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miércoles, 13 de marzo de 2024

STAR TREK La serie original, temporada 1 (1)

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

Presentado por... Pecky.
 

¡Saludos, amigos cinéfagos!

Hace bastante tiempo, casi en los albores de este blog, hicimos un comentario general sobre la primera temporada de la serie original de Star Trek y de sus capítulos más destacados. Nuestros horarios y obligaciones han cambiado desde entonces y ahora tenemos más tiempo que antes para dedicar a las reseñas, y nos ha parecido que era un buen momento para retomar ésta serie.

Sin embargo, vamos a hacerlo de otro modo. Inicialmente pensamos hacer con el resto de temporadas lo mismo que hicimos con la primera; un comentario general seguido de unos pocos capítulos destacados. Pero para poder juzgar algo hay que verlo todo, tanto lo mejor como lo peor que esa persona, cosa o (en este caso) serie es capaz de ofrecer. Así pues, hemos reescrito la entrada antigua dedicada a Star Trek y en las siguientes iremos comentando los DVD uno por uno, para repasar la serie completa en lugar de solo sus mejores capítulos. Los cuatro incluidos en el primer DVD son los siguientes.

La trampa humana (The Man Trap, guion de George Clayton Johnson, dirigido por Marc Daniels): los personajes descienden a un mundo donde un matrimonio de arqueólogos, los doctores Robert y Nancy, viven aislados, totalmente volcados en su trabajo. Nancy fue un antiguo amor del doctor McCoy, y al encontrarse con ella, éste comprueba encantado que no parece ni un solo año mayor que la última vez que la vio, mucho tiempo atrás, cuando ella aún no había alcanzado la treintena. 

Sin embargo, Nancy se nos muestra así mismo desde el punto de vista de Kirk, que ve en ella a una mujer madura, todavía hermosa pero con arrugas y canas visibles. E igualmente se nos muestra a Nancy desde la percepción de otro tripulante, que ve en ella a una rubia despampanante idéntica a la que conoció hace poco en otro mundo. A este suceso extraño se une el que un miembro del equipo de descenso es encontrado muerto, con extrañas ronchas en la cara y una pérdida total de la sal del cuerpo.  

En realidad, Nancy falleció algún tiempo después de llegar al planeta. Lo que actualmente ocupa su lugar es una criatura nativa del planeta, la única que queda de su especie, que ha adoptado la forma de la esposa del investigador. El alimento básico de esta raza era la sal, y ésta dejó de estar disponible en su ecosistema, por algún motivo, lo cual los abocó a la extinción. La criatura logró mantenerse con vida hasta ahora gracias a las pastillas de sal que el matrimonio tenía como parte de sus provisiones, y que se veían obligados a racionarle cuidadosamente. La llegada de los visitantes despierta en ella un hambre largo tiempo reprimida y comienza a alimentarse, subiendo a bordo del Enterprise y provocando varias muertes entre la tripulación.

A menudo se ha dicho que esta historia trata sobre la drogadicción, ya que la alienígena mata a los humanos para alimentarse de la sal de su sangre. Y Robert trata de protegerla, esforzándose en verla como su esposa perdida, del mismo modo que con frecuencia los familiares de los drogadictos intentan no ver el problema y buscan formas inverosímiles de justificar lo que estos hacen. Pero no es solo eso.

Lo que hace interesante este capítulo es el hecho de que el marido era consciente en todo momento de esto, de que la verdadera Nancy había muerto y la que ahora aparentaba ser ella era otra cosa, pero lo había aceptado. Enfrentados ambos a la perspectiva de una vida en absoluta soledad, el humano fingía creer que ella era su mujer y ella se comportaba como si realmente lo fuera, aun sabiendo que el humano conocía su verdadera naturaleza. Son dos seres que tras perder a lo que más amaban, acordaron tácitamente mantener esa fantasía, buscando la simple compañía y convivencia con el otro.

La muerte de la alienígena al final del capitulo no es tratada como una victoria de los exploradores humanos sobre un monstruo espacial asesino, típico en la ciencia ficción de la época, si no como algo triste, quizá evitable, más parecido a una derrota que a una victoria.

