MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 2 de noviembre de 2025

PRESENT. El regalo olvidado

                                                                          Presentado por...Zag.

¡Extra! ¡Extra! ¿Han leído ya nuestra publicación principal de hoy? Pues aquí tienen el suplemento gratuito dominical con la tercera historia de Present.

El regalo olvidado. Akane es una niña presumida para la cual la popularidad lo es todo. Tiene muchas amigas, o mejor dicho, hay muchas niñas que creen ser amigas suyas. Pero Akane no es amiga de ellas, solo las tolera porque le dan coba y regalos. Para Akane, recibir regalos es la medida física de su popularidad. Aprecia la cantidad y el valor económico de los regalos, no quién se los entrega o con qué intención lo hace. Agradece cada regalo con una falsa alegría, pero en cuanto lo lleva a su casa, lo lanza a un rincón donde se van amontonando y se olvida de ellos.

Un día aparece por clase una niña nueva que le hace un regalo. Akane no la conoce, pero ella sí parece conocer a Akane, puesto que le hace un precioso regalo y le pregunta “si se acuerda”, sin especificar de qué o de quién. Akane acepta el regalo, pero da una respuesta ambigua por no quedar mal. A partir de ese momento, la niña le hace un regalo hermoso y valioso cada día. Akane no quiere admitir que no sabe quién es ella para que no deje de hacerle regalos. Le da igual si es una amiga de la que se ha olvidado o si es que la niña de los regalos (que, naturalmente, es Kurumi) la está confundiendo con otra persona.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Como Kurumi le trae regalos cada día sin necesidad de mostrarse amable con ella, Akane deja de lado a todas las demás. Sin embargo, se nos muestra que solo Akane la ve. Sus compañeras la ven a ella hablándole al aire, moviendo las manos como si recogiera algo. 

Finalmente, Akane invita a Kurumi a su casa. Cuando Kurumi entra a su cuarto y ve la pila de regalos, tirados en el suelo e ignorados, le dice que todo lo que le ha estado dando han sido objetos sacados de esa misma pila. Le ha estado regalando cosas que otras personas ya le habían regalado, y que ella no había reconocido porque no les otorgaba ningún valor. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Kurumi le recrimina que, al despreciar los regalos y la intención tras estos, no solo está despreciando a quienes se los dieron de buena fe, sino a los propios regalos en sí.

Los regalos, ofendidos, vuelan hacia Akane clamando venganza. Cuando su madre entra al cuarto a buscarla, la encuentra muerta, tirada entre sus regalos desparramados y estrangulada por los collares que otras personas compraron para ella.

Se celebra el funeral de Akane y ninguna de sus antiguas amigas acude. Las ha ignorado tanto tiempo que se han olvidado de ella. Solo Kurumi aparece para darle el último regalo que recibirá en su vida y en su muerte: un gran lazo de seda que coloca sobre la tapa del ataúd, como si este no fuera sino una gran caja de regalo.

Puedes ver todas las historias de Present desde la primera pulsando aquí.

Present. 1993. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.

EL ENVIADO DE BONGO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Hoy vamos a repasar otro bolsilibro de Joseph Berna, uno de los pocos autores de este peculiar tipo de literatura que quedaban en pie hasta hace poco y que nos dejó en el 2021. 

Casi siempre que hablamos de Berna (el seudónimo más habitual de José Luis Bernabéu López) es para quejarnos de lo malos que son sus libros… y si, la verdad es que esta no va a ser una excepción. Sin duda era el peor de los autores de bolsilibro que se popularizaron pero ¡ah! eso sigue situándolo por encima de todos los autores de bolsilibro que no llegaron a popularizarse. Así que, más que un mal escritor de bolsilibros, podríamos calificarlo como el peor de los buenos escritores, o el mejor de los malos escritores, como se prefiera verlo.

Berna basaba su obra en lo que ahora se llama fanservice y que en su época era simplemente darle al público lo que quería ver o leer. Llegó a escribir más de cuatrocientos libros (¡que ya son libros!), algunos de los cuales tuvieron tiradas de más de veinte mil ejemplares. Los primeros (La misteriosa Stella y Mexicanas a granel) los envió a la editorial escritos a manos en cuadernos escolares porque a sus veintisiete años no se podía costear una máquina de escribir.

Comenzamos en el clásico futuro berniano, a saber; coches voladores, pistolas de rayos láser, ropa de tonos metalizados y desinhibición sexual absoluta y generalizada. Nuestra pelirroja y veinteañera protagonista lleva el complicado nombre de Glynis y está tomando el sol en la playa, llevando solo la pieza inferior del bikini. Está esperando a que llegue su reciente novio, un tipo musculoso y rubio que más tarde nos enteraremos que se llama Darko. 

Los colores de los cabellos son algo a destacar en las historias de Berna porque siempre los indicaba. Era uno de esos detalles que para él parecían ser importantes, y no recuerdo ni un solo bolsilibro suyo en el que el y la protagonista tuvieran el cabello del mismo color, como si en el bernaverso el color de los cabellos funcionara como los polos magnéticos de los imanes, atrayendo a los opuestos y rechazando los iguales.

