MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

miércoles, 20 de noviembre de 2024

LECTURAS CON EL GATÍN: mAULLIDOs (2)

 

                                           Comunicado del Supervisor General.

Hoy estuvimos otro ratito sirviéndole de colchón al gatín en cuarentena, que dedicamos a leer algunos relatos más del libro mAULLIDOs

Contra todo pronóstico, y pese a lo que el título parecía sugerir, seguimos sin encontrar ningún gato entre sus páginas 🤔

Los relatos que leímos en esta ocasión fueron los siguientes.

Los zapatos de charol: Ana está acurrucada en su cama, temblando de miedo por algo que hay en el dormitorio con ella. Se trata de una muñeca con rostro de porcelana y zapatitos de charol, que se balancea lentamente en la mecedora en la que está sentada. Tras atormentar a la niña durante un rato con el movimiento de la mecedora, la muñeca se incorpora y se acerca a ella pasito a pasito, como al parecer hace cada noche. Se queda junto a la cama de Ana, susurrándole, tocándola con sus fríos dedos, impidiéndole dormir, volviéndola loca poco a poco.

Esta vez la muñeca le coloca algo en la mano, un cuchillo, y la incita a suicidarse. Tras negarse primero, dudar después y resignarse al final, Ana toma el cuchillo y hunde la punta en su antebrazo hasta hacerse sangre. La muñeca sonríe y se inclina hacia Ana para ver mejor como se mata. Entonces la niña la agarra y comienza a apuñalarla con saña, hasta despanzurrarla. Al día siguiente, la madre y un médico entran en el dormitorio de la niña y la encuentran sentada en la mecedora, sonriendo y sosteniendo los restos de la muñeca. 

Al contrario que las anteriores, que me parecieron muy cortas, esta se me ha hecho larga. Dedica página tras página a describir como la muñeca se acerca a la cama e incordia a la niña. Son páginas muy bien escritas, lo admito, muy atmosféricas, muy tenebrosas, pero demasiadas, y en las que vuelve una y otra vez a lo mismo. Es una escena demasiado larga que, precisamente por alargarla tanto, pierde parte del impacto inicial que produce la detallada descripción del avance de la muñeca.

Ese es el final. No sabemos por que estaba viva la muñeca, por que quería matar a la niña, ni porque la niña termina ocupando su lugar. La presencia de un médico acompañando a la madre puede obedecer a que Ana estuviera débil desde varios días atrás porque la muñeca no le dejaba dormir por las noches, o… porque es esquizofrénica y todo lo que se nos ha narrado solo ha ocurrido en su cabeza. Quizá Ana tenía alucinaciones paranoicas, oía hablar y veía moverse a una muñeca del todo normal e inerte, y ella misma tomó el cuchillo de algún cajón de la casa sin ser consciente de ello. 

Se nos dice, como de pasada, como para que lo pasemos por alto si estamos leyendo demasiado rápido o con poca atención, que la niña no estaba “en la cama sin deshacer, sino sentada en la antigua mecedora”. Lo de “la cama sin deshacer” es lo que a mi entender nos confirma que Ana está loca, porque a lo largo del relato se ha incidido mucho en como retorcía las sábanas aterrorizada, y se trataba de ocultar bajo la colcha. Y si a pesar de ello, la madre y el doctor encuentran “la cama sin deshacer”, eso es porque Ana ha pasado toda la noche sentada en la mecedora, sumida en su propia alucinación, jugando a dos barajas tanto en el papel de la muñeca viviente como de la niña asustada.  

Cabo atado: Benito es un labriego que ha descubierto que su esposa lo engaña con un muchacho, mucho más joven que él. Toma la decisión de matarla, pero la idea de ser descubierto y encerrado en prisión le aterra, y no por él sino por lo que puedan pensar sus dos hijos. Para quedar libre de toda sospecha, contrata a un asesino profesional para que acabe tanto con su mujer como con el pimpollo que esta se ha buscado como amante.

