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domingo, 23 de octubre de 2022

HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                  ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              RETOS LITERARIOS 2022

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

“El Sr. y la Sra. Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente”.

Admito que la frase de inicio puede no ser todavía tan reconocible como “En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme” o “En un agujero, en el suelo, vivía un hobbit”, pero démosle tiempo. Tengo la firme convicción que dentro de cien años la saga de Harry Potter ya estará considerada como una de las grandes obras maestras de la literatura de todos los tiempos. Prácticamente ya lo está, y solo hace un cuarto de siglo que se escribió el primero de sus libros. 

En la biblioteca de nuestro planeta se alinean los siete libros de la saga, listos para ser releídos y comentados, además de otros cuantos más relacionados de la misma autora y otros pocos de diferentes autores basados de un modo u otro en los de Rowling. La intención es ir comentándolos todos a partir de ahora, pero con la debida calma.

Los que llevéis más tiempo visitando este planeta ya sabréis que nos gusta aguardar a fechas específicas para reseñar algunos libros, películas o juguetes concretos. Hace casi diez meses indiqué en el plan de ruta de nuestro Reto Literario 2022 que en octubre reseñaría el primer libro de esta saga. He estado a punto de no hacerlo, al enterarme hace una semana de la muerte de Robbie Coltrane, el actor que interpretó a Hagrid en las películas. Si ya esperába el momento de hacer esta reseña con algo de preocupación, por la magnitud de la obra a tratar, esta noticia hizo que incluso me sintiéra mal al hacerlo. 

Pero como dijo el propio Hagrid en la versión cinematográfica del libro (tras echar abajo una puerta) “Perdonen la intrusión”, lo cual interpreto como “Tenía que hacerlo, así que lo hice”. Así pues, como me comprometí a reseñar este libro en algún momento de octubre, aquí está reseñado lo mejor que he sabido.

Harry Potter es un niño ingles de casi once años, huérfano de padres, que se encuentra al cargo de sus tíos, Vernon y Petunia. Estos le tratan con un absoluto desdén que parece ir mucho más allá de la carga económica que el chico pueda suponer. Se muestran especialmente reacios a hablarle de sus padres, a los que describen como unos vagos sin oficio ni ocupación alguna. La vida de Harry parece de lo más vulgar, pero como lectores sabemos desde el principio que hay algo muy especial en torno a él. 

La historia comienza relatándonos los extraños sucesos que rodean la llegada de Potter, apenas un bebé todavía, a casa de sus tíos, los Dursley. Un día como cualquier otro, de camino al trabajo, Vernon se encuentra con montones de personas extravagantes por la calle, todas las cuales están alegres, como celebrando algún gran acontecimiento. Parecen escapadas de una fiesta de disfraces, vestidas con túnicas de brillantes colores y gorros puntiagudos. Oye noticias sobre bandadas de búhos y lechuzas cruzando el cielo, lluvias de meteoritos no previstas por los astrónomos, y observa personalmente el inusual comportamiento de una gata que, cerca de su casa, contempla un mapa del barrio como tratando de orientarse. 

El motivo de todo este revuelo, es que la noche anterior murió de forma totalmente inesperada Lord Voldemort, un mago malvado que había puesto en jaque a la comunidad mágica de Inglaterra. Porque en este mundo la magia es algo real, pero sus usuarios son una minoría, cuya existencia es ignorada por la mayoría. Durante años Lord Voldemort reunió a un grupo de fanáticos con la intención de tomar el control de todo el colectivo de magos, y después someter a los no magos como esclavos. La muerte de Voldemort, aparentemente accidental, ha puesto fin a esa oscura era de terror y asesinatos que él y su grupo estaban llevando a cabo. El último crimen de Voldemort ha sido el asesinato de los padres de Harry. Al ser los Dursley única familia que le queda, este es dejado en la puerta de su casa de forma anónima por un grupo de magos esa misma noche.

