MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

domingo, 20 de agosto de 2023

JUGUETES PROTAGONISTAS

 EL ARCHIVO                                                                                                 

Presentado por... Librug.


Una vez más, envió mi camión de guerra a la Ciudad de la Gasolina... ¡Hay, no! ¡Que eso es de una película! Perdón, volveré a empezar. 

Una vez más, recurrimos a material de nuestro archivo previamente publicado en algún otro lado para salir del paso, porque estamos ocupados con otras cosas. Una de ellas es ir a ver Megalodon 2 antes de la quiten de los cines. Spoiler: salen tiburones gigantes 🦈🌊

En esta ocasión lo que reciclamos es un artículo que publicamos originalmente en diciembre del 2021 en la revista virtual Figuras en Acción nº 25, que podéis descargar gratis y/o leer completa pulsando en el enlace.



Entre cine y juguetes siempre ha habido una sinergia especial. Las películas dan pie a juguetes basados en estas, y las líneas de juguetes más populares prestan su argumento y trasfondo al cine. Dentro de las películas relacionadas con juguetes, podemos distinguir entre las inspiradas por juguetes y las protagonizadas por juguetes. Este segundo tipo de películas son las que vamos a repasar aquí.  

Antes de comenzar, conviene aclarar las diferencias entre unas y otras. Las inspiradas por juguetes son aquellas en las que el mundo descrito por el trasfondo de los juguetes toma una consistencia real, como es el caso de G.I. Joe, Transformers, Bratz, Lego, o Masters del Universo. Estas películas están ambientadas en un mundo que sigue el trasfondo de la línea de juguetes y en las que los G.I. Joe son una división real del ejército americano, los Transformers son robots gigantes de otro mundo que prosiguen su milenaria lucha en la Tierra, etc. 

No vamos a tratar sobre estas películas porque en ellas, los juguetes que las inspiraron “no son juguetes”. Este artículo versa sobre aquellas en que, de una u otra forma, muñecos, muñecas, marionetas, figuritas… intervienen activamente en la trama, es decir, aquellas en las que parte de los protagonistas son juguetes (o algo muy similar) y parte son humanos reales, en un mundo en el que se supone que los juguetes no tienen vida (o no deberían tenerla). Las películas de los Muppets, por ejemplo, no se han incluido porque en ellas las marionetas, aun siéndolo de forma evidente para el espectador, son tratadas como humanos por los actores, que reaccionan a su presencia entre ellos con total normalidad.

Resulta curioso que mientras que los recuerdos que la mayoría asociamos a los juguetes son entrañables, casi todas las películas sobre juguetes vivientes son por el contrario de terror. Esto se debe a lo que los psicólogos denominan “El Valle Inquietante”, ese punto en el que un objeto antropomórfico (como un robot, una muñeca, una figura de acción, un maniquí, un peluche, o incluso un rostro pintado en un lienzo) está tan bien hecho, tan detallado o dotado de algún rasgo particular tan llamativo (ojos, arrugas, cabellos o facciones realistas) que, aunque a nivel consciente nos consta que es algo inanimado, nuestro subconsciente llega a dudar. En otras palabras, nadie sentiría miedo al quedarse solo, encerrado en una sala en la que hay un estante lleno de figuritas de la Patrulla Canina, pero a veces un escalofrío nos recorre la espalda solo con pensar en docenas de esas muñecas de porcelana de caras pálidas, con ojos de vidrio, vestidas con ropas de época, que no parecen quitarnos la vista de encima… en ese momento (el del escalofrío) nos adentramos en el Valle Inquietante, y todo nos parece un poco más posible.

A continuación, repasaremos unas cuantas de esas películas protagonizadas por juguetes. Hay algunas ausencias importantes, y notareis que otras en cambio están metidas un poco con calzador. Esto es así porque a veces una película cobra una enorme fama debido a sus efectos especiales o a la forma y momento en que se presenta al público, pero realmente no aporta nada nuevo al género. Y también hay otras que, sin pertenecer plenamente a este grupo, dejan un recuerdo imborrable en los aficionados por algún pequeño detalle. 

Como siempre, para poder comparar con perspectiva, veremos un poco de todo. Solo se da el título en castellano de aquellos que tienen una traducción oficial a nuestro idioma. En el resto de casos se mantiene el titulo original para que sea más fácil localizarlas. Las he ordenado según su fecha de estreno, porque también es interesante ver como se influyen unas en otras. En el caso de sagas de películas (como Puppet Master, que va ya por su decimotercera entrega) se hace un comentario general de toda la saga, aunque la fecha de estreno que se indica sea solo la de la primera película.


Saga RAGGEDY ANN & RAGGEDY ANDY (1941)

-¿Cómo te llamas?
-No tengo nombre.
-Si no tienes nombre, no eres nadie.
 
La Raggedy (Harapienta) Ann original fue una muñeca de trapo pelirroja y de característica nariz triangular que el escritor Johnny Gruelle confeccionó para su hija Marcella, y que le inspiró una serie de cuentos (cerca de cuarenta) de gran popularidad en su momento, en los que Raggedy Ann, su hermano Andy the Sailor, la propia Marcella y algunos otros juguetes de ésta eran los protagonistas. Muchas de estas historias fueron adaptadas para televisión tanto en animación como en imagen real. 

En su primera película se nos narra como Ann y Andy son creados mágicamente por la propia tienda de juguetes en la que los venden, y la peregrinación que deben hacer hasta el Castillo de los Nombres para que les asignen uno. A esta la seguirían Suddenly It's Spring (1944), The Enchanted Square (1947), Raggedy Ann & Andy: A Musical Adventure (1977), Raggedy Ann & Andy in The Great Santa Claus Caper (1978), Raggedy Ann & Andy in The Pumpkin Who Couldn’t Smile (1979), y Raggedy Ann & Andy and the Camel with the Wrinkled Knees (1988). Además de estas películas, entre 1988 y 1992 se emitió una serie de animación sobre estos personajes llamada The Adventures of Raggedy Ann and Andy, y en 1986 Broadway produjo un espectáculo musical en directo basado en la película de 1977. 

La editorial que publicaba los libros de Gruelle sacó una patente para la muñeca, y estas se vendían conjuntamente con los libros, una estrategia de mercadotecnia que nunca antes se había usado. El que la pequeña Marcella muriera a los trece años debido a que se le administró una vacuna para la viruela en mal estado dio origen a varias historias turbias y leyendas urbanas sobre este tipo de muñecas, la más famosa de las cuales es la de Annabelle.  


LOS JUGUETES OLVIDADOS (THE FORGOTTEN TOYS: THE DAY AFTER CRISTHMAS, 1945)

-Mira, por eso se deshicieron de nosotros. Esos son juguetes nuevos, no viejos, gastados y aburridos. 
-Como quieran. Si ellos tienen juguetes nuevos, nosotros buscaremos niños nuevos.

Un corto (unos 25 minutos) de dibujos animados. Un osito Teddy y una muñeca de trapo despiertan en un cubo de basura la noche de navidad. Como ocurre en muchas ocasiones, las familias se deshacen de los juguetes viejos para hacer espacio a los nuevos. 

Expulsados de lo que hasta ese momento era su hogar, no tienen más remedio que buscarse la vida en un mundo que apenas conocen… el exterior de la casa. Deambulando entre calles cubiertas de nieve, aceras encharcadas y callejones donde se amontonan los desperdicios, se encontrarán sucesivamente con otros dos seres en su misma situación: un perro abandonado y un mendigo que colecciona los juguetes que encuentra en la basura. 

La película combina escenas de humor ligero a cargo del gruñón y orgulloso Teddy con otras de desesperada tristeza centradas en la derrotista Anni. Al final, el perro, dándose cuenta que ellos necesitan más un hogar de lo que él necesita compañía, los deja a la puerta de un colegio para que los niños los encuentren y recojan… lo que implica quedarse solo de nuevo. Una película melancólica, bonita a su manera, que fue muy bien acogida por el público. Un crítico de cine declaró que esta película incluía “la mejor escena de robo de salchichas de toda la historia del séptimo arte”. 

Dio lugar a una serie de 26 capítulos en la que los juguetes vivían diversas aventuras, relacionadas con nuevos abandonos (esta vez accidentales) y el encuentro con humanos y juguetes tanto buenos como malvados. En 1995 se realizó una reedición en DVD de la serie, que en la edición de coleccionista incluía también la película.


ALMAS DE METÁL (WESTWORLD, 1973)

-Nuestros equipos de ingenieros no han reparado en gastos.

Una de esas películas totalmente imprescindibles, una de las grandes joyas del cine de todos los tiempos. ¿Qué la película no trata sobre juguetes si no sobre robots? Trata sobre artefactos que imitan el aspecto de seres vivos, y cuya función es que la gente real juegue con ellos. Y esa frase, que describe perfectamente a los seres de Almas de Metal (magnifico título, por cierto, mucho más evocador que el original), describe también perfectamente a muchas de las figuras de acción que tengo por casa. 

La historia de Westworld (“Mundo del Oeste”) gira en torno a un parque de atracciones temático que funciona como una maratón de rol en vivo. A los visitantes se les proporcionan ropas y armas acordes con el escenario que han elegido (entre los tres posibles: Edad Media, Salvaje Oeste, o Imperio Romano) y simplemente entran en él, integrándose en un decorado de docenas de kilómetros de extensión que incluye desde ciudades enteras a terrenos vírgenes, y en donde permanecerán durante varios días de juego totalmente libre. 

Cada escenario está poblado por cientos de muñecos autómatas que simulan ser personajes típicos de su entorno, y reaccionan ante la presencia de los clientes tal como se esperaría de ellos en una película o un videojuego, convirtiéndoles en los protagonistas de las aventuras que por sí solos van creando. Así, los que accedan (por ejemplo) al Mundo del Oeste participarán en peleas de saloon, asaltarán diligencias, robarán bancos o impedirán a los bandidos que lo hagan, se enfrentarán en duelo a pistoleros en plena calle, serán encerrados en la prisión y lograrán escapar de ella, etc. Los autómatas no pueden herir a los clientes, pero simulan que lo intentan, y están programados para seguirles la corriente: los personajes de sexo opuesto siempre se mostrarán receptivos y se dejarán seducir con facilidad (estamos hablando de muñecos muy realistas y muy avanzados, con todo tipo de funciones), y los “malos” de la historia les atacarán en medio de grandes escenas de acción, pero siempre perderán ante ellos. 

Todo lo que el cliente busca, se le proporciona de forma completamente realista, ya que él está físicamente allí, en medio de un mundo de obedientes maniquíes a los que puede tanto acariciar como golpear. Una legión de muñecos robóticos de su mismo tamaño que ha sido puesta por completo al servicio de su ego… hasta que ocurre algo. Quizá un fallo de programación general. Quizá el que los juguetes mecánicos se han cansado ya de ser usados como tales. 

La historia y la dirección corrió a cargo de Michael Crichton (quizá por eso el argumento de la saga Parque Jurásico recuerda un tanto al de Westworld). Muchas películas posteriores deben a ésta parte de su inspiración, ya sea en guion o iconografía: las propias Jurassic Park y Jurassic World (parque temático descontrolado en el que las atracciones matan a los clientes), Desafío Total (simulación de aventuras a la carta en las que el cliente siempre vence), Waxworks (museo de cera en el que los visitantes son absorbidos a los escenarios que representan las figuras y en los que éstas están vivas), Terminator (el pistolero M-406 es un predecesor claro del T-800)… incluso las escenas del centro de control del entorno de La Cabaña en el Bosque recuerdan a la sala desde la que los operarios del parque de Almas de metal modifican el clima, sucesos, y aparición de nuevos personajes en el entorno simulado. 

Cuenta con una segunda parte titulada Mundo Futuro/Futureworld (1976) y un par de series basadas en ella: Beyond Westworld (1980) y Westworld (2017). 


Saga TRILOGÍA DEL TERROR (TRILOGY OF TERROR, 1975)

-“La cadena de oro que lleva a la cintura mantiene preso su espíritu. Si se le quita, cobrará vida”… Bueno, eso es lo que ponía en el pergamino.

