EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, comedores de espinacas.
El consumo de otra ensalada
con espinacas nos ha proporcionado fuerzas suficientes para enfrentarnos al
siguiente comic de Popeye, siempre repletos de tipos violentos y malencarados.
Este ha supuesto una gran decepción, pero por causas ajenas a la historia.
Muchos de los libros o comics
que reseñamos ya los habíamos leído antes, pero los volvemos a leer justo antes
de reseñarlos para tener un recuerdo más fresco. Otros en cambio, los tenemos
sin leer y no lo hacemos hasta que tomamos la decisión de hablar de ellos, como
en el caso de la mayoría de estos comics.
El misterio de Tururutín. Nos
quedamos con Popeye navegando por diferentes puertos ganando dinero para
comprar espinacas a todos los niños de su pueblo. En el último lugar en el que
estuvieron, Jeeplandia, Popeye obtuvo una carta de navegación que incluye una
inscripción que le tiene obsesionado, y dice así:
Siete días. Siete noches. Siete hombres. Siete peleas.
Ha decidido poner rumbo al
puerto que se muestra en esa carta náutica, pero lleva a Pilón de timonel.
Pilón tiene dificultades para distinguir su mano izquierda de su mano derecha,
no digamos ya para distinguir babor de estribor. Curiosamente, Popeye confiesa
tener el mismo problema, por lo que el barco va la mayor parte del tiempo al
azar.

Durante la noche, Popeye oye
desde su camarote una ronca voz proveniente de la cubierta que recita una y
otra vez la inscripción de la carta náutica. Pese a su miedo a los fantasmas
sale a la cubierta, pero no ve a nadie. Debería haber alguien de guardia al
timón, pero como este no pretende ser un comic realista, toda la tripulación se
va a dormir a la vez o permanece despierta a la vez. A la noche siguiente esto se repite, pero
esta vez Popeye localiza el origen de la voz, que resulta ser Pilón. Al parecer
está tan obsesionado por la inscripción como él y repite las frases mientras
anda sonámbulo de un lado a otro de cubierta.
La navegación continúa durante
algunos días más. En Espinacola, Rosario está siendo visitada por un gigantesco
pretendiente a su mano, que si bien enorme y muy educado resulta ser un poco
bobo. Pero es algo que no tendrá relevancia ni continuidad, así que no
ahondaremos en ello. Eugenio el jeep revela en este número que otro de sus
poderes es teleportarse, y Popeye lo envía a Espinacola a ver que tal le van las
cosas a Rosario. Lo que no puede hacer Eugenio es hablar, por lo que la
comunicación entre este y Rosario para ponerse al día, y con Popeye para
informarle cuando regresa al barco, es mediante un largo y confuso sistema de señas
(lo de escribir una nota para que la lleve con él cuando se teleporte lo
dejamos para otro día, que si no la situación no tiene gracia). Así es como Popeye se
entera que Cocoliso ha desaparecido.
Hogar, dulce hogar. Popeye
decide entonces darse la vuelta y regresar de inmediato a Espinacola para buscar
a Cocoliso, pero no le hace falta irse tan lejos. El marinero Ceporro le
informa que toda la leche que embarcaron se ha terminado. Extrañado, porque no
han consumido tanta como para eso, baja junto con Ceporro a revisar la bodega y
allí se encuentran a Cocoliso, bebiéndose la última lata de leche.

Al parecer
se coló en el barco en Espinacola, antes de zarpar, y ha estado desde entonces
en la bodega alimentándose él mismo con las latas de leche, abriéndolas con un
hacha. No se si me preocupa más esto, o el que Rosario no notara la ausencia de
Cocoliso hasta poco antes de recibir la visita de Eugenio.
El caso es que con Cocoliso a
bordo, Popeye retoma el rumbo original camino a la misteriosa isla que aparece
en el misterioso mapa, cuya no menos misteriosa inscripción le tiene obsesionado.
Cuando finalmente llegan (y esta es la parte que me decepcionó) resulta que
están de vuelta en Espinacola. La trama se corta de golpe, se pasa a otra totalmente
diferente, no se vuelve a hablar del viaje en busca de espinacas para los
niños, ni sabremos nada más de la dichosa inscripción con la que han estado
dándonos la brasa.
Ahora bien, que el lugar donde
han llegado es a Espinacola no se nos muestra. Viene explicado en un cuadro de
texto que ocupa todo el espacio que correspondería a una viñeta. Y esto me hace
suponer que la historia se cortó aquí por querer censurar lo que se veía a continuación.
Hoy en día puede no parecerlo, pero en su época se consideraba a Popeye como un
comic satírico y hasta cierto punto subversivo. Es posible que el resto de la
historia hiciera burla o referencia a algún suceso o institución real del momento
y llegara a España ya censurado en origen. O que por casualidad lo que mostrara
fuera una crítica a la sociedad norteamericana extrapolable a la
española, y lo que falta se cortara aquí. Por el titulo de Hogar, dulce hogar no podemos fiarnos, puesto que no se indica el que tenía en inglés y pudo cambiarse para tratar de justificar ese brusco fin de la aventura.
En un caso u otro, la historia está claramente a
medias, y el cuadro de texto no es más que una apresurada excusa para aprovechar
todas las páginas posibles de esa historia antes de cortarla en el punto donde
debía empezar lo más polémico y pasar sin más a la siguiente.
Al oeste del Oeste. Potipón,
uno de los tíos de Rosario, le ha
dejado un rancho en su testamento, cerca de Pueblo Seco. También le ha dejado
el encargo de cuidar a su hijo, Periquito, hasta que se haga mayor y reciba el resto de la herencia. Acompañada de Popeye y Pilón, Rosario
vuela hasta Pueblo Seco y llega hasta el rancho, que parece abandonado.
¡Y ojalá lo hubiese estado!
Periquito es un crio salvaje y duro de pelar que les recibe tirándoles piedras
y trepa con las manos sin dañarse a cactus altos como árboles para que no le
atrapen. Popeye sin embargo trepa por el mismo cactus para atraparlo, siendo la
primera persona que lo consigue. Esto hace que periquito cree un vínculo de
respeto hacia él, que lo hace sentirse más próximo a este que a Rosario.