Por lo que se comenta una vez la saga se desarrolla más, la existencia de la magia es conocida por los gobiernos de los países donde hay comunidades de magos. Hay ministros designados para tratar temas importantes con representantes de la comunidad mágica, y por el bien de todos, los magos viven aislados en zonas que se mantienen ocultas de los no magos mediante hechizos de ilusión y repulsión. De ser algo de conocimiento público, habría quien quisiera reclutar o directamente raptar a magos para emplearlos en actividades ilegales. Además ya se hizo un intento de integrar abiertamente las comunidades mágica y no mágica en la Edad Media, y el resultado fue la Inquisición y la quema de brujas. 

Algunas de estas comunidades ocultas están en las afueras de las ciudades, en lugares aislados, pero otras están enclavadas en casas o edificios en las mismas urbes, actuando como puntos de unión entre ambos mundos. No se trata exactamente de realidades o dimensiones diferentes, sino de zonas acotadas dentro de una misma realidad, protegidas por hechizos que hacen que los no magos las eviten de forma instintiva, sin ni tan solo pensar en ello. 

Aunque en los libros no se hace ninguna mención a esto que yo recuerde, la acumulación de magia ambiental parece interferir de algún modo en el funcionamiento de los aparatos eléctricos. En la sociedad de los magos no hay nada que funcione con electricidad, y debe usarse la magia para suplir esta otra fuente de energía. Como consecuencia de esto, todo tiene un aspecto más atrasado, en algunos casos hasta medieval. Únicamente en unos pocos lugares enclavados en medio de las ciudades de los no magos se encuentran a veces cosas como pequeñas lámparas o aparatos de radio que sí parecen funcionar con electricidad, pero nada más complejo que eso.

Ciñéndonos a sus significados tradicionales en castellano, “mago/maga” son aquellos humanos que disponen de poderes mágicos por ser fruto del cruce de un humano y una criatura sobrenatural, como era el caso de Merlín, hijo de un leñador y un hada. “Hechicero/hechicera” son aquellos que aprenden magia mediante la concentración y el estudio, sin tenerla de forma innata. Y “brujo/bruja” serían aquellos que reciben de golpe poderes mágicos insuflados por un ser sobrenatural al que aceptan servir, sin necesidad de ninguna clase de entrenamiento. 

En el mundo de Harry Potter, las palabras mago, brujo y hechicero son sinónimos y se utilizan indistintamente. Esto se debe a que en inglés la palabra Wizard, generalmente traducida al castellano como "mago", es masculina y solo se aplica a hombres, mientras que su femenino es Witch y se traduce al castellano como "bruja". De ahí que en el texto en castellano se utilice continuamente la expresión "magos y brujas" como traducción de Wizards and witches, que quizá se podría haber adaptado mejor como "magos y magas" o bien "brujos y brujas".

La magia parece ser una condición genética: se puede nacer con capacidad para usar la magia (lo cual es mucho más común cuando ambos progenitores son magos) o se puede nacer sin ella (mucho más común cuando ambos progenitores tampoco la tienen). Los que nazcan sin capacidad mágica (a los que se llama muggles) nunca podrán adquirirla solo a base de estudio, y los que nazcan con ella y no la desarrollen mediante estudio nunca lograrán controlarla. A los no magos nacidos de no magos o de la unión de un mago y un no mago rara vez se les revela la existencia del mundo mágico. Por otra parte, están los squibs, hijos de dos progenitores magos pero que carecen de capacidad mágica. Los squibs conviven con los magos en su mundo y cultura en lugar de con los muggles, a pesar de su total falta de destreza mágica. 

En el caso de Harry, él es mago nacido de padres magos. Sus tíos están al tanto de esto, porque la hermana de la Sra. Dursley fue un caso de bruja nacida de dos progenitores muggles. Sus padres aceptaron la noticia cuando las implicaciones de esto les fueron reveladas por un enviado de la comunidad mágica, pero para Petunia su hermana era simplemente una aberración, y se distanció totalmente de ella. El tener que cuidar de su hijo la ha amargado, y es el motivo del desprecio generalizado de todos los Dursley hacia Harry.