A fin de crearse una coartada, va a beber al bar del pueblo y finge estar demasiado borracho para volver a casa, quedándose a dormir allí en la misma noche en que el asesino va a actuar. No contento con esto ronca de forma exagerada para asegurarse que el dueño del bar lo oye desde la otra habitación. Sin embargo en algún punto se queda dormido de verdad y sueña que es él quien está matando a su mujer y al chaval. Es un sueño vívido en el que siente el retroceso de la escopeta cuando dispara contra el joven, y el calor del cuello de ella entre sus manos cuando la estrangula hasta matarla.

Cuando se reúne con el asesino para pagarle, este insiste en que ha sido él, Benito, quien los ha matado, o eso creerá la policía a pesar de su coartada. El asesino ha falsificado pruebas que le incriminan. La escopeta fue comprada a su nombre con un permiso de armas falso también a su nombre, y de algún modo tiene sus huellas al igual que el cuello de su mujer. Benito protesta y exige saber como ha logrado todo eso, pero el asesino simplemente le mete los cañones de la escopeta en la boca. Le ordena que apriete él mismo el gatillo para volarse la cabeza y que parezca un suicidio, o matará a sus hijos. Benito accede a suicidarse para protegerlos, presiona el gatillo, y su cabeza estalla.

El asesino se limita entonces a tomar su dinero y marcharse. La idea de un asesino profesional tan metódico que, una vez cumplido el encargo mate también a quien le contrató, para cubrirse las espaldas, me parece genial. Pero aún así hay algo que no me termina de gustar. Nos explican que el asesino es un psíquico empático, y que por ello aunque fue él quien estrangulaba a la mujer de Benito, fue Benito quien la mató y son las huellas de Benito las que aparecen en su cuello. Aquí es precisamente el elemento sobrenatural el que parece metido con calzador y no termina de encajar.

Pulchra leonina: este va a ser muy rápido de explicar, ya que casi todo el texto es la descripción de los personajes, el entorno y su forma de comportarse, y yo me voy a ceñir a la historia que nos cuenta. Un matrimonio y su hijo pequeño están de visita en la catedral de León. Se acercan a una guía que está explicando a un grupo de turistas la historia del topo maligno.

Este era supuestamente una especie de diablillo que se dedicaba a visitar las obras de la catedral por las noches para ir rompiendo cosas y retrasando el trabajo. En realidad el suelo era inadecuado y era eso lo que provocaba daños en los cimientos y muros, pero para la población de la época era más cómoda la idea de un culpable físico que podía ser descubierto y cazado antes o después.

En un momento de descuido el niño se pierde de vista y los padres empiezan a buscarlo frenéticamente entre la multitud. Cuando el marido lo ve el suelo empieza a temblar, el techo a quebrarse, y toda la catedral amenaza con derrumbarse precisamente en ese momento. El hombre corre cubriendo con su propio cuerpo a su hijo, con el techo ya crujiendo y el polvo cayendo sobre él… pero el derrumbe no se produce. Cuando se incorpora, su hijo le dice que no se preocupe, porque el topo malo le ha hablado y le ha dicho que no planea derrumbar la catedral ahora, sino durante la noche.

Pues… vale… esta me ha dejado bastante frío, la verdad.

Algo más de abrigo: este directamente me lo voy a saltar, porque una nota al inicio nos indica que no es un relato completo, sino una reescritura del final de la novela Casa Tomada, de Julio Cortázar. Solo tiene un par de páginas de extensión y es eso, un final reescrito de una novela que no he leído y de la que no se nada sobre los personajes que se nombran. Si más adelante leo Casa Tomada leeré también este para comprobar si el final propuesto por el autor de estos relatos es más adecuado que el de Cortázar. 

Esta vez he tenido tiempo de leer más páginas en total, pero en general la experiencia ha sido peor. Las historias de este libro se me están haciendo cada vez más cuesta arriba de terminar. Me sabe mal decirlo porque lo empecé con muchas ganas, pero es la verdad. Respecto a mi teoría de que los animales blancos tenían algún significado particular en el conjunto del libro... puedo descartarla ya, puesto que no aparece ningún animal blanco en estos otro relatos.

