uno de sus relatos, La niebla, la realidad de nuestro mundo se mezcla con la de otro poblado por criaturas que parecen sacadas de un bestiario de Los mitos de Cthulhu.
Todo el libro es, en definitiva, una mezcla más o menos a partes iguales sobre consejos de escritura, corrección de estilo, opiniones personales sobre su propia obra y la de otros autores, y sobre como todo lo que ha ido ocurriéndole en la vida ha influido de un modo u otro en su carrera como escritor. Aunque parece que la intención inicial del libro era estar más orientado a ser un libro de consejos para escritores, considero que tiene suficientes datos personales relacionados con su vida, sobre donde estuvo y que hizo en cada etapa de su vida, como para considerarlo también una biografía.
Puedes ver el siguiente libro de nuestro Reto Literario de este año pulsando aquí, o ver los otros libros de King ya reseñados pulsando aquí.
On Writing. 2000. Stephen King. Publicado en 2001 por Plaza & Janés Editores S.A.
A mi me gusto este libro, incluso me gusto más al principio cuando cuenta su juventud que cuando empieza con los consejos para escritores. Como manual de escritura lo veo demasiado vago pero vale la pena leerlo. Por cierto lo de nacer escritor me parece una gilipoyez
ResponderEliminarA mi también me gustó más la parte biográfica que la de consejos para escritores, que es bastante genérica y se reduce a lo de siempre: signos de puntuación, corrección de estilo, reducir al mínimo el uso de adverbios terminados en -mente, etc. Lo del desprecio por los adverbios terminados en -mente parece algo generalizado en este tipo de libros, porque todos lo repiten. Yo no los uso mucho, pero nunca he entendido qué tienen de malo.
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