Una película que recopila tres historias cortas basadas en relatos de Richard Matheson (el autor de, entre otras cosas, Soy Leyenda, Acero Puro y El Increíble Hombre Menguante). La tercera historia (Amelia) está basada en el relato Presa/Prey

En esta historia una desafortunada mujer comete el error de adquirir en una tienda de curiosidades una figura de madera de un cazador africano. Ésta cobrará vida para vengarse de todo aquel que pille de por medio, por la ofensa de haber sido sacado de su tierra y su entorno, y llevado a un lugar extraño. La batalla entre la mujer (al principio tímida e indefensa, pero que toma rápidamente consciencia de la situación y pasa a defenderse como una leona) y el Fetiche Zuni (que desde el principio es una mala bestia asesina… de solo dos palmos de altura) no tiene concesiones. Como curiosidades de la película podemos decir que cuatro de los personajes, repartidos entre los tres cortos, los interpreta la misma actriz, y que el Fetiche Zuni se hizo tan popular que cuenta con su propia figura de acción, una reproducción articulada del que salía en la película.

En 1996 aparecería una segunda recopilación de tres historias independientes entre sí, bajo el título de Trilogía del Terror II. La tercera historia, titulada El que mata/He who kills, es a su vez una continuación de Amelia, que repite casi punto por punto el esquema básico de ésta. Volvemos a encontrarnos con el Fetiche Zuni, más gritón, mortífero y rabioso que antes, lanzado en busca de libertad y gargantas como una especie de Muppet psicópata, multiplicando cuchillazos y víctimas, pero ya casi sin relación con el relato original. 

El popular juego de PC Diablo II (editado en el año 2000) incluía entre sus numerosos enemigos una especie de oscuro y vociferante pigmeo de cabeza grande y mandíbula perpetuamente abierta llamado Fetiche, que se lanzaba corriendo a toda velocidad contra el jugador cuchillo en alto, y resultaba sospechosamente parecido al Fetiche Zuni de esta película.


FANTÁSTICA AVENTURA (THE EXTRAORDINARY ADVENTURES OF THE MOUSE AND HIS CHILD, 1977)

-Papá… ¿esto es el mundo?
-No lo sé, hijo.
-Papá… ¿ESTO es el mundo?
-Espero que no, hijo.

Un verdadero drama social presentado en forma de dibujos para llegar más fácilmente a los niños. Esta película, basada en un cuento de Russell Hoban, nos narra la historia de un juguete a cuerda con forma de ratón antropomorfo que sostiene en sus brazos a su hijo, otro ratoncito. Las dos figuras están unidas por las manos, de modo que al darle cuerda (que se encuentra en la espalda del padre) éste levanta a su hijo y le hace dar una vuelta en el aire. 

Padre e hijo, recién salidos de su embalaje, toman conciencia de sí mismos en la tienda de juguetes. El hijo (que no tiene ningún mecanismo propio y es totalmente dependiente del padre, ya que aparte de hablar no puede hacer nada más) propone quedarse a vivir allí para siempre porque ¿dónde pueden estar mejor que en un lugar lleno de otros juguetes? Pero el destino tiene otros planes para ellos. Acabarán rotos y en la basura, y allí comienza su odisea en busca de un hogar. Sin embargo, el objetivo real que se plantea el padre es más ambicioso que simplemente encontrar un lugar en el que vivir: él quiere encontrar la forma de funcionar y moverse sin necesidad de que les den cuerda, de tener una vida realmente plena y autónoma, ya que ni tan solo pueden andar a no ser que alguien accione de tanto en tanto la llave de su espalda. 

Durante su viaje hacia lo desconocido, se encontrarán con muchos personajes. Algunos se apiadarán de ellos y tratarán de ayudarles. Otros, como la rata Manni (el recurrente tema de la rivalidad entre juguetes y ratas de los cuentos clásicos, como El soldadito de plomo o El cascanueces) aprovecharán su indefensión e ingenuidad para hacerles trabajar a cambio de darles cuerda, para que puedan seguir trabajando a cambio de darles más cuerda para poder seguir trabajando... Un sueldo de subsistencia, podría decirse. 

Hay una escena angustiosa en la que un burrito mecánico, echo polvo tras varios años en esas condiciones, se niega a seguir trabajando para Manni. La respuesta de este es mandarlo desguazar, arrancándole de cuajo todos los resortes, engranajes y muelles útiles mientras el burrito suplica piedad desesperado, hasta que queda tan poco de él que su vida y personalidad se desvanecen, reducido a un montón de piezas inertes. Esta escena, aunque muy breve, fue censurada o acortada en algunos países porque se consideró que podía traumatizar a los niños.

Los ratoncitos de juguete escapan de Manni a la primera oportunidad que se les presenta. Al descubrir su huida, éste inicia una persecución sin tregua. Una historia memorable, hermosa y terrible que, si lo pensamos bien, no es tan diferente de la situación en la que vive mucha gente sin recursos que acepta trabajos miserables (prácticamente una esclavitud voluntaria) con el único fin de tratar de dar algún futuro a sus hijos.


TRAMPA PARA TURISTAS (TOURIS´T TRAP, 1979)

-Tengo vocación de coleccionista… la verdad es que no soy capaz de tirar nada.

Una “trampa para turistas” es como se denomina a una atracción consistente en una caseta, granero, o casa particular, acondicionada como exhibición de curiosidades (animales deformes disecados, fragmentos de supuestos meteoritos, objetos personales de famosos nacidos en la zona, mechones de “autentico” pelo de Bigfoot, y cosas así). Es algo muy típico en las zonas rurales de Norteamérica. Por lo general todo lo que se muestra es falso, pero la gente aficionada a visitar estos lugares suele ser consciente de ello, y acuden dejándose llevar por la teatralidad de la puesta en escena del dueño o por coleccionar los recuerdos que puedan venderse. 

En esta película, un grupo de jóvenes se detiene a buscar a un amigo desaparecido en una de estas “trampas para turistas” que resulta ser una verdadera trampa. El dueño (o su hermano, aunque es posible que siempre hayan sido una misma persona) es un individuo con doble o triple personalidad (todas ellas locas), aficionado a disfrazarse de muñeca (mientras juega con otras muñecas) y de maniquí, que se dedica a asesinar a los turistas y transformarlos en maniquíes vivientes… o quizá sean solo maniquíes inanimados a los que él hace moverse mediante los poderes psíquicos que (aparentemente) tiene, y que pueden (o no) ser también el origen de su desequilibrio mental. 

Nada está claro en esta película, pero aparecen tanto maniquíes vivientes (una variante del muñeco viviente) como un psicópata que se disfraza de muñeca, y me parece bastante buena para los pocos medios con los que se hizo. Fue producida por Charles Band, un nombre que veréis aparecer repetidamente en este artículo.


XTRO (1982)

-Papá ¿Por qué has vuelto?
-He vuelto por ti.

Xtro es una película extraña, sobre un hombre que es abducido por extraterrestres y años después se le permite volver a la Tierra, no para quedarse, si no para llevarse a su hijo con él. Los alienígenas tuvieron que alterar su organismo para adaptarlo a su propio mundo, y esos cambios que él transmite a su hijo para adaptarlo también al que será su nuevo hogar confieren al niño una extraordinaria capacidad psíquica, que el pequeño emplea para dar vida a sus juguetes. 

Los robots comienzan a moverse solos, las peonzas giran locamente, toda su habitación se convierte en un espectáculo cacofónico de luces y sonidos fascinante y a la vez macabro, y entre todo el barullo, dos criaturas en particular cobran vida: un pequeño payaso espeluznante armado con un yoyó de cuchillas, y un soldado que, a bayoneta calada, echará abajo la puerta de una vecina molesta para dar buena cuenta de ella. 

Aunque esto es solo un detalle de la película, y los juguetes no forman parte de la trama principal, sí representa el momento de tensión más logrado de la misma. La seguirían otras dos películas muy inferiores, sin apenas relación con esta (ni entre ellas), y sin juguetes.


HALLOWEEN 3; EL DÍA DE LA BRUJA  (HALLOWEEN III: SEASON OF THE WICH, 1982)

-Era una pieza rara… alemana… hecha en Múnich, en 1785… intentaré conseguir otra.

Halloween 3 es un ejemplo de cómo deberían haber sido todas las películas de la saga Halloween. La idea original de John Carpenter era hacer una serie de películas que explotaran todos los tópicos de Halloween, pero sin relación entre ellas. En la primera el tópico a explotar era la costumbre de disfrazarse de monstruo, y nos presentaba a Michael Myers, un chaval que al ponerse por primera vez una máscara, “desbloquea” su psicopatía latente y queda trastornado de por vida. A esta habían de seguir otras películas que convirtieran cosas como las linternas de calabaza y el reparto de caramelos en focos de terror. Pero la primera película se hizo tan popular que el público y los productores exigieron una segunda entrega con Michael Myers como protagonista. Cuando por fin, para la tercera entrega Carpenter consiguió convencer a los productores para probar otra cosa, el público reaccionó tan negativamente que jamás se volvió a intentar hacer nada que no fueran más correrías del susodicho psicópata. Carpenter abandonó definitivamente la serie cuando le propusieron participar en una cuarta parte, de nuevo con Michael Myers. 

Para mi gusto, Halloween 3 es la mejor de todas: una enrevesada historia en la que no faltan conspiraciones, máscaras de monstruo, alta tecnología al servicio de la ancestral magia druídica, sacrificios humanos, y por supuesto, muñecos asesinos. Aunque el resto de películas de la saga no me desagradan (se salvan por el personaje del Profesor Loomis, interpretado por ese grandísimo actor -y según dicen, grandísima persona- que fue Donald Pleasance) considero una lástima que los guiones de todas las películas excepto esta se redujeran a simples continuaciones o remakes de la primera, sin ninguna innovación importante. 


EL SECRETO DE JOEY (JOEY, 1985)

-¡¿Qué quieres de mí?! ¡¿Qué te propones?!
-Un pequeño juego…

Una película de Roland Emmerich filmada en Alemania del Oeste antes de la caída del telón de acero. Es la historia de un niño que ha perdido recientemente a su padre. El vacío emocional que esto le provoca hace que desarrolle un poder psíquico que le permite comunicarse con el espíritu de su padre a través de un teléfono de juguete. Joey también adquiere telequinesis, que emplea (como haría cualquier niño de su edad) en animar a sus juguetes y hacerlos moverse a su alrededor. Un día encuentra un viejo muñeco de ventrílocuo en una casa abandonada, y lo lleva a su propia casa tomándolo por un juguete más. Pero el muñeco está vivo, es inconcebiblemente malvado, y pronto empieza a dar problemas.

Hay escenas que parecen calcadas de E.T. el Extraterrestre, y eso es algo que siempre se le echa en cara a esta película cuando se habla de ella, pero también es cierto que E.T. tenía a su vez escenas calcadas de varias películas y libros anteriores y nadie le ha restado méritos a Spielberg por ello. En el cine, como en la investigación científica, cada nueva obra se apoya sobre trabajos previos de otras personas.

Lo que hace única a El Secreto de Joey es que Emmerich la filmó como una película de terror destinada a un público infantil. Hay muchas películas de terror con muñecos de ventrílocuo, juguetes o marionetas anteriores a esta, pero destinadas a adultos o adolescentes. Esta en cambio estaba destinada a niños, y está repleta de escenas que, si para un adulto podían llegar a resultar inquietantes, a un niño de siete u ocho años provocaban auténtico terror. Además, no se veía venir, porque el inicio parecía imitar las películas americanas estilo Los Goonies y de pronto, antes de darte cuenta, te veías sumido en un torbellino de miedo y locura. La voz ronca y quebrada del muñeco, su parquedad de palabras y que sus intenciones no queden claras contribuyen mucho a esto. Me pregunto cuántos padres la alquilaron pensando que sería una entretenida comedia ligera de niños aventureros, y terminaron devolviéndola al videoclub tras dos o tres intentos fallidos de hacer que sus hijos la vieran entera. Naturalmente, la vemos ahora y no nos da miedo (o no mucho…) pero la mentalidad de la gente cambia no solo con la edad, también con la época.

