MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

sábado, 5 de abril de 2025

WILLOW comic oficial de la película

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                           ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                        

                                             Presentado por… el profesor Plot. 


Saludos, ávidos lectores.

Ayer mismo nos enteramos de la muerte, hace cuatro días, de Val Kilmer. Es uno de esos actores famosos que, pese a haber protagonizado más de cincuenta películas la mayoría de ellas taquilleras, si me pongo a pensar, así de pronto solo me vienen un par de ellas a la cabeza: Top Secret y Willow. Si le dedico más tiempo a hacer memoria me acuerdo también de Heat y una de las de Batman, pero poco más. Kilmer no se dejó encasillar en un solo género, que es algo de lo que muchos actores se quejan pero que en realidad es una de las mejores cosas que les pueden pasar, porque hace que enseguida se piense en ellos para determinados papeles.

Y aunque la película Willow fue bastante rechazada por la crítica en su momento y es la que más se aparta de sus otros papeles, personalmente la considero la mejor en la que participó. Es una magnífica historia de fantasía y aventuras que tuve la fortuna de ver de pequeño en el cine, con mis padres y hermanos. Tenemos la película pendiente de comentar, pero también la versión en comic que sacaron simultáneamente a esta, y que probablemente sea menos conocida que la versión cinematográfica, así que es lo que veremos primero.

Las versiones en comic de las películas son interesantes porque, para poder tenerlas listas y ponerlas a la venta simultáneamente al estreno en los cines, se comienzan a hacer antes de que la película esté acabada. Los directores tienen cierto grado de libertad para alterar el guion que se les da, en función de cosas como dificultad para rodar ciertas escenas, o que determinados actores, escenarios o efectos especiales no vayan a estar disponibles y haya que improvisar algo para salir del paso. También por decisiones meramente creativas, porque a veces lo que parece una buena idea sobre el papel luego ofrece una pésima imagen en pantalla o es impracticable con los medios con los que se cuentan. Por una serie de cosas, en definitiva, el caso es que el director puede alterar con cierto grado de libertad el guion que se le entrega.

Por otro lado tenemos los dibujantes de cómics o los escritores de libros, que en ese sentido tienen una gran ventaja respecto a los directores de películas. Para el dibujante o escritor los actores siempre están disponibles así como los paisajes y los efectos especiales. No dependen de actores que se puedan lesionar o enfermar, de escenarios naturales que el clima vuelva impracticables durante largos períodos de tiempo, de decorados que puedan sufrir incendios o accidentes, o de presupuestos que se puedan cortar de pronto debido a cambios de la administración. 

El “presupuesto” de dibujantes y escritores solo está limitado por su talento. Pueden dibujar o describir millones de naves, infinidad de planetas, monstruos gigantescos, no hay nada que quede fuera del alcance de sus lápices. Y cuando a un dibujante se le encarga hacer la versión en cómic de una película, lo que se hace es entregársele el mismo guion que se le ha entregado al director. No se espera a que la película esté terminada para que él dibujante pueda verla y simplemente la plasme en papel. El dibujante de cómics trabaja sobre el mismo guion que se ha hecho para la película, y se apoya en imágenes de los actores ya caracterizados y del decorado. Por eso en algunas versiones en comic de películas encontramos diferencias respecto a lo que se ve en la pantalla. Ese es el caso de esta película y este cómic. 

El cómic sigue esencialmente la misma historia de la película pero hay algunos pequeños e interesantes cambios que quizás sí aparecían en el guion pero finalmente no se implementaron en la película por falta de presupuesto, o por mantener el ritmo de las escenas, o cualquier otro motivo, pero que el cómic sí refleja. Y puesto que la película es mucho más accesible que el cómic, vamos a dar por supuesto que la mayoría de los que leáis esto ya la conoceréis, así que nos centraremos más en hacer notar las pequeñas diferencias que en explicar en detalle la trama. Eso lo dejaremos para cuando reseñemos la película.

La escena inicial, por ejemplo, está bastante acortada en el cómic. En la película la secuencia de imágenes en las que vemos a la partera alejando a la recién nacida Elora Danan del castillo de Bavmorda es más larga por dos motivos muy claros. Primero, para presentar la banda sonora sin cortes (magnífica banda sonora por cierto) y para permitir los títulos de crédito de forma que estos no interrumpan escenas más importantes. En la película también sirve para mostrarnos cuál es el camino que tendrán que recorrer después (a la inversa) los personajes, puesto que vemos a la partera andando primero por una zona montañosa, después por un paraje nevado, y finalmente por un bosque. En su camino para rescatar posteriormente a Elora los personajes atravesarán primero el bosque, después el paraje nevado y por último la zona montañosa. 

En el cómic, que no necesita dejar una ventana de tiempo para los títulos de crédito y que no cuenta con una banda sonora de apoyo que pueda interrumpir, la huida y sacrificio de la partera se resume en tres viñetas. En este sentido la película es mucho mejor porque las imágenes nos muestran cómo la mujer llega a sentir un genuino amor por la niña. Puede que en un principio la salve únicamente para dar pie a esa famosa profecía de la niña marcada, pero en su expresión se nos muestra que le coge cariño muy rápidamente.

Los lobos de la muerte de Bavmorda rastrean a la partera y dan con ella cerca de un río donde la matan, no sin que antes está tenga oportunidad de dejar a la pequeña en manos de la corriente, en una improvisada balsa de paja. La niña es encontrada encallada en la orilla por los hijos de un granjero de una aldea de nelwyns (enanos). La familia de Willow acoge a la niña en su casa pese a las protestas de este, y se nos muestran un par de viñetas en las que Willow está practicando el truco de los aros sólidos que se engarzan entre ellos, algo que no le veríamos hacer en la película. 

Al día siguiente, durante el festival en el que el pueblo de los nelwyns es atacado por un lobo de la muerte, el comic lo muestra claramente portando una cuna en la mandíbula. Esto también se vio en la película, pero era una escena muy breve y caótica que era fácil pasar por alto. En la película el lobo aparece al trote entre la multitud, lanzándose directamente a por una cuna vacía. Y más tarde hay un personaje que muestra los restos de la cuna que ya no es identificable como tal, reducida a un conjunto de maderos y trapos, y anuncia que la bestia estaba buscando al hijo de alguien. 

Cuando vi la película por primera vez no comprendí el porqué de esa afirmación, no entendía que pudieran haber llegado a esa conclusión porque ni me fijé en esa escena de un segundo en la que el lobo muerde una cuna vacía, ni identifiqué los maderos rotos que muestran luego como restos de una cuna. Los comics tienen esa cualidad de permitirte pasar todo el tiempo que quieras contemplando los detalles de cada viñeta, recreándote en la escena, que no te da una película a no ser que la estés parando fotograma a fotograma. Además de ver claramente que la deducción de los enanos se debe al hecho de que el monstruo muerde una cuna, el cómic nos permite contemplar en detalle el aspecto del lobo de la muerte. En la película se utilizaron perros reales, maquillándoles con una melena hirsuta y una larga cola similar a la de una rata. Para que no se notara tanto el maquillaje, las escenas de los lobos eran rápidas y breves. De nuevo el cómic nos permite recrearnos en ellos.

