MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

viernes, 24 de mayo de 2024

EL AGUILUCHO (nº 32 a 35). La selva negra

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Bienhallados, nobles caballeros y damas. 

Con esta novena mini-saga entramos en la etapa final (y peor) de la colección. Como adelantábamos en nuestra anterior reseña dedicada a El Aguilucho, a partir de aquí el dibujo tiende a hacerse aún más sencillo, las viñetas más grandes, y nos encontramos con cierta frecuencia algunas que han sido cortadas en dos y ampliadas por separado para presentarlas como dos viñetas diferentes. También se entra en una repetición constante de temas ya vistos en las mini sagas anteriores.

Y se da el curioso caso de los continuos cambios de estatura de Pimienta. Este siempre ha sido ligeramente más bajo que Marcel, pero a partir de ahora su altura variará mucho incluso de una viñeta a otra, y la tendencia será hacerlo más pequeño. Hay ocasiones en que se refieren a él con expresiones como “pequeño cocinero” o “pequeño gordinflón”, cosa que nunca se había hecho antes, y hay una viñeta en que se le muestra apenas un poco más alto que un niño de diez años. Lo peor en relación a este personaje es que pasa a carecer de relevancia y de todo lo que le caracteriza, como ser el sensato del grupo o los efectos “mágicos” de sus platos, de los que ya no volvemos a saber nada.

Los fantasmas de las dunas (nº 32). Habiendo cumplido sus objetivos en Tierra Santa (liberar a sir Arthur y participar en las Cruzadas) Marcel y Pimienta se disponen a regresar a su patria. Sir Arthur el batallador los acompaña, puesto que ya ha batallado suficiente por el momento. Habiendo sido nombrado caballero, Marcel tiene al fin reputación y honores suficientes para pedir la mano de Gisela, y además sigue teniendo esas extrañas premoniciones en las que la ve siendo acosada por una especie de Mickey Mouse deforme. A estas se suman otras en las que Brazos, su leal amigo con el que él contaba para proteger a su amada en su ausencia, se encuentra también en peligro, encadenado en una mazmorra.

Marcel y sus compañeros emprenden su viaje a caballo a través del desierto. Una tormenta de arena les engulle, y cuando esta se disipa se ven rodeados por un grupo de pigmeos que les disparan una lluvia de flechas. Estas flechas, sin embargo, se desvanecen tan pronto se clavan en ellos. 

A continuación son atacados por una especie de lagarto gigante que igualmente se desvanece cuando Marcel lo golpea con su espada. La siguiente visión que tienen es la de una larga procesión de encapuchados que transporta dos ataúdes de cristal, dentro de los cuales yacen inertes Gisela y la esposa de sir Arthur. Y no se trata de espejismos, ya que todos ven lo mismo al mismo tiempo, y las imágenes están acompañadas por sonidos claramente identificables. Docenas de serpientes surgen de la arena obligándoles a seguir adelante, y estos ya dudan de si se trata de serpientes ilusorias o reales.

Finalmente el desierto aparece repentinamente cortado por un profundo precipicio, en el fondo del cual discurre un caudaloso rio. Dando por sentado que debe tratarse de otra visión, Marcel insta a los demás a no creer lo que están viendo y cruzar el precipicio simplemente andando sobre él… con lo cual los tres caen a plomo hundiéndose en el rio, que al igual que el precipicio es completamente real. El impacto contra el agua los separa y aturde, y pone en movimiento a un montón de cocodrilos que aguardaban algo que hacer en las estrechas orillas del rio.

Los enanos de la jungla (nº 33). Sir Arthur es el que ha quedado más dañado por la caída. Marcel y Pimienta luchan contra los cocodrilos para mantenerlos alejados mientras llevan a su compañero hasta tierra firme. Ya no hay ni rastro de los altos acantilados que rodeaban el rio, y lo que se encuentran es una frondosa jungla. Deambulando por ella observan una serie de animales, como jirafas, monos y leones especialmente mal dibujados, y escuchan un grito de socorro. Un anciano con aspecto de gurú esta siendo acechado por un grupo de hienas. Marcel y Pimienta se lanzan a ayudarle. Sir Arthur lo intenta, pero en su estado de debilidad más que ayudar se convierte en un riesgo adicional para sus compañeros. Tras salvar al anciano gurú, este se presenta como Magus el vidente.

Magus le informa que las visiones que padecieron anteriormente en el desierto, provocadas por una misteriosas criaturas a las que llama duendes de las dunas, son presagios que estos les han enviado de lo que les aguarda en el futuro. Un futuro al que solo podrán enfrentarse con posibilidades de triunfar si bañan los filos de sus espadas en la sangre de Bagoa, el dios viviente de los pigmeos caníbales de la jungla. ¡Esto promete! Promete... pero no cumple, como veremos más adelante.

