EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Titulada En
la ciudad perdida en su versión castellana (que no tengo), esta
aventura nos llevará a recorrer una de las regiones más inhóspitas de Titán, el
Desierto de las Calaveras. Una terrible alianza se ha formado entre dos de los
más pérfidos hechiceros de Allansia, el brujo Malbordus, un huérfano humano
criado por elfos, y la nigromante Leesha, que lo ha acogido en su ciudad
poblada por esqueletos y adoradores de la muerte.
Comenzamos en la villa enana de Stonebridge,
donde finalizaba la aventura de El Bosque Tenebroso y a donde acompañábamos
a un amigo en La Bruja de las Nieves. En ella seremos reclutados por el
brujo Yaztromo, al que también conocíamos ya de El Bosque Tenebroso. Estas
aventuras no estaban pensadas para tener continuidad, ni para que nuestro
aventurero representara siempre a la misma persona (¡tendrá que haber mas de un
héroe en todo el planeta, creo yo!) pero aún así el texto muchas veces estaba
escrito de forma que una cosa u otra se pudiera interpretar a voluntad.
En esta
aventura, por ejemplo, cuando Yaztromo nos encuentra en el pueblo comenta “¿Ya nos hemos visto antes? No importa,
pareces la clase de persona que busco”, por lo que si jugamos (y sobrevivimos)
a El Bosque Tenebroso, parecerá que nos recuerda, y en caso contrario,
que nos confunde con alguien.
Yaztromo nos encomendará la misión de viajar
hasta Vatos, una ciudad en el Desierto de las Calaveras que es la guarida de
Leesha, una bruja especializada en animar esqueletos y crear mutantes tanto
vivos como muertos, líder de una secta de adoradores de la muerte, que ha
convertido el lugar en su pequeño reino personal.
Hasta allí ha viajado ya Malbordus,
al que los elfos le han encargado la misión de encontrar cinco artefactos
mágicos que fueron ocultados en la ciudad de Vatos mucho antes que esta quedara
abandonada y Leesha y sus seguidores la ocuparan. Por desgracia, en lugar de
entrar a saco matando a todo lo que se mueva (como deberemos hacer nosotros)
Malbordus al parecer ha caído en gracia a Leesha, y esta lo ha acogido como a
un invitado de honor.
Antes de partir, Yaztromo nos enseña algunos
hechizos básicos. Podremos elegir cuatro de entre diez posibles, con lo que
tendremos una pequeña ayuda en ese sentido. Llevaremos además con nosotros las
clásicas provisiones para diez días, pero no pociones.
En esta aventura, hay un momento en el que el barco en el que viajamos es hundido a cañonazos por un buque de guerra. En ninguno de los librojuegos ambientados en Titan se describe el uso de armas de fuego portátiles, y solo en La ciudad de los ladrones se hace alguna referencia a la posible existencia de cañones, por un forzudo que está dando un espectáculo en una plaza jugando con una bala de cañón. Así que, al parecer, aunque los cañones existen son algo extremadamente raro.
Un interesante dilema que se nos plantea al
llegar a la ciudad, es que debemos registrarla de arriba abajo buscando los
dichosos artefactos, lo que implica mirar en cada cofre, rincón, y bajo cada
piedra que veamos.
Por desgracia uno de los muertos vivientes servidores de
Leesha ha repartido por todo el lugar cinco letras inscritas en diversos materiales,
que juntas forman la palabra MUERE. Cada vez que encontremos una nos debilitaremos,
y encontrarlas todas podría suponer nuestro fin. Por tanto, nos vemos en la
tesitura de tener que registrar a fondo unas salas que pueden tanto esconder
los artefactos que debemos encontrar como las letras de este diabólico juego.
Y esta es solo una de las muchas trampas y
dificultades a las que nos tendremos que enfrentar. Este librojuego es
extremadamente difícil, y además de tener que encontrar los cinco artefactos,
un medio para destruirlos, y evitar reunir las letras malditas, nos veremos
peleando contra criaturas especialmente duras.
Entre los posibles encuentros tenemos al Gusano de Arena (Destreza 10 Resistencia 20),
el Asesino Mutante (Destreza 11 Resistencia 11, y que quizá reduzca en 2
nuestras tiradas durante todo el combate), el Horror Nocturno (Destreza 10
Resistencia 10, al que la mitad de nuestros ataques con éxito no afectan y que
además de Resistencia, nos hace perder Destreza cada vez que él nos alcanza) y
el propio Malbordus (Destreza 10, Resistencia 18, y que quizá solo necesite
vencernos en tres ocasiones para derrotarnos debido a que su espada tiene
propiedades paralizantes). Para los que no conozcan el sistema de puntuaciones de estos librojuegos, diré que un enemigo con Destreza y Resistencia 9 ya supone un adversario respetable.
De haber sabido lo que nos esperaba, nos hubiéramos quedado en
Stonebridge fumando en pipa y bebiendo cerveza enana en lugar de meternos en este berenjenal.
Puedes ver otro librojuego de esta colección pulsando aquí.
Temple of Terror. 1985. Ian Livingstone (texto) Chistos Achilleos (portada) Bill Houston (ilustraciones).
Fighting Fantasy nº 14. Puffin Books.
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