Siguiendo con la historia, pocos días antes de cumplir los once años, Harry empieza a recibir cartas enviadas desde Hogwarts, el colegio de magia de Inglaterra. Como sus tíos siempre han intentado mantenerlo apartado de todo lo mágico, Vernon intenta destruir todas las cartas antes que Harry tenga la oportunidad de leerlas, pero el número de estas se multiplica día tras día, hasta que la casa queda empapelada de ellas. Huyendo de esta avalancha postal, la familia termina en una diminuta caseta que se alza sobre un peñón en medio del mar embravecido. Un lugar incómodo, frio, oscuro… no muy diferente a la alacena donde Harry ha estado durmiendo hasta ahora, pero justo lo contrario a lo que los Dursley están acostumbrados.

Precisamente esa noche, a las doce, Harry cumple once años, e inmediatamente una enorme figura echa abajo la puerta de la cabaña. Un hombre gigantesco cruza el marco con cierta dificultad y se presenta. Se trata de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts. Y llegados a este punto, he de decir que si por algo destacan estos libros, es por su magnífico plantel de personajes: ya sean entrañables u odiosos, todos son complejos y creíbles, y Hagrid está entre los mejores de estos.

Hagrid le revela a Harry la verdad sobre él. Sus padres lo inscribieron en Hogwarts en cuanto nació, y al cumplir los once años debe comenzar su instrucción. Y aquí empieza realmente su historia. El mundo mágico le fascina, y está ansioso por integrarse en él, pero debe hacerlo a marchas forzadas. Todo es nuevo, todo es desconocido, y no tarda en darse cuenta que también en este mundo hay personas y lugares desagradables y peligrosos. No es ni de lejos un mundo ideal, pero sí es mejor que lo que ha experimentado hasta ese momento, y abraza esa nueva vida sin reservas.

Durante su trayecto a Hogwarts y a la llegada a este, va conociendo a los otros personajes importantes. Ron Weasley y Hermione Granger, otros dos alumnos que se convertirán en sus amigos y aliados contra viento y marea, incluso en los momentos inevitables en los que los amigos terminan peleando unos con otros. Snape, un severo y antipático profesor que martirizará a Harry a cada oportunidad que tenga, pero que también velará por él protegiéndole de los peligros reales cuando se presenten. Draco Malfoy, un alumno engreído y pendenciero que junto con sus dos no muy inteligentes sicarios, Crabbe y Goyle, serán el contrapunto de Harry, Ron y Hermione. La profesora McGonagall (la gata que vigilaba la casa de los Dursley al inicio del libro), estricta pero maternal. El profesor Quirrell, otro de los maestros de Harry, un individuo nervioso y apocado. Neville Longbottom, un alumno especialmente torpe cuyo papel irá volviéndose cada vez más importante en la saga, siempre a la sombra de los protagonistas pero tan influyente como ellos en el devenir de los acontecimientos. Y ante todo, Albus Dumbledore, director de Hogwarts. 

Dumbledore se nos muestra como un anciano de larga barba blanca, gestos moderados, voz tranquila, tan sabio que no presume de ello, y tan poderoso que no necesita exhibir su magia. De hecho, aunque no cesan de recalcarnos que es uno de los magos más grandes que jamás ha habido, y que era la única persona a la que Voldemort temía, en este libro Dumbledore no hace nada más allá de unos pequeños trucos inofensivos. Paradójicamente, esto aumenta el halo de poder que parece emanar de él, porque alguien que sabe hasta donde es capaz de llegar no necesita presumir ni intimidar, solo actúa llegado el momento.