Con todo lo malo que se pueda decir de ella, la historia se hace muy entretenida, tiene un villano memorable (solo su voz ya es aterradora) y está llena de escenas de juguetes moviéndose solos. En el clímax de la película, un grupo de niños quedan atrapados en una casa que es más grande cuanto más se adentran en ella, y se reestructura como un laberinto por el que deambulan bestias gigantes, zombis, hamburguesas carnívoras y el mismísimo Darth Vader. La única salida está vigilada por el propio muñeco, que se alimenta de la energía psíquica del fantasma de su antiguo ventrílocuo, como un parásito del que éste no se puede deshacer. 

Por si fuera poco, los niños protagonistas no lo hacen nada mal teniendo en cuenta que no eran actores, si no los hijos de los soldados de una base cercana al lugar del rodaje que nunca habían recibido ni una sola clase de interpretación. ¿Qué más se le puede pedir a un director novato en su segunda película?


LA VIDA SECRETA DE LOS JUGUETES (THE CHRISTMAS TOY, 1986)

-¿Acaso estás diciendo que Meteora es una MENTIROSA?
-¡No! ¡Te estoy diciendo que eres un JUGUETE!

Si, saltándonos el título, le habláramos a alguien de una comedia infantil sobre juguetes de todo tipo que cuando nadie los mira se mueven y hablan, la mayoría pensaría en la conocida Toy Story. Si añadimos que la película trata sobre como la llegada de un nuevo muñeco de estilo espacial (tan metido en su papel que incluso ignora ser un juguete) preocupa a los juguetes más “veteranos”, la mayoría reforzaría su suposición inicial. Pero este es el argumento de La vida secreta de los juguetes/The Christmas Toy una película del nunca suficientemente llorado Jim Henson, unos 10 años anterior a la famosa saga de Disney/Pixar.

En este film (una maravillosa y compleja combinación de marionetas, juguetes movidos por radiocontrol y el casi perdido arte del stop-motion) una niña recibe como regalo de navidad una figura de acción de Meteora, la Reina de los Meteoros, una especie de villana cósmica. La muñeca cree ser realmente ese personaje y los otros juguetes intentarán convencerla de que “solo” es un juguete. Por una serie de accidentes y malentendidos, los protagonistas acabarán dispersos por la casa, convirtiendo su regreso a la habitación de los niños en una arriesgada odisea contrarreloj, ya que deben llegar a tiempo para la apertura de los regalos a la mañana siguiente.

El mayor peligro al que se enfrentan los juguetes de The Christmas Toy es que si algún humano los ve después de haber estado desplazándose por sí solos (aunque no los vea en movimiento), mueren, perdiendo toda la misteriosa energía que los anima, quedando reducidos a simples objetos inertes. La única forma de evitar esto es regresar a su punto de origen, allí donde se les dejó por última vez, con lo que “resetean” su condición de muñecos animados y vuelven a estar a salvo hasta que decidan moverse de nuevo.

Nueve años más tarde, en 1995, se produjo una serie inspirada en la película que curiosamente se llamó en inglés The Secret Life of Toys, el título que se le dio a la película en España. Trece capítulos donde el tigre Ruby (Rugby, en el original) y sus amigos siguen viviendo peligrosas aventuras para ayudar a otros juguetes a encontrar su lugar en el mundo. La serie fue ignorada de forma masiva por las cadenas de televisión. Solo se emitió en unos pocos países y por lo general fragmentada o en horarios de mínima audiencia. Al año siguiente se estrenó Toy Story, y la crítica alabó su original argumento. 


DOLLS (1987)

-¿Sabe, Gabriel? Recuerdo todos y cada uno de los muñecos que tenía cuando era niño.
-Y ellos se acuerdan de ti, Ralph. Los juguetes son fieles… esto es un hecho.

En mi opinión, esta es una de las mejores (si no la mejor) de todas las películas sobre muñecos vivientes hechas y por hacer. Casi cada escena, casi cada diálogo, es un ejercicio de virtuosismo cinematográfico. Tiene una banda sonora que es a la vez lóbrega y desconcertante.  Los juguetes son aterradores y entrañables a partes iguales. Los personajes humanos son tan tópicos y están tan claramente definidos, que sabemos cómo va a acabar cada uno de ellos casi desde el instante en que aparecen en pantalla… y aun así la película sorprende en todo momento. 

Es muy sangrienta, pero sin resultar desagradable. Es muy hermosa, pero sin resultar ñoña. Es, en definitiva, un cuento de hadas terrorífico protagonizado por una niña sin miedo y un niño disfrazado de hombre, atrapados en una cabaña como Hansel y Gretel. En lugar de dulces hay juguetes como cebo, y los rastros que siguen no son miguitas de pan, si no huellas de sangre.

La película tiene un ajustado metraje de apenas una hora y cuarto, pero son 75 minutos magníficos. Es muy difícil transmitir tantas sensaciones en tan poco tiempo como lo hace esta película. Los que todavía no la hayan visto pero pretendan hacerlo, mucha atención a las frases de los ancianos dueños de la casa. No tienen desperdicio. Producida (y en opinión de algunos expertos, coescrita sin acreditar) por Charles Band.


Saga VACACIONES DE TERROR (1988)
-Papi, mira la muñeca que me encontré ¿Me la puedo llevar?
 
Una de las películas mexicanas de terror más conocidas fuera de sus propias fronteras es precisamente esta historia sobre una muñeca embrujada (en el verdadero significado de la palabra embrujada, es decir, poseída por el espíritu de una bruja) y la desesperada lucha de una familia al completo para deshacerse de ella. Aunque es una de esas películas a las que el paso del tiempo no perdona y adolece de falta de efectos especiales y medios técnicos, personalmente la considero superior a otras cintas similares con presupuestos mucho mayores. 

Tiene una segunda parte titulada Cumpleaños Mortal (1991) menos inquietante pero más dinámica y mejor presupuestada, en la que uno de los personajes que ya se enfrentó a la muñeca en la primera película vuelve a encontrarse con ella, ofreciéndonos una escena verdaderamente grotesca: la muñeca viviente, escondida bajo la tarta de cumpleaños de su nueva dueña, devorando una figurita de azúcar que representa también a una bruja. 

En otra escena, la cantante pop Tatiana (que aparece en la película interpretándose a sí misma y tiene el honor de haber sido la primera artista mexicana de la que se hizo una muñeca que la representaba) es convertida en una figurita de azúcar y colocada sobre una tarta de nata manchada de sangre por la que unas llamas van extendiéndose lentamente. 

En ambas películas, los variados y aterradores poderes de la muñeca embrujada son combatidos por los protagonistas con una combinación de fe cristiana, amuletos paganos, fuerza bruta, y armas de fuego. Cuando tus seres queridos están en peligro, recurres a lo que sea.

El director de la primera película, Pedro Galindo III, es también el responsable de El Diabólico Triángulo de las Bermudas (1987), en la que los pasajeros de un barco sufren las consecuencias de haber encontrado en altamar una muñeca maldita a la deriva. 


Saga MUÑECO DIABÓLICO (CHILD´S PLAY, 988)

-¡Hola! Mi nombre es Chucky. ¿Quieres jugar conmigo?

Una saga de películas tan conocida que casi no hace falta comentarla. Un vicioso asesino que además practica el vudú es alcanzado por los disparos de un policía. Conserva fuerzas suficientes para arrastrarse hasta una juguetería, donde improvisa una forma de huir. Su cuerpo está perdido, pero aún puede esconder su alma donde nadie la buscará, en uno de los muñecos. El muñeco termina en manos de un niño de seis años llamado Andy, que está encantado con él… al principio. 

Así arranca una de las películas de terror más memorables de los ochenta, que ya es decir. Totalmente artesanal, los efectos del muñeco se lograron con una combinación de actores afectados de enanismo, niños, animatrónica y marionetas. Esta película marcó muchas de las pautas que seguirían otras historias de juguetes vivientes más adelante, como que el proceso de traspasar el alma de un ser vivo a un muñeco pueda revertirse, o que el cuerpo artificial adquiera poco a poco características de un ser vivo (sentir dolor, sangrar al ser herido, etc). Aunque eran cosas a las que ya se había recurrido antes, el éxito de esta película le recordó a la gente (y a los guionistas) las muchas posibilidades que el género de muñecos vivientes tenía aún por explotar.

Sería continuada por otras seis (por el momento) que irían derivando el tono de la saga lentamente del terror a la comedia sangrienta, lo cual no es necesariamente malo. En 2019 tuvo un reinicio en el que se cambiaba el origen de Chucky, pasando a ser un avanzado juguete electrónico cuya inteligencia artificial se volvía homicida. Este mismo año hemos podido ver el inicio de su propia serie para TV, que continúa las andanzas del Chucky original a partir de su séptima película.


TIN TOY (1988)
Un corto mudo de apenas 6 minutos de Pixar, ganador del Oscar al mejor corto de animación. Nos muestra las diferentes reacciones de un pequeño musico de hojalata ante la presencia del bebé de la casa: simpatía al principio al ver lo inocente y torpe que es, miedo cuando se da cuenta que es un destrozón que se dedica a golpear los juguetes y babosearlos, lástima cuando el bebé se pone a llorar, empatía cuando decide jugar con él para que se ría, e incluso decepción cuando al bebé le llama más la atención otra cosa y se olvida de él. 


Es interesante porque expone de forma sencilla (y breve, lo cual muchas veces se agradece) la idea de la codependencia entre niños y juguetes que aparece también en otras películas. Algunos estudiosos de las obras de Pixar la consideran parte extraoficial de la saga Toy Story (ocho años posterior) alegando que el bebé podría representar a Andy. No hay nada en este corto ni en las películas de Toy Story que confirme claramente esto (aunque Andy tiene en su estante un libro de cuentos titulado Tin Toy), pero tampoco hay nada que lo desmienta. 


Saga LA VENGANZA DE LOS MUÑECOS (PUPPET MASTER, 1989)

-No lo entiendo… no entiendo como unas marionetas pueden tener vida.
-Robert, yo no entiendo como nada puede estar vivo. Un hombre, un árbol, un pez… pero cuando un milagro es algo corriente, la gente no lo cuestiona.

Si hablamos de sagas y no de películas individuales, Puppet Master es la mejor sin lugar a dudas. Aunque tiene altibajos, puntos contradictorios que nunca llegan a explicarse, y montones de subtramas abandonadas, la historia en conjunto es la más compleja y sus protagonistas (los muñecos) tienen roles y personalidades claramente definidos. La saga nos narra la azarosa vida de un grupo de marionetas que contienen las almas de personas reales, transferidas a esos pequeños cuerpos artificiales.

Blade, Pinhead, Jester, Tunneler, Leech-lady, Six-shooter, Torch, Decapitron… sus protagonistas han calado muy hondo en los corazones del público, que una película tras otra ha contemplado como estos silenciosos y tristes seres se han visto obligados a matar (a veces por necesidad, otras veces forzados por terceros, y no pocas por venganza) a merced de un mundo al que ya no pertenecen. La tremenda aceptación del público y la legión de fans leales que se creó de forma casi instantánea tras la primera entrega animó a Charles Band a hacer más películas contándonos las peripecias de este esforzado y peculiar grupo de muñecos y sus escaramuzas contra soldados nazis, científicos locos, psíquicos tarados, demonios ancestrales, juguetes poseídos, momias egipcias, titiriteros malvados… ¡incluso adolescentes gamberros! No parece haber monstruo con el que no puedan lidiar.

Actualmente hay trece películas sobre ellos, aunque de la última hablaremos por separado, por motivos que comentaré más adelante. El presupuesto total de la saga original (lo invertido entre las doce primeras películas) no llega a los cinco millones de dólares, que es un millón menos de lo que costó filmar cada capítulo de la serie Friends, por ejemplo. Este presupuesto casi inexistente hace que el aspecto general de las películas sea a tosco y tirando a cutre.