Viendo que su pueblo podría estar en peligro por la presencia de la niña, Willow le confiesa al consejo que la encontró. El Gran Aldwin, el anciano mago de la región, determina que la niña debe ser devuelta a los daikini (humanos) puesto que es allí donde pertenece. Se organiza una pequeña expedición en la que Willow, Meegosh (su mejor amigo) y algunos enanos más de escolta, se alejan abandonando quizá por primera vez en sus vidas su pueblo y sus alrededores para llevar a la pequeña hasta el desconocido y peligroso territorio de los humanos.

Durante el viaje, en el comic se omite la escena en la que la bebé vomita en la cara de uno de ellos. Quizá esto no aparecía en el guion y fue un toque cómico que decidió añadir el director. En cambio si vemos unas viñetas en las que, junto a un fuego de campamento, Willow le canta algunas de sus palabras mágicas a Elora como si fueran una nana, mientras Meegosh toca la flauta. 

Es una escena bonita que hubiese quedado muy bien en la película pero que no aparece en esta. Toda la secuencia de imágenes del viaje desde el pueblo hasta el territorio humano está también muy acortada, porque en un cómic tampoco tiene mucho sentido hacer una larga sucesión de viñetas sin diálogo.

Cuando llegan a la encrucijada que marca el inicio del territorio de los humanos, el primero de estos con el que se encuentran es Madmartigan (el papel de Val Kilmer), un delincuente encerrado en una jaula de cuervo. Ha sido dejado allí a merced de los elementos, para que muera de inanición y se pudra la vista de todos. En la versión española de la película Madmartigan se refiere a los enanos como “pecs” (probablemente una abreviatura despectiva de “pequeñajos”), mientras que en el comic los llama “micos” (monos). Mientras Madmartigan trata de convencer a los enanos para que le liberen de la jaula, pasa junto a ellos un carro a toda velocidad desde el que unos cuantos gamberros le lanzan antorchas solo por burlarse de él. Es otro detalle que no se vio en la película, en este caso para bien, porque se siente como una escena de delincuentes juveniles lanzando cocteles molotov desde un coche, y desentona bastante con la ambientación general.

Más tarde, tras el paso de la columna de soldados, Willow se decide a liberar a Madmartigan y deja a Elora a su cuidado. Luego caen en la trampa de los diminutos brownies (el comic se refiere a ellos simplemente como duendes) y Meegosh se rompe un brazo, que más adelante le veremos llevar vendado y en cabestrillo. En la película su caída es mucho más suave y ninguno de los dos sufre lesiones de importancia. 

Vemos también que las hadas de Cherlindrea son seres completamente físicos, la contraparte femenina de los brownies. En la película nos las mostraban como criaturas luminosas y aladas hechas de luz, similares a pixis, como una raza diferente a los brownies.

Cherlindrea vuelve a poner a la niña en manos de Willow y le encarga la misión de protegerla. Le entrega su varita mágica para que se la lleve a una legendaria hechicera llamada Fin Raziel, que será la que destruya a la malvada Bavmorda.

De camino a la isla en la que está recluida la hechicera, Willow tiene su primer encuentro con Kael, capitán de la guardia de Bavmorda. Esto nos sirve como presentación del personaje, al que vemos masacrando un grupo de soldados. En la película Kael ya se nos había presentado anteriormente, en un interludio en el que Bavmorda le encargaba buscar y llevarle viva a la niña.

Acompañado ahora de un par de brownies, Willow buscar refugio de la lluvia en una taberna humana, donde vuelve a encontrarse con Madmartigan. Esta parte transcurre básicamente igual que en la película, con la huida de la taberna perseguidos por las tropas de Kael y Sorsha (la hija de Bavmorda). Hay una viñeta en la que Madmartigan revela a Willow haber sido el mejor de los caballeros del reino de Galador. No sabemos si se lo está inventando o realmente lo fue. En la película no se menciona esto, y justificaría de algún modo las extraordinarias habilidades de combate que tiene este personaje.

Otro pequeño cambio lo encontramos cuando acampan junto a una cascada y Madmartigan empieza a darle de comer a la bebé unas raíces que ha encontrado por ahí. En la película afirma que las raíces hacen crecer la barba, mientras que en el cómic indica que son para hacer crecer el pelo en el pecho. En ambos casos Willow opina con bastante buen acierto que una futura princesa probablemente no querría tener barba o pelo en el pecho, y le quita las raíces a Madmartigan.

El cambio más importante entre ambas versiones lo tenemos a continuación, en la isla de Raziel. Cuando Willow toma un pequeño bote de remos y se dirige él solo hacia la isla en busca de la hechicera, en la película simplemente hace el trayecto de ida y luego el de vuelta sin problemas. En el cómic un humanoide de piel amarilla y cabellos verdes aparece brotando del agua cuando se dirige a la isla para advertirle que esta es peligrosa, pero no le prohíbe explícitamente acercarse. Tras encontrar a Raziel (convertida en zarigüeya) y emprender el regreso a la orilla, el mismo ser de antes trata de detenerlos transformándose en un pez monstruoso, al cual Willow destruye lanzando una de las bellotas mágicas petrificantes que le entregó el Gran Aldwin al inicio de su búsqueda. 

Esto le da algo de sentido a esta arma mágica característica, porque lo cierto es que en la película, las pocas veces que llega a emplearla nunca da el resultado esperado. La única ocasión en la que cumple con su cometido es precisamente en el cómic, en esta escena que o bien no aparecía en el guion original, o (lo que es más probable) sí aparecía pero fue omitida por el director por algún problema relacionado con la duración de la película, el presupuesto, o la dificultad para representar de forma creíble al monstruo. De regreso a la orilla de la que partió, Willow, Raziel y Elora son capturados por Sorsha y sus hombres, que también han atrapado a Madmartigan cuando este se marchó por su cuenta.

Mientras los llevan prisioneros hay un breve diálogo entre Raziel y Sorsha en la que la primera le dice a la otra que su padre fue un gran rey y un gran hombre, y que su madre le ha envenenado la mente a ella. Esta es una información que no tenemos en la película, en la que en ningún momento llegamos a saber nada sobre el padre de Sorsha.

Aquí película y comic discurren paralelos sin ningún cambio notable, hasta que el grupo escapa del campamento de Sorsha (la genial escena del escudo usado como trineo) y se dirige al castillo de Tir Asleen. En el comic encuentran un obstáculo adicional que no sale en la película; un alto muro de zarzas secas y espinosas que solo pueden ser destruidas con magia. Bajo la dirección de Raziel, Willow y Madmartigan recitan juntos un conjuro mágico que hace arder el muro, permitiéndoles continuar su camino.