Charlie X (Charlie X, guion de Gene Roddenberry & D.C. Fontana, dirigido por Lawrence Dobkin): un pequeño carguero, el Antares, solicita ayuda al Enterprise. Han encontrado a un joven abandonado en el planeta Thassos. Al parecer su nave se estrello allí y fue el único superviviente. Esto ocurrió cuando él tenía tres años. Ahora tiene diecisiete. De algún modo se las apañó para sobrevivir, buscando frutas y vegetales por los alrededores de la nave. Aprendió a hablar a base de escuchar a la computadora mientras esta aún funcionaba. El capitán del carguero pide a Kirk que se hagan cargo de él, puesto que el Enterprise se dirige a la Colonia 5 y han averiguado que Charlie tiene familiares allí. Los tripulantes del Antares parecen amedrentados por algo sobre lo que no se atreven a hablar, y muy aliviados cuando Kirk acepta hacerse cargo de Charlie.

Charlie es un chaval lógicamente tímido y descolocado. Ha estado casi toda su vida solo, y en pocos días ha pasado a un carguero en compañía de otros hombres. Y ahora está en el Enterprise, mucho mayor y con cientos de personas a su alrededor… incluidas mujeres, de las que no había ninguna en el carguero. Todo es ahora nuevo, emocionante, atemorizador, y las mujeres aún más. La primera que ve es la asistente Rand, a la que Kirk encarga el atender y alojar a Charlie a su llegada.

La historia de Charlie no le cuadra a Spock. Una leyenda afirma que el planeta Thassos está habitado, aunque nunca se ha observado ningún indicio de vida inteligente en él. Spock cree que el que Charlie haya sobrevivido prueba que los thassianos existen, y que fueron ellos los que mantuvieron con vida a Charlie hasta la llegada del carguero.

Entretanto, Charlie deambula por la nave tratando de caerle bien a todo el mundo, tratando de entender el comportamiento de la gente, queriendo saber porque algunas de las cosas que hace o dice están bien y otras están mal. No tiene ninguna experiencia social y está ansioso por agradar e integrarse, pero no sabe cómo hacerlo. Al mismo tiempo vemos que hay algo decididamente extraño con él. La realidad parece cambiar levemente a su alrededor para adaptase a como él quiere que sean las cosas, y finalmente queda claro que dispone de alguna clase de poder mental que le permite alterar la materia incluso a muy larga distancia. 

Una vez la Antares se ha alejado del Enterprise, el capitán del carguero se pone en contacto con Kirk para advertirle, pero Charlie hace detonar la nave matando a todos sus ocupantes, desintegra a un tripulante del Enterprise y hace desaparecer todos los phasers de la armería. Su poder parece absoluto, y sin embargo sigue obedeciendo a regañadientes algunas de las órdenes de Kirk, al que quizá ve como una figura paterna de autoridad.

Spock especula que los thassianos, de los que también se decía que tenían grandes poderes de transmutación de materia, le enseñaron esta misma capacidad para que sobreviviera en su mundo. Ahora el Enterprise es su juguete, y descarga su ira contra todos aquellos que le incomodan, envejeciéndolos aceleradamente, borrando sus rostros o descoyuntando sus articulaciones. Únicamente Kirk es capaz de mantenerlo a raya de forma muy precaria, y su autoridad sobre él es cada vez menor a medida que Charlie toma conciencia del verdadero alcance de su poder. Charlie tiene el ímpetu propio de la juventud y la inexperiencia. Lo quiere todo y lo quiere ya, y esto le hace cometer un error. Sin darse cuenta, revela que le cuesta mucho más controlar el Enterprise de lo que le costaba controlar el Antares. Por tanto su poder es limitado, o le agota el usarlo, o se debilita al repartirlo entre varias tareas.

