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martes, 17 de septiembre de 2019

UN DÍA EN HORRORLANDIA

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
La colección de novelas juveniles Goosebumps (Pesadillas en España, Escalofríos en Hispanoamérica) fue increíblemente popular a principios de los 90. Era raro el chaval que no se hubiera leído al menos una. 

A España llegaron en el 95. A mí me pillaron ya bastante crecidito, haciendo el servicio militar obligatorio, y aun así la curiosidad me picó tanto que entre flexiones, carreras y marchas, encontré tiempo para leerme unos cuantos. Solo la colección principal ya constaba de 60 títulos, y eso contando únicamente los publicados en castellano, porque no todos se tradujeron. Pero a esta siguieron varias más.
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-Pesadillas 2000, que era más de lo mismo, con otros 25 títulos. 
-Casi fantasmas, donde personajes y trama se mantenían de cada título al siguiente, con 8 libros.
-Horrorland con 12 libros que también se continuaban entre ellos, formando una megahistoria. 
-La calle del terror, que eran un poco más serios, con 34 libros. En realidad esta colección es anterior a Pesadillas. El autor los concibió como historias de terror para adultos, no para niños, pero al parecer ninguna editorial se interesó por ellas, y tras el éxito de Pesadillas fueron reescritos para amoldarlos a su nuevo estilo.
-Los fantasmas de Fear Street, del estilo de los anteriores, pero volviendo a subir un poquito el tono de los relatos, con 35 libros más. 
-Historias de Pesadillas, que son recopilaciones de historias muy cortas, del que solo salieron 6 números, con una decena de relatos en cada uno. 
-La casa del terror, que eran más historias estilo Pesadillas, con 10 libros, creo.
-Los Thrillers de R. L. Stine, que estaban enfocados principalmente a universitarias, y cambiaba los monstruos por chicos guapos pero siniestros, de los que salieron 18 números. 
-Slappyworld, que son relativamente recientes y están protagonizados por Slappy, un muñeco de ventrílocuo que está considerado como el villano mas representativo de Pesadillas, y ha aparecido en varios libros repartidos entre las distintas colecciones. Tiene 14 títulos dedicados a él por el momento.

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Son más de doscientos libros en total, que salvo en el caso de los Thrillers, amenudo comparten lugares, criaturas y protagonistas. Stine sigue escribiendo, y sus libros antiguos se siguen reeditando, a veces cambiando el nombre de la colección o el título del libro, al pasar éstos por las manos de editoriales diferentes cada una con sus propios traductores, por lo que es difícil hacer un seguimiento exhaustivo de su obra.

También hubo una colección de 26 librojuegos titulada En busca de tus Pesadillas, una serie de TV de imagen real, algunos juegos de mesa, videojuegos, y tres películas de la serie Casi fantasmas; una independiente llamada No lo pienses, y dos de Pesadillas. Y por descontado, tuvo muchos intentos de imitación, algunos de los cuales llegaron hasta España, como las colecciones Para no dormir o Colegio Calavera. 

Es difícil explicar porque tuvieron tanto éxito. Probablemente se debió a una combinación de factores: estaban muy enfocados a esa franja de edad en la que los cuentos infantiles ya no atraen, pero las novelas “serias” todavía parecen aburridas. Estaban llenos de objetos malditos y monstruos, muchos de ellos clásicos como momias u hombres lobo, pero muchos otros inventados, y algunos bastante originales. Aunque la estructura era siempre la misma (parecían escritos con una plantilla) la temática era muy variada. 

Las portadas  (todas del mismo ilustrador) eran también muy llamativas, intrigando más que asustando a pesar de lo que se mostraba en ellas. Algunos de los elementos que aparecían en las portadas estaban resaltados con tinta luminiscente que brillaba en la oscuridad. En esa época cuando un fabricante producía cualquier cosa que brillara en la oscuridad le faltaba tiempo para anunciarlo a bombo y platillo, pero en las portadas de estos libros no había ninguna referencia a ello. Esto podía provocar que tras una tarde de lectura, algún chaval se llevara un pequeño sobresalto adicional al apagar la luz de su dormitorio para descubrir poco después que algo brillaba allí donde había dejado el libro.