Un grupo de estos pigmeos está cazando con saña inusitada a un elefante. Marcel y sus amigos cargan contra ellos para salvar al animal y lo consiguen, pero Pimienta, sir Arthur y Magus son capturados. A lomos del agradecido animal, Marcel se retira para curar al elefante malherido antes de ir en busca del poblado de los pigmeos. Está en ello cuando oye otro grito de socorro. Esta vez es una joven africana que está siendo acechada por un grupo de leones. Marcel y el elefante se lanzan a ayudarla…

El terrible Bagoa (nº 34). …logrando rescatar a la muchacha. Esta le cuenta a Marcel que es la hija del jefe de su tribu (como de costumbre) y que estaba huyendo de los pigmeos porque estos quieren casarla con su dios viviente, el terrible Bagoa, la misma criatura que Magus les ha instado a matar. Marcel deja a la muchacha al cuidado del elefante y sigue el sonido de los tam-tam hacia el campamento de los pigmeos caníbales.

En el campamento, estos arrojan a sir Arthur al foso de Bagoa, que no es otra cosa que un gorila de unos cuatro metros de alto. Pimienta salta por sí mismo tras sir Arthur para enfrentarse los dos a la vez al simio, pero poco es lo que pueden hacer contra él estando desarmados. Marcel aparece entonces cayendo entre los pigmeos desde una rama. Ha estado avanzando por la jungla usando las lianas para pasar de árbol en árbol tal como le enseñó Dardo en el nº 2, como una forma de viaje mucho más rápida que el elefante. Recupera la espada de sir Arthur que tenían los pigmeos y, con esta en una mano y la suya propia en la otra, se lanza también al foso. Entre los dos consiguen matar al enorme animal.

Esto enfurece a los pigmeos, que arrojan sobre ellos una nube de lanzas de las que se resguardan en los recovecos del fondo del foso. Al no ser capaces de acabar con ellos de esta forma, los pigmeos descienden al foso para matarlos cuerpo a cuerpo.

Fuga accidentada (nº 35). Este es de los números menos originales de la colección. Es simplemente una sucesión de combates y casualidades forzadas. Empieza con los personajes descubriendo un túnel en el fondo del foso por el que pueden escapar, en el que no se habían fijado antes. Corren a lo largo del mismo y este los lleva al exterior. Tan pronto como salen, un leopardo que parecía estar esperándoles salta sobre ellos y tras una pelea de un par de páginas logran deshacerse de él.

Fijaos en la imagen de abajo. La segunda viñeta de la primera fila y la primera viñeta de la segunda fila son una de esas viñetas cortadas en dos y separadas para crear dos viñetas de las que hablaba al principio. 

Es algo a lo que ya se había recurrido ocasionalmente antes, probablemente para terminar de acomodar viñetas largas concebidas originalmente para una publicación en formato apaisado a un formato vertical, pero a partir de estos números se vuelve demasiado común como para ser solo eso. Parece más bien una forma de estirar el material disponible para alargar la colección un par de números más.

Tras acabar con el leopardo, de nuevo se abalanzan contra ellos los pigmeos caníbales. Huyendo de estos, Marcel y sus amigos se topan de frente con otra tribu de nativos que parecen cerrarles el paso, pero estos se lanzan a atacar a los pigmeos. Entre los miembros de esta otra tribu está la muchacha a la que Marcel rescató en el número anterior, que ahora se nos revela que se llama Malua. Una vez derrotados los pigmeos, Malua se abraza a Marcel para dejarle claro que han venido ayudarlos, pero esto desata las iras de Bolokua, uno de los guerreros que han venido con Malua y que la pretende como pareja. Al ver la actitud cariñosa de Malua hacia Marcel, Bolokua lo considera un rival y lo desafía a un combate. Es una nueva versión del duelo de sir Alexis con Marcel debido a Irene. Este combate a puñetazos y patadas se extiende a lo largo de otras siete páginas.

En cuanto se alejan de esta otra tribu, un elefante carga contra ellos sin motivo aparente (dos páginas más de combate) hasta que aparece un segundo elefante para ayudarles. Este es el elefante que rescató Marcel justo antes de rescatar a Malua, y la situación es exactamente la misma. Con lo grande que es la jungla, y les encuentra en el momento preciso para salvarle de una amenaza igual a la que él mismo representa.

El elefante hace entonces de montura llevándolos hasta un asentamiento árabe, donde alquilan camellos y guías que los lleven hasta una costa donde puedan embarcar de regreso a España. Tan pronto como un barco de Cruzados los recoge y se aleja un poco de la costa, un barco de piratas turcos se les echa encima… y aquí lo dejamos, con los personajes abandonando África para tratar de volver a sus hogares.

¿Y qué pasa con las visiones que tuvieron en el desierto, en las que eran atacados por pigmeos, una lagartija gigante, serpientes, y se encontraban con la procesión de encapuchados? Con los pigmeos se han encontrado, vale, pero de los demás peligros ya no sabremos nada. De Magus, que se quedó maniatado y en poder de los pigmeos, nos olvidamos también. El asunto de que Marcel y sir Arthur debían bañar las hojas de sus espadas en la sangre de Bagoa como requisito para salvar a sus amadas tampoco tendrá continuidad. Todo esto son señales de que la serie ya estaba agotada, a pesar de lo cual se alargó siete números más. 

Puedes ver el final de la historia pulsando aquí.  