El caso es que Glynis está luciendo al sol su extraordinario par de hombros y su no menos hermoso par de rodillas cuando empieza a molestarla un tipejo, al parecer interesado por todas las cosas que la joven exhibe a pares. Afortunadamente para ella, otro individuo acude a salvarla y, a modo de presentación, le da un palizón físico al acosador y otro verbal al sufrido lector. 

Algo interesante de esta escena es que este salvador providencial (que se presenta con el para nada extraterrestre nombre de Zorkan) somete al acosador no a base de puñetazos (que era lo esperable en estos libros), sino presionándole con las puntas de los dedos en centros nerviosos que lo dejan paralizado. Esto es algo que a día de hoy ya tenemos muy visto, pero en la España de 1983 era definitivamente bastante original.   

Tras ligarse a Glynis en tiempo récord (algo también habitual en la obra de este autor) Zorkan le confiesa a esta que tanto él como Darko son extraterrestres pese a su aspecto totalmente humano. Provienen de un planeta llamado Bongo, que personalmente me suena a una mezcla de Mongo (el planeta de Ming, en Flash Gordon) y bong (una cachimba para fumar marihuana). Zorkan llegó a la Tierra hace un mes persiguiendo a Darko y otros tres individuos de su planeta, a los que no se si debería llamar bongonitas o bongonienses. Estos cuatro individuos son ladrones y asesinos fugados de su planeta. Glynis acepta toda esta explicación sin pruebas ni reservas, y se lleva a Zorkan a su apartamento para… digamos… darle la bienvenida a la Tierra.  

Tras algunas escenas de acción que no vale la pena detallar, pero que incluyen persecuciones con coches voladores, tiroteos, y una pelea en un gimnasio con un par de sudorosos luchadores de pressing catch, Zorkan logra acabar a tiros con dos de los bongonitas fugados. El tercero de estos, llamado Letno, mata a Darko porque este seguía encaprichado de Glynis y se había convertido en una molestia constante. El plan de Letno es precisamente raptar a Glynis y usarla como rehén, así que liquida primero a Darko para que no interfiera. Esto no le sirve de mucho porque, a los pocos segundos de encontrarse con Zorkan y pese a tener a Glynis de rehén, termina con un bonito agujero de láser en la cabeza.

Resuelta esta ultima formalidad, Zorkan regresa a Bongo y le da a Glynis la opción de acompañarle y casarse con él, que ella acepta encantada. Y fin. Es otra de esas historias que las vendían como de ciencia ficción pero que en el fondo son simples historias policiacas adornadas con pistolas láser y coches voladores que en realidad no influyen para nada en la trama. Un día más en la oficina el bernaverso.  

Puedes seguir repasando la fascinante (a su modo) obra de Berna pulsando aquí

El enviado de Bongo. 1983. Joseph Berna [José Luis Bernabeú] (texto) Almazán (portada). La conquista del espacio nº 694. Editorial Bruguera S.A.

sábado, 1 de noviembre de 2025

PRESENT. El regalo de cumpleaños & El regalo del amor

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                        ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                             

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Noviembre es un mes curioso ¿verdad? Está después de octubre, llamado el mes del terror por ser aquel en el que se celebra Halloween. Y antes de diciembre, que es en el que se celebra la Navidad y se caracteriza entre otras cosas por la costumbre de hacer regalos a los seres queridos. Y justo ahí, entre el terror de octubre y los regalos de diciembre, está noviembre. Creo que noviembre es un buen mes para reseñar las historias de Present, un manga de Kanako Inuki centrado en todo lo terrorífico y maravilloso que pueden tener los regalos.

La colección completa se compone de treinta y tres historias recopiladas en tres tomos. Comentando una cada día de noviembre y metiendo tres más donde mejor encajen podemos transitar cómodamente del terror de octubre a los regalos de diciembre. A lo largo de este mes, nuestra intención misión será publicar nuestra entrada diaria habitual y además, como un extra, una segunda entrada comentado una o más historias de Present. 

El hilo conductor de estas historias es Kurumi, una niña que parece no envejecer ni tener ninguna necesidad vital. Se nos da a entender que en algún momento de su existencia murió, pero no es exactamente un fantasma porque en ocasiones la vemos a plena luz del día y es perfectamente sólida, mientras que en otras parece ser capaz de teleportarse o flotar en el aire a voluntad. Más bien parece estar perdida entre realidades. Kurumi tiene su propia historia, que iremos descubriendo mezclada con las otras mientras nos invita a reflexionar sobre el significado y valor de los regalos, y de las consecuencia negativas tanto del exceso como de la falta de ellos. Hoy, para empezar con buen pie, veremos dos de esas historias.

El regalo de cumpleaños. Mayuko, una mujer ya anciana que trabaja como limpiadora en un colegio, charla con sus compañeras sobre algo que le ocurrió en aquel mismo lugar siendo una niña. En la clase a la que asistía ella como alumna había otra niña llamada Kurumi, a la que todas las demás le tenían envidia porque era mucho más guapa que ellas.

