ALMACÉN DE MUNDOS COMPRIMIDOS
¡Saludos, vertebrados!
¿Qué os parecería tomar parte en un juego en el que cada casilla esconde una historia apenas esbozada? ¿Dónde el largo camino en espiral está guardado por espíritus juguetones en forma de ave que nos guían mediante confusos murmullos? Es un recorrido misterioso donde la corriente de los ríos cambia caprichosamente de dirección, y en cada lanzamiento de dado la neblina de la incertidumbre se cierne sobre nosotros… Sí, se lo que estáis pensando… “Estos invertebrados nos están colando otro Juego de la Oca” 😅y tenéis razón. Nos encanta este juego, que podemos decir.
Este diseño de tablero ya lo hemos visto antes. Es el que empleaba el último tablero que comentamos, el Juego de la oca impreso sobre madera. Como es el mismo no lo vamos a volver a reseñar, solo añadiremos un detalle respecto a las ocas que se nos pasó por alto cuando reseñamos ese otro tablero. Encontramos este en un mercadillo y a pesar de no estar en muy buen estado y tener ya este diseño, lo compramos porque se cambia la paleta de colores respecto al otro.
En este todas las casillas de Oca tienen un fondo verde, que solo comparten con la casilla 1 (en la que hay un corredor). Las ocas tienen una curiosa particularidad, y es que todas están mirando hacia atrás o escondiendo la cabeza. Las únicas que miran hacia delante son las que se encuentran en la posición de Inicio, antes de la casilla 1, y parte de las que encontramos en la casilla 63 o Jardín de la Oca.
Las ocas que encontramos en las casillas 9, 45, 50 y 54, están mirando hacia atrás, en dirección a la casilla de Inicio en lugar de hacia el ansiado Jardín de la Oca que es su destino.
Las de las casillas 14 y su inversa, la 41, tienen la cabeza escondida bajo un ala, como si durmieran.
La de la casilla 18 tiene la cabeza oculta entre las patas.
La de la casilla 23 mira al suelo, quizá picoteando algo.
La de la casilla 27 tiene la cabeza directamente hundida en un agujero en el suelo, como se suele representar a las avestruces.
La de la casilla 32, que monta una bicicleta, está pedaleando de vuelta hacia la casilla de Inicio.
En la casilla 36 encontramos una que a primera vista sí parece que esté mirando en la dirección correcta, pero en realidad tiene el cuello totalmente estirado mirando hacia arriba, al cielo en lugar de hacia el camino que aún tiene por delante.
Y la de la casilla 59 es un caso muy particular de oca que en lugar de mostrarse de lado o de frente, como es lo normal, nos muestra su trasero mientras nos mira por encima del hombro (o bueno, lo que en una oca, carente de brazos, sería el equivalente a mirar por encima del hombro).
El Juego de la Oca siempre ha sido muy simbólico y misterioso, por eso nos gusta buscarle los detalles como este. Es el único caso que hemos encontrado hasta ahora de un tablero en el que ninguna de las ocas del recorrido está mirando directamente en dirección a su supuesto objetivo y queríamos comentarlo, como una curiosidad más.
Y sin relación con lo anterior, fijaos en las ilustraciones de las casillas 11 y 17, que están entre las más raras que hemos llegado a ver en uno de estos tableros.
La primera es un piano viviente que, con sus finos bracitos está tocando una melodía pulsando sus propias teclas. El segundo es una pelota que está saltando a la comba. Todos habéis visto alguna vez pelotas o balones rebotando en el suelo, seguro, pero no os esperabais que el motivo por el que lo hacen fuera este ¿verdad?
Puedes pasar de Oca a Oca pulsando aquí.
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