EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.

Saludos, ávidos lectores.
Tercera parte de las aventuras desventuras de Remina Ooguro en las que continúa encadenando una desgracia tras otra, sin pausa ni respiro. El capítulo anterior nos dejó con Remina en manos de una multitud enloquecida que ha llegado a creer sinceramente que acabar con la vida de la joven es la única forma de evitar el apocalipsis.
<== ¡Atención al sentido de lectura! <==
Tras obligarla a presenciar el asesinato de su padre, uno de los encapuchados da la orden de crucificar a la propia Remina. La muchacha es arrastrada y amarrada al poste. Es entonces cuando otro ojo se abre en la superficie del planeta Remina, orientado hacia la Tierra, como si observara la escena. Pero lo que llama su atención es otra cosa: la Luna.
Una hendedura toma forma bajo el ojo, unos labios agrietados con aspecto de esfínter de entre los cuales brota el largo y grueso apéndice con el que atrapó y devoró a Marte en el primer capítulo. En ese momento parecía un tentáculo, pero ahora se nos muestra claramente que es una lengua. La lengua se extiende tentativamente hacia la Luna, la envuelve y la lleva hasta la boca, tragándola entera. Tras esto, la atención del planeta Remina (que ya ha quedado claro que no es un planeta sino alguna clase indefinible de ser vivo) se centra en la Tierra. Su lengua ya se extiende hacia el hogar de la humanidad, cuando de este parten una docena de misiles atómicos. Las explosiones llenan el cielo de un brillo cegador que borra momentáneamente a Remina de la vista de la multitud.
El pequeño atisbo de esperanza que esto provoca se convierte en una nueva fuente de terror cuando los restos de los misiles caen de nuevo a la Tierra. Algunas de las cabezas atómicas (que al parecer no llegaron a estallar junto con las otras) lo hacen ahora en varios puntos de la ciudad. La onda expansiva y la ola de fuego barren a la multitud, abrasando a muchos de los reunidos. Y todo para nada, pues cuando el resplandor se apaga y el polvo se asienta, la criatura estelar Remina continúa en su lugar, imperturbable.
<== ¡Atención al sentido de lectura! <==
Nahoya, el presidente del club de fans, aprovecha que la multitud huye en desbandada para rescatar a Remina. Cargándose a la espalda a la destrozada joven, se la lleva todo lo lejos que puede mientras los edificios se derrumban a su alrededor. La pérdida de la Luna y la cercanía de la criatura Remina han alterado las fuerzas gravitacionales que actúan sobre la Tierra, y esto provoca terremotos por todo el planeta. Una lluvia torrencial cae de pronto, como si la propia naturaleza se estuviera estremeciendo ante la presencia de la criatura Remina.
Mientras tanto, la verdadera Remina deambula junto a Naoya por la ciudad, ahora reducida a ruinas. La turba fanática tiene problemas más inmediatos de los que preocuparse, y nadie les persigue de momento. Entre los escombros se encuentran con el miserable de Kunihiro, lloriqueando en un rincón, que inmediatamente se les pega como una lapa. Sin embargo, Naoya comienza a golpearlo por haber abandonado antes a Remina en lugar de quedarse a defenderla. Remina, que ya está empezando a lamentar no haber muerto mucho antes, le reprocha su comportamiento violento a Naoya. Este, sintiéndose indigno de acompañarla, se marcha dejándola sola con Kunihiro.
<== ¡Atención al sentido de lectura! <==
Dejarla en manos de este individuo es lo peor que podría haber hecho. Kunihiro se la lleva a la mansión de sus padres, donde estos la insultan, considerándola culpable de todo lo que está ocurriendo. Los padres de Kunihiro le dicen que forman parte de un plan de evacuación que va a llevarse de la Tierra a unas cuantas personas notables (ricas) y que saldrán de inmediato hacia el cohete. El objetivo del mismo no es otro que la propia criatura Remina. La información que transmitieron los astronautas que pisaron su superficie se ha ido tergiversando a conveniencia con el boca a boca, hasta centrarse únicamente en el hecho de que dijeron haber distinguido unas siluetas humanoides entre la neblina. Lo que la gente, desesperada, ha querido entender, es que si hay humanoides viviendo en Remina, la atmósfera debe ser necesariamente respirable. La última versión de esa información alterada es que el lugar es un vergel, un paraíso donde los afortunados capaces de pagar un pasaje a bordo del cohete no solo encontrarán la salvación, sino un planeta bucólico donde volver a empezar de cero. Los padres de Kunihiro, además, se han convencido a sí mismos que uno de los astronautas que se quedaron en Remina es su primogénito, el hermano mayor de Kunihiro, que se escapó de casa diez años atrás para cumplir su sueño de ser astronauta.
Kunihiro quiere que Remina los acompañe, pero cuando sus padres se lo prohíben, se la lleva aparte y trata de violarla. Ella se resiste lo suficiente para que los padres del chaval intervengan, pero no para defenderla, precisamente. Consideran que ha sido ella la que ha intentado seducir a su inocente hijo y se disponen a echarla de la mansión. Cuando al abrir las puertas se encuentran a la multitud de linchadores congregada ante estas, Kunihiro simplemente empuja a Remina hacia ellos. La cede como un cordero para el sacrificio.
<== ¡Atención al sentido de lectura! <==
A estas alturas, Remina ha tenido que soportar en pocas horas todas las miserias de las que es capaz la humanidad: acoso, odio infundado, calumnias, insultos, violencia, intento de asesinato y de violación, la muerte de sus seres queridos… Ni tan solo tiene ánimos para tratar de razonar con la turba o intentar huir de ella; simplemente se queda allí, inmóvil, a la espera de que la maten y todo termine de una maldita vez.
Pero los planes de la turba son otros. El único encapuchado que ahora lidera el grupo la golpea en el cuello con una fusta y la incita a correr. Y Remina lo hace: corre con todas sus fuerzas, porque lo que ha visto en los ojos y los rostros de la turba ya no es miedo ni desesperación, es mero sadismo. Van a torturarla antes de acabar con ella, y pese a que creía haberse rendido, no está dispuesta a pasar también por eso.
La multitud la deja alejarse unos metros antes de lanzarse en su persecución, entre carcajadas, hasta que algo los detiene a todos en seco. La lengua de la criatura Remina ha comenzado a lamer la Tierra…
La historia continúa en Hellstar Remina n.º 4: La silueta de la lengua. Puedes repasar todos los capítulos en orden pulsando aquí.
Hellstar Remina. 2005. Junji Ito (guion y dibujo). Publicado en 2019 por ECC Ediciones.