Mayuko y Kurumi cumplían años en fechas muy cercanas, por lo que la profesora eligió un día para que las que lo desearan les entregaran regalos de cumpleaños. Mayuko se puso de acuerdo con las demás para que todas le dieran regalos a ella y ninguna le regalara nada a Kurumi, como una forma de humillarla. A medida que las alumnas hacían cola delante de Mayuko para darle un regalo, Kurumi bajaba la cabeza apenada, tragándose su decepción sin entender por qué sus compañeras la despreciaban. Tras esto Kurumi no volvió a aparecer por el colegio. Mayuko nunca supo si sus padres la trasladaron a otra escuela o que pasó con ella.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Mayuko se ha acordado de todo esto ahora porque ese día es su cumpleaños. Sus compañeras le entregan un paquetito de regalo y cada una vuelve a su casa. Por el camino se nos muestra que Mayuko se siente un poco culpable por aquello, pero a la vez sigue envidiando la belleza y candor de Kurumi. Se consuela pensando que como cumplen años casi al mismo tiempo, ahora Kurumi estará tan vieja y arrugada como ella, si aún vive. En ese momento una niña empieza a seguirla, sonriendo y haciéndole preguntas sobre el paquetito de regalo que asoma de su bolso.

La niña le dice que tiene la teoría de que no se reciben regalos de cumpleaños al cumplir años, sino que se cumplen años al recibir regalos de cumpleaños. Lo que contienen en realidad las cajas de regalos son el año que se va a cumplir, y el objeto que lo acompaña es solo una especie de premio de consolación para que la persona no se sienta triste por envejecer. La prueba que dice tener, es que ella lleva décadas sin recibir regalos de cumpleaños y desde entonces no ha envejecido. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Mayuko reconoce al fin a Kurumi en la niña, y empieza a sudar de miedo por lo imposible del encuentro, mientras la niña se aleja corriendo y riendo. Sentándose en el banco de un parque, Mayuko toma la cinta del regalo y tira de ella con una mano temblorosa, emocionada y a la vez asustada por lo que pueda encontrar dentro.

El regalo de amor. Mitsugu es un joven perdidamente enamorado de Yoko, una chica interesada únicamente en el dinero de los hombres y lo que pueda sacar de ellos. Cada vez que tienen una cita debe regalarle algo valioso para mantener el interés de ella, con la vana esperanza de terminar por gustarle de verdad. El problema es que ya se ha quedado sin dinero.

Mientras deambula por la calle sumido en sus pensamientos se tropieza con Kurumi. Esta le pregunta si necesita algo para regalárselo a su novia y le ofrece un par de pendientes de oro con forma de dos medios corazones que encajan uno con otro formando un corazón completo. Kurumi le dice que con ese regalo los dos estarán siempre juntos. Mitsugu supone que la niña sabe que necesitaba un regalo para su novia porque estaba pensando en voz alta sin darse cuenta (aunque no lo estaba haciendo) y toma los pendientes que le da la niña. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Cuando se dispone a cambiar de calle uno de los pendientes se le cae de la mano a la carretera. Al agacharse a recogerlo no ve el camión que se le viene encima, que lo aplasta y lo mata de inmediato.

Su cadáver es llevado a la morgue, donde un par de forenses se dan cuenta que tiene algo fuertemente apretado en su mano cerrada, pero sienten el inexplicable impulso de no comprobar que es. Mientras tanto, Yoko ha acudido a la cita que tenía con Mitsugo. No lo encuentra a él, pero de todas formas solo ha acudido para decirle que lo deja, porque ha conocido a otro chico más rico que le compra regalos más caros. Lo que si encuentra es el pendiente del medio corazón de oro que perdió Mitsugo. Se lo coloca en la oreja y vuelve a casa.

En la morgue, el cadáver de Mitsugo se alza de su camilla, y se dirige arrastrando los pies hacia la casa de Yoko. En su mano, aun fuertemente apretado, está el otro pendiente del medio corazón. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Pasado un rato Mitsugo regresa a su camilla y vuelve a morir, esta vez definitivamente. Los mismos forenses de antes, que vienen a hacerle la autopsia, notan que ahora tiene la mano abierta y vacía. Entonces un nuevo cadáver es llevado a la morgue, el de Yoko. Ha muerto de un ataque al corazón, pero su expresión es de puro terror. En sus orejas luce ambos pendientes. 

Y tal como le prometió Kurumi a Mitsugu, gracias a los pendientes ahora están juntos para siempre, en la muerte.

Abre una cajita de regalo más pulsando aquí🎁 

Present. 1993. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.

HALLOWEEN 2025

                                                               Comunicado del Supervisor General.

Comienza noviembre y al parecer hemos sobrevivido un años más a la oleada de monstruos y seres extraños que pasaron por casa esta noche de Halloween. 

Como de costumbre, preparamos cuarenta bolsitas en las que se mezclaban Huesitos, chocolatinas, caramelos blandos, caramelos duros y gominolas. Y otras diez bolsitas de respaldo con la misma cantidad de chuches pero cambiando los Huesitos y chocolatinas por caramelos y gominolas extra, por si acudía algún monstruo intolerante a la lactosa.

Al final de la noche, el recuento de monstruos cuya furia conseguimos aplacar con nuestro tributo anual de chuches fue:

Una diminuta brujita.

Una estudiante asesina.

Una pirada pirata del Caribe.

Un tipo duro con la cara llena de cortes.

Una Nezuko de Kimetsu no Yaiba, aunque sin la mordaza de bambú para que se le entendiera bien al decir “Truco o trato”.

Una caracortada (y caragrapada) con inquietantes ojos negros.

Una princesita.

Una bruja de talla normal.

Dos chicas gato.

