EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.

Saludos, ávidos lectores.
De las varias ocasiones en las que se ha intentado lanzar Dylan Dog en España, la primera fue en 1988. La serie se canceló tras solo seis números. En 1993 se intentó continuarla, pero saltándose el nº 7 y presentando el nº 8 de la edición italiana como el nº 1 de la nueva colección, titulado El retorno del monstruo.
Toda la serie de Dylan Dog es en esencia un gigantesco homenaje a los clásicos del terror. El verdadero nº 1 de la colección, El alba de los muertos vivientes, era un homenaje claro a La noche de los muertos vivientes. Y del mismo modo, este nº 8 es un homenaje claro a películas como Viernes 13 y La noche de Halloween. Es la “versión Dylan Dog” de los grandes clásicos de psicópatas de los 80.
En esta edición el cómic se presentó en un formato de página bastante más grande que el original italiano, y esto hace que los dibujos se vean en ocasiones algo más bastos, menos definidos. Pero es un tamaño de página más similar al de los cómics a los que estábamos acostumbrados por estos lares, y probablemente el cambio se deba a eso. Lo que vemos aquí es un tomo en el que se recopilaron los cuatro primeros números de este relanzamiento.
La historia comienza en Gales, en 1987. Una joven sale de su habitación en una gran casa rural y se desplaza lentamente por ella buscando a sus padres y el personal de servicio. Hace poco que ha amanecido y la claridad lo llena todo, pero por su deambular inseguro y a tientas nos damos cuenta rápidamente que es ciega. Esto queda más claro cuando la vemos pasar andando junto a los cadáveres de su madre y los criados de la casa. Pasa junto a ellos sin verlos y de forma casi milagrosa sin tropezarse con los cuerpos mientras los llama en voz alta y cada vez más nerviosa.
Tras deambular por la casa dándose cuenta de lo anormal de toda la situación, va hacia el salón sabiendo que su padre tiene una panoplia de armas medievales y busca tientas una con la que defenderse. Al pasar los dedos por ella echa en falta un machete.
Un ruido le hace volverse hacia el sillón de su padre. Va hacia este y al tacto distingue a su padre sentado, pero al tocar su rostro la cabeza se desprende. Mientras se agacha en una esquina, paralizada por el terror, la cabeza cortada de su padre rueda hasta los pies de un hombre corpulento vestido con un mono de trabajo de jardinería que empuña un machete ensangrentado, el que falta en la panoplia de armas.
Dieciséis años más tarde la joven ciega, Leonora, es ya una mujer adulta. Y rica, a raíz de unir la fortuna que heredó de sus padres con la de su marido, un prestigioso médico psiquiatra. Leonora acude casa de Dylan Dog para hablarle de aquellos asesinatos, a los que la prensa bautizó como “La matanza de Steele House”. El culpable de la misma fue Damien, un mozo de cuadra con retraso mental que trabajaba en los establos de la casa. La matanza no tuvo ninguna finalidad aparente. Damien no robó nada, simplemente mató a todo el mundo, al parecer en un arranque de locura. Fue detenido e internado en el manicomio que dirigía el que a día de hoy es el marido de Leonora, donde ha permanecido hasta ahora. O Mejor dicho, hasta ayer. Damien se fugó recientemente del manicomio, exactamente dieciséis años después de ser ingresado allí. La matanza ocurrió cuando Leonora tenía dieciséis años, Y también son dieciséis los años que tiene en estos momentos Lilith, su hija. Leonora no cree que todo esto sea en coincidencias, teme que Damien tenga intención de regresar a la finca familiar donde ella, su marido y su hija viven, para acabar el trabajo.
Leonora no quiere que Dylan resuelva ningún caso, porque ya se sabe quién es el culpable, ya se sabe que Damien se ha fugado, y ella cree saber lo que va a hacer a continuación. Lo que quiere es que Dylan mate a Damien cuando este se presente. La finca ya cuenta con un nutrido ejército de mercenarios apresuradamente contratados como personal de seguridad. Tienen órdenes de tirar a matar si ven aparecerá Damien, pero Leonora no cree que esto baste. Tanto ella como su marido consideran que Damien no es totalmente humano sino algún tipo de monstruo de la naturaleza, quizá un mutante. El motivo por el que quiere contratar a Dylan, es porque este se anuncia como investigador de lo sobrenatural, y por tanto debe saber el mejor medio de matar a un monstruo.