Quizá lo más importante de todo es precisamente eso, que estos libros proporcionaron a los niños esa pequeña dosis de terror inofensivo y controlado que, como cualquier otra emoción, es una parte indispensable del desarrollo, pero que muchos padres sobreprotectores niegan sistemáticamente a sus hijos, prohibiéndoles ver películas de miedo o hacer actividades demasiado intensas o emocionantes. Camuflados como cuentos que los padres no se molestaban en leer antes de dárselos a sus críos, los libros de Pesadillas cubrieron esa necesidad innata de enfrentarse al terror de toda una generación de preadolescentes.

A mis más de cuarenta años, sigo comprando los que me encuentro en tiendas de segunda mano y mercadillos (excepto los Thrillers ^_^). No son obras maestras de la literatura ni mucho menos, y tienen el defecto de abusar en exceso de las falsas alarmas. Durante la primera mitad del libro, todos o casi todos los capítulos terminan con el protagonista gritando porque un monstruo se abalanza contra él, va ser aplastado por algo, o va a sucederle algo horrible de forma inminente. Al inicio del siguiente capitulo todo resulta ser producto de una broma o una confusión. Pero al final de ese capitulo ya está otra vez en peligro de muerte, que al inicio del siguiente vuelve a descartarse… es algo continuo, y a la larga, agotador. Hacia la mitad del libro todos estos peligros que hasta ese momento han resultado ser falsos, se nos presentan como reales, y de nuevo cada capitulo termina con un anzuelo que tira de nosotros hacia el siguiente. Es el estilo del autor, y en eso no me voy a meter, pero repetir la misma estructura durante doscientos libros me parece excesivo.

El texto, además, se notaba alargado. Siempre había algunos capítulos que parecían sobrar. Lo que el libro tenía que contar se podría haber condensado en dos tercios o la mitad de las páginas, pero obviamente el objetivo era vender. Más páginas justificaban mayor precio de venta, y al mismo tiempo estandarizar el volumen de los libros (añadiendo relleno a los que quedaran más cortos) era una forma de unificar el formato y abaratar el coste de producción.

A pesar de esto, Pesadillas fue una de esas colecciones de libros que hizo que muchos niños que hasta ese momento solo habían leído por obligación, para hacer trabajos escolares, comenzaran a hacerlo voluntariamente, y creo que solo por eso ya merece reconocimiento.
Un día en Horrorlandia es el nº 16 de esta colección, pero el primero publicado en España, ya que la numeración original no se respetó. 

Comienza con una típica familia: papá, mamá, hijo, hija (que hace además el papel de narradora) y amigo del hijo, apretujados en un coche, atravesando un paraje desértico y tratando de hacerse creer unos a otros que todavía no se han perdido. Buscando cualquier rastro de civilización, terminan en un extraño parque de atracciones llamado Horrorlandia, que parece extenderse a lo largo de varios kilómetros. Los trabajadores del parque, que van todos disfrazados de horrores (monstruos verdes y gordos con grandes cuernos y colmillos) les invitan a pasar el día gratis.

El parque, a pesar de su tamaño, parece casi vacío. Se cruzan con unas pocas parejas de miradas huidizas acompañadas de niños llorosos y aterrados. Los horrores a los que interrogan en busca de información se muestran indiferentes o crípticos en sus explicaciones. Las atracciones tienen un aire siniestro, y la sospecha de que podría haber un peligro real en todo ello es algo palpable. Los niños se separan de los padres y prueban diversas atracciones, en todas las cuales hay algún momento en el que tienen la impresión de ir a morir o de haber quedado atrapados para siempre. Pero tan pronto como la atracción termina, corren instintivamente a probar otra.

Finalmente adultos y niños se reúnen y se disponen a salir, pero los horrores (que por fin se revela que no son humanos disfrazados, sino que ese es su verdadero aspecto) los conducen hasta un oscuro recinto, donde les anuncian que para marcharse deben sobrevivir durante cincuenta segundos… y a continuación sueltan sobre ellos una autentica jauría de monstruos.

Cuando el tiempo termina y la niña (que había estado a punto de ser aplastada por una gigantesca criatura) recobra el aliento, escucha la voz de uno de los horrores anunciando felizmente por megafonía: 

-“¡Tenemos un nuevo récord! ¡Tres de los cinco visitantes siguen vivos!”...

Dentro de lo que cabe, este es uno de los libros de Pesadillas que terminan bien, porque en algunos de los que he leído los protagonistas salen bastante más malparados.