En el castillo de Tir Asleen vemos que hay varias personas atrapadas dentro de bloques de cristal. En la película es una escena muy breve y sin ninguna relevancia, una de esas que sí parpadeas te las pierdes, pero en el cómic Raziel identifica a uno de esos hombres atrapados en el cristal como el padre de Sorsha y rey de Tir Asleen. En algún momento Bavmorda traicionó a su marido y al otro reino y lanzó esa maldición sobre ellos, que los dejó contenidos en bloques de cristal… pero vivos como nos muestra el cómic. En la película ya no se vuelve a hacer ninguna referencia a ellos, mientras que en el comic hay un momento en el que Sorsha pasa junto al bloque de cristal que tiene atrapado a su padre y este le habla, dejándonos claro que no solo siguen vivos sino que tienen consciencia de todo cuanto ocurre a su alrededor. 

Esto y el diálogo que tuvo anteriormente con Raziel contribuyen a convencer a Sorsha para que cambie de bando, mientras que en la película se da a entender que el único elemento que influye en esto es la atracción que siente por Madmartigan. 

Durante esta escena, también se nos informa que el gigantesco monstruo de dos cabezas que aparece en el castillo es un eborsisk. El que tenga un nombre concreto ya establecido nos dice que pertenece a una raza de criatura que habitan este mundo, y no se trata del resultado de una mutación mágica descontrolada y aleatoria, como se podría llegar a interpretar en la película, en la que no sabemos nada sobre él. Por cierto, si queréis ver el monstruo de cuerpo completo, podéis darle un vistazo a la figura oficial del eborsisk en el blog Coleccionismo 80-90.

El resto de la historia ya es idéntica en ambas versiones: el general Kael se lleva a la niña, Bavmorda prepara el sacrificio, aparecen los héroes para interrumpirlo, la gran batalla final, etc. El comic fue inicialmente lanzado en Estados Unidos como una serie limitada de tres números. A España llegó directamente recopilado como numero único. 

La película fue continuada por tres novelas oficiales centradas en la adolescencia de Elora. También llegaron a hacerse un par de temporadas de una serie supuestamente relacionada con la franquicia, pero llena de anacronismos y cuyo objetivo aparente era degradar y ridiculizar a los personajes originales. Un completo sinsentido que afortunadamente no tardó mucho en ser cancelado.

Willow. 1988. J.Duffy (guion) B.Hall (dibujo). Publicado por Comics Forum. 

viernes, 4 de abril de 2025

MEDUSA de Clash of Gods

  LA COLECCIÓN DE FIERAS

    Presentado por… Bem.

¡Hola, raros!

Otra figurita de Clash of Gods y también otro raro ejemplar de monstruo femenino, algo que no se estila mucho en las colecciones de figuras. Esta es la de Medusa, uno de esos seres que en su mitología original eran una criatura única, y que los juegos de rol se encargaron de convertir en toda una raza para permitir a los jugadores enfrentarse a ella más de una vez.

La mitología siempre es contradictoria, debido a que en la antigüedad su transmisión fue principalmente oral. Así a Medusa a veces se la describe como horrible y otras como hermosa, a veces como malvada y otras como tan solo amargada por su maldición. Su poder de petrificar con la mirada o tan solo por el hecho de verla, es voluntario en algunos casos, y en otros algo que no puede controlar.

El esculpido es bastante mejor que el pintado. Los puntitos de los ojos ni tan solo coinciden con estos, desmereciendo la figura más que mejorándola. La cola de serpiente es interesante porque no es un solo cuerpo de serpiente a partir de la cintura, sino que cada una de las piernas se ha transformado en un cuerpo de serpiente separado, que luego se trenzan uno con el otro. El punto en el que su cuerpo cambia de humana a serpiente está cubierto por un cinturón de plata (del cual solo se ha coloreado el adorno frontal) y una raída faldita, pero el pésimo pintado hace que cueste distinguirla de la piel abdominal que no está cubierta por escamas.

La figura mide 11 cm de altura y tiene únicamente dos puntos de articulación, los brazos (es zurda). Teniendo en cuenta que la forma clásica de acabar con Medusa es decapitándola, no hubiera estado de más que se le pudiera separar la cabeza. 

Está complementada con un arco como arma, probablemente por influencia de la película Furia de Titanes (1981) en la que Medusa empleaba esta arma en combinación con su mirada para acabar con sus adversarios. El título original de la película es Clash of Titans, por lo que probablemente inspiró también el nombre de esta colección.

Otra figura de este lote pulsando aquí.

Sin nombre oficial. Clash of Gods. Fabricante desconocido. Presentada en caja con ventana. Dos puntos de articulación. 2014 aprox.

jueves, 3 de abril de 2025

LOS NO MUERTOS

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

Presentado por... Pecky.
 

¡Saludos, amigos cinéfagos!

Esta es una película que engaña mucho, comenzando ya por su título completamente genérico, que no sugiere nada más allá de otra película de zombis del montón. Visualmente tampoco inspira mucha confianza cuándo empiezas a verla: efectos especiales extremadamente pobretones, actores totalmente desconocidos, actuaciones que dejan mucho que desear, diálogos y escenas que parecen ahí puestas simplemente como relleno… todo esto te hace suponer que no va a ser más que una película barata y poco inspirada, pero nada más lejos de la realidad.

La acción tiene lugar en un pueblecito australiano llamado Berkeley, al cual se aproxima a toda velocidad un fragmento de meteorito que ha estallado cerca de la Tierra. Ese fragmento se rompe en pedazos más pequeños poco antes de impactar contra el suelo, repartiendo trozos de sí mismo por toda el área del pueblo. La primera señal de que algo va terriblemente mal la tenemos cuando uno de esos fragmentos atraviesa como una bala el torso de uno de los habitantes de Berkeley. Sin llegar siquiera a derrumbarse, el hombre se convierte en un zombi en cuestión de fracciones de segundo, y comienza a atacar a la gente.

La protagonista es René, que esa misma mañana se disponía a abandonar para siempre el pueblo. Vivía en una pequeña granja familiar junto con sus padres, pero estos al parecer han muerto recientemente, ambos a la vez o con muy poco margen de diferencia, y se ha quedado sola. No tiene dinero con el que pagar la deuda que sus padres dejaron sobre la propiedad, por lo que el banco se la va a embargar y ella se marcha a una ciudad en la que vive algún familiar lejano. René ni tan solo tiene coche propio, y ha aceptado que un tipejo del pueblo que no le interesa en absoluto, pero que tiene claras intenciones pegajosas respecto a ella, la lleve en su vehículo.

Mientras los fragmentos siguen salpicando el área del pueblo, su coche llega hasta un camino cortado por lo que parece ser un choque en cadena. Uno de los fragmentos ha alcanzado a un coche, matando (y zombificando) a su ocupante. Este a su vez ha matado o convertido también a los que han ido deteniéndose a continuación en el estrecho camino, creando un bloqueo de coches. 