Podéis darle un vistazo a los ya comentados pulsando aquí.   

mAULLIDOs. 2023. Salvador Lacárcel Frutos (texto). Ian Linsday y Pexels (portada). Malbec Ediciones.

FANTASÍA S.A. El maniquí del desván

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!     

                                                                                         

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

“A varios millones de años-luz de esta galaxia, cuatro planetas giran alrededor de una estrella llamada Nukkra. En Vredia viven los cuerpos, en Gush viven las fuerzas, en Clessis viven las mentes, y en Ifning vivía yo, gobernando sobre los cuatro. Pero los habitantes de los otros tres planetas me echaron del trono, poniendo en mi lugar a las máquinas”.

Estas tres frases, pronunciadas por una misteriosa dama alienígena exiliada en la Tierra, bastaron para que me enamorara de esta historia tan pronto como la leí. Fantasía S.A. se publicó en 1975 en la revista Tío Vivo, a razón de entre dos y cuatro páginas por ejemplar. Más adelante se recopiló en otras revistas como Bruguelandia, en cuyo nº 7 aparecen juntas las treinta páginas de la primera historia, El maniquí del desván. 

Los autores de esta obra fueron Andreu Martín i Farrero como guionista y Edmundo Fernández Ripoll (más conocido por el seudónimo de Edmond) a los lápices. Andreu hizo guiones para Dossier Negro y fue el guionista habitual de Sir Tim O´Theo. Las obras más conocidas de Edmond (en las que él mismo fue guionista) son Jan Europa y Doctor Impossible.

La que nos ocupa comienza con Wilbur Polder, guionista de una editorial llamada Fantasía S.A contándonos a trompicones una extraña historia sobre una emperatriz alienígena, un ejército de robots, y conquistas interplanetarias. Tras soltarnos algunos datos en crudo, se decide a empezar desde el principio… con él durmiendo en la oficina, en horas de trabajo. Sus compañeros de oficina le tienen tirria salvo Tina, una secretaria que está enamorada de él. Su jefe, el señor E. T. Morpins es un individuo irascible y gritón al estilo de J. J. Jamison.

En una ocasión, conduciendo hacia una fiesta de disfraces, ve a un lado de la carretera a dos hombres atacando a una mujer. Los tres tienen un aspecto bastante extraño, por lo que supone que también van de camino a la fiesta. Wilbur se lanza sobre los tipos y descubre que los golpes de estos son sorprendentemente contundentes. 

De hecho, los dos tipos son robots pero él no llega a darse cuenta. El primer golpe que le dan lo deja atontado y no ve como la chica recupera un pequeño objeto del suelo y dispara con él un rayo que desintegra a sus atacantes.

La mujer misteriosa, llamada Damaris, lleva Wilbur hasta un claro del bosque en el que una columna de luz brota del propio suelo. Al entrar en la columna se teleportan a lo que parece ser una caverna subterránea acondicionada de forma minimalista como vivienda, en la que se han instalado grandes ordenadores y paneles de mandos futuristas llenos de pantallas, botones y lucecitas. Allí Damaris cuenta a Wilbur la extraña historia que ya nos resumieron en la primera viñeta. 

Ella fue la gobernante de un lejano planeta llamado Ifning, habitado por los antropos, humanoides llegados en un remoto pasado desde la propia Tierra por medios que no llega a especificar. Los otros planetas del sistema solar eran: Vredis, un inmenso pantano habitado por pulpos, cocodrilos, serpientes y monstruos locos que combaten continuamente entre ellos devorándose unos a otros. Gush, el planeta del terremoto eterno, donde las fuerzas de la naturaleza tienen conciencia propia y huracanes, tifones, avalanchas y todo tipo de desastres geológicos y climáticos luchan entre ellos tal como la hacen los monstruos de Vredis. Y Clessis, habitados por espíritus, mentes, y sombras enloquecedoras que recorren sin cesar un mundo sin vida. Un día, fuerzas conscientes de esos tres planetas se aliaron para deponer del trono a Damaris, desatando un apocalipsis de monstruos, desastres naturales y locura sobre Ifning. Mataron a toda la población salvo a Damaris, que logró escapar, y sustituyeron a los humanoides orgánicos por robots. Damaris huyó a la Tierra, el planeta natal de los antropos.  