Kirk ordena conectar y poner a trabajar todos los sistemas secundarios de la nave para que Charlie deba invertir cada vez más de su poder en mantenerla bajo su control. Esto le debilita aún más, pero sigue sin ser suficiente. Al final, los esfuerzos de Kirk y los demás son inútiles. Es un thassiano quien resuelve la situación, proyectándose a bordo del Enterprise como una nebulosa forma de pura energía. Ellos dotaron de sus poderes a Charlie para que sobreviviera por sí solo, ya que hace mucho que los thassianos trascendieron a formas de vida de energía y pensamiento, sin cuerpos físicos. Su intención era buena, pero cometieron el error de empoderarlo (es decir, darle una posición de poder que no tenía la capacidad de conseguir por sí mismo) en lugar de enseñarle a desarrollar sus propias habilidades y capacidades humanas. Obtuvo ese poder como un regalo, sin un esfuerzo ni una disciplina detrás que le permita juzgar cuando es correcto usarlo. Ahora que está por primera vez rodeado de seres que no disponen de esas capacidades, se está convirtiendo en un caprichoso tirano. Los thassianos no pueden retirarle el poder que le dieron. Lo único que ahora pueden hacer por él, es llevárselo de vuelta Thassa y mantenerlo controlado para que no haga daño a nadie más.

Charlie, como el niño que es en el fondo, suplica y llora para que le permitan quedarse junto a otros humanos. Los thassianos, al trascender de sus cuerpos a formas de vida no físicas terminaron por perder su capacidad de amar, que en gran parte se sostiene sobre estímulos físicos. Los thassianos lo mantuvieron con vida, pero nunca le quisieron, o no del modo en que un humano entiende conceptos como el amor, el cariño o la amistad. Charlie es incapaz de tocarlos, de sentirlos a su alrededor o abrazarlos. Ahora que ha experimentado la compañía de otros seres similares a él, ve a sus salvadores como carceleros.

El thassiano arregla todos los desmanes provocados por Charlie a bordo del Enterprise y se lo lleva con él de vuelta a Thassa hasta el fin de sus días. Y al igual que en el capítulo anterior, no se siente como un triunfo, sino como una derrota. Una situación que nadie buscó, que nadie ha podido solucionar, y de la que todos los implicados, tanto los thassianos como Charlie y los tripulantes de ambas naves, han sido víctimas desde el principio.   

Un lugar jamás visitado por el hombre (Where no man has gone before, guion de Samuel A. Peeples, dirigido por James Goldstone): el Enterprise encuentra la caja negra de la nave Valiant, desaparecida doscientos años atrás en el mismo borde del universo explorado. La mayor parte de la información se ha perdido, pero se recuperan algunas menciones a percepciones extrasensoriales, muertes a bordo, y la orden del capitán de autodestruir la nave junto con lo que quedaba de la tripulación. 

Cuando tratan de alejarse de la zona del hallazgo, son golpeados por una ola de energía desconocida que funde los motores y deja inconscientes a los tripulantes con un mayor factor de percepción extrasensorial. Todos se recuperan sin secuelas excepto uno, Mitchel, que sufre alguna clase de alteración. Sus ojos se vuelve metálicos y su mente comienza a expandirse a tal velocidad que es capaz de sentir las averías de la nave y los pensamientos de los que tiene alrededor. Su poder mental crece a tal velocidad que Spock aconseja directamente matarlo antes que Mitchell se convierta en un ser omnipotente capaz de poner a todo el universo bajo su dominio. Y oyendo el tono de desprecio con el que Mitchell comienza a hablar de los “seres inferiores” (inferiores a él), Kirk no tarda en aceptar esta opción.

Aprovechando que hacen una parada para reparar los daños sufridos en un planeta minero deshabitado, toman la resolución de abandonar a Mitchel en las instalaciones, y luego destruirlas desde la órbita. Mitchel no parece preocupado por esto, y en realidad no tiene motivos para estarlo. Replica su condición en una de las tripulantes, la doctora Dehener, y empieza a modificar el mundo minero para transformarlo en un vergel desde el cual someter al universo. 