El acompañante de René es asesinado por uno de estos zombis (el resto se ha dispersado por el área y solo quedaba uno por ahí), y ella acaba a su vez con el zombi. Su acompañante se levanta de entre los muertos, porque ya hemos visto que tras la muerte, la zombificación es instantánea. Entonces interviene un extraño personaje; una especie de fanático apocalíptico y supervivencialista que vive en una cabaña en el bosque cercano al pueblo, y que tiene fama de loco porque afirma que en una ocasión fue abducido por alienígenas.

La intervención de este sujeto, Marion, parece tener como único objetivo eliminar a los zombis, puesto que una vez acaba con el que quedaba simplemente se marcha de regreso a su cabaña. Y en ese momento, tal como están las cosas, René considera que lo más seguro es seguirle.

Hay otros peligros además de los zombis. De camino a la cabaña cae una repentina y breve lluvia de apenas un par de minutos, pero cuyas gotas de agua hacen humear todo aquello que tocan, como si se tratase de lluvia ácida. Justo a continuación, una serie de haces de luz caen del cielo, cada uno sobre algún animal o insecto del bosque, y aparentemente los abducen, arrastrándolos rápidamente hacia la oscuridad del cielo totalmente encapotado.

A medida que los zombis se esparcen por el pueblo más personas tratan de abandonarlo. Al parecer ese es el único camino, y el terreno circundante es demasiado desnivelado y abrupto para recorrerlo en coche. Los que llegan hasta el camino bloqueado y sobreviven a los zombis corren a refugiarse también en la cabaña de Marion, por ser el edificio más cercano. Así terminan uniéndose a René y Marion una joven pareja (ella embarazada), el histérico y malhablado sheriff local, y su ayudante novata. Y las docenas de zombis que les siguen, claro.

La cabaña de Marion se llena de zombis y este comienza a disparar contra ellos. Parece tener una enorme cantidad de armas, tantas, de hecho, que cuando agota los cargadores de las pistolas no se molesta en cambiarlos. Se limita a soltar las armas y de algún modo otro par de pistolas aparecen en sus manos. 

Esto se exagera hasta tal punto que hay un momento, más adelante, en que todos deben cambiarse de ropa porque la misteriosa lluvia humeante les ha empapado. Marion se deshace de toda su ropa, entra desnudo y desarmado en una tienda del pueblo y se viste con lo que encuentra allí. No le vemos conseguir más armas en ningún momento, pero cuando más adelante le hacen falta, otro par de pistolas cargadas salen disparadas del pantalón que pilló en la tienda. De la parte de atrás del pantalón. Literalmente, se saca armas hasta del culo.

Marion, René y el resto del grupo aguanta como puede el ataque de los zombis, pero la resistencia al daño de estos es enorme y solo la destrucción del cerebro acaba con ellos. Además, la embarazada está a punto de dar a luz y se hace necesario llevarla hasta un hospital. 

El principal problema es que el grupo no está nada unido. El sheriff es un personajillo hiperactivo que desprecia a todo el mundo, que de cada tres palabras que pronuncia dos son insultos, y que trata de imponer su autoridad a base de amenazas y gritos en lugar de mostrando seguridad y capacidad de mando. La persona que tiene estas cualidades es precisamente Marion, que se muestra frio y sereno en todo momento y es un experto en armas, pero el sheriff no le permite tocarlas porque no se fía de él. La ayudante novata es eso, una novata sin experiencia real que se limita a tratar de seguir el reglamento a rajatabla pese a estar metida en una situación extraordinaria. La chica embarazada le recrimina a René el haberle quitado el puesto del último concursos de Miss Pesca del Dia de Berkeley, y su novio se burla de Marion por su fama de loco. Y René… bueno, ahí está la pobre en medio de todos y de todo.

De algún modo el grupo logra no matarse entre ellos además de sobrevivir a los zombis el tiempo suficiente para abandonar la cabaña de Marion con su todoterreno, y llegar hasta las afueras de Berkeley… solo para toparse con un muro de metal. Un imposible muro de metal que rodea completamente todo el lugar, y tan alto que se pierde en el cielo hasta la densa capa de nubes. El muro, además está cubiertos de púas, como si estuviera pensado para impedir que animales muy grandes tratasen de trepar por él.

El sheriff histérico, incapaz de aceptar la realidad de lo que tiene ante sus ojos, trata de escalarlo usando las púas como apoyaderos. Es el primero del grupo en morir. Su ayudante es la siguiente… o eso parece, porque nada de lo que está ocurriendo está claro. Algunos tienen ataques de tos tras los cuales se transforman en zombis incluso sin haber sido mordidos, pero este efecto también se reviente espontáneamente. La ayudante es abducida y proyectada hacia el cielo por uno de esos rayos de luz, y un extraño ser, una figura humanoide de color blanco brillante cubierta por una túnica aparece ante ellos. No hace nada, solo se deja ver y los observa huir despavoridos.

Las rachas de lluvia humeante siguen cayendo sobre el área, cada vez con más frecuencia, sin que quede claro si ello también convierte a la gente en zombi o no tiene nada que ver. El grupo, solo cuatro ahora, regresa al pueblo a falta de nada mejor que hacer, y empieza a saquear tiendas en busca de comida y ropa. Deben cambiarse de ropa cada vez que la lluvia los empapa, por precaución, al no saber qué papel juega el agua en todo ese asunto. Otra oleada de zombis les ataca en el pueblo, y mientras luchan contra ellos, cuatro alienígenas luminosos más se manifiestan. Uno de ellos genera en la palma de su mano una bola de agua que lanza contra la cara de Marion. Como si esto lo marcara de algún modo, un rayo de luz cae directamente sobre él y lo abduce.

Los tres que quedan se dirigen ahora al aeródromo del pueblo, perteneciente a una empresa fumigadora. Su plan es utilizar una de las avionetas para tratar de sobrevolar el muro de metal. Pero también el aeródromo está lleno de zombis. El grupo queda separado y solo el novio de la chica embarazada logra subirse a la avioneta y despegar con ella. Esta vez, mientras luchan contra los zombis, empieza a llover de nuevo… y descubrimos que la lluvia vuelve a convertir a los zombis en humanos cuando los empapa lo suficiente. A continuación, aquellos zombis que han sido devueltos a su estado humano son alcanzados por los rayos de luz y elevados al cielo. Este es el destino que aguarda también a la mujer embarazada.

Completamente sola, sin un plan al que agarrarse ni lugar al que ir, René ve aparecer ante sí a un grupo de estos alienígenas luminosos y encapuchados. Empuña una herramienta dispuesta a vender cara su vida, pero uno de los seres genera en su mano una bola de agua y se la lanza a la cara. René se sorprende al notar que esto no le hace daño, sino que, por el contrario, le regenera un corte que se había hecho en la frente. Mediante gestos, los alienígenas se hacen entender. Ellos no están allí para esparcir la enfermedad, sino para curarla. El muro de metal lo alzaron ellos, para contener la plaga zombi desatada por los fragmentos de los meteoritos. La lluvia humeante también es cosa suya, pues la cura está en el agua. Y aquellos que quedan curados, limpios de la enfermedad por la lluvia, son a los que abducen con los rayos de luz.