Tras solicitarle ayuda a Wilbur para recuperar Ifning y darle un beso de agradecimiento (que no falte) Damaris lo teleporta de nuevo junto al coche que abandonó en la carretera. Mareado por el efecto del teleportador, Wilbur llega a pensar que todo lo ocurrido ha sido una alucinación y empieza a olvidarse de ello. Pero Damaris no se olvida de él. Y Las Máquinas tampoco, que ya lo han fichado como enemigo a eliminar.

Al día siguiente Wilbur le cuenta a Tina el extraño sueño que tuvo. Debido a ello, cuando recibe en su oficina una llamada telefónica en la que la voz de una mujer le cita en una cantera abandonada para que le ayude a destruir una base de Las Máquinas, Wilbur piensa que se trata de Tina llevando a cabo otro intento de ligárselo. Wilbur decide seguirle el juego y acudir a la cita. Como está convencido de que es una broma de Tina, acude desarmado y desprevenido. 

Mientras la espera frente a la entrada de la cantera, ve como un individuo se acerca a él. A pesar de estar burdamente disfrazado con un abrigo, Wilbur reconoce en el individuo a uno de los tipos que atacaban a Damaris la noche anterior. No se trata de uno de ellos, que fueron destruidos, pero todos los robots son idénticos.

Wilbur salta a su coche y se larga, mientras el robot hecha a correr tras él en plan Terminator. Mientras tanto, Damaris aprovecha que Las Máquinas están pendientes de Wilbur para infiltrarse en la cantera, destruir con su micro-desintegrador al resto de robots y volatilizar toda la instalación.

Otro día pasa en el que Wilbur, al volver del trabajo, se encuentra al robot que persiguió su coche dentro de su propia casa. A pesar de la enorme fuerza del robot, Wilbur logra hacerle saltar la cabeza con un atizador de la chimenea. Todavía está asimilando el hecho de que todo lo relacionado con Damaris pueda ser cierto cuando se presenta un nuevo peligro… una visita de su estirada tía Mónica y su revoltosa primita Quitina. Esconde cuerpo y cabeza del robot en el desván y corre a abrirles la puerta. Mientras Mónica le sermonea sobre su aspecto, el desorden de su casa, que ya va siendo hora de casarse, que debería buscarse otro trabajo, etc., Quitina recorre las habitaciones abriendo cajones y buscando juguetes o lápices de colores con los que entretenerse.

Quitina sube al desván y ve el cuerpo del robot, confundiéndolo con un maniquí. Inmediatamente localiza la cabeza en una mesita cercana y, subiéndose a una silla, la coloca en su lugar por ver cómo le queda. La energía interna del robot suelda la cabeza, y el conjunto se reactiva. Quitina, creyendo ahora que se trata de algún tipo de juguete mecánico, se queda encantada junto a él viendo cómo se mueve espasmódicamente.

Damaris, que estaba observando la escena desde los paneles de control de su caverna, contacta telepáticamente con Wilbur para advertirle de lo que está ocurriendo. Este corre escaleras arriba dejando a tía Mónica con la palabra en la boca y se enfrenta de nuevo al robot, que está vampirizando a Quitina. Esta es una capacidad que tienen los robots de recargar sus baterías mediante el tacto, drenando la energía eléctrica presente en los seres vivos.

Damaris se decide al fin a teleportarse al desván para ayudar a Wilbur y vaporiza al robot con su micro-desintegrador. Luego se disculpa por haber tardado tanto en acudir. Damaris era emperatriz de su mundo, está acostumbrada a ser servida y protegida, más que a intervenir ella en ayuda de los demás, pero ya ha asumido que la situación ha cambiado y también ella debe hacerlo. 

Tan pronto como Mónica y Quitina se van, Damaris se hecha en brazos de Wilbur para demostrarle hasta donde está dispuesta a llevar su incipiente alianza.   