Viendo que la situación se le va totalmente de las manos, Kirk apela a lo que queda de humana en Dehener, cuya transformación es más reciente. Ella y Mitchell se enfrentan, perdiendo durante unos instantes su condición divina. Kirk consigue acabar con Mitchell en ese momento, y a continuación Dehener muere también debido las heridas que recibió luchando con Mitchell.

Este se filmó originalmente como el segundo capítulo de la serie, y podemos ver que algunos detalles aún no estaban bien definidos. Los uniformes, por ejemplo, son diferentes y solo hay de dos colores: marrones y azules, que tampoco se corresponden con las especialidades que veríamos luego. Los Factores warp parecen funcionar al revés, siendo Factor 1 la velocidad máxima en lugar de la mínima. Los phasers son simples armas desintegradoras en lugar de herramientas multiuso. El oficial médico de la nave no es McCoy (este aparece como un oficial en otro departamento). Y en una conversación se establece que fenómenos como la piroquinesis en humanos están reconocidos como una realidad estadística, algo a lo que no se volvería a hacer ninguna referencia posterior en la franquicia, que yo recuerde. La historia que nos cuenta es muy similar a la de Charlie X (el poder sin mérito ni disciplina), proyectado como el octavo capítulo pero emitido justo antes de este, con lo que se emitieron dos tramas muy parecidas una a continuación de otra.

Horas desesperadas (The Naked Time, guion de John D.F. Black, dirigido por Marc Daniels): el Enterprise se aproxima a Psi 2000, un planeta congelado en el que deben recoger a los ocupantes de una estación científica. El planeta está degradándose y va a quedar destruido en breve, por lo que tras recoger al personal, la nave deberá permanecer cerca de este para observar su fin y recabar datos. Sin embargo, cuando llegan ahí, los ocho ocupantes de la estación están muertos. Algunos parecen haber sido asesinados, mientras que el resto simplemente desconectaron o averiaron los sistemas de soporte vital de la base y se dejaron congelar hasta morir.

El responsable de este comportamiento anómalo es un virus que los equipos con los que cuentan a bordo del Enterprise no detectan. El personal que desciende a la base se contamina, y al regresar a bordo la enfermedad se extiende por toda la nave. Ésta se manifiesta primero como una fuerte sudoración, luego como una intoxicación etílica, para terminar en una caída en picado de las constantes vitales, y la muerte. Los miembros de la tripulación comienzan a volverse irritables, pendencieros y a actuar como borrachos ridículos. La destrucción del planeta provoca además efectos gravitacionales imprevistos que atraen a la nave, que coinciden con un momento en el que gran parte del personal está inoperativo debido al virus.  

Todo el capítulo se dedica a mostrarnos los estragos que causa a bordo de la microsociedad que es la nave una falta de disciplina generalizada. Con la mayor parte de los tripulantes sin atender sus puestos ni obligaciones, la nave termina por perder su órbita y precipitarse hacia el mundo en plena desintegración. La "borrachera" inducida por el virus hace también que muchos de ellos dejen de callarse cosas que llevaban mucho tiempo reprimiendo, como la incapacidad de Spock por decirle a su madre que la quiere (debido a que en su cultura mostrar sentimientos está considerado de mal gusto), la secreta atracción de la enfermera Chapel (la ayudante de McCoy) por Spock, o el insoportable agobio que la presión del mando supone para Kirk.

Al final se salvan porque McCoy logra preparar a tiempo una cura y comienza a inyectar con ella a todo el mundo, recuperando poco a poco el control sobre la nave. La implosión del planeta crea una distorsión en el tiempo que les hace retroceder setenta y una horas hacia el pasado. El sr. Spock especula sobre la posibilidad de estudiar este fenómeno para usar el colapso predecible de mundos como puntos de salto controlados al pasado, pero esto queda como un cabo suelto de la serie. El virus, en cambio, volvería a aparecer en un capítulo de La nueva generación.   

Puedes ver más capítulos de esta serie pulsando aquí o echar un vistazo al resto de material que tenemos sobre la franquicia pulsando aquí

Star Trek, the original series. 1966. Editada en DVD en 2004 por Paramount Pictures.

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