Y aquí vemos el porqué de lo cutre y barata que parece toda la producción. La película estuvo ahorrando todo el presupuesto que pudo para concentrarlo en la siguiente secuencia: cuando un rayo de luz cae sobre René y la eleva al cielo, vemos que todo el pueblo ha sido reunido allí. Cada habitante, cada animal, cada insecto… una vez sanados por la lluvia, son elevados para mantenerlos alejados del suelo, y de los zombis que quedan.

Finalmente todos los habitantes y fauna de Berkeley son sanados, y los alienígenas se marchan. Los abducidos son devueltos al suelo, una vez la lluvia limpia también la contaminación dejada en este por los meteoritos. Las nubes de lluvia artificial son absorbidas por el enorme muro de metal, y este se desensambla en una serie de segmentos que se elevan al cielo, revelando que en realidad son un conjunto de naves preparadas para combinarse unas con otras formando un cerco de contención en situaciones como estas.

Al día siguiente, el pueblo ha sido tomado por las autoridades. El ejército ha establecido una cuarentena hasta esclarecer lo ocurrido. En el hospital, René y Marion conversan sobre su papel en todo ese asunto. Son conscientes de que no todo el mundo ha sobrevivido. La lluvia ha curado la enfermedad y regenerado las heridas… hasta cierto punto, porque ellos mismos hicieron cosas como partir zombis en dos, arrancarles la cabeza, hacerlos explotar… y daños tan extensos son irreparables. De no haber hecho nada, habrían sobrevivido más de sus vecinos, pero evidentemente no lo podían saber. Y otra cosa que no saben ellos, ni tampoco los alienígenas, es que la lluvia no llegó a curarlos a todos. El novio de la embarazada sí logró salir del pueblo. Voló por encima del muro con la avioneta siendo portador de la enfermedad, y esta termina extendiéndose por todo el país. 

La última escena nos muestra a René, sentada en una mecedora a la entrada de su granja, la que el banco se disponía a embargarle cuando estalló la plaga zombi. Se ha erigido en la defensora del pueblo, reuniendo a los supervivientes en el hospital y cazando a todos los zombis de la región. Solo que esta vez no acaba con ellos, sino que se dedica a capturarlos y mantenerlos encerrados en un cercado de su granja.

 

René mira al cielo, esperando. Esperando el día que los alienígenas regresen para volver a sanarlos con su lluvia. Hasta que ese momento llegue, cuidará tanto de los vivos como de los zombis, ahora que sabe que su estado puede ser revertido.

Esta película pasó bastante desapercibida en su momento, y aún a día de hoy no es muy conocida. He hablado de ella con gente que me ha dicho que empezaron a verla, pero la quitaron al poco de empezar precisamente por lo barato de las actuaciones y los efectos, y el tono de comedia tonta que tiene al principio. Y sí, es una película que te atrapa muy poco a poco, pero yo no puedo más que recomendarla. Es como la vida misma: tiene momentos ridículos, tiene momentos aburridos, tiene momentos divertidos, hay otros sangrientos, e incluso algunos hermosos. Y por esos momentos hermosos, vale la pena soportar los ridículos, los aburridos y los sangrientos. Como la vida misma, sí.

Tiene además un humor muy peculiar, y está llena de pequeños detalles. Por ejemplo, el cartel de entrada y salida al pueblo, que vemos en varias ocasiones, nos muestra el slogan de Berkeley: “Ya le pescaremos”, haciendo referencia a que es un buen lugar para dedicarse a la pesca. Y eso es básicamente lo que hacen los alienígenas cuando cercan el pueblo con su muro de naves y se dedican a atrapar gente y animales con sus rayos de luz: pescar en un barril. Hay también una breve escena en la que vemos un locutor de televisión hablando de lo ocurrido en el pueblo, y su nombre aparece a pie de pantalla: Dick Smart. Son solo un nombre y un apellido relativamente comunes, pero además tienen significado independiente. Dick es una forma coloquial de referirse al pene, y Smart significa elegante o ingenioso, así que podríamos traducir el nombre del locutor por algo así como Polla Bonita. Son detallitos que demuestran no solo el cuidado que pusieron en esta película los codirectores y  coguionistas (los Spierig Brothers), sino lo mucho que disfrutaron haciéndola, que eso al final también se nota.

Puedes ver más reseñas de películas de zombis pulsando aquí

Undead. 2002. Michael Spierig & Peter Spierig (guion y dirección) Felicity Mason (actriz principal) Mungo McKay (actor principal). Spierigfilm. Editada en DVD en 2003 por Paramount Home Entertainment.

miércoles, 2 de abril de 2025

POPEYE (nº 9) El ganso marino

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, comedores de espinacas.

Esta nueva aventura comienza con Popeye en altamar, junto con Olivia/Rosario, Óscar, Pilón, y Tía Tecla. No parece tener continuidad con la última que vimos, porque no se vuelve a hacer ninguna referencia a la Armada de Spinachilandia.

Oscar, que está a cargo de la radio, recibe un mensaje para Popeye que dice simplemente “Ven aquí” y está firmado con las iniciales M.C. Rosario opina que M.C. puede querer decir Marina de Combate, con lo que Popeye ordena inmediatamente alistar el barco para la batalla. Sin embargo Tía Tecla opina que M.C. es Mamá Carey, una misteriosa mujer que vive en una isla mágica. Esto parece confirmarse al recibir otro mensaje, esta vez dirigido a Tía Tecla, que indica “Dile a Popeye que se dé prisa, el ganso marino anda suelto”. Esta vez sí está firmado por Mamá Carey con todas las letras. Pilón nos amplía la información sobre Mamá Carey diciendo que es “la reina de las gaviotas del mar” y que “todas las gaviotas son sus polluelos” pero qué se trata simplemente de una leyenda, que no existe en realidad. 

Popeye, sin embargo, cree que Mamá Carey sí es un personaje real. Después de todo él ha conocido a una bruja, personas que se podían volver invisibles, fantasmas, sirenas, incluso al propio dios Neptuno, rey de los mares, por lo que el hecho de que una mujer sea la madre de todas las gaviotas no le resulta especialmente extraño. Tía Tecla le confirma que Mamá Carey existe, puesto que ella llegó a verla en una ocasión.

Al subir a la cofa del vigía, Pilón descubre que esta ha sido llenada de paja, convirtiéndola en un nido en el que ha sido depositado un gran y extraño huevo. Baja con él e intenta cocinarlo, pero el huevo parece estar hecho de goma, ya que resiste todo intento de romperlo y tiene tendencia a rebotar por todas partes.