Otras colecciones de Manuel Gago 

El Guerrero del Antifaz

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz

El Aguilucho. 1959. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1981 por Editorial Valenciana S.A.

jueves, 23 de mayo de 2024

OCULTOS TRAS LA PUBLICIDAD

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Hoy toca bolsilibro, que estamos leyendo muy poquitos últimamente y ya sabéis que los médicos de El Planeta del Espacio recomiendan de tres a cinco al mes para mantener razonablemente altos los niveles de frikismo . 

No diré que lo he escogido porque como ya hemos comentado últimamente, estamos remodelando nuestra pequeña colonia, la mayor parte de nuestro material está temporalmente embalado, y nos tenemos que limitar a lo que tenemos a mano en cada momento. Al menos es de Rafael Barberán, lo que prácticamente nos garantiza una buena historia. 

Empezamos con un motorista cuya cabeza es aplastada por un camión. No os sintáis demasiado mal por él, era un okupa y antisistema de esos que protestan contra todo pero no mueven un dedo para solucionar nada. Con él iba en la moto su novia Dahila, que sale más o menos indemne del accidente pero es trasladada al hospital para observación. 

Cuando despierta, un anciano y afable doctor llamado Webber le hace unas pruebas de reflejos retinales, pasando una luz frente a sus ojos mientras le habla calmadamente, y vemos que aprovecha esto para hipnotizarla. Establece un control mental sobre ella y lo deja latente para reactivarlo más adelante. Cuando una enfermera entra en la habitación, encontrándose allí al doctor, nos enteramos que Webber ya está jubilado y no tiene permiso para inmiscuirse en el tratamiento de los pacientes. A pesar de ello, Webber parece llevar mal lo de la jubilación y se mete en el hospital para colarse en las habitaciones de los ingresados y hacerle su propio seguimiento. De no ser porque sabemos que ha hipnotizado a Dahila, simpatizaría con él.

Cuando le dan el alta Dahila se reúne con su pandilla de okupas y se cuelan en un edificio al que han estado rondando últimamente. Es un edificio antiguo pero en buen estado, que va a ser demolido para aprovechar el solar construyendo otra cosa.  O iba a serlo, claro, porque al haber okupas dentro el dueño pierde el derecho a demolerlo hasta que éstos se marchen. El grupito manipula y reconecta el suministro de agua y electricidad (alguien lo pagará) y hacen una fogata dentro del edificio con madera que sacan de las puertas y muebles que quedan. 

No es que sean unos sintecho y no tengan donde vivir, precisamente. Todos ellos son gente joven con familias que no tendrían problemas en alojarlos. De hecho, uno es hijo de un banquero y su familia es muy rica. Se dedican a vivir de okupas convencidos de que lo que hacen es alguna clase de lucha social y eso los convierte en poco menos que héroes. Y por lo que comentan entre ellos, lo único que les haría abandonar ese tipo de vida es que sus padres se pusieran serios con ellos y les cortaran la paga, porque entonces no tendrían con que comprarse las drogas que consumen. ¿Y estos son los protagonistas de la historia? Por el momento, sigo simpatizando más con el doctor siniestramente obsesionado con su trabajo que con los supuestos protagonistas, obsesionados con vivir sin trabajar. 

El edificio está lleno de ruidos y crujidos, nada raro en un edificio viejo... Lo de las puertas abriéndose y cerrándose de golpe continuamente podría deberse al viento… Esos sonidos de pasos que parecen seguirlos por los pasillos sin duda es cosa del eco… La pesada respiración que se escucha en ocasiones seguramente sea autosugestión… Lo que ya es más difícil de explicar es el hecho de que unas llamaradas sólidas se alcen de la hoguera para atrapar a una de las chicas y arrastrarla hacia las llamas, reteniéndola allí como tentáculos de fuego hasta carbonizarla. Su novio es el único testigo de la horrible muerte, y queda tan traumado que cuando cuenta lo ocurrido entre espasmos y lloriqueos, nadie le cree. Achacan su estado alterado a las drogas, y la desaparición de la chica a que se han peleado y esta se ha marchado. El novio en cuestión lleva a los demás hasta la hoguera para que vean los huesos renegridos de la chica, pero estos han desaparecido y no queda ninguna evidencia de lo ocurrido, solo una fogata que chisporrotea alegre y cálidamente. 

Mientras los chavales se están preguntando que hacer, el doctor Webber se presenta en el edificio como si tal cosa. Les dice que estuvo siguiendo a Dahlia cuando salió del hospital porque estaba preocupado por su estado de salud y la vio entrar en el edificio. Quiere quedarse a solas con ella un momento para hacerle un último chequeo. Esta accede, y Webber activa la hipnosis latente que dejó en ella, poniéndola bajo su control. Sumida en un trance, Webber la hace deambular por el edificio instándola a buscar algo, unos seres que según él habitan el lugar. Dahila recorre las salas viendo cosas que no están allí y sintiendo como manos invisibles la tocan y zarandean. Finalmente llega hasta una habitación donde una enorme llamarada sólida tentacular (que arde produciendo el dolor de las quemaduras pero sin dañar los tejidos) la atrapa y viola. Tras esto su cuerpo desaparece de este mundo. El doctor Webber, que no esperaba algo tan extremo, echa a correr asustado y termina rodando escaleras abajo, llenándose de golpes y contusiones. 