Todas salieron directamente para televisión o video. A pesar de ello, si somos capaces de ir más allá de lo puramente visual, descubriremos que (como decían en La Bella y la Bestia), la belleza está en el interior. Es posible incluso que esta pobreza de medios jugara a favor de las películas, ya que debido a ello todos los títeres se animaron mediante manipulación directa o stop-motion, con un mínimo de efectos por ordenador (que en aquella época todavía no estaban muy logrados), y los actores no fueron grandes estrellas (que hubieran acaparado la atención del público, desviándola de los verdaderos protagonistas, los títeres).

En todas excepto una interviene Charles Band de un modo u otro; cuando no es director, es guionista o productor, aparte de ser el creador de los conceptos base y la línea argumental general. El maravilloso tema de apertura de casi todas las películas (que parece una versión siniestra de música circense) corrió a cargo de su hermano, Richard Band.

Una de las doce (el crossover Puppet Master vs Demonic Toys, en la que los muñecos de estas dos franquicias se enfrentan) no está considerada oficialmente como parte de la saga (esta es en la que Band no participó), y la llamada Trilogía del Eje del Mal (en la que el presupuesto es ya casi inexistente) está estructurada y filmada más como una serie de televisión de tres capítulos largos que como verdaderas películas. 

El que la cronología de las películas esté salteada hace que sea difícil seguir la línea argumental general y entender las motivaciones de los muñecos, que a veces se nos muestran como héroes y otras como malvados psicópatas. Las películas fueron retituladas por las distintas distribuidoras, en ocasiones confundiéndolas con otras películas de muñecos vivientes de Band, creando un pequeño caos de identidades. También hay películas en las que aparecen datos contradictorios, algo casi inevitable en una saga tan larga filmada de forma salteada. Especialmente notable es el caso de la tercera, rodada mucho antes de la séptima, pero cronológicamente posterior, en la que a modo de flashback se nos explicaba como Toulon obtiene el poder de dar vida a los títeres (que es de lo que trata toda la séptima película, y no tiene apenas relación con lo que se muestra en el flashback de la tercera). La octava película fue de hecho un intento de poner orden. Estaba compuesta a base de fragmentos de las películas anteriores ordenados de forma que la trama general resultase más comprensible, y apenas tenía un 20% de metraje original para ir hilvanando estos fragmentos. Pero lejos de cumplir su objetivo, solo logró causar más confusión al añadir una nueva subtrama, la de un grupo de títeres sin determinar (¿los creados por el Dr. Margrew en Puppet Master 6?) para los que haber sido resucitados como tales es un infierno, y se están encargando de asesinar a todos aquellos que conozcan el secreto de dar vida a las marionetas.

En lugar de exasperar a los seguidores de la saga, este tipo de cosas dio pie a encendidos debates sobre las películas en los que los fans, siempre al rescate de sus héroes, buscaron la forma de hacer cuadrar todo el material convirtiéndolo en algo coherente. 

El orden cronológico en que deben ser vistas, si se prefiere este a su orden de producción es el siguiente:

1. Puppet Master 7: Retro Puppet Master 
2. Puppet Master 3: La revancha de Toulon (ignorando el flashback)
3. Puppet Master 9: El Eje del Mal
4. Puppet Master 10: La ascensión del Eje
5. Puppet Master 11: El exterminio del Eje
6. Puppet Master 1: La venganza de los muñecos
7. Puppet Master 2: Muñecos asesinos
8. Puppet Master 4: El Demonio 
9. Puppet Master 5: Capítulo Final
10. Puppet Master 6: La Maldición del Maestro Titiritero
11. Puppet Master 8: Legado
12. Puppet Master vs Demonic Toys

En el tintero quedó el intento de crear una nueva trilogía que habría de llamarse Puppet Wars, así como un ambicioso proyecto: Decapitron, the electronic mercenary, una película centrada en el títere animado por el espíritu de André Toulon (el creador de los títeres principales) que estaba presupuestada inicialmente en casi quince millones de dólares, tres veces más que el coste conjunto de todas las otras películas de la saga.

A parte de una línea de figuras de acción muy detalladas (solo de los muñecos, no de los personajes humanos), la franquicia cuenta con algunas series limitadas de comics, disfraces de algunos de los títeres (Blade en particular tiene auténticas legiones de fans) y un videojuego online (que parece haberse quedado estancado en la fase de prototipo) en el que tomaríamos el papel de varios de ellos.


Saga JUGUETES ASESINOS (DEMONIC TOYS, 1991)

-Esto no es real… esto no es real…
-Oh, no hace falta que lo sea.

Un criminal moribundo tras un tiroteo con la policía se refugia en un almacén de juguetes, donde la sangre que mana de sus heridas se derrama en el suelo. La sangre del criminal despierta una antigua fuerza demoníaca que durante sesenta y seis años ha dormitado enterrada bajo el almacén, y ésta da vida a varios de los juguetes presentes, introduciendo en ellos los espíritus de sus servidores. Así nos encontramos con un Jack-in-the-box (esas cajas de resorte de las que brota una cómica cabeza al extremo de un muelle) realmente odioso, un robot con las baterías sobrecargadas, un oso no precisamente amoroso, un bebé de plástico que desearías no ver nunca en brazos de tu hija, etc. No demasiado felices con las limitaciones de sus nuevos cuerpos, los juguetes demoníacos deciden resarcirse matando a todo el que caiga en sus manos, ya que además cada muerte aumenta el poder de su señor.

La película (también obra de Charles Band) está llena de detalles que nos recuerdan a Dolls, como el oso de peluche gigante, el soldadito de madera animado, el personaje que sostiene con los dedos sus ojos junto a su rostro de cuencas vacías, o la presencia en el almacén de uno de los muñecos que Gabriel guardaba en el trastero. Si la veis, a modo de pasatiempo adicional, tratad de identificar la película que el guardia de seguridad del almacén de juguetes tiene puesta en su pequeño televisor.

Cuenta con una segunda parte titulada Demonios Personales (1992) en la que un coleccionista de objetos extraños adquiere dos de los muñecos que fueron destruidos en la primera (restaurados) y se incorpora un nuevo juguete al grupo: Divoletto, un títere medieval.

Los juguetes poseídos medirán al fin sus fuerzas con alguien de su tamaño (literalmente) primero en Dollman vs Demonic Toys (1993), y más tarde en Puppet Master vs Demonic Toys (2004).


DOLLMAN (1991)

-¿Qué pasa, es que nunca has visto un policía?

El policía arcturano Brick Bardo llega hasta nuestro mundo tras la cabeza de un antiguo enemigo (si, solo la cabeza, ya que es todo lo que queda de él). Termina estrellándose en un descampado del Bronx, donde la computadora de a bordo de su nave le informa que la atmósfera de la Tierra es compatible con su organismo, y que las formas de vida son similares a las de su propio planeta… pero seis veces mayores, lo que le convierte a él en una criatura del tamaño de una figura de acción, y a su nave en una maqueta. De ahí que se le llame Dollman (hombre-muñeco). A partir de este planteamiento, Bardo vivirá una serie de arriesgadas situaciones en las que los enemigos que va ganándose en la Tierra comprenderán cuanta verdad hay en ese viejo dicho de “No hay enemigo pequeño”.

No es realmente una película de muñecos vivientes si no de un humano “normal” que pasa a verse del tamaño de estos, y por tanto a vivirlo todo desde su misma perspectiva. Bardo se enfrentará no obstante a auténticos juguetes (poseídos) en el triple crossover Dollman vs Demonic Toys, de 1993… porque, efectivamente, las de Dollman son también de Charles Band. 

Dollman vs Demonic Toys cuenta con la actuación del genial Phill Fondacaro (que interpretó al guerrero enano Vohnkar en Willow, a un vecino transformado en gnomo en Torok el Troll, fue capo de los bajos fondos en Land of the Dead, y feriante en Ghoulies 2, por citar solo sus papeles más conocidos). Aquí, Fondacaro hace el papel de guardia de seguridad corrupto. También interviene un personaje de una tercera película de Band, una chica reducida a un palmo de altura por unos alienígenas (en Bad Channels, de 1992), para hacerla más fácilmente transportable.

De Dollman se produjo también una serie limitada de comics y una figura de acción del personaje. El nombre “Brick Bardo” está sacado de otra película protagonizada por el mismo actor, aunque sin relación con esta.  “Brick” significa “ladrillo”, y es también como se denomina a las piezas de LEGO de formas geométricas.



TOYS: FABRICANDO ILUSIONES (TOYS, 1992)


-¡Vamos a dar cuerda a las tropas!

Considerada como la peor película de su director y también de su principal actor (Robin Williams), fue un estrepitoso fracaso de taquilla en todo el mundo, y la crítica la calificó como “horrenda”, “ridícula”, “una basura”, y más cosas que no repetiré, por educación. 

Zevo es una fábrica de juguetes que a la muerte de su dueño queda en manos de su hermano, un militar de mente cerrada que decide reconvertirla de forma encubierta en una fábrica de armas. 

Los inocentes juguetes, antes a cuerda, se convierten en modernos mecanismos teledirigidos que incorporan armas de fuego reales. El hijo del anterior dueño (el papel de Robin Williams) reúne a un pequeño grupo de empleados leales para echar abajo los planes de su tío y restaurar el buen nombre de Zevo. 

La película resulta muy extravagante, y creo que esa era su intención, ser más curiosa que divertida. La fábrica de juguetes Zevo parece diseñada por el Joker de Tim Burton un día que estaba de buen humor, y me da la impresión que influyó más en el aspecto general de la versión moderna de Charlie y la fábrica de Chocolate (trece años posterior a Toys) que la propia versión de 1971. Hay una escena, digna de los mejores años de los Hermanos Marx, en la que un grupo de directivos discuten con total seriedad sobre un nuevo producto en un despacho que se va encogiendo continuamente, hasta el punto que todos terminan subidos a una mesa al comprimirse las paredes, sin perder el hilo de la conversación en ningún momento.

Todo el film se hace extraño, a veces demasiado, pero tiene su gracia y un estilo muy particular. Aunque la primera hora y pico puede llegar a hacerse un poco pesada para los que esperen una comedia al uso, la media hora final merece la pena. Casi toda ella es una batalla entre los modernos juguetes bélicos y los clásicos juguetes a cuerda originales de Zevo, durante la cual un grupo de humanos corren entre unos y otros tratando de seguir vivos. La película no deja claro si los juguetes clásicos cobran vida espontáneamente debido a un emotivo discurso que les dirige Williams, o si mientras él parlotea el resto de personajes se dedican a darles cuerda y ponerlos en el camino de los juguetes bélicos para que estos malgasten su munición disparándoles, que también podría ser. Quizá se hizo así expresamente para que cada cual lo interprete como más se ajuste a su gusto. 

Viendo por un lado esta película, con sus ejércitos de robots de juguete equipados con armamento real, y por otro los informativos donde se multiplican las noticias sobre el uso de drones en operaciones de combate, da la impresión que la “ridícula y horrenda” Toys, esa “basura” de película, se anticipó en diez años al inicio de lo que serán las guerras del futuro: ataques llevados a cabo únicamente por drones programados o controlados de forma remota por operarios que nunca correrán peligro, y que nunca se sentirán como asesinos por muchos inocentes que maten por error, porque apenas habrá diferencia entre manejar un dron en combate real y mover el joystick de un videojuego.  

Desde noviembre de 2002, fecha en la que el ejército americano mató por primera vez a unos presuntos terroristas con aviones no tripulados y drones armados, estos artefactos han acabado ya con las vidas de varios miles de personas. El gobierno americano ha declarado que “solo” un centenar de estos muertos eran niños, a los que se mató por error, pero lo cierto es que en muy pocos casos es posible identificar con absoluta certeza contra quien está disparando un dron, o sobre quien va a soltar una carga de bombas. Lo único seguro es que en lugares como Pakistán, Somalia o Libia, cuando los adultos ven a un dron bombardero cargado con ojivas de racimo sobrevolando su pueblo, corren buscando cobertura. Pero los niños solo ven lo que para ellos es un juguete volador, y corren a ponerse justo debajo de él para verlo mejor.