Suponiendo que la aparición del extraño huevo y la desaparición del ganso marino son hechos relacionados, Popeye coloca el huevo bien a la vista en la cubierta del barco, con la esperanza de atraer a la criatura que lo haya puesto. Aquí hay varias páginas dedicadas a especular sobre las posibilidades comerciales de la “goma de ganso” ya que es de lo que parece estar hecho el huevo. Los personajes hablan sobre cómo podrían abastecer al país de goma para neumáticos con un criadero de gansos que pusiesen huevos de goma. De hecho, el término “goma de ganso” se repite con frecuencia como si fuera algún tipo de chiste interno. Puede que sea una referencia a alguna publicidad de la época o a algo de lo que se hablaba en ese momento, porque la insistencia con la que se habla de la “goma de ganso” resulta extraña.

El caso es que finalmente aparece un ganso y se pone a empollar el huevo, y el ganso también parece estar hecho de goma. El ganso (gansa, en realidad) se dedica a ir poniendo más huevos, hasta cinco en total. El aparentemente valioso recurso de la “goma de ganso” hace que la armada japonesa comience a rondar el barco de Popeye intentando hundirlo. El primero en atacarles es un submarino que dispara contra ellos torpedos, sin demasiado acierto. Popeye se deshace de él nadando hasta su periscopio y cegándolo con un cubo de grasa, y poco después el submarino es destruido por la aviación estadounidense.

Aquí hay una viñeta en la que Popeye explica la razón por la que los estados unidos están peleando con los japoneses, y esta es “Luchamos porque somos como somos, y porque nuestros enemigos son como son”. No hay más. No habla ni de patriotismo, ni de intereses políticos, ni nada por el estilo. Este cómic es de 1971. Los Estados Unidos estaban en plena Guerra de Vietnam, y la cultura popular de la época reflejaba esto de forma a veces indirecta y otras más explícita. Popeye peleaba contra los japoneses porque para el gran público norteamericano no había mucha diferencia entre japoneses, chinos y vietnamitas. Todos eran “amarillos” sin más. Esto también puede verse en los comics que se publicaron durante la Segunda Guerra Mundial, en la que los superhéroes de Marvel se convirtieron en grandes opositores al régimen nazi y no hacían más que luchar contra los alemanes, así como durante la Guerra Fría los malos eran los rusos en todas las películas.

Lo curioso de todo esto es que, si bien el caos y la destrucción de las guerras siempre da pie a atropellos a los derechos humanos y todo tipo de crímenes y situaciones escabrosas, en los comics, películas, folletines, en los propios noticieros oficiales, se tendía a demonizar aún más al enemigo. A presentarlo peor aún de lo que era, a veces hasta el punto de mostrar a los soldados enemigos como vampiros o demonios. Pero la explicación que da Popeye es simplemente que “luchamos porque somos como somos, y porque nuestros enemigos son como son”. 

Eso sí, de lo que no se priva es de ridiculizarlos lo máximo posible. Cuando Pilón se entera de que están en guerra con los japoneses coloca una trampa para ratas en la bodega, puesto que lo que él sabe de los japoneses es que son personas muy pequeñitas y que siempre están hambrientas. Basándose en eso, para él es lógico que si un japonés se cuela a bordo del barco, lo que hará será lanzarse desesperado a por el minúsculo trocito de comida del cebo, quedando inmovilizado en la trampa para ratas.

Tras el ataque del submarino, los siguientes que entran en liza son dieciséis buques de guerra que comienzan a disparar contra el barco de Popeye. Cuando este se dispone a contraatacar descubre que la munición que han embarcado es demasiado grande para el único cañón con el que cuentan ellos, por lo que no le queda más remedio que recurrir a una serie de trucos para ir hundiendo la flota enemiga. Empieza reduciendo la cocina del barco a trozos de chatarra para emplearlos como metralla, para abatir un avión que les estaba bombardeando.

 

Y puesto que el cañón no tiene ángulo suficiente para apuntar hacia arriba, lo toma en brazos y él mismo lo orienta hacia el blanco con su desmesurada fuerza. Este único disparo que llega a efectuar destroza el ánima del cañón, por lo que a continuación se dedica a hundir el resto de la flota enemiga lanzando contra ellos los proyectiles de los que dispone a base de fuerza bruta, golpeándolos con una mandarria. Así consigue deshacerse de la escuadra japonesa y llegar hasta la isla de Mamá Carey.

Una vez en tierra firme Popeye se adelanta a investigar y encuentra la casa de Mamá Carey derrumbada e incendiada. La isla ha sido tomada igualmente por “los amarillos” y está llena de soldados. Me voy a referir a ellos así puesto que en ningún momento se especifica su nacionalidad. Se nos da a entender que son japoneses porque hay un momento en el que Pilón dice ver el sol saliendo por un punto del horizonte que no le corresponde, y Popeye le corrige diciéndole que lo que está viendo no es el sol, sino una bandera. La bandera de Japón es un círculo rojo sobre fondo blanco, que representa el sol naciente. Es una referencia clara, pero las palabras “Japón” o “japoneses” no se emplean en ningún momento del cómic, siendo simplemente “los amarillos”, “los enemigos” o "los orientales".

Entre Popeye y Rosario (que cuando se enfada es igual de bruta que él) limpian la isla de las tropas de ocupación y continúan buscando a Mamá Carey. Son interrumpidos cuando un nuevo barco japonés amarillo llega hasta la isla, y esta vez Popeye decide apoderarse de él en lugar de hundirlo. Los personajes suben a bordo apalizando a los soldados y humillándolos simultáneamente. Popeye los golpea con una paleta para mosquitos, como si fueran algo insignificante, y hasta los debiluchos Óscar y Pilón se unen a la pelea tumbando también a varios de ellos, dando a entender que “los amarillos” son gente extremadamente floja, a la que se puede liquidar en grandes cantidades. Incluso Tía Tecla derriba a uno golpeándolo con un palo.

Tras apoderarse del barco y encerrar a sus decenas de marineros en la bodega, Popeye ordena a Pilón que se encargue él de alimentarlos. Su ración diaria será de un solo grano de arroz hervido por persona, puesto que así pretende mantenerlos débiles y evitar que se rebelen. Sin embargo, cuando Pilón baja a darles su comida, estos le ovacionan puesto que un grano de arroz al día es una ración superior a la que han estado recibiendo hasta ahora como miembros de su armada. Es otra pequeña humillación a los japoneses y la vuelta a la imagen clásica que tenía de ellos el público norteamericano en esta época: gente débil, pobre, de naturaleza sumisa, y que pasaba mucha hambre.

Dueños ya del barco, Rosario le cambia el nombre. El original Veneno es sustituido por Reina Rosario. Popeye decide ofrecerle el barco recién capturado al Tío Sam. Aquí ya no se habla de Espinachilandia, sino directamente de Estados Unidos. Popeye se pone en contacto con el Ministro de Defensa y este aprovecha para decirle que tiene una importante misión para él, pero que quiere verlo en persona. Se nos muestra a su interlocutor, y parece una caricatura de Melvin R. Laird, que era Ministro de Defensa de los Estados Unidos en aquel momento. A Laird, por cierto, le debemos el primer tratado de no proliferación de misiles intercontinentales firmado entre los Estados Unidos y la Republica Socialista Soviética.