Los okupas insisten en llevarlo al hospital, más que nada por el problemón que pueda suponer el que se les muera allí, pero Webber insiste en quedarse. Finalmente les explica (y a los lectores, de forma indirecta) lo que está ocurriendo. El edificio tiene una antigua y extraña historia de familias rotas, negocios fracasados, asesinatos, apariciones fantasmales y desapariciones de personas. Él se vio implicado en todo esto cuando una chica de la que estuvo enamorado en su juventud, que vivía en ese edificio, desapareció sin dejar rastro. También una sobrina suya y el novio de esta, que vivían allí, murieron el mismo día. Él de muerte natural sin causa aparente y ella lanzándose a la calle desde la ventana del último piso. Webber cree que todo lo que ocurre en el lugar es provocado por lo que él llama los condenados, que son algún tipo de fuerza sobrenatural y maligna. 

Los chavales no creen nada de lo que les cuenta. El hecho de que dos de las chicas hayan desaparecido tampoco les preocupa, porque el suyo es un grupo variable, en plan comuna hippie. Es normal que en las casas que ocupan se les autoinviten amigos de amigos o que alguien simplemente se largue sin avisar. El doctor Webber aprovecha que se queda solo con otra de las chicas para hipnotizarla también. Usa a estas personas en trance para que localicen a los condenados y le guíen hasta ellos, pero esto no gusta a las entidades. Acostumbrados a seleccionar a sus victimas y actuar cuando les apetezca, los condenados se enfurecen cuando se dan cuenta que los están rastreando activamente. Dos de los chicos son asesinados por estos seres y tratan de matar a un tercero desprendiendo una pesada lámpara del techo. Entretanto Webber y su hipnotizada guía han logrado localizar lo que parece ser el foco de poder del edificio, el lugar en el que los condenados permanecen mientras no están activos. Se trata del horno industrial de una panadería que una vez hubo en los comercios de la planta baja. 

Los condenados entran en cólera al encontrar intrusos en lo que vendrían a ser las puertas de su casa y los atacan. Mientras Webber, en un intento de dañarlos se lanza al interior del horno rezando en arameo, la joven es rescatada por el chico al que le cayó encima la lámpara. A pesar de tener varios huesos quebrados, el chico logra sacar de allí a su compañera y aun le quedan fuerzas para buscar a los que quedan vivos en el edificio para gritarles que lo abandonen. Algo innecesario, porque al parecer los rezos de Webber sí han tenido algún efecto, y el edificio está temblando, amenazando con derrumbarse. Poco después de que consigan salir, todo el bloque se viene abajo. No sabemos si Webber (o ya puestos, los condenados, fueran lo que fueran) perecen en el derrumbe, pero es de suponer que sí. No tenemos al final la clásica boda de bolsilibro porque… bueno, son hippies.       

No es mala historia. Es una de esas en las que no hay protagonistas principales, sino que el protagonismo se va repartiendo entre los que queden vivos en cada momento. Las descripciones de las muertes son muy gráficas y es fácil imaginarse todo lo que va ocurriendo con la estética de una película de bajo presupuesto de los ochenta. 

Sinceramente, lo que me sugería el título era algo del estilo de ¡Están vivos! de John Carpenter; una trama de control mental mediante mensajes subliminales masivos que en la película estaban, literalmente, ocultos en los carteles de publicidad, titulares de los periódicos, y hasta los billetes. Al final resulta que el bolsilibro no tenia nada que ver con eso y el titulo era literal. “¿Y a que hace referencia el título?” puede que os estéis preguntando. Pues resulta que el edificio que ocupan fue escogido porque el lado que daba a la calle, aprovechando que estaba deshabitado y su demolición programada, había sido cubierto de grandes carteles publicitarios. Todas las ventanas estaban cubiertas por esos carteles, y eso mantenía a los okupas… ocultos tras la publicidad, para que tardaran más en descubrirlos y denunciarlos. En el fondo es uno de esos títulos puestos para llamar la atención, pero la historia está bien. 

Más reseñas sobre bolsilibros de este autor pulsando aquí

Ocultos tras la publicidad. 1984. Ralph Barby [Rafael Barberán] (texto) Sampere (portada). Selección Terror nº 570. Editorial Bruguera S. A.

miércoles, 22 de mayo de 2024

ATARI FORCE (nº 6-8)

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Vamos con otros poquitos comics de ATARI Force. Uno de ellos, ya lo veréis, es totalmente de relleno, una de esas historias centradas por completo en un personaje secundario y que no tiene relevancia en la trama principal. Esto es algo a lo que se recurre a veces, más para crear una separación entre dos subtramas que por dar una verdadera relevancia a ese personaje. En una serie de solo trece números hacer esto no tendría ningún sentido, y ese es otro de los detalles que nos indican que la intención era extenderla mucho más.