Y básicamente esta es la primera historia de Fantasía S.A. No he podido averiguar cuantas llegaron a publicarse y solo tengo otras dos completas. No son fáciles de encontrar porque, a diferencia de otros comics de Edmond como los citados Jan Europa o Doctor Impossible, que tuvieron una colección propia, esta solo apareció como complemento de otras revistas y casi siempre fragmentada. 

El maniquí del desván. 1975. Andreu Martín i Farrero (guion) Edmundo Fernández Ripoll (dibujo). Publicado integro en 1982 en Bruguelandia nº 7.

martes, 19 de noviembre de 2024

LECTURAS CON EL GATÍN: mAULLIDOs (1)

 

                                           Comunicado del Supervisor General.

Empezamos hoy con lo que vamos a llamar Lecturas con el gatín. Desde hace un mes estamos cuidando de un gatito callejero que recogimos con intención de quedarnos. Tiene un ojo enfermo que le estamos curando, y quizá para compensar ese ojito pocho, el otro es precioso y brilla lleno de curiosidad, energía y ganas de vivir.

Al llevarlo al veterinario para que lo examinaran, desparasitaran y nos recetaran algo para el ojo descubrieron que tenía otra enfermedad (la leucemia felina) en fase latente. Es incurable, es muy contagiosa (solo a otros gatos) y cuando se desarrolla mata al animal en cuestión de meses si no se le trata, y en unos pocos años si se le atiborra de medicamentos. 

Al gatín le han calculado que tiene unos tres meses de edad en este momento, y nos dijeron en la veterinaria que lo más probable es que haya nacido ya con la leucemia por estar su madre contagiada. En este caso es posible que el gatito cree sus propios anticuerpos cuando llegue a los siete meses. Al alcanzar esa edad puede que destierre la enfermedad de su organismo por sí solo, pero si no lo hace en ese momento ya nunca lo hará.

Como ya tenemos otros gatos en casa, nos toca mantenerlo en cuarentena hasta marzo del año que viene, momento en el que habrá que hacerle la prueba otra vez para ver ya de forma definitiva si tiene la leucemia o ha desarrollado anticuerpos. Hasta entonces el gatín estará encerrado en una habitación de la que no le podemos dejar salir y en la que no pueden entrar los otros gatos, para evitar el contagio. 

Las primeras semanas de tenerlo aquí estaba asustado y se escondía todo el tiempo, así que nos limitábamos a lo justo para mantenerlo con vida: entrar todos los días a tratarle el ojito pocho, comprobar que tuviera agua y comida suficiente, y limpiarle el arenero. Ahora que ya ha cogido confianza y ha visto que no está en peligro, que tiene sustento diario asegurado y que no necesita esconderse de todo lo que se mueva como cuando era callejero, lo que busca es compañía. Además de entrar cada día a tratarle el ojo y todo lo demás, me toca quedarme un rato jugando con él o simplemente dejándole dormir encima de mí para que no se sienta solo. 

Para mantenerme ocupado con algo en este segundo caso, he dejado dentro de la improvisada “cámara de cuarentena” varios libros recopilatorios de historias cortas, para poder hacer lecturas breves y completas en lugar de estar leyendo algo largo a trompicones.

Uno de los libros escogidos es este, que me regalaron hace poco. Es una antología de cuentos cortos de terror titulado Maullidos, pero fijaos como está escrito en la portada, con una m minúscula seguido de letras en mayúscula. Esto hace que a primer golpe de vista leas Aullidos. La imagen de portada (que por influencia del título mal leído) de primeras piensas que es un lobo, es en realidad un gato. 

Esto me ha parecido muy original, porque si le pasas los ojos por encima al verlo en un estante, sin prestar mucha atención, lo registras como un libro de historias de hombres lobo. Pero no, es sobre gatos. O eso creo, porque vamos a ir comentando los relatos poco a poco (según los que leamos cada día) cuando al gatín le de por aprovechar el tiempo que paso con él para dormírseme encima en lugar de para jugar. 