El parque de Horrorlandia y sus "simpáticos" horrores volverían a aparecer en el nº 13 de Pesadillas 2000 (Regreso a Horrorlandia) y es el lugar en el que transcurren la mayor parte de los doce libros de Horrorland.  

¡Más Pesadillas pulsando aquí!

One day at Horrorland. 1994. R.L.Stine. Pesadillas nº 1. Publicado en 1995 por Ediciones B S.A.

13 comentarios:

  1. Hola Ricardo, precisamente ese título es el único que he leído de la serie. Como dices, era el número 1 y me gustaba mucho la portada, así que me lo prestó un amigo. Creo que ya me pilló algo mayor porque el libro me defraudó bastante. El final que yo recuerdo no es el que cuentas, sino que al final se despierta el protagonista o la protagonista de un sueño. Ya entonces me pareció un final muy malo. Si lo hubiera pillado unos cuantos años antes, me habría flipado.

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    1. Hola Gog. Siempre que comento un libro es porque me lo acabo de leer (así lo tengo fresco todavía) o si ya lo tenía leído de antes lo repaso bastante para comprobar si es tal como lo recordaba. Este en particular lo releí casi entero hace un par de días, y no termina con el "todo era un sueño". Tampoco termina exactamente con lo que comento (pasan algunas cosas más luego) pero todo lo que le ocurre a los protagonistas es real dentro de la historia. ¿Pueda que fuera otro el que leíste? Todas las ilustraciones de portada son obra del mismo autor, y por tanto todas tenían un estilo y una paleta de colores muy similar. A mi este en particular me gusta por los monstruos que gestionan el parque, los "horrores". Los comentarios que hacen y las respuestas que les dan a los personajes son la monda, especialmente la de...
      NIÑO: -Oiga ¿Ha muerto alguien aquí?
      HORROR: -Una vez.
      NIÑO: -¿¡Murió una persona en las atracciones!?
      HORROR: -No, quiero decir que cuando la gente muere aquí lo hace una sola vez. Nadie se ha muerto dos veces.
      ¡Y te lo dicen tan tranquilos jaja! Es un libro para niños, claro, pero tiene sus detalles. Yo los disfruto más ahora que cuando empecé a leerlos.

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  2. Vaya, pues entonces lo recuerdo mal, porque seguro que es ese, lo tengo apuntado en una lista de libros que escribo desde hace muchos años. Igual ahora con mis hijos puedo releer alguno por si les pudieran interesar a ellos. En algún momento les gustará el rollo de los monstruos y el terror.

    El texto que marcas como ejemplo se ve que es una traducción literal del inglés, donde "once" significa tanto "una vez", como "hace un tiempo" . Igual el traductor ahí no pudo sacar nada mejor, pero aún pensándolo en inglés es muy forzado.

    Saludos!

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    1. El ejemplo que puse es una versión resumida porque no quería copiarlo entero ^^U pero si, es muy posible que en el original se empleara "once" de forma expresa para que sonara forzado. Los monstruos de este libro hablan como alguien que emplea un idioma que conoce pero no es el suyo nativo, que no domina con soltura, y eso hace que la comunicación con ellos sea un tanto confusa. También puede ser que en el texto original fuera un juego de palabras que no pudo traducirse mejor.

      Lo del interés de los niños pequeños por los monstruos es algo instintivo, creo yo. No hay ningún animal aparte de los humanos que se aleje voluntariamente de la zona con el clima y las condiciones más adecuadas para vivir, y cuando lo hacen es para migrar a otras áreas más adecuadas ya conocidas. Solo el humano explora. Solo el humano abandona sus zonas seguras para comprobar que hay más allá de ellas. Por eso el interés por los monstruos y lo sobrenatural se da en casi todos los niños. Es parte del afán de exploración, en ansia por determinar lo que es real y lo que no. Esto ultimo me ha quedado un poco raro, pero es mi forma de decir que seguro que en algún momento sentirán un interés instintivo por los monstruos. Es parte del desarrollo normal del humano el tratar de esclarecer que cosas pueden (o no) ser un peligro real para nuestra existencia.

      PD: oficialmente y a efectos legales, no estoy loco. Todos los médicos que han intentado demostrar que lo estaba desaparecieron en extrañas circunstancias ^_^

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  3. Magnífica entrada dedicada a una de las grandes sagas literarias de terror juvenil de los 90. Yo tenía unos 12 años o 13 años cuando descubrí estos libros y enseguida captaron mi atención. Recuerdo que varios compañeros de clase también se interesaron por ellos. Fueron todo un éxito, muy merecido por cierto.