Encuentro con la vida y la muerte (nº 6). Christopher emplea su poder de cambio de dimensiones para pasar a la nave del Destructor Negro. Aunque no puede teleportarse de un lugar a otro, sino únicamente pasar al mismo punto de otra realidad, lo que hace es pasar a una realidad en la que todo el espacio entre ambas naves es terreno a nivel del suelo en un planeta apto para la vida humana, recorrer la distancia necesaria a pie, y volver a su propio universo en un punto de ese planeta que se corresponde con el que ocupa la nave rival en su propio universo. Al parecer simplemente sabe a grandes rasgos qué se va a encontrar cuando haga el cambio de plano.

Cuando reaparece en la nave del Destructor Negro, lo hace en los sollados de la tripulación. Os pongo la imagen porque la encuentro muy interesante. 

Podemos ver seres de un montón de razas diferentes. Hay unos en primer plano comiendo de una olla, y otros enfrascados en un juego de mesa. Al fondo una pareja se besa, y podemos ver incluso a alguien lavándose la cara en un fregadero… en el que descansa un pulpo. Es una de esas imagenes en las que uno puede recrearse buscando detalles. Los comentarios de los tripulantes se nos muestran en distintos conjuntos de símbolos para representar que hablan diferentes idiomas, pero uno de esos conjuntos de símbolos parece decir “Spa fon!”. Esto es una referencia / homenaje los comics de Clásicos de la Ciencia Ficción de la EC, en la que diversos alienígenas de historias no relacionadas entre ellas empleaban la expresión Spa fon tanto como saludo, como despedida, o exclamación de sorpresa.        

Los tripulantes se le echan encima, y Christopher vuelve a saltar a un “universo de tránsito” tan pronto como puede para regresar a su propia nave. Allí informa de lo ocurrido, y se decide que vuelva al mismo lugar llevando una capsula de gas somnífero para soltarlo en la cámara común de la tripulación y dejarlos así fuera de circulación por un buen rato. Christopher comenta entonces que solo es capaz de transportar unos diez kilos de carga con él cuando se traslada entre dimensiones, lo cual es un detalle importante, ya que implica que no puede llevar a sus compañeros con él. Simultáneamente a esto, Dart y Pakrat abordarán la nave enemiga por medios más convencionales (pegándose a ella con un pequeño trasbordador teóricamente indetectable) para infiltrarse y localizar la sonda que quiere recuperar Martin.

El caso es que todo sale mal. Cuando Christopher vuelve al que debería ser el mismo punto de la nave en el que estuvo antes, reaparece en un lugar totalmente diferente, en el que el Destructor Negro en persona está ya esperándole. Christopher comete el error de enfrentarse a él en lugar de huir inmediatamente. Antes de poder darse cuenta, ya ha recibido tal paliza que está demasiado débil para usar su poder, y el Destructor Negro lo deja en manos de sus torturadores. Entretanto, Dart y Pakrat han abordado la nave, encontrándose a toda la tripulación despierta y preparada para recibirlos.

Morphea ataca (nº 7). A bordo del Scanner One, Morphea, debido a su capacidad empática extrema, está recibiendo parte del dolor de Christopher siendo torturado. También percibe la desesperación de Dart y Pakrat, que en ese momento están corriendo al azar por la nave enemiga enfrentándose a docenas de adversarios. Martin decide entonces tratar de matar al Destructor Negro. Se adhiere un explosivo al estómago y se entrega a él fingiendo ofrecer su vida a cambio de la de los otros. Su intención es detonarse cuando lo tenga enfrente, pero el explosivo es encontrado y se nos da a entender que hay algún tipo de conexión entre Martin y el Destructor Negro que permite a este último prever todo lo que su rival tratará de hacer.

Morphea abandona también la Scanner One en un trasbordador, se infiltra en la nave enemiga (algo que parece relativamente sencillo de hacer, por lo que se ve) y se dedica a buscar a Christopher. Empleando unos poderes telequinéticos y de proyección de energía que hasta ese momento no sabíamos que tenía (aunque si le habíamos visto provocar dolor mentalmente a otros) acaba con los torturadores de Christopher y libera a este. Dart y Pakrat por su parte han conseguido llegar hasta la sala de máquinas de la nave, han matado a los operarios, y se han atrincherado allí. 

Amenazan al Destructor Negro con disparar contra los motores (lo que haría estallar toda la nave) si no les dejan marchar. Este accede (de hecho, accede demasiado pronto 🤔) y Martin y los demás regresan al Scanner One. El navío de guerra, que podría ahora acabar con ellos fácilmente con sus armas, simplemente se larga a toda velocidad.

Una vez a bordo, los personajes descubren que Babe y Hukka (la mascota de Christopher parecida a un mono) no se encuentran a bordo. Al quedarse solos, se metieron en uno de los trasbordadores con la idea de ir con los otros, sin tener la más mínima noción de cómo manejarlo. Tras tocar algunos botones al azar salieron disparados al espacio sin un destino determinado.

La aventura de Babe (nº 8). Este el capítulo de relleno del que os hablé al principio. En él la nave en la que van Babe y Hukka se estrella en el lago de un planeta cercano. A pesar que antes se nos dijo que en ese universo en el que estaban la vida no había llegado a desarrollarse, en el planeta hay tanto vegetación como vida animal en diversos grados de desarrollo. De hecho, hay dos facciones peleando furiosamente en una guerra de exterminio, que uno de los bandos prácticamente ya ha ganado. Del bando perdedor queda un único miembro, que se dedica a deambular con el cadáver de uno de sus compañeros al hombro.