Cuatro esqueletos.

Cinco zombis (siguen siendo los más populares).

Una novia fantasma.

Un ejecutivo psicópata.

Un Gosthface.

Tres ninjas de Naruto (creo).

Tres temibles pandilleros.

La bruja viajera que acude todos los años.

Y seis que no supimos identificar.

En total treinta y cinco visitantes nocturnos, que no está nada mal, a los que hay que añadir unos ocho acompañantes adultos no disfrazados. Gracias todos los que se pasaron y también a todos los que querían pasar pero no pudieron hacerlo por causas de fuerza mayor, que nos consta que también hubo alguno.  

Nos vemos el próximo Halloween. 





jueves, 30 de octubre de 2025

TERROR EN EL CENTRO COMERCIAL

  EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                        ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                             

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Este es el primer título de la colección Escalofríos, una de tantas que se montaron a la ola de Pesadillas (Goosebumps). Ya hemos reseñado otro título de esta serie, pero como son historias independientes y sin continuidad entre ellas, no importa el orden en que lo hagamos.

La protagonista es Robin, que nos cuenta en primera persona cómo ella, junto con sus amigas del colegio Lisa y Shannon, acude a la inauguración de un nuevo centro comercial. El lugar en el que lo han emplazado tiene mala fama, pues es un antiguo pantano desecado en el que décadas atrás se ahogaron tres adolescentes. También durante la construcción hubo algunos extraños accidentes, como un obrero que fue sepultado por una avalancha de ladrillos, u otro ahogado en un foso de cemento de cuajado rápido mientras hacían los cimientos. Pese a ello, la gente de los alrededores está emocionada con la inauguración y acuden en masa al lugar. Banderines de colores, luces danzantes, ambiente festivo, una enfebrecida multitud llenándolo todo y recorriendo el lugar como si les fuera la vida en ello. Robin y sus amigas se encuentran con otros compañeros de colegio, van de tienda en tienda buscando ofertas o artículos gratis como promoción de apertura, se asombran por los elevados precios de los restaurantes… lo normal en estos casos.

Y para empezar, esto me parece un escenario excelente para una historia de terror. Entre los miedos más comunes de la mayor parte de la gente están cosas como encontrarse en un lugar desconocido, quedarse solo o estar a oscuras. Y el escenario es todo lo contrario: un lugar familiar, lleno de gente corriente y bien iluminado. Veamos cómo nos meten el miedo en el cuerpo en este escenario.

La primera señal de que algo va mal es una empleada del centro que va repartiendo folletos. La imagen de la joven se clava en la mente de todos porque es una preciosidad rubia, simpática y sugerentemente vestida. Justo tras hablar brevemente con ella, suben a la planta superior del centro comercial y la vuelven a ver como dependienta de una de las tiendas. Desconcertados, le preguntan si no se acaban de cruzar con ella abajo o si su hermana gemela trabaja también en el centro, pero la joven afirma que no se ha movido de ahí en todo el día y que no tiene ninguna hermana gemela. Esto se repite con otra empleada con una larga trenza negra y un chico de pelo negro y rizado que habla en susurros, que parecen estar atendiendo varias tiendas distintas a la vez.

Robin se fija en un maniquí asombrosamente parecido a otra compañera de clase con la que contaban encontrarse ahí. No es el único incidente relacionado con maniquíes, porque también le parece ver temblar a otro y en principio lo achaca a que algún cliente acaba de tropezarse con él. Pero luego ve claramente a un chico en pleno proceso de transformarse en un maniquí, girando la cabeza hacia ella y tratando de hablar antes de paralizarse y plastificarse por completo.

Estos dos hechos extraños están relacionados. Como Robin descubre de la peor manera posible, son estos tres dependientes, que aparentemente están en todas partes, los que están convirtiendo a la gente en maniquíes. Lo hacen con la mirada. Cuando están atendiendo a algún cliente y coincide que en ese momento no hay nadie cerca, cruzan la mirada con su víctima y esta siente primero una agradable somnolencia, luego una repentina parálisis, y todo termina en unos segundos. Es como una nueva versión del mito de la Medusa, trasladada a un mundo moderno en el que su isla es un centro comercial en las afueras y su mirada convierte en plástico en lugar de en piedra. 

El moreno rizoso intenta plastificarla a ella. Falla porque una niña se acerca entonces a preguntarle algo e interrumpe el proceso, pero la preciosidad rubia plastifica a su amiga Shannon. Robin y Lisa, acorraladas por la rubia en una tienda vacía de clientes pero sospechosamente abarrotada de maniquíes, huyen por una puerta que las lleva a las entrañas del centro comercial, lejos de los pasillos bien iluminados: almacenes, corredores de servicio, sótanos… y salas llenas de más maniquíes amontonados. Algunos de estos son aterradoramente similares a personas que conocen, incluso a compañeros de clase con los que se han encontrado poco antes, visitando el centro.