Los que leí ayer fueron estos. Todos son demasiado cortos como para hablar de ellos sin contarlos enteros, avisados estáis.

Como cuando éramos niños: nos hace partícipes de una conversación telefónica entre dos hermanos. Uno de ellos está cocinando una paella en su casa y recibe en el móvil la llamada del otro. La conversación parece casual al principio, y el cocinero sigue a lo suyo mientras ésta transcurre en aparente normalidad, pero uno tras otro nos vamos dando cuenta de pequeños detalles que no nos cuadran.

No tarda en hacerse evidente que el hermano que llama está muerto, y lo está desde hace algún tiempo, pero que ello no es motivo para perder el contacto con la familia. Diría que esto se ve venir demasiado pronto, por lo que el golpe de efecto cuando se nos confirma lo que ya sospechamos es menor, pero está muy bien llevado.

El pastor de piedra: un hombre llamado Lomski, perdido en una fuerte tormenta, llega hasta una iglesia atraído por las campanadas y golpea insistentemente la puerta. El párroco al cargo de esta le abre para permitirle refugiarse, pero cuando se dispone a cerrar de nuevo la puerta Lomski le detiene. Afirma que de camino a la iglesia pasó junto a un pastor que parecía indiferente a la tormenta y que le ignoró por completo cuando trató de hablar con él. El pastor andaba muy lentamente, en dirección al tañido de las campanas al igual que él, y le seguía una recua de ovejas tan impasibles ante la fuerte tormenta como el propio pastor.

Al oír esto, el párroco se apresura a cerrar y asegurar la puerta de la iglesia. Hecho un manojo de nervios, interroga a Lomski para que le de más detalles sobre el pastor. Cuando Lomski lo hace y le pide explicaciones por su actitud el párroco le cuenta una vieja leyenda sobre un monolito en medio de la campiña que, se dice, fue hace miles de años un pastor que perdió a su rebaño de ovejas. Permaneció a la intemperie buscándolas mientras maldecía a sus dioses por su mala suerte, hasta que quedó petrificado y se convirtió en el monolito.

La leyenda cuenta también que en las noches de tormenta, cuando suenan las campanas de la iglesia, el pastor de piedra anda lentamente hacia ella, y que si algún día lograse entrar en una los antiguos dioses a los que rezaba el pastor volverían y ello supondría el fin del mundo. Pero que esto nunca ha sucedido porque hay otra iglesia en el pueblo vecino cuyas campanas también atraen al pastor de piedra, por lo que este anda alternativamente hacia una y hacia la otra, con lo que en la práctica no se mueve del sitio.

En ese momento las campanas de la iglesia vuelven a sonar por si solas, tan automatizadas como lo está todo a día de hoy. Y al oírlas Lomski sufre un escalofrío, porque el motivo por el que él estaba en ese lugar era precisamente porque la campana de la iglesia del pueblo vecino no sonará en esta noche de tormenta. Está rota, y él es el encargado de arreglarla.  

Intrigante, y de momento la que más me ha gustado.

El caballo blanco del cole: Ramón, un niño de unos seis años, acompaña a su madre a una verdulería al recogerlo ésta del cole. Tras cruzar unas palabras y miradas con el dueño, este le pregunta a la madre si quiere bajar al sótano para “que le de su encargo de siempre”. El tendero cierra la tienda por dentro, la madre le dice a Ramón que le espere ahí y se porte bien, y ambos bajan por una escalera dejando al niño solo en la tienda cerrada.

Cuando Ramón y su madre llegan a casa con las bolsas de la compra, ella las deja en manos de su marido y sube a darse una ducha mientras Ramón juega con su padre y le cuenta, desde su perspectiva infantil, todo lo que ha estado haciendo ese día. Le habla de un caballo blanco que estuvo haciendo con plastilina en la escuela que le quedó algo torcido, y luego de su paso por la tienda y todo el tiempo que tuvo que esperar solo.