Aquellos que visteis Toys en su momento y os decepcionó, volved a verla un día de estos. Hay películas que envejecen mal y el tiempo las echa a perder. Creo que a Toys le ocurre lo contrario. 


LA NUEVA PESADILLA DE WES CRAVEN (WES CRAVEN´S NEW NIGTHMARE, 1994)

-Rex me ha salvado /…/ del hombre malvado de la garra que viene mientras dormimos.

La séptima entrega de la saga Pesadilla en Elm Street fue un cambio de concepto que no gustó mucho al público. El famoso Freddy Krueger no aparece (fue definitivamente destruido en la película anterior) y el villano es en esta ocasión un demonio antediluviano que ha adoptado el aspecto de este personaje porque… bueno, porque le gusta. 

En realidad, esta película no solo no trata sobre Freddy. Tampoco trata sobre juguetes vivientes, por lo que no debería formar parte de este artículo. La he incluido por un detalle que siempre me ha parecido mucho más importante de lo que la propia película deja entrever. Una de las víctimas escogidas por este doppelganger es Dylan, un niño al que comienza a acosar tanto en sus sueños como en la vida real. El juguete preferido de Dylan es un tiranosaurio de peluche. En una escena, cuando Nancy (su madre) comprende que un ser que actúa igual que Freddy ha atacado a Dylan en sus sueños, el pequeño le revela que su dinosaurio le ha salvado. 

Entonces vemos que el peluche tiene las inequívocas marcas paralelas del guante-cuchilla de Freddy. Esto significa que en el sueño (que desgraciadamente la película no nos muestra), el dinosaurio de juguete se erige en su defensor, tomando entidad propia y enfrentándose a la pesadilla de “su” niño. En el mundo de los sueños del pequeño Dylan, el peluche es un dinosaurio real, poderoso y feroz, y también su amigo. 

La reacción de Nancy no puede ser más significativa: arreglar el peluche cosiendo sus desgarros, “curar” en el mundo real al guardaespaldas onírico de su hijo. Los cortes son reparados con un hilo grueso y rojo, que más que disimular los desgarros los resalta, como si el peluche exhibiera orgulloso unas cicatrices obtenidas en el cumplimiento de su deber. Todo esto que describo son solo unos pocos segundos en la película, pero unos segundos que cuentan una preciosa historia secundaria que considero lo mejor de un film muy irregular, lleno de grandes ideas desaprovechadas.


LA LLAVE MÁGICA (THE INDIAN IN THE CUPBOARD, 1995)

-Eres tan real…
-Si, lo soy… ¿y tú?

Basada en un libro de la británica Lynne Reid Banks. Un viejo armarito de noche y una llave que, sin pertenecer al armarito, encaja en su cerradura, son regalos de cumpleaños bastante inusuales para un niño. Pero Omi pronto descubre que, si guarda una figura de juguete en el armario, lo cierra con llave y lo vuelve a abrir, la figura cobra vida y se torna en un ser de carne y hueso perfectamente racional. El niño, tan pronto ve el primer juguete viviente lo acepta sin reservas. Sin recurrir a las típicas frases como “Debo estar soñando”, “Es mi imaginación”, “Me he dado un golpe en la cabeza” o “Esto es una broma que me está gastando alguien”, porque de niños sabemos que los monstruos son reales y que la magia existe, pero cuando crecemos se nos olvida.

La película trata dos temas principales: primero, el aprendizaje a través del juego. Todos los mamíferos, humanos incluidos, aprenden los rudimentos de la vida adulta a base de jugar cuando son cachorros. Jugando con las figuras a las que da vida, Omi aprende a comportarse como un hombre. Aprende a ser responsable, a cuidar de otras vidas más frágiles que la suya (en eso consiste ser padre, básicamente) y a enfrentarse a los pequeños dramas de la vida y la convivencia cotidiana. Para eso jugamos, a fin de cuentas, para adquirir experiencias a nuestra medida según las vamos necesitando.

Segundo: plantea una idea curiosa, el que los juguetes tienen su propia vida mientras no estamos jugando con ellos, como si cada muñeco fuera en realidad un pequeño objeto mágico que nos permitiera invocar momentáneamente a la criatura que representa. Los juguetes de la película alternan dos vidas, lo que para ellos es la vida real (cuando son juguetes inanimados, ellos existen en un mundo a la medida de su trasfondo) y lo que para ellos es una especie de sueño o dimensión mágica (cuando el niño les da vida con el armario y se ven arrancados de su mundo y obligados a vivir en el nuestro). Es especialmente interesante la reacción de un médico de campaña inglés, que está convencido de estar soñando y manifiesta preferir el sueño a “la vida real”, puesto que su propio mundo es el de su trasfondo: una guerra mundial infinita en la que se dedica a recorrer las trincheras auxiliando a heridos y mutilados.

Fue dirigida por Frank Oz, uno de los más estrechos colaboradores de Jim Henson. Titiritero desde los doce años, Oz animó muchos de los Muppets en sus shows y películas y se encargó personalmente de los movimientos y la voz del Maestro Yoda en la trilogía original de Star Wars. También fue codirector de Cristal Oscuro (The Dark Crystal, 1982) y la versión americana de Barrio Sésamo.


Saga JUMANJI (1995)

-“En la selva te quedarás, hasta un cinco o un ocho sacar”

Jumanji no trata sobre muñecos vivientes, si no sobre un juego de mesa capaz de crear o invocar seres vivos a su alrededor… o absorberlos a su interior. Cuando se estrenó se convirtió en pasto de legiones de críticos, que se ensañaron con ella. Y la verdad es que no era para tanto. El aluvión de críticas negativas que recibió no se quejaba por que la idea fuera mala o la historia estuviera mal contada. 

Lo que lanzó a Jumanji por la borda fue lo poco que se cuidaron los efectos especiales. Escenas como las de los monos que casi parecen insertos de dibujos animados, o las del león que en ningún momento da la sensación de tener peso ni de tan solo “estar ahí”, echan a bajo cualquier intento de meternos de lleno en la película, rompiendo continuamente el ritmo, y llegando a cansar. No es que esos efectos fueran malos comparados con los actuales, es que eran malos comparados con lo habitual en su época. 

Y en otro tipo de película se podría haber pasado por alto, pero en una que depende tanto de lo visual, de mostrar lo imposible, de crear sentido de la maravilla, no se puede racanear con los FX. Solo el paso del tiempo ha podido borrar la mala impresión inicial que dejó en gran parte del público y permitir que cada vez más gente comenzara a admitir, tímidamente al principio, por miedo al qué dirán, que en el fondo… la película les gustó.

La historia de Jumanji gira en torno a un juego de mesa maldito (o quizá simplemente mágico, pero mal utilizado) ambientado en la jungla, que reproduce en el mundo real el efecto de las casillas en las que caen los jugadores. Así, si tras una tirada, la bola de mensajes del juego (el equivalente al texto de las casillas o de las cartas de los juegos de mesa típicos) nos indica que perdemos el siguiente turno huyendo de una tribu de caníbales, el juego hará aparecer un grupo de ellos en algún lugar de la casa, de los que tendremos que librarnos de algún modo antes de seguir jugando. Algo así sería divertido si no fuera porque una vez invocados, los peligros son reales; los caníbales intentarán asesinarnos y comernos, las estampidas de elefantes nos aplastarán si no nos apartamos a tiempo, las riadas nos arrastrarán y quizá ahogarán, etc. Además, una vez lanzados los dados por primera vez, el juego (y sus efectos) no terminan hasta que alguno de los jugadores logra llegar a la última casilla. Dejar la partida sin terminar únicamente hace que los peligros ya desatados permanezcan activos indefinidamente.

De haber querido orientar la historia como película de terror, Jumanji hubiera podido ser algo realmente aterrador. Pero estaba basada en un cuento infantil de Chris Van Allsburg (que también intervino en el guion) y se mantuvo el tono desenfadado de éste. A pesar que muchos de los efectos especiales hacen daño a la vista, Robin Williams borda su papel de Allan, un niño atrapado en el juego durante veintiséis años, convertido ahora en un adulto de mentalidad infantil por haber crecido solo, sin otros adultos a su alrededor a los que tomar como referencia. La ambientación inicial es también bastante buena, recordando a las escenas del desván de Los Goonies

Todo el cuerpo principal de la película es la partida de dos niños y dos adultos al juego, y el caos al que su propia casa primero y toda la ciudad después se van viendo sometidas por los efectos desatados de éste, que incluyen cosas como una plaga de mosquitos enormes, una invasión de monos gamberros o una estampida de animales en plena calle. Tiene además varias subtramas interesantes; el temor del protagonista hacia su padre (fijaos que el mismo actor que interpreta al padre de Allan hace el papel del cazador Van Pelt, el mayor de los peligros desatados durante la partida), las consecuencias de hacer trampas (ya sea en un juego de mesa o en la vida real), la imperante necesidad de acabar lo que se empieza, o la responsabilidad de aceptar las consecuencias de los propios actos.

Yo fui una de esas personas a las que Jumanji, sinceramente, le gusto. Quizá porque siempre me han gustado los juegos de mesa de aventuras, y siempre los he vivido como ocurre en esta película. Cuando la tirada del dado hacía que mi ficha pasara por una casilla en la que había un rio dibujado, me imaginaba saltando de piedra en piedra para cruzarlo. Y cuando una casilla me indicaba que perdía un turno por haber caído en un foso, me pasaba todo el tiempo que estaba sin jugar imaginando como me escapaba del fondo del foso. Para mi cada juego de tablero fue siempre un Jumanji, y eso hizo que la película me fascinara a pesar de sus defectos, que los tiene y que no voy a tratar de justificar. Solo diré que cuando pasan los años, el recuerdo de los detalles concretos de las imágenes comienza a enturbiarse y lo que queda es la sensación que te produjo la historia. Y en mi caso, esa sensación fue buena.

A pesar de las malas críticas recibidas en su momento, Jumanji (un término zulú que significa “Muchas posibilidades” o “Muchos resultados”) cuenta con dos títulos más. Jumanji: Bienvenidos a la jungla (Jumanji: Welcome to the Jungle) se estrenó en 2017 y recaudó más de 950 millones de dólares, lo que la convirtió en la película más taquillera de su productora (Sony). En Bienvenidos a la jungla, el juego de mesa es sustituido por un videojuego mágico que convierte a los jugadores en avatares y los introduce en un mundo virtual atemporal del que solo pueden salir superando todos los niveles. Encabeza el reparto Dwayne Douglas Johnson (The Rock, para entendernos). En su continuación directa, titulada El siguiente nivel (2019), se repiten personajes y conceptos de Bienvenidos a la jungla.

La película Zathura, una aventura espacial/Zhatura, a space adventure (2005) que básicamente es una repetición de los esquemas de Jumanji pero ambientada en el espacio, está basada en otro relato de Chris Van Allsburg, autor también del cuento Polar Express.


Saga TOY STORY (1996)

-¡Te repito que eres un JUGUETEEE!¡No eres el auténtico Buzz Ligthyear!¡Eres solo un muñeco!¡Solo eres un juguete in-fan-til!
-Y tú eres un hombrecillo triste y extraño. Me das lástima.

Un niño de seis años llamado Andy (mismo nombre y edad que el de Muñeco Diabólico, y ambos sin padre, además) recibe por su cumpleaños una figura de acción de Buzz Lightyear, el Guardian Espacial, una especie de héroe cósmico. El muñeco cree ser realmente ese personaje y los otros juguetes intentarán convencerlo de que “solo” es un juguete. Por una serie de accidentes y malentendidos, los protagonistas acabarán perdidos en la ciudad, convirtiendo su regreso a casa en una odisea contrarreloj llena de dificultades y peligros (juraría que esto me suena…) ya que la familia está a punto de mudarse a otra casa.