Pese a que buscan desesperadas una salida, finalmente no tienen más remedio que regresar a la zona comercial. Allí se dan cuenta de que hay mucha menos gente que antes, en parte porque ya es tarde y se aproxima la hora de cierre, y en parte porque muchos de los visitantes son ahora maniquíes. Los tres misteriosos empleados ya se han dado cuenta de que ellas dos saben algo y se dedican a tentarlas con ropa gratis o entradas para las salas de cine, puesto que los probadores o las salas oscuras son el mejor lugar para plastificar a alguien sin que les molesten. Algunos de los maniquíes expuestos en los escaparates parecen estar tratando de advertir a la gente o pedirles ayuda, moviendo ligeramente una mano, inclinando casi imperceptiblemente su sonriente cabeza. Pero solo ellas parecen ser capaces de darse cuenta, quizá porque ya saben lo que está ocurriendo.

En su huida al exterior, Robin pierde de vista a Lisa. Está sola cuando llega a la parada de autobuses, pero el último ha salido hace cinco minutos. Ante la perspectiva de tener que andar hasta casa, ya en plena noche y estando a las afueras de la ciudad, decide volver a entrar en el centro comercial. Ha visto unos cuantos teléfonos públicos y piensa en llamar a sus padres para que vengan a recogerla rescatarla. Dentro del centro, a minutos de la hora del cierre, solo quedan algunos rezagados que han llegado en sus propios coches, pero ningún conocido entre ellos a los que pedir ayuda. Cuando logra encontrar los teléfonos, las luces generales se apagan y oye cómo los cerrojos de las puertas se cierran. Finalmente, está atrapada con los maniquíes y los tres dependientes. Ahora que no hay testigos, tampoco hay nada que ocultar. Los dependientes dan la orden y los maniquíes comienzan a perseguir a Robin como un ejército de silenciosos zombis de plástico. Y cuando inevitablemente la atrapan, hacen lo que hace todo villano: tratar de justificar sus actos.

Los tres dependientes misteriosos son los fantasmas corporizados de los tres adolescentes que se ahogaron en el pantano tiempo atrás, de los que nos hablaron de pasada al principio. Cuando el pantano fue desecado y se construyó el centro comercial sobre este, vieron su oportunidad de volver al mundo de los vivos para disfrutar de todo aquello que les había faltado por experimentar. Pactaron con alguna fuerza oscura para tener el poder de aparecerse en el centro comercial como fantasmas sólidos. Las personas que han estado convirtiendo en maniquíes son a la vez el pago que deben a la entidad que les dio ese poder como la condición que deben cumplir para obtener cuerpos reales y recuperar una vida verdadera.

Rodeada y sin posibilidad de huir, Robin opta por tentarlos. Les ofrece algo que casi todo adolescente desea… un coche propio. Un coche con el que pasar la noche rodando por la carretera, yendo de fiesta en fiesta. No es más que un coche, pero les vende la idea de este muy bien. Para unos fantasmas con mente de adolescentes que han pasado décadas atrapados en un pantano, lo que les está ofreciendo es aquello que todos anhelan: una representación física y tangible de su idea del éxito y la libertad. Los convence de que va a regalarles un coche, y estos la acompañan hasta el aparcamiento, abriendo de un empujón las puertas del centro comercial, haciendo sonar su estrepitosa alarma. 

Robin les muestra un coche que ha quedado en el aparcamiento, probablemente el de alguien que ahora es un maniquí, y les dice que es suyo. Emocionados, los fantasmas no piensan en detalles como que una niña de su edad no puede ser la dueña de un coche, o que no les ha entregado ninguna llave. Ya se sabe que, al carecer de un soporte físico que almacene sus recuerdos y pensamientos (un cerebro, vamos), los fantasmas tienden a volverse locos o estúpidos, y no ven nada raro en que Robin les regale “su” coche. 

Aprovechando que se olvidan momentáneamente de ella mientras hacen planes sobre dónde irán primero con el coche, Robin echa a correr. Al darse cuenta del engaño, los fantasmas la persiguen, pero al hacerlo se alejan demasiado del centro comercial. El centro se levanta sobre el punto en el que murieron y, al alejarse de este, empiezan a debilitarse rápidamente. Cuando son conscientes de esto, se olvidan de Robin y tratan de regresar al edificio, pero ya es tarde para ellos. Se han alejado demasiado del punto en el que murieron y eso hace que se desvanezcan antes de lograr cruzar de nuevo las puertas del centro comercial.

Tan pronto como los tres fantasmas desaparecen definitivamente, todas las personas que habían sido transformadas en maniquíes recuperan su estado humano y olvidan la mayor parte de lo sucedido. A lo lejos, se escuchan las sirenas de un coche de policía que acude a comprobar qué ha hecho sonar las alarmas del centro comercial.

Una lectura bastante entretenida, sencillita y con un poquito de relleno por aquí y por allá, adecuada para esta época del año. 

Puedes ver una reseña sobre otro libro de esta colección pulsando aquí, o dar un repaso general a todas las obras ya comentadas de Stine y sus imitadores autores similares pulsando aquí

Beware the Shopping Mall. 1994. Betsy Haynes. Escalofríos n.º 1. Publicado en 1994 por Editorial Molino.

miércoles, 29 de octubre de 2025

EL PUERTO EMBRUJADO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Ya tenemos a Halloween casi encima. Las horas de oscuridad se alargan y el viento parece susurrar nombres tiempo atrás olvidados. Y no tienen por que ser nombres de personas, necesariamente. Pueden ser títulos de libros. 