Babe y Hukka se encuentran con este individuo, y aunque no hablan los mismos idiomas logran entenderse, más o menos. El superviviente, tras el desconcierto inicial, se da cuenta que Babe es un niño y empieza a tratarlo como tal. Pero también se da cuenta que es un niño de cuatro veces su propio tamaño, una fuerza monstruosa, y con una piel tan dura que es inmune a las armas láser que tanto él como sus enemigos emplean. Con esto en mente, y viendo que al parecer le cae bien a Babe, empieza a guiarlo hacia sus enemigos.

Cuando llegan al campamento enemigo, Babe los mata a todos y destruye sus máquinas y edificios merced a su enorme fuerza e invulnerabilidad, sin ser consciente a penas de lo que está haciendo, siguiendo las instrucciones de su nuevo amigo. Al parecer ese campamento era el total de tropas que quedaban de ese otro bando, por lo que el nuevo amigo de Babe queda como vencedor y también como único superviviente de esa guerra de la que no llegamos a saber nada más. Cuando el Scanner One, que han estado rastreando la señal de la nave que estrelló Babe, aterriza junto a este y Hukka, el alienígena (del que tampoco llegamos a saber cómo se llama) decide ir con ellos. 

Ésta nueva incorporación al grupo, a estas alturas de la colección, es otro de los indicativos de que se canceló antes de tiempo. Todo este número lo es, en realidad. Salvo por que Dart tiene una de sus visiones de futuro en las que se ve a sí misma besándose con Blackjack (que recordemos, se supone que ha muerto), nada importante ocurre ni la trama se ve afectada.

Y solo nos quedan cinco comics para terminar la colección. Nos los pimplamos en un par de entregas más. Podéis ver la primera de ellas pulsando aquí. 

ATARI Force. 1984. Gerry Conway, Roy Thomas (guion) José Luís García López (ilustrador principal). Publicado por DC / Ediciones Zinco.

martes, 21 de mayo de 2024

STEALTH ELF de Skylanders

 LA COLECCIÓN DE FIERAS

    Presentado por… Bem.

¡Hola raros!

Hace mucho que no vemos personajes de Skylanders por aquí. La que nos acompaña hoy es Steath Elf (Elfa sigilosa), de la línea Spyro´s Adventure. Como puede deducirse fácilmente por su nombre, es una elfa. En realidad, en español, el femenino de “elfo” es “elfina”. La RAE no reconoce por el momento la palabra “elfa” como femenino de elfo, aunque creo que sí se acepta “la elfo” para referirse a las elfinas. A mí personalmente “elfina” me suena bastante bien.

Pues como iba diciendo, Stealth Elf es una elfina de los bosques que tiene pesadillas recurrentes en las que es atacada por ovejas. Esto puede tener alguna relación con su pasado, que no recuerda. Sobre esto hay que aclarar que en Skyland mucha gente cree que las ovejas son criaturas intrínsecamente malvadas, y que el "contar ovejas" antes de dormir es una especie de ritual de protección contra ellas.  

Stealth Elf fue encontrada por Forester (un misterioso guardián del bosque del que no se sabe casi nada) en el interior de un tronco hueco, siendo todavía una niña muy pequeña. Forester la adoptó y la entrenó en aquello que él sabía hacer; el arte de moverse sin ser visto ni oído. Así pues, la niña creció convirtiéndose en una fuerte y flexible jovencita, sin más familia ni referencia que este misterioso individuo. Su naturaleza élfica, que ya de por sí hacía de ella una criatura ágil y rápida, se vio extraordinariamente potenciada por su entrenamiento como ninja, y viceversa. La elfina fue luego presentada por Forester al Maestro Eon y este decidió unirla al grupo de Skylanders que estaba reuniendo para luchar activamente contra Kaos.

Stealth Elf tiene las típicas técnicas ninja que el cine, el manga y anime se han encargado de exagerar hasta lo imposible; Puede plantar en el suelo espantapájaros para hacer de señuelo y que los enemigos los ataquen mientras ella se escabulle. Estos señuelos pueden dañar a quienes los golpean agitando cuchillas o explotando. También tiene técnicas para envenenar sus armas incluso en medio de un combate, esparcir a su alrededor nubes de veneno, o lanzar cuchillos y espadas que parecen girar en torno a ella y danzar en el aire golpeando al azar a todo el que pillen por medio. Otras de sus técnicas consisten en invocar a un enorme tigre para que se una al combate durante un breve espacio de tiempo, o a un extraño cuervo cuya presencia de mal agüero hace que sus enemigos se debiliten. El que invoque de la nada a un tigre que luego se desvanece es curioso, porque ella lucha empleando como dagas dos grandes colmillos. Es posible que estos fueran los colmillos del tigre que invoca, algún compañero animal que tuvo y cuyo espíritu acude a ayudarla, pero no he encontrado ninguna referencia a esto.  