A medida que le da mas detalles sobre esto último, como que mamá salió del sótano arreglándose la ropa y sin traer ni ella ni el tendero nada en las manos que ella pudiese haber comprado, Ramón ve como el rostro de su padre se va poniendo tan pálido y cerúleo como su figura de plastilina.  

Este no me ha gustado nada. De un libro o una película espero que me cuente algo que se aparte de lo cotidiano, porque lo cotidiano ya lo tengo alrededor en todo momento. La historia de una mujer que engaña a su marido con un tendero del barrio no me genera ningún interés... salvo si este hecho va seguido de alguna grotesca venganza conyugal, que no es el caso. Y la historia me gusta aún menos porque me la presentan como parte de una recopilación de relatos de miedo y misterio, sin ser ninguna de las dos cosas.

Eso es todo por el momento. Ningún gato maullador a la vista, salvo el que yo he tenido en el regazo durante la lectura, y que más que maullar ronroneaba. Pero sí he encontrado algo que me ha llamado la atención relacionado con animales. En el primer relato aparecía de pasada un perro blanco. En el segundo, una docena de ovejas blancas. En el tercero, un caballo de plastilina blanca. Tres tipos de animales blancos, pero siempre en segundo plano, sin intervenir directamente en la historia. Veremos en los siguientes relatos si solo es casualidad o realmente esto indica algo.

Continuamos comentando a plazos este libro aquí

mAULLIDOs. 2023. Salvador Lacárcel Frutos (texto). Ian Linsday y Pexels (portada). Malbec Ediciones.

ONE PIECE PHOSKI SHAKE

LA DESPENSA

Presentado por… el sr. Peppin.

¡Saludos, hambrientos y hambrientas!

Ayer mismo nos encontramos con esto mientras buscábamos con que llenar las mermadas despensas de nuestro planeta. Os damos el aviso ahora dándole prioridad sobre otra cosa que estábamos preparando por si lee esto algún fan de One Piece o de este tipo de coleccionables en general, ya que estas promociones suelen durar poco.  

En las cajas de Phoskitos estan entregando una pequeña figurita cabezona de One Piece como la que veis aquí. Mide 3 cm (sin contar la base) y se compone de dos piezas de goma blanda; la cabeza por un lado y el resto por otro. La cabeza está medio suelta para que se bambolee ligeramente o gire a un lado cuando la superficie en la que se encuentre vibre o se mueva.  

Por lo que vemos en la caja, hay cinco modelos. Además del cocinero Sanji (el que nos salió a nosotros) hay también figuritas del capitán Luffy, la navegante Nami (cuyo nombre aparece escrito en la caja como Namy), el espadachín Zoro, y el tirador Usopp (que en la caja aparece como Ussop). Este último, que en el manga original es blanco, ha sido representado como negro debido a que estas figuras han salido como promoción de la serie de imagen real de Netflix, en la que el actor que interpreta a Usopp también lo es.  

Como ni he visto la serie de Netflix ni apenas he tenido oportunidad de ver más que algunos capítulos sueltos de la serie de animación (tengo ambas cosas en la lista de tareas pendientes) no tengo preferencias de momento por una versión u otra. Eso sí, lo siento por los fans de Chopper. Él no tiene figura 😅

Puedes ver más cosas relacionadas con One Piece pulsando aquí.

Sanji. One Piece Phoski Shake. Phoskitos & Shueisha. Presentado en blindbag. Una parte movil. 2004. 

lunes, 18 de noviembre de 2024

ATASCO-STAR. La grasa tenía un precio

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!     

                                                                                         

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 


Saludos, ávidos lectores.

Atasco-star fue una más de la miríada de series que aparecíeron en revistas como Mortadelo o Pulgarcito, herederas de la mítica TBO que dio nombre a este tipo de publicaciones. Estas revistas de historietas o tebeos solían tener una o dos series titulares que eran fijas, y otras menos populares que iban cambiando y más o menos se usaban como relleno. Una de esas series secundarias fue Atasco-star, creada por José Alfonso López Tufet y Rafael Vaquer Palmer bajo el seudónimo Frankfurt3, que nos narraba las vivencias de un par de camioneros espaciales.