    El primero que tuve y que leí fue Pánico en el campamento. Me encantó. Y ahí empecé a coleccionarlos. Después de mucho tiempo intentándolo, buscando en rastros, librerías de segunda mano e Internet, hace unas semanas finalmente pude completar la colección de los 60 títulos publicados en España. ;-)

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    1. ¡Un ardua tarea reunirlos todos! Yo solo tengo los que ves en la foto superior, más el de "Pánico en la Calle del Miedo" (que no sale en la foto porque lo tengo perdido por algún oscuro rincón de casa) y seis de los librojuegos.
      El primero que leí fue "No bajes al sótano". Un final realmente inquietante, que me hizo mirar con suspicacia los parterres de flores de los parques durante una temporada... :D

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  4. Éste es uno de los libros, si no el primero, que leí de "Pesadillas" y precisamente este es el que menciono cuando hablo en mi Biblioteca sobre el libro "La niña de las tinieblas", no sé si recordarás que lo estuvimos comentando.
    La cosa es que de este libro no recuerdo nada o apenas nada, salvo esa sensación de que parecía que iba a pasar algo al final del capítulo y luego, al inicio del siguiente, tal como dices, no pasaba nada o era todo una broma o una ilusión. Recuerdo una escena [SPOILER ALERT] donde están bajando por un tobogán oscuro y a lo lejos se ve fuego y te piensas que se van a quemar, pero luego el fuego desaparece en el preciso momento en que ellos pasan.
    Pocos más he leído de la colección porque, primero me daban miedo y, segundo, después de leer éste me daba mucha pereza leerlos. Sé que leí "Los espantapájaros andan a medianoche" y ese sí que recuerdo que me dio miedo, aunque tampoco recuerdo nada de lo que pasa.
    Por cierto, creo que no has comentado que la gracia de esas portadas es que brillaban en la oscuridad, para darle todavía más miedo a la cosa.

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    1. ¡Cierto! Las portadas tenían partes (las siluetas de los monstruos y cosas así) que brillaban en la oscuridad. Modificaré la entrada para hacerlo notar. Gracias por actualizar los bancos de datos de la colonia ^_^
      Recuerdo que estuvimos comentando sobre ellos en La Biblioteca de la Marmota ¿Buscaste los que tenías por ahí?
      Si los leíste de pequeña no es extraño que no recuerdes gran cosa de ellos porque las historias en si eran bastante genéricas. El planteamiento inicial y el giro inesperado del final es lo más recordable de ellas, pero muchos de los capítulos intermedios eran idénticos unos de otros.

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    2. Ahora mismo tengo en casa de Pesadillas:
      De la edición con la portada fosforescente, que equivalen a los números del 1 al 6:
      -Un día en Horrorlandia
      -Los espantapájaros andan a medianoche
      -Peligro en las profundidades
      -La casa de la muerte
      -¡No bajes al sótano!
      -La sonrisa de la muerte

      Edición con portada negra y algunos numerados en un código de barras:
      -Noche en la Torre del Terror (6)
      -Mutación fatal (3)
      -La repugnante cara del terror (?)
      -Horror en Jellyjam (9)
      -La cabeza reducida (5)
      -El fantasma aullador (8)
      -Sangre de monstruo III (7)
      -La venganza de los gnomos (10)

      De La calle del Terror solo tengo Quemada por el sol (2)

      De los cuales, como ya comenté, sólo he leído el del parque y el de los espantapájaros.

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    3. ¿Portadas negras con un código de barras y numeración diferente? No conozco esa edición ¿Y no son los tomos dobles que traían dos historias cada uno? En esos una de las portadas venia con el código de barras.

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    4. No, no son dobles.
      En este enlace puedes ver ambos. El de la portada negra tampoco tiene lo de brillar en la oscuridad.
      https://www.todocoleccion.net/libros-antiguos-novelas-terror/2-libros-pesadillas-r-l-stine-tapa-blanda~x166092286

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    5. En el enlace que te he puesto sale la imagen de los datos editoriales de ambos libros y se ve que son distintas.
      También, la de Ediciones B, está publicada para El Periódico, que son como los que tengo yo.

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    6. Interesante. Deben ser reediciones que siguen la numeración original en lugar de la que se le puso en España, donde se publicaron en un orden diferente.

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