También conocemos a las cuatro casas en las que está dividida Hogwarts, correspondientes a los cuatro magos fundadores del colegio. Un poderoso y antiquísimo artefacto mágico, el Sombrero Seleccionador, reparte a los alumnos entre las casas dependiendo de lo que vea en sus mentes, su personalidad y aspiraciones en la vida. Harry, Ron y Hermione terminan en Gryffindor, y Draco, Crabbe y Goyle en Slytherin. Estas son las dos casas más relevantes en lo que a la historia se refiere. Las otras dos son dejadas de lado, y no es mucho lo que llegamos a saber sobre ellas. Gryffindor y Slytherin representan los dos extremos enfrentados, el bien y el mal, por decirlo así. 

Hay que tener en cuenta que cada uno de los siete libros de la saga tiene lugar durante uno de los años escolares de Hogwarts, y por tanto los personajes son un año mayores en cada uno. La intención con la que la Sra. Rowling diseñó así la saga, fue para que los lectores pudieran acompañar en su crecimiento a los personajes, leyendo el primero de sus libros con unos once años y cada uno de los siguientes un año después del anterior. Que los lectores crecieran junto con los personajes. Es por ello que el estilo de los libros va cambiando, siendo muy infantil el primero, enfocado a niños y niñas de unos once años y primando la fantasía, y estando orientado el último a jóvenes de diecisiete, en el que el tono es mucho más oscuro. 

En ese sentido se trata de una de las sagas mejor estructuradas y planeadas que he leído, ya que lo normal es mantener exactamente el mismo tono y estilo a lo largo de todos los libros. En cambio, en esta, el lector objetivo iba creciendo y madurando a la par que los personajes año tras año. Esto supuso un tour de force para la propia autora, que al haber adoptado esta estructura se obligaba a sí misma a escribir un nuevo libro por año a lo largo de los seis siguientes, cada uno más complejo que el anterior.

Las casas de Hogwarts también merecen una pequeña explicación. Cuando los cuatro magos que fundaron la escuela se reunieron para determinar las normas que regirían la enseñanza en esta, cada uno manifestó la cualidad que creía que debía potenciarse entre los alumnos. Godric Gryffindor consideraba que la cualidad personal más importante era el valor, la capacidad para afrontar los desafíos con decisión. Rowena Ravenclaw creía que lo más importante era la inteligencia y el deseo sincero de aprender. Para Salazar Slytherin era la astucia y el saber mantener la mente fría en todo momento, sin dejarse llevar por los sentimientos. Y según Helga Hufflepuff lo que debía primar era el trabajo duro, el esfuerzo y la constancia. 

Al no ponerse de acuerdo, la escuela quedó dividida en las cuatro casas, con asignaturas y obligaciones comunes, pero en las que los alumnos serían repartidos según la cualidad que destacara en ellos, que además se trataría de potenciar. En muchos casos la elección del Sombrero Seleccionador puede parecer equivocada, pero siempre hay un motivo para ella. Hermione, por ejemplo, parece más propia de Ravenclaw, y Neville Longbottom da la impresión que encajaría mejor en Hufflepuff, pero a lo largo de la saga demuestran que su temple ante los momentos difíciles eclipsa cualquier otra cualidad que puedan tener.    

Una vez empieza el curso, nos vamos encontrando con muchas situaciones que serán familiares para cualquiera que se haya formado en un internado o un acuartelamiento. Los dormitorios comunes. Los horarios estrictos hasta para comer, cenar o dormir. El ir uniformado todo el día. El correr de una clase a otra para ajustarse al plan diario, buscando el aula correcta por salas y pasillos que al principio no conoces. El tener que cogerle la medida a todos los alumnos y profesores, distinguiendo de quienes puedes fiarte y de quienes no. Los breves y esperados periodos de vacaciones, y los temidos exámenes. No sé si la Sra. Rowling estudió o dio clases en un internado, pero me atrevería a suponer que sí, porque refleja muy bien ese ambiente.