Tras esto Popeye tiene algunos
típicos problemas de películas del Oeste, como que un bandido apodado Dos Pistolas
le acuse de haberle robado un caballo. El sheriff no quiere líos con Dos
Pistolas y prefiere ahorcar a Popeye sin perder el tiempo en un juicio. Popeye
se deja llevar a la horca tranquilamente, pero cada vez que lo cuelgan parte el lazo en torno a su cuello tensando los músculos de la nuez, hasta que el grupo de linchadores se
cansa y se marcha. Asistiremos a los intentos de Rosario de montar un caballo usando
una escalera para subirse a él, y veremos a Pilón comerse una vaca entera tras matarla
de un puñetazo (alegando que la vaca le atacó). El desafío definitivo lo supone
darle clases de urbanidad a Periquito para que se comporte como un crio
civilizado.
La riquísima Dorotea Beldad.
Dorotea Beldad es una chica dura y pelirroja de mandíbula cuadrada
(probablemente inspirada en Calamity Jane) propietaria del rancho más
cercano al de Rosario. Se presenta a los personajes dispuesta a echarles una
mano, y parece ser tan fuerte como Popeye.

Tras algunos cuantos chistes inconexos, Dorotea sale de escena y se desata una fuerte tormenta de arena que
obliga a todos a refugiarse en el rancho de Rosario.
Cuando la tormenta pasa no
queda nada del rancho. Literalmente nada, ni un poste en pie. Por no quedar, no
queda nadie más que el propio Popeye, que empieza a recorrer el desierto
buscando a los demás. Ve moviéndose en el suelo algo alargado que en principio
parece una serpiente blanca, pero al tirar de ella resulta ser el rabo de una
vaca totalmente enterrada por la tormenta. Logra sacar del suelo a la vaca (aún
viva) y sigue buscando a los demás. Encuentra y desentierra a Periquito y a
Pilón (que pese a estar enterrado, se las había apañado para cocinar unas hamburguesas).
Rosario le da mas problemas, porque pese a estar enterrada entera tiene una
especie de ataque de histeria que la hace excavar a toda velocidad para salir
de debajo de la arena, pero lo hace de lado en lugar de hacia arriba. Pilón detiene
su periplo subterráneo pateándole la cabeza cuando el montículo de arena que
delata su posición le pasa cerca, y logra desenterrarla sana y salva… o al
menos, salva.
Tras esto, y no habiendo ya
rancho, el grupo decide volver a Espinacola y criar allí a Periquito. Cuando Popeye
la habla del colegio de Espinacola, Periquito sale corriendo hasta desaparecer en la distancia, no queriendo saber
nada del asunto.
Hay una cuarta historia
llamada La corazonada de Popeye, pero también está cortada. Son solo tres
páginas metidas ahí para completar el volumen normal de páginas del comic,
probablemente por que se les descuadró debido a la precipitada conclusión de la
aventura anterior, la de las espinacas y el mapa misterioso, que no vieron la
forma de cortar tres páginas después. Le he dado un
vistazo rápido al siguiente numero de Popeye y tampoco se continúan las tres
páginas de esta, sino que simplemente empiezan con otra para mantener en lo posible
el formato regular.
Reseñaremos el nº 7 la próxima vez que comamos espinacas.
No se indica el título original. 1971. Zaboly (texto y dibujos). King Features Syndicate. Publicado en 1971 por Buru Lan S.A.