En lo personal, es de naturaleza solitaria y le molesta el hecho de que la hagan formar equipo con otros Skylanders, aunque unos pocos de ellos le caen bien. El dragón Spyro es la más notable de estas excepciones, ya que hay un fuerte vínculo de amistad entre ambos. Y en otro orden de cosas… al parecer le encanta que le regalen sombreros, por lo que regalarle un sombrero bonito probablemente sea la mejor forma de conseguir acercase a ella sin que te apuñale. 

Conoce más Skylanders pulsando aquí.

Stealth Elf. Skylanders Spyro´s Adventure. Activisión. Presentado en caja con ventana. Sin puntos de articulación (contiene un chip Toy to Life). 2011.

lunes, 20 de mayo de 2024

VIAJE AL PRETÉRITO

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Bueno, bueno, por fin un bolsilibro después de tanto tiempo leyendo casi exclusivamente comics. Y de tiempo va la cosa, precisamente. De viajes de ida y vuelta al pasado, concretamente. De ahí el estrambótico título de Viaje al pretérito. Los pretéritos perfectos simples o indefinidos, imperfectos, pluscuamperfectos y anteriores, son los tiempos verbales que se emplean para referirse al pasado. 

Admito que en mi época de estudiante nunca fui capaz de distinguir unos de otros por el nombre y a pesar de ello jamás tuve tampoco ninguna dificultad a la hora de leerlos, escribirlos, conjugarlos, interpretarlos o usarlos correctamente. El caso es que los pretéritos indican pasado, y al autor del libro el título de Viaje al pasado debió parecerle muy gastado. La historia que nos cuenta no destaca especialmente entre el promedio de los bolsilibros, pero desde luego lo peor que tiene es el absurdo título.

En un futuro indeterminado todo el continente Europeo, la cuna de la civilización humana, ha sufrido la peor parte de una guerra atómica mundial. El territorio europeo está devastado y en él solo quedan con vida unos cuatro millones de personas. Estos supervivientes se han deformado debido a las radiaciones y varias cepas de toxinas liberadas sobre ellos, y básicamente se han convertido en espantosos mutantes. Los mutantes no son violentos, y con la medicina moderna el estado de gran parte de ellos se podría revertir, pero los actuales gobernantes del mundo (los tres presidentes estadounidenses, que lo son de forma simultánea como en un triunvirato romano) han decidido exterminarlos para ocupar Europa y apoderarse del territorio y sus recursos.    

El doctor Templer fue el principal responsable de desarrollar los virus que contribuyeron a la destrucción y mutación de la población europea, algo de lo que ha tenido un par de décadas para arrepentirse. Cuando el gobierno le exige que desarrolle nuevas enfermedades que acaben con todos los que quedan, este se niega. Recurriendo a las leyes del momento, el gobierno arrebata al doctor Templer su único hijo, ya que se considera que sus padres, debido a su falta de sometimiento absoluto a sus presidentes, son una mala influencia para el niño. 

Me recuerda a una ministra española que no hace tanto dijo aquello de “No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres” refiriéndose concretamente a que los padres no deberían tener ningún derecho a decidir sobre la educación moral e ideológica de sus hijos, y que esta debía ser dejada totalmente en manos del gobierno. Da miedo cuando te das cuenta de que lo que cuarenta años atrás era una distopía de ciencia ficción, ahora forma parte de tu día a día ¿verdad? 

En fin, el caso es que el gobierno, para forzar al doctor Templer a obedecerle, le arrebata la custodia de su hijo (literalmente envía a unos agentes a detener al niño en su propio colegio), lo retiene en un lugar que se niega a desvelar, y amenaza a los padres con lavarle el cerebro al chaval para que éste no los recuerde. Templer y su esposa Carol prefieren que su hijo les olvide antes de que les recuerde como unos genocidas. Una cosa es desarrollar virus para matar a los soldados enemigos en medio de la locura de una guerra, y otra muy diferente hacerlo para exterminar a los indefensos y ya inofensivos supervivientes mucho después de que ésta haya terminado.

A Templer el rapto de su hijo le ha pillado por sorpresa, pero sabiendo que el siguiente paso del gobierno será arrebatarle a su mujer, ambos deciden huir ¿Pero donde huir para que el gobierno no les encuentre? Pues tal como nos indica el título, huirán al pretérito pasado. Casualmente, poco antes les había visitado un viejo amigo (también científico) que les había revelado estar en posesión de la primera y por el momento única máquina del tiempo que existe. Casualmente… o no, ya que la máquina es funcional y él la probado viajando al futuro, y por tanto enterándose de lo que les va ocurrir, y de que lo van a necesitar. 

En ese momento no les reveló nada de lo que les iba a suceder porque eso de tratar de evitar un futuro conocido nunca termina bien. Solo les visitó para hablarles de la máquina porque sabía que ellos necesitarían huir y esconderse poco después, y que el mejor lugar para hacerlo sería otra época.

Templer y Carol tienen un viejo modelo de robot mayordomo llamado Wilky. Lo dejan al cuidado de la casa y se marchan a buscar a su amigo. Notamos que el viejo Wilky no es simplemente un robot más cuando, al quedarse solo en la casa, lo primero que hace es tomar la tarjeta con el número de teléfono y el nombre de ese amigo y quemarla sin haber recibido ninguna instrucción al respecto.