Naturalmente, el libro no trata solo de las primeras pandillas o las primeras peleas de los protagonistas. Hay una trama que involucra a la Piedra filosofal del título. La Piedra filosofal era algo que muchos alquimistas medievales buscaron en la vida real con absoluta desesperación. En teoría era una fórmula mágica que permitiría crear un material de color rojo, que al hervirlo junto con cualquier metal convertiría a este en oro. El agua resultante de hervir la piedra, además, se convertía en una poción que ingerida regularmente aseguraba la inmortalidad. El poseedor de la Piedra filosofal, por tanto, podría fabricar oro a voluntad y vivir por siempre. En el mundo de Harry Potter, solo un mago ha logrado fabricar una Piedra filosofal. Y al parecer no conserva la fórmula con la que la produjo (quizá dio con ella accidentalmente), pero sí la piedra en sí misma. 

Hay alguien en la propia escuela interesado en apoderarse de la Piedra con el fin de devolver a la vida a Lord Voldemort. En realidad este no murió, solo su cuerpo fue destruido. Sobrevivió como una esencia parasitaria que logró aferrarse a un huésped débil y controlarlo. Ahora el huésped, bajo el control de Lord Voldemort, trata de conseguir la Piedra para, con el elixir de la vida que esta produce, regenerar su cuerpo original a partir de un pequeño fragmento que queda de él. Harry y sus amigos se verán involucrados en esta trama y llevarán a cabo su propia investigación. Esto los llevará a enfrentarse o enemistarse con algunos profesores y alumnos, y a superar una serie de trampas mágicas dejadas como protección de la Piedra filosofal, para llegar hasta ella antes que aquel que pretende robarla.

No voy a contar el final. No suelo tener reparos en hacerlo porque rara vez comento algún libro o película que tenga menos de diez años, y además pienso que lo importante de una historia no es lo que ocurre en ella, si no la forma en la que se cuenta. En este caso haré una excepción. No solo sería muy largo de explicar bien, sino que sería muy aburrido de leer para quienes ya conozcan la historia, y siempre puede haber por ahí alguien que no la conozca y le dé por leerla. Prefiero dedicar algunas letras más a comentar la obra en sí misma.

El manuscrito de Harry Potter y la Piedra filosofal fue paseado de editorial en editorial, y rechazado hasta en doce ocasiones. El decimotercer editor demostró tener las ideas más claras que los anteriores y en lugar de leer él mismo el libro o hacérselo leer a un crítico para que lo valorara, se lo dio a leer a su hija de doce años, que después de todo era el público al que estaba dirigido. Basándose en la opinión positiva de esta pero siendo una editorial pequeña, dio luz verde a una primera tirada de solo quinientos ejemplares. Sin embargo, cuando se publicó, se convirtió en un fenómeno en muy poco tiempo. Sin más publicidad inicial que el boca a boca, la fama del libro fue pasando de lector a lector hasta que se formaron colas inmensas en las librerías cada vez que se anunciaba una nueva reedición, por haberse agotado las existencias de la anterior. Ese medio millar de ejemplares iniciales se convirtieron en ciento cuarenta millones de libros vendidos, según el recuento de ventas de 2018. Y hablamos solo del primer libro. El volumen de ventas total de la saga alcanzaba los quinientos millones de libros en 2018, y sin duda ahora serán muchos más. 

Esto se repitió y multiplicó a cada nueva entrega de la saga. Y hay que tener en cuenta las fechas de las que estamos hablando: entre 1997 y 2007. Independientemente de que los libros puedan gustarte o no, independientemente de si la autora te cae bien o mal, la Sra. Rowling consiguió que en pleno auge de Internet, los móviles y los videojuegos, niños de once o doce años arrastraran con ellos a sus padres a hacer cola (en ocasiones de varias horas) para que les compraran un libro. Solo por haber logrado eso, incluso aunque no hubiese leído sus libros, la autora ya merecería todo mi respeto. 