Es cierto que es básicamente un plagio inconfeso de La vida secreta de los juguetes de Jim Henson, hasta el punto de emplear incluso los mismos chistes. Un solo ejemplo: en La vida secreta de los Juguetes, Meteora pregunta a un vehículo de juguete cuál es su fuente de energía, y éste le contesta que funciona con baterías. En Toy Story, Buzz pregunta a Woody con que fuentes de energía cuentan en ese planeta (el dormitorio de Andy) y éste le contesta que algunos de ellos usan pilas. Y observando con atención, nos daremos cuenta que no solo la primera Toy Story, si no también la tercera, cogen “prestados” elementos e incluso personajes de la película de Jim Henson sin apenas cambiarlos. 

Pero también es cierto que captó la atención de los niños y los no tan niños de una forma que películas similares (y mejores) no habían logrado hacerlo. Y es que por cada cosa mala que se pueda decir sobre Toy Story, se puede decir al menos otra buena. La historia de dos personajes muy diferentes, los dos con poco contacto con la realidad (cada uno a su modo), que empiezan como rivales y terminan jugándose la vida uno por el otro, supo llegar con facilidad hasta el público, dando lugar a tres secuelas, a algunos cortos, y a toneladas de merchandising. 

Coguionizada por el siempre interesante Joss Weadon (Buffy Cazavampiros, Firefly, Serenity, La Cabaña en el bosque…), Toy Story renovó el interés por el cine de juguetes creando para ellos un mundo complejo con reglas propias, que son en realidad un reflejo de la sociedad humana. Escenas preocupantes como las de Sid, el niño que disfruta mutilando los muñecos mientras imagina que son personas reales, casan sin problemas con las escenas cómicas del Pizza Planet y su máquina del gancho, en la que una comunidad de juguetes idénticos y estancados en su ignorancia adora al mecanismo de la máquina como a un dios, simplemente porque no saben lo que realmente es. Tenemos un poco de terror por parte de los juguetes destrozados y caníbales de Sid, acción a cargo de los Joe´s (los típicos soldaditos de plástico verde) que son enviados a espiar la apertura de los regalos de Andy, escenas de catarsis en las que un Buzz totalmente deprimido y desengañado arranca una pegatina de su propio brazo con una mueca irónica, aceptando que realmente no es más que un juguete… un poco de todo.

Toy Story fue el primer largometraje de Pixar, además del primer largometraje hecho totalmente por ordenador, y tiene el honor de ser la saga mejor valorada en conjunto por la crítica americana en toda la historia del cine, por encima de otras sagas de recaudaciones multimillonarias como Crepúsculo, El Señor de los Anillos, o Star Wars. Un estudio de mercadotecnia concluyó que su logo es uno de los más reconocidos por el público, tanto como el de la Coca-cola, y por encima de logos de tabaco, productoras cinematográficas, marcas de ropa, o el símbolo de Apple. Para el 2022 se espera otra secuela, centrada totalmente en el personaje de Buzz Lightyear, pero ambientada en su historia de trasfondo en lugar de en el mundo real.


PEQUEÑOS GUERREROS (SMALL SOLDIERS, 1998)

-¡No nos parecemos en nada! ¡Tú estás programado para perder!
-También estoy programado para aprender.

Una muy subvalorada pieza del veterano director Joe Dante. En realidad, es una ácida crítica social, tan cáustica que generó el rechazo del público, en lugar de su reflexión. Comienza como una desenfadada trama juvenil en la que se nos cuenta que una compañía juguetera absorbida por otra armamentística, fabrica una nueva línea de figuras de acción a las que dota con un chip electrónico a modo de cerebro. Este chip les permite aprender y reaccionar interactivamente con las personas y el entorno. La colección de figuras está dividida en dos bandos: el Comando de Élite (prototipo de todas las virtudes de los heroicos marines americanos) y los Gorgonitas (horribles monstruos alienígenas que deben ser aniquilados a toda costa).

Genial. Bien pensado. Lástima que no se les ocurra nada mejor que emplear como chip uno que ya tenía diseñado la otra compañía para su rama de tecnología robótica militar. Esto provoca que uno de los bandos de personajes (el de los marines americanos, que en teoría eran los buenos de la historia) se comporte como si estuvieran en una situación de guerra real, no dudando en disparar contra gente y edificios, convertidos en poco menos que Terminators de 25 centímetros de alto. La acción se centra en Allan, un joven que adquiere una partida de Comandos y Gorgonitas para la tienda de juguetes de su padre, donde éstos se activan y comienzan a hacer de las suyas.

La película fue un fracaso comercial, cubriendo gastos a duras penas. Aunque el planteamiento prometía una divertida sesión de cine familiar, la sensación que provocó al público americano fue de malestar. Las voces del Comando de Élite las pusieron varios de los actores de Los doce del patíbulo, un detalle que pretendía ser irónico pero que gran parte del público consideró de mal gusto. Las expresiones y actitudes del grupo de soldados destilan una perturbadora combinación de estupidez y sadismo, y su líder, prototipo del perfecto marine americano (sus rasgos se inspiraron en Arnold Schwarzenegger y le dio voz Tommy Lee Jones) es un loco cruel y endiosado. A pesar de haber sido censurada de sus escenas más duras antes de distribuirla en cines, en América recibió la clasificación de “no recomendada para menores de 13 años” (menores de 7, en España). Un auténtico lastre para una película destinada al público infantil y juvenil. 

La misma fórmula que le dio el éxito al director catorce años antes con Gremlins (inicio de comedia familiar derivando a violencia grotesca) no funcionó en esta ocasión. Quizá porque ahora los monstruitos asesinos tenían rostros humanos, uniformes americanos, y voces de patriotas. 

Además, el mensaje final de la película es descorazonador: cuando el Comando de Élite ya ha sido derrotado y los protagonistas se encuentran a salvo, aparece el joven y despreocupado presidente de la compañía para examinar los daños provocados por sus juguetes. No se disculpa con nadie, limitándose a repartir cheques a diestro y siniestro para que todo el mundo mantenga la boca cerrada. Los implicados, que han visto peligrar sus vidas, cuyos hogares han sido destruidos y algunos de los cuales están incluso malheridos, se limitan a recoger su cheque y hacer mutis. 

Ni tan solo el padre de Allan, totalmente en contra de las armas y la violencia, protesta lo más mínimo al ver el calibre del cheque que le ponen delante de las narices. Su familia ha estado a punto de morir, pero toma el cheque y cierra la boca, como el resto. La época en que los héroes rasgaban los cheques ante los atónitos ojos de los millonarios ya ha quedado atrás, y ahora toca tragarse el orgullo, bajar la cabeza, y pasar lo más desapercibido posible. La gran corporación se lava las manos con dinero, no sufriendo ninguna consecuencia negativa por el caos que ha causado. De hecho, al ver el potencial destructivo de los juguetes, el presidente toma la decisión de producirlos en masa para venderlos como armas inteligentes a las guerrillas de países tercermundistas. 

Como triste colofón, los Gorgonitas parten en busca de su hogar. Una búsqueda que ya sabemos predestinada al fracaso, puesto que el lugar que buscan solo existe en su imaginación y sus corazones, como parte del trasfondo que se escribió para ellos. Pero allá van, porque en su interior sienten que su hogar debe estar en algún lugar más allá del horizonte. Como le comenta Allan a Archer (el líder Gorgonita) en una escena en la que hablan sobre el viento: -“No puedes verlo, pero sientes que está allí”.

Al año siguiente de su estreno se produjo la Matanza de Columbine, en la que dos chavales de instituto mataron a tiros a uno de sus profesores, doce de sus compañeros, hirieron a otros veintisiete, y a continuación se suicidaron… tras haber fracasado en su objetivo, que era matar alrededor de doscientas cuarenta personas, según consta en sus diarios. Aunque en el sumario del caso no se nombró en ningún momento la película de Small Soldiers, corrió el rumor que uno de los asesinos estaba obsesionado con el personaje de Chip Hazzard (el líder del Comando de Elite) y que imitaba continuamente su forma de hablar desde que vio la película. Esto no hizo más que aumentar la leyenda negra que ya se había formado en torno al film, acabando con cualquier posibilidad de tratar de mantener viva la franquicia con una segunda parte. 


LA VENGANZA DE LOS MUÑECOS (BLOOD DOLLS, 1999)

-Si ves un enano y un payaso no te alarmes /…/ Y no te sorprendas por las chicas encerradas en la jaula /…/ Oh, y no te asustes por la máscara. El Sr. Travis siempre lleva una máscara.

Otra de muñecos de Charles Band. La historia no tiene mucho argumento, ni sentido, pero eso es lo de menos. Todo el metraje es una especie de broma personal de Band, como si él mismo hubiera querido parodiar sus propias películas, exagerando todos los tópicos y lugares comunes de éstas. Haría lo mismo en 2008 con Gingerdead man 2, en la que se parodia no solo a sí mismo, si no a toda Full Moon, su productora. 

Blood Dolls narra las andanzas de un grupo de seis villanos, formado por tres humanos y tres muñecos vivientes, empeñados en vengarse de alguien. Uno de los humanos lleva la cara pintada como Jack-Attack (el Jack-in-the-box de Demonic Toys) y otro (Phill Fondacaro) se pasa toda la película soltando descargas eléctricas a una banda musical de chicas que tiene encerradas en una jaula para “animarlas” a cantar sus temas preferidos. El tercero, el líder, es una versión humana del Pinhead de Puppet Master. Por su parte, los tres títeres, de los que no se nos dice mucho, son muy similares a los de Puppet Master (incluso en su incapacidad de hablar) y ambas historias podrían estar teniendo lugar en el mismo mundo con total tranquilidad, dada la tendencia de Band a cruzar sus sagas.

La película cuenta con dos finales posibles, a cada cual más estrambótico (uno termina en suicidio colectivo y el otro en boda). Estos finales no aparecen uno como oficial y otro como alternativo en los extras, si no que los dos son el final oficial. Se nos ponen uno detrás del otro, para que elijamos cual nos gusta más, demos ese por bueno (quizá como premio por habernos tragado el resto de esta película intencionadamente absurda) y nos olvidemos del otro. Uno de los personajes incluso rompe la cuarta pared para comentarnos cuál de los dos finales es su preferido. Un delirio absoluto. 

En España se la tituló La Venganza de los Muñecos, al igual que la primera película de Puppet Master. Esto, junto a la temática similar y el que fuera de Charles Band confundió a mucha gente, que la vio esperando reencontrarse con Blade y compañía, y se topó con una historia sin ninguna relación con estos. 


CEMENTERIO INFERNAL (DOLL GRAVEYARD, 2005)

-Lo encontré enterrado en el patio de atrás. Debe valer una fortuna.

Un estricto y tiránico padre obliga a su hija a enterrar su colección de muñecos en el jardín de su mansión. La propia niña termina compartiendo el destino de sus juguetes, enterrada junto con estos en una olvidada tumba sin nombre. Un siglo después, un chico triste y solitario que ahora habita la casa junto a su familia despertará las simpatías del espíritu de la niña… y a sus muñecos, que se alzarán dispuestos a vengarse de cualquiera que maltrate a su nuevo amigo. 

La trama da un giro siniestro cuando el espíritu de la niña comienza a mezclarse con el del chico y a suplantar su mente poco a poco, no sabemos si de forma voluntaria o inadvertidamente. También el espíritu del padre de la pequeña se apropiará de un nuevo cuerpo para seguir maltratándola. Esto despertará la ira de los muñecos, que tratarán de destrozar el cuerpo que ahora ocupa… que no es otro que el del padre del chico. Los cuatro muñecos (un anciano samurái, un soldado prusiano, un guerrero africano y una muñeca clásica) se encargan de amenizar los escasos 70 minutos del film. El soldado prusiano, con un casco rematado por una larga púa que emplea como arma, recuerda mucho a Tunneler de Puppet Master, aunque quizá esto se deba a que, por si no os lo habíais imaginado todavía… Doll Graveyard es, efectivamente, otra de las películas de Charles Band, que parece decidido a acaparar el mercado de los muñecos vivientes cinematográficos.

En 2013, Band sacó al mercado el film Ooga Booga, en el que un joven asesinado por dos policías corruptos ve su alma transferida a una figura idéntica al guerrero africano de Doll Graveyard, aunque más allá de eso las tramas de ambas películas no están relacionadas.