Ya en casa de su amigo, este les muestra su máquina; una especie de esfera que es capaz de enviar a otra época tanto a sí misma como únicamente su contenido. Cuando el científico se dispone a enviar a los Templer un siglo atrás, aparece un agente del gobierno y le dispara a la cabeza. El cadáver manotea el panel de mandos, enviando al matrimonio mucho más atrás de lo previsto, a los años del Salvaje Oeste. Aparecen allí sin nada más que las ajustadas y estilizadas ropas que llevaban puestas, que a ojos de los habitantes de aquella época son alguna clase de cómico pijama. Los Templer justifican esto diciendo que acaban de llegar de Europa y les han asaltado unos bandidos, que les robaron todo incluidas sus ropas. Son acogidos en la granja de un hombre viudo que vive con sus dos hijos, y pasan una larga temporada con ellos.

Procedentes de una época muy posterior y mucho más avanzada, Templer y Carol carecen de habilidades que les puedan ser útiles a sus anfitriones. Él es un inútil total en lo que se refiere a montar a caballo o tratar con ganado, y ella es incapaz incluso de destripar y desplumar un pollo para cocinarlo. Vienen de una cultura donde la comida se compra ya preparada y casi todo el trabajo duro o manual está automatizado, así que básicamente se convierten en una carga para su familia de acogida. La cosa cambia cuando Templer se entera de que una enfermedad está acabando rápidamente con todo el ganado de la zona, y los veterinarios se ven incapaces de atajarla. Empleando sus conocimientos de virología y el escaso y tosco material del que logra disponer, improvisa una cura para los animales que le hace ganarse el respeto y afecto de la familia.

Templer y Carol ya se han hecho a la idea de vivir en esa época (de todos modos, carecen de los medios para volver) cuando llegan hasta ellos varios agentes del gobierno de su propia época. Han tardado un tiempo en averiguar cómo funcionaba la máquina pero han logrado hacerlo, y descubierto a donde (o mejor dicho, a cuando) huyeron. Raptan a Carol y conminan a Templer a preparar una cepa vírica extremadamente contagiosa y letal. Y no solo para acabar con los mutantes europeos. El malestar de los propios ciudadanos estadounidenses por los abusos de su gobierno ha llegado a tal punto que todo el país ha estallado en revueltas. El triunvirato presidencial quiere diezmar con la cepa a su propia gente para calmar los ánimos. Su plan es extender una pandemia que mantenga a la población confinada en sus casas por temor al contagio, y así acabar con las revueltas en contra del gobierno.

Los tres presidentes, junto con una enorme escolta armada, se trasladan al Salvaje Oeste para hablar con Templer. Pero hay algo con lo que ninguno de ellos, ni tan solo el mismo Templer, habían contado; un protagonista que ha permanecido en las sombras en todo momento. El viejo robot de servicio, Wilky. Él escuchó las conversaciones entre Templer y su amigo, y las demandas de los agentes del gobierno que se presentaron en su casa. Grabó en sus bancos de datos el teléfono y dirección de la tarjeta de visita que quemó para que nadie más la viera. Abandonado en la casa durante meses, ha estado siguiendo las noticias sobre las revueltas mientras los engranajes lógicos de su cerebro electrónico giraban y rechinaban, sacando sus propias conclusiones. 

A falta de órdenes, Wilky ha tomado decisiones. Cuando la máquina del tiempo aparece cerca de la granja en la que Templer vive ahora, y el triunvirato presidencial y su escolta la abandona, Wilky les está esperando. Él se infiltró en el laboratorio donde la máquina se guardaba y se envió a si mismo al pasado a fin de estar listo para recibirles. Detona una potente bomba casera qué estuvo fabricando, destruyéndose a sí mismo junto a los presidentes y su escolta, y dejando la máquina del tiempo intacta y en manos de Templer.

Un epílogo nos revela que Templer volvió a su época y se reunió con su mujer e hijo. Desaparecidos los presidentes, el gobierno no tardó en reestructurarse a mejor (probablemente estos tenían muchos detractores incluso en su propio gabinete). Los mutantes europeos están siendo asistidos en lugar de exterminados, y Templer todavía llora de tanto en tanto al recordar al viejo Wilky. También se nos da a entender que el granjero que los acogió llegó a deducir que Templer y Carol, de algún modo, vinieron de otra época y habían terminado por regresar a ésta.

La verdad es que no está nada mal, comparado con otras historias de ciencia ficción que hemos leído de este escritor. Tiene alguna que otra pequeña inconsistencia, pero casi todas las historias de viajes en el tiempo las tienen. Reitero que lo que menos me ha gustado de este bolsilibro es el título, que entiendo que pretendía sonar a original pero realmente yo lo encuentro ridículo.

Puedes ver otro libro del mismo autor pulsando aquí.

Viaje al pretérito. 1983. Law Space [Enrique Sánchez Pascual] (texto) García (portada). Héroes del espacio nº 145. Ediciones Ceres S.A.