Hace mucho que tenemos este librojuego de Elige tu propia aventura en el estante, y precisamente esta mañana parecía que estuviera un poco más afuera de su lugar de lo normal, como preparado para saltar a nuestras manos, sabiendo que se acercaba su momento de ser leído y reseñado. Quizá que últimamente una de las gatas de la casa haya estado andando sobre los libros del estante tenga algo que ver con que este en particular parezca movido de sitio… pero mejor no arriesgarse en este tipo de cosas.

En El puerto embrujado interpretamos a una niña cuyo nombre no llega a revelársenos. Junto con nuestros padres y dos amigas de la escuela, estamos pasando unas vacaciones en el Caribe arrumbando de isla en isla. Al llegar a Antigua para una estancia de tres días, unos niños nos hablan de “el fantasma de English Harbor”, una leyenda local sobre el fantasma de un soldado colonial inglés. Como nos enteraremos más adelante, el soldado fue decapitado por los nativos, que enterraron su cabeza muy lejos del cuerpo. La cabeza fue encontrada en tiempos recientes y se exhibe en un pequeño museo de historia local, mientras que el cuerpo ha permanecido desde entonces bajo la arena de una de las playas, en un punto que solo el fantasma conoce.

Y ante una historia de un fantasma que se aparece en un lugar cercano al que están, solo hay una cosa que tres niñas normales puedan hacer… desafiarse a acudir allí a comprobar si es cierto. Como nuestras amigas, Jamie y Meg, sí creen en fantasmas y nosotros no, hacen peña entre ellas para que quien tenga que acudir al cementerio sea nuestro personaje. 

Esto puede llevarnos a buscar al fantasma activamente internándonos en una cueva de la que parece provenir una voz… y que resulta ser nada menos que La Cueva del Tiempo, que nos trasladará al pasado, menos de un año antes de que los europeos llegaran hasta Antigua, cuando los nativos todavía la llamaban Walaadli. En este pasado podemos ser tomada por una diosa por los nativos, que nunca han visto piel blanca ni cabellos rubios, y obligada a permanecer con ellos para siempre como una prisionera de honor... pero prisionera a fin de cuentas. 

También puede que se nos de la posibilidad de volver a nuestra época cuando un anciano brujo de la tribu de la que pasamos a formar parte determina que la luna está en la posición adecuada para ello. Esto es interesante porque implica que la aparente aleatoriedad de La cueva del tiempo parece tener reglas después de todo. Otros líos en los que podemos meternos incluyen entrar en el museo para tratar de robar el cráneo del soldado, terminar cayéndonos en una tumba abierta deambulando por el cementerio, o… encontrarnos con el fantasma del soldado inglés, que resulta existir después de todo.

Entre los nueve finales posibles encontramos solo dos que podemos considerar óptimos; uno en el que vemos con nuestros propios ojos al fantasma y salimos ilesa del encuentro (que era después de todo el objetivo inicial de la trama) y otro en el que incluso conseguimos que halle la paz. Hay cuatro finales intermedios en los que terminamos lesionada de diferente consideración o cuanto menos llevándonos un buen susto por habernos tomado lo del fantasma a broma. Y hay tres verdaderamente malos. En uno de ellos el yate de nuestros padres desaparece al partir de Antigua y nadie vuelve a saber nada de nosotros. Otro es el ya comentado en el que los nativos del pasado de la isla nos retienen para siempre, aun sabiendo el modo de devolvernos a nuestra época. Y hay un tercero en el que también permanecemos en el pasado de Antigua hasta que llega Cristóbal Colón… y esclaviza a todos los nativos, nosotros incluidos. ¡Que no falte un poco de leyenda negra metida con calzador en una publicación para niños! Y sin embargo, a quien cortaron la cabeza los nativos fue a un soldado inglés, no a uno español… curioso, cuanto menos.   

Puedes repasar todos los librojuegos de esta colección ya reseñados pulsando aquí.

Haunted Harbor. 1986. Shanon Gilligan (texto) Bill Schmidt (ilustraciones)Elige tu propia aventura. Globo Azul  nº 22. Publicado en 1986 por Timun Mas.

martes, 28 de octubre de 2025

ZARPAZOS & COLMILLOS de Snack Maniac!

 LA DESPENSA

Presentado por… el sr. Peppin.

¡Saludos, hambrientos y hambrientas!

Hoy tenemos muchas cosas que hacer y el tiempo que podemos dedicar al blog es escaso, así que hemos optado por algo que se pueda presentar en pocas palabras. Se trata de unos aperitivos temáticos de Halloween que ha sacado al mercado este año Snack Maniac!, una de las marcas propias de Dia.

Están pensados para aquellos que tengan tanta hambre que estén dispuestos a pelear por un puñado de snaks con uñas y dientes, o mejor dicho, con zarpas y colmillos. Son otro de esos productos que compramos principalmente para nuestra colección de envoltorios, pero he de reconocer que los Zarpazos (sabor kétchup y con forma de pata de lobo) me han gustado mucho. Los Colmillos (sabor chili dulce y con forma triangular) no tanto, pero tampoco estaban mal. 

Eso sí, son muy calóricos. La bolsa de Zarpazos contiene 80 gramos de producto que por sí solos aportan 444 calorías y 0´9 gramos de sal. La bolsa de Colmillos contiene 75 gramos de producto, aporta 382 calorías y 1´8 gramos de sal. Son cantidades bastante elevadas, sobre todo por la sal, de la que se recomiendan 5 gramos diarios como máximo. 