Saga NOCHE EN EL MUSEO (NIGTH AT THE MUSEUM, 2006)

-Quizá seamos pequeños, pero nuestro corazón es muy grande… metafóricamente hablando.

Otra película que quizá no trate exactamente sobre juguetes vivientes, pero casi, basada en un libro de Milan Trenc. 

Larry, un guardia nocturno del Museo de Historia Natural de Nueva York descubre en su primera noche de trabajo que las figuras, miniaturas, estatuas, animales disecados e incluso esqueletos de dinosaurios cobran vida hasta el amanecer. El motivo de esto es un objeto mágico egipcio (una tabla de oro con jeroglíficos) que por las noches libera su poder, dando vida a todo lo que parezca humano o animal, sea orgánico o artificial. Todos los seres así animados se comportan conforme al personaje que representan en el museo, de modo que la figura de cera de Atila se dedica a hacer el bárbaro, las miniaturas de legionarios romanos marchan en formación, los maniquíes de soldados unionistas y confederados pelean entre ellos… pero todo ocurre de un modo básicamente inofensivo, en una extraña convivencia a la cual Larry no tiene más remedio que adaptarse. Cuando el objeto mágico portador de vida es robado, Larry tratará de recuperarlo con la ayuda de varias de las figuras. 

En esta película, si una figura animada por la tabla de oro egipcia es alcanzada por el amanecer fuera de los límites del museo, muere y se convierte en polvo, una variante del “morir por ser observado moviéndose” de La Vida Secreta de los Juguetes, que en otras películas como Toy Story parece ser únicamente un arraigado tabú que no puede ser roto salvo en unas pocas ocasiones extraordinarias.

Hacia el final de la película Larry va a ser despedido debido a los desperfectos sufridos por el museo durante su turno de guardia. Sin embargo, al haberse extendido la persecución de los ladrones al exterior del museo, sobre la nieve de las calles han quedado huellas de animales y dinosaurios que parten del museo o vuelven a este. Tomándolo como una original campaña publicitaria, el público acude masivamente al museo a partir de ese momento, y Larry es felicitado por el director en lugar de despedido. Lo mejor del caso es que este efecto se dio también en la vida real. La película gustó y mucho a los niños, para los cuales los museos dejaron de ser vistos como unos edificios aburridos llenos de trastos vetustos. La afluencia de público a los museos de historia, especialmente al de Nueva York, se incrementó notablemente durante las semanas siguientes, porque los niños de pronto querían recorrer sus salas llenas de estatuas y esqueletos, imaginando que cobraban vida como en la película. 

Cuando en plena era de internet una película consigue que los niños pidan a sus padres que los lleven a un museo, merece ser alabada. Le seguirían otras dos películas tituladas Noche en el museo 2 (Night at the Museum: Battle of the Smithsonian, 2009) y Noche en el museo: El secreto del faraón (Night at the Museum: Secret of the Tomb, 2014), siempre relacionadas con el traslado o robo de la tabla egipcia, que continúa dando vida nocturna a lo que la rodea.


CAMPO DE BATALLA (BATTLEGROUND, 2006)

Un capítulo de unos más que buenos 50 minutos de duración de la serie Pesadillas y Alucinaciones, basada en relatos de Stephen King. Un asesino a sueldo es enviado a matar al presidente de una compañía juguetera, suponemos que por alguien de la competencia. Poco después de cumplir su encargo recibe un regalo muy peculiar, una caja de Joe´s que desatarán todos los infiernos y, haciendo honor al título, convertirán el agradable apartamento de soltero del asesino en un auténtico campo de batalla. 

Visualmente el capítulo es genial: los soldaditos de plástico están magníficamente conseguidos (mezclando imágenes de personas reales maquilladas y efectos de animación de la Jim Henson´s Creature Shop), se comunican entre ellos por medio de una serie de gestos y ademanes, y sus poses en general recuerdan las posturas típicas de estas figuras. 

El enfrentamiento entre el asesino y el mini-ejército se convierte en un continuo toma y daca en el que cada bando reacciona a la última estrategia del rival como si se tratara de una auténtica campaña militar, habiendo incluso un breve intento de negociación por medio de notas escritas en un momento en el que el combate se estanca. 

Aunque el ritmo decae en el último tercio y el “enemigo final” al que se enfrenta el asesino (una genuina figura de acción) resulta menos interesante que las tropas con las que lucha en primer lugar, la historia es intrigante, los combates intensos, y termina antes de empezar a aburrir. Y todo esto acompañado de una banda sonora que recuerda a los primeros juegos de Resident Evil.

Como detalles curiosos, ningún personaje pronuncia ni una sola palabra durante todo el metraje y aproximadamente en el minuto 37 un disparo perdido vuela por los aires una pequeña figura de madera que el asesino tenía sobre un mueble. Esta figura es en realidad el Fetiche Zuni de Amelia y El Que Mata, que ya comentamos antes.


SILENCIO TOTAL (DEAD SILENCE, 2007)

-Cuídate de la mirada de Mary Shaw. No tenía hijos, solo tenía muñecos.

Quizá la película más inquietante del 2007. Una historia de venganza sobrenatural con muñecos de ventrílocuo de por medio. El joven Jamie recibe en su casa un paquete sin remitente ni seña alguna, conteniendo un muñeco. Poco después su mujer es asesinada de un modo especialmente horrible y él se convierte en el principal sospechoso de la policía. La investigación que lleva a cabo por su cuenta le sumerge en una trama de venganza sobrenatural hereditaria. Si bien la historia es muy típica (es la misma base de Pesadilla en Helm Street, y quizá de la mitad de todas las películas de fantasmas) está muy bien llevada e incluye tanto escenas de investigación como de tensión progresiva, sustos repentinos, y muertes horribles. Demasiadas películas hay ya que solo ofrecen al espectador uno o dos de estos cuatro elementos. 

Especialmente interesante resulta el flashback en el que se nos muestra una actuación de la ventrílocua con su muñeco, en la que finge discutir con él ante un público que, entusiasmado por el realismo de la interpretación, no cae en la cuenta que hay un momento en que ambos hablan a la vez. La película juega con algunas escenas como estas en las que muñecos y ventrílocua confunden sus papeles, y el quien-controla-a-quien no queda nada claro.


KRAMPUS: MALDITA NAVIDAD (KRAMPUS, 2015)

-Nunca pasa nada malo en navidad ¿Verdad?

Con el paso del tiempo, hasta las más arraigadas tradiciones cambian. Hace unos cinco milenios muchos pueblos europeos celebraban en el equinoccio de invierno variaciones de un mismo ritual que consistía en trasplantar un árbol joven al interior de la casa para cuidarlo durante las heladas y evitar que se congelara, devolviéndolo luego al exterior al llegar la primavera. Mientras estaba dentro de la casa, el árbol era adornado colgando de sus ramas amuletos y luces (pequeñas velas que representaban las almas de los antepasados) y la familia se reunía a su alrededor para cantarle canciones al espíritu que lo habitaba. Eso que para ellos era una ceremonia de protección del árbol para asegurar su supervivencia, terminó convirtiéndose en lo contrario, la actual tradición del Árbol de Navidad llevada a América por los colonos ingleses: cortar un árbol perfectamente sano para tenerlo en casa un par de semanas y luego tirarlo a la basura. 

Jugando con este concepto (la forma en que las tradiciones se tergiversan y olvidan) Krampus nos recuerda la versión precristiana del personaje de Papá Noel: un ser que no viene a traer regalos, si no castigo. Y lo hace con un saco lleno de juguetes: un Jack-in-the-box que se traga vivas a sus presas como si se tratara de una gigantesca anaconda, un robot futurista que se comporta como una trituradora con patas, un osito de peluche con dientes afilados como navajas, y una muñequita angelical que resulta ser un diablillo… aparte de ir acompañado por su propia legión de duendes que, viendo como son los juguetes que fabrican, no es difícil imaginarse lo tarados que pueden llegar a estar. Por cierto… un Jack-in-the-box, un robot, un osito y una muñeca. Los mismos cuatro juguetes principales de Demonic Toys. Interesante, cuanto menos.

La película, aparte de ser una historia llena de monstruos grotescos y divertidos, muchos de ellos juguetes, tiene un estilo especial que hace que se desmarque de casi cualquier otra película de características parecidas. Con todo, lo mejor no son los FX de los juguetes vivientes, ni la ambientación (magnifica) ni lo creíbles (por lo odiosos) que resultan los personajes de los invitados, si no los primeros tres minutos de metraje; una secuencia ralentizada de escenas de gente arrollándose por los pasillos de los centros comerciales para aprovechar las rebajas de navidad, arrebatándose los juguetes unos a otros a puñetazo limpio, pisoteándose y empujándose… algo que puede parecer exagerado, pero no lo es. En América, todos los años por navidad se producen verdaderas batallas en los centros comerciales que terminan con miles de heridos y detenidos por todo el país, debido a que nadie quiere quedarse sin comprar a precio de oferta todo lo necesario para celebrar su noche de paz y amor. Con un inicio así, ya sabemos que la película va a ser genial antes de verla. Y desde luego no defrauda. 

Se le ha echado mucho en cara que no termina de definirse entre una historia de terror o una comedia. A mí esto no me parece un fallo del guion. En todo momento me da la impresión que la película está exactamente dónde quiere estar, en un punto intermedio en el que el público no sabe si la siguiente escena va a hacerle sonreír o tragar saliva.

La leyenda de Krampus está resurgiendo con fuerza últimamente. Si he comentado esta película en particular es porque está llena de geniales juguetes vivientes y criaturas extravagantes, pero en 2010 salió Rare Exports, en 2013 Krampus, the Christmas Devil, en el mismo 2015 A Christmas Horror History, en 2016 Krampus Unleashed y Lady Krampus, y en 2017 Mother Krampus y Alptraum. Y seguro que me dejo alguna. Con juguetes vivientes o sin ellos, probablemente tengamos Krampus para rato.



PUPPET MASTER: THE LITTLEST REICH (2018)

-¿Por qué alguien fabricaría marionetas nazis?
-Porque una marioneta sería un buen espía. Es pequeña. Es rápida. Nadie le presta atención /…/ Es algo que regalarías a un niño en su cumpleaños.

The Littlest Reich (algo así como El Diminuto Reich), una decimotercera película de Puppet Master en la que la franquicia se renovó por completo. El argumento vuelve a enredarse presentando esta vez a un grupo de títeres vivientes pero carentes de voluntad o personalidad, creados por un André Toulon al servicio de los nazis. Los títeres (entre los que se incluyen nuevas versiones de algunos de los personajes clásicos, además de títeres hasta el momento desconocidos) vuelven a la vida en la actualidad, pero están controlados de forma remota por la mente de Toulon, 

La historia sigue a Edgard, un joven que ha encontrado entre las cosas de su hermano fallecido una figura de Blade y la ha llevado con él a la convención con la intención de venderla. Cuando los juguetes vuelven a la vida, Edgard, su novia y un amigo quedan atrapados en el hotel en el que tenía lugar la convención, con cerca de cincuenta muñecos al acecho.

La película levantó una gran polémica. Por una parte, se la acusó de racista, homófoba y pronazi… aunque teniendo en cuenta que los títeres de esta nueva versión matan siguiendo los ideales nazis, es difícil que fuera de otro modo. ¡Es como acusar de violentas a las películas de Conan el Bárbaro! Un crítico independiente anuncio tras el estreno que la película incluía tres de las diez mejores secuencias de muerte jamás vistas en el cine, aunque es tan bestia, que es difícil saber a cuáles se refiere. La veterana Barbara Crampton tiene un pequeño papel. Esta es una actriz muy recordada y querida por los fans del género de terror desde que fue baboseada por la cabeza decapitada del Dr. Hill en Re-animator (película cuya música compuso Richard Band y en cuyos créditos se dedicaba un “agradecimiento especial” indeterminado a Charles Band y su padre Albert). En fin… que no ha pasado desapercibida, precisamente.