Las ventas de sus libros la convirtieron en la persona que más dinero ha ganado escribiendo en toda la historia, por encima de autores más reputados y con una obra mucho más extensa, como Stephen King. Su fortuna personal llegó a superar a la de la Reina de Inglaterra, aunque luego descendió por debajo de la de esta debido a las decenas de millones de libras que donó a causas como la investigación de la Esclerosis Múltiple,  financiar la construcción de un hospital, ayudas a orfanatos, víctimas de guerra y búsqueda de niños desaparecidos. Se sabe que también dona cinco millones de libras anuales a una fundación de lucha contra la pobreza. Además de la saga principal, ha escrito seis libros adicionales sobre el mundo de Harry Potter (cuatro de los cuales se han traducido al castellano) cuyos beneficios van a parar a diversas causas benéficas sin llegar a pasar por sus manos. 

Y aparte de eso, leer sus libros es una delicia. Están plagados de pequeñas y sutiles referencias, como significados ocultos en los nombres de personajes y lugares. Algunos son evidentes, pero otros son muy rebuscados y requieren una verdadera labor de investigación. Rowling recurre también a lo que J. R. R. Tolkien denominaba el caldero narrativo: tomar elementos comunes preexistentes para añadirlos a tu obra, pero dándoles un toque personal, y al mismo tiempo crear algo que aporte sus elementos propios a ese caldero que puedan ser usados por autores posteriores. Es lo que hizo Tolkien con los elfos, por ejemplo, tomando a los alfar de la mitología escandinava y añadiéndoles elementos de los elfos del bosque de la mitología feérica (que en realidad eran una especie de gnomos). O lo que hizo Romero con los zombis, y actualmente lo que se acepta como el elfo o el zombi estándar son las versiones de Tolkien y Romero, en lugar de las originales. 

En los libros de Harry Potter podemos encontrar grifos, fantasmas, o vampiros, tomados tal cual de los mitos populares, pero también tras la publicación de estos libros empezamos a ver proliferar montones de colecciones de libros infantiles que imitaban su estilo e intención. La saga de Harry Potter es una de esas que aporta al caldero narrativo de Tolkien mucho más de lo que toma de él. Las varitas mágicas y los sombreros de punta (que era algo que ya casi se había desechado como parte de la imagen moderna asociada a los magos) volvieron a ponerse de moda. La palabra muggles comenzó a ser usada casi de inmediato por los aficionados a la literatura de fantasía para referirse a los que no compartían su gusto por esas historias. La riqueza que sus libros han aportado a la cultura común es algo de lo que en muchas ocasiones no somos conscientes. Y también está la riqueza económica que su obra ha generado, no ya solo para la propia autora, que ya sabemos a qué dedicó una parte considerable de esas ganancias, sino para otros: editores, libreros, todo el personal implicado en sus películas, fabricantes de juguetes… muchísima gente se ha ganado la vida gracias esta obra.

Hace ya quince años que la saga de Harry Potter se dio por cerrada con Las Reliquias de la Muerte, y a pesar de la campaña de desprestigio y amenazas de todo tipo que se llevó a cabo contra la autora por parte de algunos grupos radicales, la afición no ha decrecido. Incluso parece ir poco a poco en aumento. Los libros se siguen reeditando. Los artículos de mercadeo siguen apareciendo. Hay competiciones oficiales de quidditch, (pero sin la parte de volar😅). Se venden ranas de chocolate, cerveza de mantequilla, grajeas de todos los sabores, y capas de invisibilidad que te vuelven invisible de verdad... con un poco de ayuda por parte una pantalla verde. En la estación de tren de King´s Cross, en Londres, se ha colocado entre los andenes 9 y 10 un cartel indicando donde se encuentra el Andén 9 ¾ , y hay medio carrito de equipajes incrustado en el muro, para que la gente pueda agarrarse a él y sacarse fotos como si estuviera cruzando el muro de camino a Hogwarts. La gente sigue a día de hoy saliendo a la calle con camisetas, jerséis o bufandas con el escudo de su casa favorita como lo hacía veinte años atrás, y lo seguirá haciendo por mucho tiempo.