No es para nada algo que pueda considerarse para el consumo cotidiano, sino como el producto de temporada que es. Un par de bolsas de esto en cada Halloween no tienen un efecto negativo realmente apreciable si se come entre varias víctimas personas o a lo largo de varios días. Por otra parte, están hechos con aceite de girasol, para los que tengan problemas con el de palma.

Como detalle gracioso, quisiera hacer notar que en la bolsa de Colmillos (presentada por un vampiro) se nos indica que hay que mantener el producto a salvo de la luz solar, mientras que en la bolsa de Zarpazos (presentada por el hombre lobo) no se hace referencia a esta precaución. Bueno, ya se sabía que el sol sienta mal a los vampiros, después de todo.

lunes, 27 de octubre de 2025

ALUCINE (n.º 11) El licántropo

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, alucinantes lectores.

Llegamos al undécimo y último número de la edición española de Alucine; más allá del suspense, que nos trae cinco nuevas historias variadas.

El licántropo (dibujos de Pérez). A Charlie le aburre su trabajo de pastor. Dedicar todo el día (y todos los días) a observar pastar a un montón de ovejas es, al parecer, más de lo que está dispuesto a soportar. Agobiado por el tedio, se aleja de las ovejas para pasear un rato y se encuentra con un viejo pozo de piedra. Al examinarlo, ve que en el cubo de madera hay una inscripción que reza: “Te concedo cualquier deseo, pero piénsalo bien.”

Charlie no lo piensa ni bien ni mucho y pide impulsivamente una bolsa llena de monedas de oro. Ésta aparece de la nada dentro del cubo, convirtiéndolo de pronto en un hombre muy rico. Pero entonces una de sus manos se transforma en una garra cubierta de pelo, como la de un hombre lobo. Pese a todo, Charlie está feliz. Ahora es rico, por lo que nadie le cuestiona cuando empieza a aparecer en todos lados con guantes cubriendo sus manos, como parte de su renovado y elegante vestuario.

Pero, claro, la riqueza sin nada que la produzca no dura mucho. Charlie malgasta el dinero invitando a sus amigos de borrachera a una copa tras otra, hasta que la bolsa de oro se vacía por completo. Así pues regresa al pozo, pide otro saco de oro como el primero, y su otra mano se convierte también en una garra. A base de derrocharla también, no tarda en necesitar una tercera bolsa, y es uno de sus pies el que se transforma en una pata de lobo. Toma la decisión de pedir diez bolsas de oro la siguiente vez y moderar sus gastos, para que le duren toda la vida. Las bolsas aparecen, pero lo que el pozo cambia de él no es el otro pie, como él había supuesto, sino su rostro. ¡Con la cara de hombre lobo que tiene ahora será perseguido allá donde vaya, por lo que pide al pozo hacer desaparecer todos los rasgos de lobo que ha ido acumulando a cambio de devolver las diez bolsas de oro.

Tanto el oro como los rasgos de lobo desaparecen, y Charlie se aleja del pozo confiado, creyendo haber vencido, sin darse cuenta de que va moviendo tras de sí una larga cola de lobo que le ha aparecido en el trasero sin que se diera cuenta de ello.

El cazador de monstruos (dibujos de Marco). En 1613, un gran monstruo peludo acosa a los pastores y aldeanos de un pueblo de Irlanda, amenazando con comerse sus ovejas. El alcalde local contrata a Cross, un guerrero local venido a menos, para que acabe con el monstruo. Cross decide tender una trampa al monstruo haciendo que los aldeanos reúnan en un viejo granero todos los víveres que tienen, para que el olor de la comida lo atraiga al interior y poder luchar con él en un lugar cerrado, donde la criatura no tenga escapatoria.

Así lo hacen, y pronto el granero se llena de cestas de panes, frutas, fuentes de carne asada y botellas de licor. Cross se queda dentro del granero esperando a que aparezca el monstruo y las gentes del pueblo acechan desde lejos. Al anochecer el monstruo se acerca furtivamente al granero y entra en él. Tras dudar, las gentes del pueblo deciden correr todos a una a ayudar a Cross, pero cuando están a punto de cruzar las puertas del granero, el guerrero sale de este. 

Cross les cuenta que golpeó al monstruo con su espada y éste se convirtió en humo. La comida también ha desaparecido porque el monstruo lo engulló todo en segundos antes de que él pudiera reaccionar. Los aldeanos están aliviados por la destrucción del monstruo, pero consternados por la pérdida de las provisiones. Pese a todo, el alcalde paga a Cross lo prometido y los aldeanos regresan a sus casas. 

El final nos muestra que Cross y el monstruo estaban confabulados, y escondieron a toda prisa los alimentos tras unas balas de paja del granero, donde aguarda también el monstruo. Cross se quedará el oro, ambos se repartirán la comida, y vuelta a empezar con la aparición de “otro” monstruo idéntico al anterior. Una nota a pie de página, sin embargo, nos da a entender que cuando la comida se acabe, el monstruo probablemente se comerá a Cross.