Uno de los motivos por los que en nuestro pequeño planeta nos gustan tanto los comics antiguos, es porque muchos de ellos los leímos en su momento, siendo críos, pero precisamente por eso no supimos entenderlos. Cuando eres pequeño no haces segundas lecturas ni ves entre líneas. Releyendo este me he encontrado con una de esas cosas que no supe ver en su momento. Hace referencia a un suceso de la época sobre el que los autores quisieron dejarnos su opinión, pero al no ser articulistas de un periódico ni tener su propio programa de televisión, lo hicieron mediante la única ventana al público que tenían en ese momento, sus comics. Esta historia es de 1981, dato vital para entenderla, por lo que explicaré al final.

M20, la nave espacial con forma de cafetera de los transportistas Mariano y Evaristo, se aproxima al planeta Cibernia. Este planeta es el mayor productor de robots de la galaxia, y también en el que hay más robots viviendo como ciudadanos. Llevan un cargamento de bidones de aceite industrial para lubricar a los robots, que lo ingieren para repartirlo por su interior.

Antes de aterrizar, su pequeño robot Federico se queja de que está falto de aceite. Evaristo busca la aceitera para lubricarlo, pero como se les ha acabado toma un poco de los bidones que tienen listos para entregar. Una vez la entrega se ha realizado y el aceite ya se está distribuyendo a la población de robots, Federico empieza a funcionar mal y Evaristo comprueba que es por el aceite. No es aceite apto para robots, sino aceite de oliva naturál para consumo humano. 

Rápidamente acuden a denunciar el suceso al Director General del planeta, pero este es un absoluto incompetente que no les presta atención y solo está pendiente de sus hobbys. Al ver que no les hacen caso, tratan de frenar ellos mismos la distribución del aceite, pero este ya ha llegado a los robots y estos están cayendo por todas partes, provocando el caos.

La historia, de solo seis páginas, termina con Mariano y Federico huyendo del planeta perseguidos por robots furiosos y enloquecidos. Ya en órbita Federico ve un noticiero en el que el Director General habla del problema dando excusas, evidenciando que aún no se ha enterado de que va la cosa, y solo habla por decir algo de cara al público.

Pues bien, esta historia hace referencia al asunto del aceite de colza desnaturalizado. A principios de 1981, en España, un par de empresas se dedicaron a distribuir aceite de oliva adulterado con grandes cantidades de aceite de colza industrial para maquinaria. Lo distribuyeron de forma masiva, principalmente por áreas rurales, a bajo coste y en envases sin etiquetar o etiquetado falsamente como aceite de oliva puro. Su consumo provocó dolores musculares agudos, coagulación de la sangre, endurecimiento de los órganos internos, fallo renal, y al final fallo orgánico general. Entre tres mil y cinco mil personas (según las distintas fuentes) murieron y otras veinticinco mil quedaron con graves secuelas de por vida.

Claro que era otra época. Los culpables fueron castigados, los medios oficiales dieron máxima difusión a lo que estaba ocurriendo y el propio gobierno se responsabilizó por su lenta reacción. Casos como el de la colza siguen ocurriendo a día de hoy, como las frutas y verduras importadas de Marruecos regadas con aguas fecales que provocan hepatitis, por ejemplo. Pero en la época en la que estamos viviendo, a este tipo de cosas ya no se les da la difusión que se les daba antes. La política actual es no informar al pueblo de los peligros para no preocuparlo, en lugar de informarlo para que esté prevenido. 

Parece un chiste ¿verdad? Quizá lo de las frutas y vegetales contaminados con hepatitis acabe siendo recordado en viñetas, tal como el asunto este de la colza terminó reflejado en viñetas hace cuarenta años para que lo podamos recordar ahora. Porque una de las cosas que diferencia a periódicos y comics, es que la gente suele tirar los periódicos cuando los lee. Pero los comics son conservados, y releídos de tanto en tanto.    

La grasa tenía un precio. 1981. José Alfonso López Tufet & Rafael Vaquer Palmer. Publicado en 1982 en Bruguelandia nº 7.