La historia es del todo incompatible con la línea temporal y argumental ya establecida en la saga original de Puppet Master, y pretende ser el punto de partida de una nueva saga sin relación con la anterior. De hecho, The Littlest Reich no tiene una numeración que siga la de la saga anterior (de tenerla le correspondería el nº 12 ya que Puppet Master vs Demonic Toys no se considera oficialmente parte de la saga). El que los títeres hayan pasado de ser los protagonistas, cada uno con su carácter y personalidad únicos, a ser simplemente cascarones sin mente movidos por una voluntad ajena (y malvada) decepcionó mucho a los fans de la saga. Además, los títeres ya no son piezas únicas, sino que los modelos se repiten con mínimas variaciones, y vemos que hay al menos tres Blades y Pinheads, casi idénticos. Es por esto que la hemos comentado aparte de las otras. 

Sin embargo, la crítica y la recaudación de taquilla no ha sido malas del todo, a pesar de ser una película extremadamente grotesca y sangrienta, filmada en pleno auge de la corrección política.  A día de hoy no está claro si veremos más películas de esta nueva línea temporal, pero Charles Band sí ha anunciado su intención de continuar la saga en su línea temporal original. 


WILLY´S WONDERLAND (2021)


-Te equivocas. Él no está atrapado con ellos. Ellos están atrapados con él.

La última que comentaremos, para terminar de cubrir todos los frentes, es una de este mismo año sobre muñecos animatrónicos, extrañas criaturas a medio camino entre el robot y el peluche. 

A su llegada a un pueblecito, el anónimo protagonista (interpretado por Nicholas Cage) es engañado para que pase la noche dentro de un antiguo local de comida familiar. El dueño le dice que quiere reabrir el local, que a permanecido abandonado durante muchos años, y que le perdonará una deuda de mil dólares a cambio que pase una noche entera limpiándolo. En realidad, los ocho muñecos animatrónicos de Willy´s Wonderland están poseídos por los espíritus de los anteriores dueños, una banda de psicópatas. El entregarles una persona de vez en cuando para que la maten es la forma de mantenerlos a raya y evitar que salgan del local ellos mismos a buscar victimas aleatorias. 

Estéticamente, la película está muy influida por el videojuego Five Nigths at Freddy´s (del que está previsto hacer una película el año que viene), hasta el punto que se ha hablado incluso de plagio. Los muñecos animatrónicos (la mayoría de ellos animales antropomorfos) están muy bien hechos y animados, y la película resulta bastante graciosa, pero también desconcertante por el papel que interpreta Nicholas Cage: no pronuncia una sola palabra, y ni tan solo reacciona con miedo o extrañeza cuando los animatrónicos intentan matarlo. Cuando uno cobra vida, se limita a destruirlo a golpes y seguir limpiando como si tal cosa. Lo único que parece tener importancia para él es beber cada cierto tiempo una lata de algo llamado Punch (lleva un auténtico cargamento de latas consigo) y echar unas partidas de vez en cuando a una máquina de pinball que encuentra en el local y a la que acaricia como si fuera una amante. 

El propio Cage parece un robot más, sujeto a unas pautas de actuación muy básicas. Hay una escena en la que él y una adolescente que también está atrapada en el local van a enfrentarse a uno de los animatrónicos, y justo en ese momento suena la alarma de su reloj avisándole que es la hora de otra lata de Punch. Sin pensárselo demasiado, se marcha a buscar su lata y echarse otra partidita al pinball mientras el animatrónico da una paliza a la chica. Y sí, vuelve a tiempo de salvarla… pero no se toma mucha prisa en hacerlo. 

Una película curiosa. Más aún si tenemos en cuenta que Punch es también el nombre del protagonista de Punch y Judy, la más famosa obra de títeres del Grand Guiñol. Punch se caracterizaba por ser un pobre desgraciado que se enfrentaba a garrotazos y de forma expeditiva contra todo aquello que considerara injusto. El personaje de Punch aparecía en la ya comentada Dolls bajo el nombre de sr. Polichinela.

Así pues… animatrónicos, peluches, maniquíes, muñecas de trapo, figuras de acción, soldaditos de plástico, títeres, muñecos de ventrílocuo, juguetes a cuerda, y hasta juegos de mesa. Creo que hemos dado un buen repaso a los principales tipos de juguetes vivientes, pero hay muchas otras películas relacionadas de un modo u otro con el tema. Demasiadas para comentarlas todas, pero no para nombrar al menos algunas de ellas, por si alguien se anima a verlas. Estas son The Devil Doll (1936), The Ventriloquist´s Dummy (1945), Attack of the Puppet People (1958), Muñecos infernales (1961), Devil Doll (1964), House of Evil (1968), Asylum:  The weird tailor (1972), El asesino de muñecas (1974), From beyond the grave: an act of kindress (1974), Magic (1978), Black devil doll from Hell (1984), The Devil´s gift (1984), Ghosthouse (1988), Pin (1988), Dolly Dearest (1991), Silent Nigth Deadly Nigth 5: the Toymaker (1991), Remote tráiler (1993), The Fear (1995), Tales from the Hood: KKK Comeuppance (1995), Timewarrior 3: trapped in Toyworld (1995), Ikenie (1996), Amityville 8: la casa de muñecas (1996), La venganza de Pinocho (1996), Quicksilver Highway: Chattery teeth (1997), Ragdoll (1999), Totem (1999), The Fear 2: Resurrection (1999), The Dummy (2000), Piñata survival island (2002), Dead Doll (2004), Inhyeongsa (2004), Tiki (2006), Black Devil Doll (2007), Dangerous Worry Dolls (2008), Creepshow 2: el viejo jefe Cabeza de Madera (2008), Trilloquist (2008), Puppet show (2008), Skull Heads (2009), Los mundos de Coraline (2009), Número 9 (2009), Shake, rattle and roll 12: Mamanyiika (2010), Killer Eye 2: Halloween haunt (2011), Cassadaga (2011), Maria, Leonora & Teresa (2014), Anabelle (2014), Finder´s Keepers (2014), As the Gods Will (2014), Robert the doll (2015), The Boy (2016), Robert the doll 2: the course of Robert the doll (2016), Worry Dolls (2016), The Doll (2016), The Doll (2017, sin relación con la de 2016), Anabelle 2: Creation (2017), The Doll 2 (2017, continuación de The Doll de 2016), Robert the doll 3: the Toymaker (2017), The curse of the witch´s doll (2017), The Doll 3: Sabrina (2018), Child´s Play (remake, 2019), Juguetes guardianes (2019), The Banana Splits (2019), The Jack in the Box (2020), Heidi (2021) y Toys of terror (2021). Y seguro que algunas se nos olvidan.

También hemos visto que algunas de las películas anteriores dieron origen a series propias, pero prácticamente todas las series que han tratado el tema del terror o lo sobrenatural de forma general han dedicado algún capitulo a los muñecos vivientes, o al menos a juguetes malditos o mágicos. Entre estas podemos destacar:

La dimensión desconocida: aunque orientada más a la ciencia ficción, esta serie contaba con algunos capítulos de terror o fantasía relacionados con muñecos vivientes o juguetes mágicos, entre ellos Fuera de horario/The After hours (1960, con un remake en 1985), La noche de los mansos/Night of the Meeks (1961, también con un remake en 1985), El muñeco/The Dummy (1962), La muñeca viviente/Living Doll (1963), Cesar y yo/Cesar and Me (1964), El sr. Motivación/Mr. Motivation (2002), o La colección/The Colection (2002). 

Buffy Cazavampiros: Buffy tuvo un encuentro con un muñeco viviente en el capítulo titulado El Guiñol/The Puppet Show (1997). En el capítulo Halloween (1998), los personajes se transforman en aquello que representan los disfraces que llevan puestos (sí, los disfraces también se pueden considerar juguetes hasta cierto punto). Este mismo argumento se usó también en la casi desapercibida película de 2003 Halloween Sangriento.

Expediente X: Skully se enfrentó en solitario a una muñeca maldita en el capítulo Maleficio/Chinga (1998), con guion de Stephen King. 

Doctor Who: se enfrentó a juguetes vivientes en al menos dos ocasiones, en los capítulos The Celestial Toymaker (1966), y Terrores nocturnos/Night Terrors (2011). En Rose, el primer capítulo de la etapa moderna (año 2005 y posteriores) se enfrentó también con maniquíes de cera vivientes.

Fringe: en el capítulo La Marioneta/Marionette (2010), un hombre crea una marioneta viviente de hilos muy particular.

Pesadillas /Escalofríos/ Goosebumps tiene varios capítulos dedicados a Slappy (mezcla de las palabras slap y happy, “bofetada” y “feliz”), un muñeco de ventrílocuo con delirios de grandeza que está considerado como el villano más emblemático de la colección de libros, y lidera al resto de monstruos en la película de Pesadillas del 2015. En la serie de TV aparece en cuatro capítulos; La Noche del Muñeco Viviente 2/Night of the Living Dummy 2 (1996), La Noche del Muñeco Viviente 3/Night of the Living Dummy 3, primera y segunda parte (1997) en los que aparece además Rocky (otro muñeco viviente, que se enfrentará a Slappy para defender a sus dueños) y en La novia de Slappy/Bride of the Living Dummy (1998). Además de Slappy, encontramos otras historias de figuras vivientes en La venganza de los gnomos de jardín/Revenge of the lawn gnomes (1996), Los espantapájaros caminan a medianoche/The Scarecrows Walks at Midnight (1996), y una de maniquíes animatrónicos que podrían estar realmente vivos en Pánico en la calle del Miedo/A Shocker on Shock Street (1997). Los tres capítulos de Chillogy (1998) están dedicados a la maqueta de un pueblo que absorbe a la gente y del cual solo es posible escapar venciendo a sus habitantes en algún tipo de juego o desafío. De no lograrlo en cierto tiempo las personas atrapadas quedan transformadas en nuevas figuritas de juguete que habitan la maqueta. Otro capítulo interesante relacionado con juguetes es El juego de la casa embrujada/The Haunted House game (1997), sobre una casa cuyo interior es un gigantesco juego de tablero, en el que una vez pones un pie en alguna de sus casillas quedas sujeto a sus reglas.

El club de la medianoche/¿Le temes a la oscuridad?/Are You Afraid of the Dark?: una magnífica serie sobre un grupo de chavales que se reúnen en el claro de un bosque para contarse historias de miedo. Tiene varios capítulos relacionados con juguetes vivientes, juegos de mesa encantados, o juegos de realidad virtual con mucha más realidad que virtualidad: La risa en la oscuridad/Laughing in the Dark (1992), El campeón de los videojuegos/Pinball wizard (1992), El Fabricante de Muñecas/The Dollmaker (1994), El payaso carmesí/Crimson Clown (1994), El juego de la Eternidad/Forever Game (1999), Las mascotas virtuales/Virtual Pets (1999), La esfera de la sabiduría/Wisdom Glass (1999), y El laberinto láser/The Laser Maze (2000).

The Haunting Hour: serie de estilo similar a Goosebumps pero con un tratamiento más siniestro y una mayor carga emocional, aunque sin pasarse y sin llegar resultar desagradable. Tiene un número sorprendentemente elevado de capítulos dedicados a juguetes encantados o figuras que cobran vida y cosas similares: Realy you, partes 1 y 2 (2010), A Creature Was Stirring (2010), Game Over (2011), Mascot (2011), The Return of Lily Doll (2012), Spaceman (2012), The Golem, partes 1 y 2 (2012), Worry Dolls (2013), Toy Train (2013), Uncle Howee (2013), Near MINT Condition (2014), y Goodwill toward men (2014).

Y aún hay más películas o capítulos de series que podríamos haber comentado, pero quizá acabaría por resultar algo monótono. Llegados a este punto creo que todos los tipos y tamaños de muñecos o juguetes vivientes y sus posibles subcategorías y variaciones ya han quedado representados de una u otra forma por lo visto hasta ahora. Gracias a todos por vuestra atención, y cuidad bien a vuestros juguetes, por si acaso... 

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