Una idea luminosa (dibujos de Falugi). Ronald es un escritor de historias de terror que se ha quedado sin ideas, y debe entregar algo pronto a la editorial. Cada hoja que sale de su máquina de escribir termina hecha una bola en su papelera. Está ya desesperado cuando un rayo de luz entra por su ventana y adopta una forma humanoide. Cuando se acerca a tocarla, la forma se desvanece dejando tras de sí un leve olor a azufre.

Este fenómeno se repite más tarde, solo que cuando toca la forma de luz, ésta se convierte en un gigantesco y violento insecto alienígena que se lanza contra él. Esto resulta ser una pesadilla, y aunque en principio le asusta también le inspira y logra romper su bloqueo de escritor. 

Cuando regresa de la editorial tras haber entregado un nuevo manuscrito, el monstruo luminoso reaparece y esta vez, aparentemente, se lleva a Ronald con él. Lo único que queda de ambos es un leve vapor a azufre.

Al día siguiente (o algunos días después, no está claro cuánto tiempo pasa), la gente de la redacción se ríe de la historia que ha presentado Ronald, cuya premisa es la aparición de esas criaturas en la Tierra mediante los rayos de luz. Mientras están burlándose de su compañero, les llega un ejemplar de un periódico de la competencia en el que leen que el escritor de terror Ronald ha desaparecido y la única pista es que su oficina olía a azufre. Sus compañeros se quedan con la duda de si su propia creación se ha vuelto real y ha acabado con él, o si siempre fue real después de todo.

El juramento (dibujos de Angadar). En Alassio (Italia), Nicola y Elena se acaban de casar y prometer amor eterno. Su felicidad, si bien genuina, no les dura mucho. Solo tres meses después Elena muere, dejando a Nicola destrozado.

Tras el sepelio, Nicola se queda solo en el cementerio, llorando su pérdida, y ve lo que parece ser el espíritu de Elena andando entre las tumbas. Pese a que ésta le advierte que no debe intentar seguirla, Nicola no puede evitar hacerlo y corre tras ella hasta que la imagen de su amada se desvanece. 

Derrotado, regresa al pueblo pero lo encuentra cambiado. Su casa es ahora una zapatería, y el hombre que la atiende afirma haberla heredado de su padre. Él no lo sabe, pero en realidad, para el resto del mundo han pasado cien años desde que él salió del cementerio. Nadie le reconoce y finalmente termina cayendo al suelo y reduciéndose a cenizas. Esta es una de esas historias en las que no se nos explica nada.

Puestos a especular, la misma presencia del espíritu de Elena, al ser una distorsión de las leyes naturales, podría haber creado tras ella una invisible estela de distorsión. Al correr tras ella, al seguir sus pasos, Nicola entró en esa estela de distorsión de la realidad, lo cual le desplazó de su época y fue también lo que terminó por consumirlo. Pero eso es solo mi teoría. Si alguien tiene otra, me encantaría escucharla. 

Hombres voladores (dibujos de Rovira). El inspector Raffels está teniendo un día extraño. Su hijo pequeño le ha contado que vio a un hombre con alas revoloteando en el cielo, y si solo fuera eso, lo habría achacado a su imaginación infantil. Pero el caso es que una pareja acude a la comisaría a denunciar que un hombre con alas les atacó, lo derribó a él con un golpe de ala y le robó el bolso a ella.

Ya un tanto harto de historias de hombres alados, Raffels sale a patrullar con unos cuantos agentes y él mismo se topa con algo bastante peculiar. Se trata de un hombre con cabeza de pájaro, grandes alas emplumadas, vestido con lo que parece un frac de noche con pajarita. Sostiene un cetro con el que apunta a uno de los agentes, al cual le aparecen de inmediato un par de alas y queda bajo el control del hombre pájaro. Este se presenta como Birdor (tiene nombre de villano de MOTU) y afirma provenir del Reino de los Demonios para gobernar en la Tierra. Su cetro le permite convertir a cualquiera en un hombre pájaro, lo cual le hace quedar también bajo su dominio. Su plan es convertir a todos los humanos en esclavos alados uno tras otro.

Mientras Raffels y Birdor intercambian amenazas, el hijo del inspector, que estaba por allí, corre hacia el hombre pájaro original y le arrebata el cetro mágico, dejándolo en manos de su padre. Este lo parte rápidamente contra su rodilla, lo que hace que Birdor se desvanezca de regreso al reino de los demonios.  Todos los hombres a los que el cetro transformó recuperan la normalidad… lo cual implica que muchos de ellos caen desde gran altura porque estaban volando en ese momento y les desaparecen las alas de pronto.

Al final de la misma página en la que termina esta historia nos encontramos con uno de los típicos anuncios que aparecían en estas revistas recordándonos que compráramos el siguiente número dentro de (en este caso) quince días. 

Pero ya nunca ubo un siguiente número y esto nos da una idea de lo repentino que fue su fin. Si en el momento de publicar este número se insertó este anuncio, es porque había intención de seguir publicando. Eso significa que menos de dos semanas después ya se decidió cancelar la colección sin ningún tipo de aviso previo. De este modo Alucine quedó más como una curiosidad que como una verdadera institución de su época, como hicieron otras revistas similares, cada una en su momento, como Dossier Negro o Creepy.

Puedes ver los otros números comentados de este comic pulsando aquí.

Gespenter Geschichten nº 494. 1984. Varios autores. Bastei-Verlag. Publicado en 1984 por Editorial Bruguera S.A.