Pilón baja a la bodega para preguntar a los prisioneros japoneses amarillos que quieren para comer, para celebrar que van a Norteamérica a entregar el barco. Cuando estos, todos a una le piden hamburguesas, este responde sorprendido “Cielos, ya hasta parecéis humanos”. Es decir, que ya parecen seres humanos porque prefieren hamburguesas, el que podríamos considerar el típico plato del estadounidense promedio (aunque el origen de la hamburguesa sea alemán) antes que arroz, el típico plato del japonés promedio. De nuevo son cosas de la época, y como tal hay que entenderlas. También lo que hoy en día consideramos humor inofensivo en otra época habría sido visto (o será visto en el futuro) como algo completamente inadecuado.

De camino a Washington son atacados de nuevo. Varios barcos disparan contra ellos. Popeye y el capitán jap... amarillo discuten en cubierta sobre quiénes les están disparando, tratando de determinar si son amarillos que saben que el barco ha sido tomado, o si son norteamericanos que lo ignoran. Popeye opina que los atacantes son norteamericanos porque observa pasar junto a él un proyectil y lo ve de demasiada buena calidad como para ser un proyectil amarillo. Los disparos además son demasiados certeros para lo que, según él, es habitual entre los artilleros amarillos, así que deben ser norteamericanos. Para confirmar esto Pilón hace unas señales con banderas indicando quienes son a los barcos atacantes y estos dejan inmediatamente de disparar. Pilón también añade como una pequeña postdata que les envíen un paquete de hamburguesas, que los artilleros americanos cargan en uno de los cañones y disparan directamente contra él.

Tras este último incidente llegan finalmente a avistar la costa de los Estados Unidos. Popeye se siente tan orgulloso de su futuro desempeño en la guerra que hincha el pecho hasta el punto de que uno de sus botones sale disparado, arrancado de la ropa por la presión de sus músculos. 

Un cómic realmente peculiar este, y un motivo claro de por que siempre es un error reescribir o destruir obras antiguas. No me refiero a hacer nuevas versiones o continuaciones, sino a tratar de cambiarle el sentido a todo para dar la impresión de que la sociedad siempre fue tal como es ahora. Esto lo único que hace es negarnos esa visión de cómo eran realmente las cosas en su época que nos dan los libros, cómics, cuentos o películas antiguas en sus versiones originales, que no son otra cosa que una ventana a la sociedad del momento.

Hasta que leamos y reseñemos otro número (la próxima vez que comamos espinacas) podéis repasar todo lo que ya publicamos sobre este personaje pulsando aquí.

No se indica el título original. 1971. Zaboly (texto y dibujos). King Features Syndicate. Publicado en 1971 por Buru Lan S.A.

martes, 1 de abril de 2025

SOBREVIVIR ES LEY

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                           ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                        

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Vamos con otro bolsilibro, que los tenemos un poquito olvidados. Este nos cuenta la historia del capitán Sen, que se aleja de la Tierra en una misión aparentemente rutinaria. Aunque no espera problemas al menos hasta haber dejado atrás Marte (como se anotaba en las cartas náuticas antiguas “A partir de aquí, monstruos”) él tiene un mal presentimiento. 

Sen cuenta con una buena nave y con una reducida pero experta tripulación entre la cual está Toin, la teniente de comunicaciones, que además es su amante. Es una misión que debería hacérsele relativamente cómoda, pese a lo cual no puede quitarse la sensación de que algo terrible va a pasar.

Y razón no le falta en realidad, aunque el problema no se va a originar únicamente a bordo de su nave. Un peligro mayúsculo se cierne sobre toda la humanidad. Por esas fechas el mundo está dividido en dos únicas superpotencias, los Continentes Unidos y el Kondukator. Cada una de ellas ha decidido más o menos al mismo tiempo agredir a la otra con una nueva generación de armas atómicas experimentales, sin una declaración de guerra previa. La función de las declaraciones de guerra es advertir a un país que va a ser atacado, para darle la oportunidad de hacer cosas como poner a salvo a sus civiles. Es, digamos, una forma de darle al país atacado la oportunidad de prepararse para paliar los daños colaterales y la destrucción de los objetivos no militares. Un intento de limitar lo máximo posible la destrucción a solo los ejércitos enemigos y no a sus ciudadanos… aunque una vez declarada formalmente la guerra, se considera “legítimo” el atacar ciudades.

En este caso ambas superpotencias deciden no declarar una guerra formal para negar al enemigo toda capacidad de respuesta posible. Dado el tipo de armas que van a emplearse en la contienda, que nos describen como un tipo de bombas atómicas cuyos átomos se relacionan entre ellos como si se tratara de un virus inteligente (un concepto extraño pero interesante) se espera una destrucción mutua casi absoluta. El único modo de sobrevivir a esta guerra (y “sobrevivir es ley” como nos indica el título) es con un ataque inicial tan sorpresivo y devastador que no dé tiempo a su rival a organizar un contraataque de consideración. Así pues Sen, Toin y los otros tres miembros de la desprevenida tripulación se alejan de la Tierra en lo que creen que será una misión de exploración rutinaria tras la cual volverán a su verde y azul planeta. Mientras tanto, los habitantes de ese planeta desatan un exterminio colectivo.

La potencia del armamento empleado resulta ser mucho mayor de lo previsto. Para no alertar al enemigo (pues ambos bandos tienen espías vigilando todos los movimientos y despliegues de armas de su rival) estas nuevas bombas no se han probado, si no que su funcionamiento y capacidad destructiva es únicamente teórico. Cuando las explosiones comienzan a multiplicarse y los efectos de unas y otras armas se combinan, la devastación resultante está más allá de nada que pudiesen haber imaginado. La onda expansiva de las explosiones barren del cielo a los propios aviones que dejaron caer las bombas, y estas desintegran no solo las ciudades sobre las que fueron lanzadas, sino que el cráter que dejan en su lugar profundiza hasta prácticamente el centro de la Tierra. Ríos de magma brotan como geiseres del planeta, agujereado como un queso de gruyere. Esto desata una reacción de destrucción imparable, que termina con todo el orbe fragmentándose y estallando. Al final de la brevísima contienda no queda nada más que trozos de roca flotando en el espacio.

A bordo de la nave, los tripulantes tienen sus propios problemas, a una escala menor pero no por ello menos peligrosa. La nave lleva consigo tanques de flora microbiana, con órdenes de liberarlos en un planeta sin vida. La idea es que, con el paso de los siglos o milenios, está flora microbiana se desarrolle en algún mundo creando un nuevo hábitat para la humanidad. Sin embargo, como si la destrucción de la Tierra hubiese sido percibida por esa flora microbiana, por esa esencia de la vida misma, está empieza a desarrollarse a un ritmo acelerado. La flora se multiplica dentro de los tanques hasta el punto de amenazar con reventarlos. Al ser una cantidad pensada para ser liberada en todo un mundo, la concentración es tan alta que resultará letal para los humanos si se esparce en la nave.