Hasta aquí mi pequeño comentario sobre este primer libro. Me ha quedado algo desordenado, lo admito, pero puede que sea lo más largo que he escrito específicamente para el blog hasta ahora. Y solo es una mínima fracción de lo que se podría contar al respecto. El blog entero podría estar dedicado a Harry Potter y todos los días habría algo nuevo que comentar, pero nuestra temática pretende ser más variada. Aun así volveremos a tocar el tema muchas veces. Tenemos los seis libros restantes de la saga principal, las ocho películas, dos de los seis libros satélite (Cuentos de Beedle el bardo Animales fantásticos y donde encontrarlos) y otros tres libros de distintos autores que, según el caso, analizan o se aprovechan de la obra de Rowling. Espero que os guste el tema, porque tenemos Potter para rato.

Quiero terminar con unas frases que la profesora McGonagall pronuncia al inicio del libro, cuando Dumbledore se dispone a entregar a Harry a sus tíos. “Será famoso… una leyenda” /…/ “Escribirán libros sobre Harry… todos los niños del mundo conocerán su nombre”. Proféticas palabras, Sra. Rowling.

Eso es todo por el momento. Para nuestra próxima lectura no abandonaremos totalmente el tema de la magia, pues nos veremos las caras con El príncipe de la niebla, de Carlos Ruiz Zafón.

 

Descanse en paz, Robbie Coltrane.

Y perdón por la intrusión.

Puedes ver otro articulo relacionado con Harry Potter pulsando aquí.

Harry Potter and the Philosopher´s Stone. 1997. J.K.Rowling [Joanne Rowling] (texto) Dolores Avendaño (portada). Publicado por Ediciones Salamandra en 1999.

6 comentarios:

  1. Tengo que leer la saga por que solo he leído el primer libro, en mi ciudad la están decorando con motivos de Potter para celebrar Halloween. Una pena lo de Robine Coltrane, de los pocos actores que defendió públicamente a Rowling de los neo inquisitores, tengo curiosidad por leer algo de sus novelas de crímenes.

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    1. Si vas a ponerte en serio con la saga, una cosa que le recomiendo a todo el mundo que empieza es que se lea un solo libro al año si es capaz de aguantarse la ganas. O que al menos, en cuanto termine uno deje pasar unos cuantos meses antes de ponerse con el siguiente. Un elemento importante de los libros es que cada uno representa un año escolar, y entre ese y el siguiente hay un parón por las vacaciones durante el cual los personajes no se ven, o tienen menos contacto entre ellos y quedan "desconectados" de Hogwarts y sus entresijos durante una temporada. Creo que recrear esa desconexión y ese dejar de ver a los amigos (los personajes del libro) durante un lapso de tiempo es un buen elemento que se puede añadir a la experiencia de la lectura.

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  2. No le quito ningún mérito a la mujer, pero es que no me llama nada... 😩
    Y mira que me gustan los magos/brujas/hechizos/dragones/etc y una amiga me lo recomendó en el instituto, pero no hay manera, no me apetece...

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    1. A mí me pasa eso mismo con Juego de Tronos. Me gustó mucho la serie de TV y ese tipo de historias de fantasía medieval siempre me han atraido. Pero intenté leer el primer libro y la forma en la que estaba escrito me provocó un rechazo inmediato. He leído otras cosas de Martin y me gustaron, pero la forma en que plantea las novelas de Canción de Hielo y Fuego me repele 😔

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  3. Mi hijo está terminando el libro tres, es posible que me lance a leer los mismos que él para saber de qué va el rollo. Ahora querrá los sets de lego o alguna otra cosa de la licencia.

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    1. Si vas corto de tiempo para leerte los libros y quieres entrar en la historia puedes ver las películas. Todas son muy fieles a los libros. Van metiendo más cambios a medida que la saga avanza (casi todo omisiones de personajes muy secundarios y subtramas) pero la esencia de la historia y los personajes principales se logró pasar muy fielmente de los libros a la pantalla.

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