Los tripulantes, que todavía ignoran lo ocurrido a la Tierra, desvían su rumbo previsto para buscar cualquier planeta muerto en el que soltar los tanques de la flora microbiana antes de que estos revienten. De este modo, los tanques se convierten a la vez en su peligro más inmediato pero también en su única esperanza, debido a que su vertiginoso desarrollo podría hacer habitable un asteroide o mundo sin vida lo suficientemente rápido como para que se establecieran allí. La tripulación se vuelve consciente de ello cuando intentan comunicarse con la Tierra y no captan ninguna señal, en ningún idioma. Esto, combinado con una serie de lecturas que reciben sobre el Sistema Solar, les convencen de que la Tierra ya no existe.

Debido a que van a contrarreloj, con las bacterias evolucionando a pasos agigantados a formas cada vez más perfeccionadas y agresivas, la tripulación no tiene más remedio que liberarlas en el primer mundo con unas mínimas condiciones para hacerlo que encuentre. Debe ser un medio en el que la vida pueda sostenerse, pues ellos mismos necesitan habitar algún lugar. Sin embargo el único mundo al que son capaces de llegar a tiempo presenta leves indicios de una vida básica que con el tiempo podría llegar a dar lugar a formas de vida inteligente de pensamiento complejo.

Aquí se nos plantea el dilema moral de turno: necesitan soltar en la tenue atmosfera de ese mundo su carga microbiana puesto que de no hacerlo esta se esparcirá por el ambiente totalmente cerrado de la nave, matándolos a todos. También necesitan soltar las bacterias en ese mundo para que estas generen vegetación, atmósfera, evaporación y por tanto agua, pero esto destruirá o modificará las formas de vida autóctonas que ya haya allí. Por tanto ¿hasta qué punto es lícito que, para asegurar su propia supervivencia, la supervivencia de los últimos miembros de una raza que ya ha demostrado ser capaz de destruir su propio mundo y aniquilarse ellos mismos, interrumpan el desarrollo natural de un planeta en el que podría llegar a generarse otra forma de vida inteligente?

Tras un intenso pero rápido debate a base de razonamientos y gritos, el capitán Sen decide terminar con la discusión: “Sobrevivir es ley”, aunque ello implique que los últimos representantes de esa fallida humanidad aplasten con su bota la incipiente vida que está formándose en ese otro mundo.

Justo tras tomar esa decisión, y preparándose ya para defenderla a puñetazos ante la negativa de uno de sus hombres, salta la señal de alarma del laboratorio. En un intento de retrasar la proliferación de la flora microbiana hasta estar en disposición de liberarla en una atmósfera compatible, los tanques de esta han empezado a ser sometidos a radiación. La doctora Marsha, a cargo de los tanques, pensó que el bombardeo radiactivo tendría un efecto destructor moderado sobre este elemento, reduciendo su tasa de crecimiento, pero ha ocurrido justo al revés. La radiación ha estimulado su crecimiento, cuya rápida evolución lo ha convertido en algo que nada tiene que ver con lo que salió de la Tierra. Ahora las bacterias se han unido formando una gran masa que ha empezado a devorar todo a su paso. Se nos describe como una especie de neurona cerebral gigantesca, gelatinosa, y rodeada de seudópodos. Rompe el tanque de contención y atrapa al ayudante de Marsha, absorbiéndolo a su interior y reduciéndolo a sus elementos básicos.

La película de The Blob se había estrenado en 1958, y su secuela Beware! The Blob! en el 1972. Este bolsilibro es de 1981, así que es muy posible que el autor hubiese visto alguna de ellas, porque la criatura recuerda mucho el monstruo de estas películas.

Una vez la cosa empieza a moverse por la nave buscando más sabrosos humanos, la historia se transforma en una lucha por contenerla. Los tripulantes se organizan reuniendo unos productos químicos que tienen disponibles, con los que creen que podrán frenar el avance de la criatura. Esto resulta ser más sencillo de lo que podríamos haber supuesto. Su evolución a una forma de vida orgánica compleja en realidad ha vuelto más tangible (y por lo tanto mucho más vulnerable) a la bacteria. Los tripulantes rocían al monstruo con un compuesto rico en flúor que actúa como un ácido para la cosa. De haberse llegado a liberar en forma de bacterias y haber proliferado en sus pulmones, habría resultado letal para todos, pero al adquirir una forma física ha adquirido también debilidades que no tenía en su forma anterior más sencilla.

Al final la cosa únicamente mata a uno de los tripulantes, pero estos eran tan solo cinco desde el inicio. Eso nos deja con dos hombres y dos mujeres que (recordemos) ya no tienen un planeta al que regresar, ni tanques de flora microbiana con la que convertir en un vergel algún mundo sin vida al que puedan llegar. Aunque se nos dice que por esas fechas la humanidad contaba con estaciones espaciales habitadas y colonias en otros mundos del Sistema Solar, la explosión de la Tierra ha enviado una honda de choque tan potente que ha destrozado todas esas colonias, matando también a sus habitantes. Esas dos parejas son todo lo que queda de la forma de vida más inteligente y compleja que vio nacer su planeta.

Muchos bolsilibros terminaban así, con entre una y tres parejas (y afortunadamente de cara a la supervivencia de la especie, parejas heterosexuales) viajando a la deriva con la levísima esperanza de llegar a establecerse en un mundo habitable que repoblar. En este caso no nos dejan con la incógnita de si lo lograrán o no. De todas formas, el combustible y alimentos de la nave no van a durar mucho puesto que la suya iba a ser una misión de relativamente corto alcance, centrada en recopilación de datos y en liberar su carga microbiana en algún asteroide sin vida. 

Su situación parece aún más desesperada que antes cuando reciben una señal de comunicaciones. Consiguen establecer una transmisión clara, y una voz les anuncia que son una nave exploradora de Novaterra. Este es al parecer un planeta colonizado por accidente. Una expedición anterior a ellos perdió su ruta y se vio forzada a posarse en un mundo en el que liberaron su propia carga de flora microbiana. Nunca antes se habían comunicado con la Tierra porque (no se nos dan muchos detalles, pero es algo que puede suponerse fácilmente) tuvieron que centrarse en sobrevivir en ese nuevo mundo. Y no ha sido hasta recientemente que han tenido otra vez capacidad para poner a punto su nave y despegar con ella, buscando retomar el contacto con su mundo de origen. Lo único que han encontrado de la vieja Tierra han sido estos cuatro supervivientes, a los que se disponen a dirigir a hasta Novaterra. Finalmente el título del libro se cumple otra vez. “Sobrevivir es ley”. O como decían en Jurassic Park “La vida se abre camino”.

He de decir que este bolsilibro es mucho mejor (tanto a nivel argumental como de escritura) que el único que había leído de este autor hasta ahora, al que podéis dar un vistazo pulsando aquí.

Sobrevivir es ley. 1981. Eliot Dooley [Enrique Martínez Fariñas] (texto) Miguel García (portada). Héroes del espacio nº 88. Ediciones Ceres S.A.