Pese a que Leonora se muestra irritante, petulante y maleducada, Dylan acepta el caso. Lo primero que hace es dirigirse al manicomio del que escapó Damien. Ahí el doctor Pierce, el marido de Leonora, le pone al corriente de lo sucedido. Tras dieciséis años en los que Damien permaneció en una absoluta calma, sin hablar siquiera, sin mostrarse agresivo ni meterse en ningún tipo de líos, siendo literalmente un preso modelo, tomó la repentina decisión de escapar. Le rompió el cuello a uno de sus cuidadores de un solo golpe, recuperó sus viejas ropas de jardinero que aún se guardaban en un armario, y se abrió paso hasta el exterior.
Para hacerlo tuvo que atravesar una ventana reforzada, dos alambradas electrificadas, y escalar con las manos desnudas un muro de cuatro metros totalmente plano, sin ningún tipo de agarres ni apoyos. Cuando el doctor Pierce vio que los obstáculos no le detenían ordenó abrir fuego contra él, y Damien recibió impasible una docena de disparos mientras seguía escalando el muro. Con el cuerpo lleno de balas y habiendo sufrido ya dos potentes descargas eléctricas, Damien saltó al otro lado del muro y se perdió en la noche sin dar muestras de dolor ni debilidad.
Dylan se dirige entonces a Steele House. La villa prácticamente ha sido convertida en un fortín. Patrullas armadas acompañadas de perros guardianes vigilan continuamente el perímetro. Se han establecido controles de carreteras para llegar hasta la casa, e incluso dentro de ella hay hombres armados vigilando cada puerta.
Tras alojarse en una habitación de invitados Dylan repasa las actas del juicio contra Damien. En ellas descubre que Leonora no es ciega de nacimiento sino que perdió la vista a causa del shock, cuando el día de la matanza se levantó y vio la casa llena de cadáveres. En las actas también figura que Damien fue condenado a muerte, pero que ella, apiadándose de la condición mental del asesino, intercedió para que su condena fuese cambiada a cadena perpetua en un psiquiátrico en lugar de en una prisión, asumiendo también todos los costes. Este acto de bondad es algo de lo que al parecer ahora habrá de arrepentirse.
Esa misma noche Damien aparece por las inmediaciones de la casa y le abre el cráneo a uno de los mercenarios de un solo golpe con el machete, antes de desaparecer de nuevo entre la densa arboleda que rodea la propiedad. El resto de mercenarios descubre el cuerpo, abren fuego contra los árboles al notar un leve movimiento entre ellos, pero no logran dar con Damien. Investigando por su cuenta, Dylan Dog ve un rastro de sangre en el suelo y lo sigue hasta lo que parece ser la boca de un antiguo pozo algo alejado de la propiedad. En el interior del pozo hay una escala de mano adosada, y desciende por ella a ver qué encuentra.
Lo que descubre es un enorme laberinto subterráneo, los sótanos y bodegas de un castillo medieval que desapareció totalmente de la superficie, quedando solo la parte enterrada que está justo debajo de donde ahora se levanta Steele House. El lugar está cubierto de suciedad, telas de araña y escombros pero también hay antorchas encendidas en las paredes, lo que indica que alguien lo utiliza como refugio. Tras deambular un buen rato por la infinidad de cámaras y corredores Dylan llega hasta una pequeña sala en la que ve a Damien, llorando mientras contempla una vieja foto de Leonora, tal como era dieciséis años atrás. Las lágrimas recorren su rostro deformado e inconexos murmullos escapan de su boca.
Dylan se deja ver y Damien reacciona agresivamente atacándole con un viejo cuchillo. En su cuerpo se aprecian claramente numerosos agujeros de bala que Damien ni tan solo se ha tomado la molestia de curar o vendar, y parece inexplicable que después de semejante castigo y la consecuente pérdida masiva de sangre, el hombre siga vivo. Dándose cuenta de que no va a poder vencerle en un combate físico, Dylan recurre a hablarle. Nombra a Leonora y le dice que esta lo ha perdonado. No es cierto, pero Damien parece creerlo y sale corriendo por un pasadizo secreto que comunica con el suelo de los establos.
Allí emerge del suelo levantando una losa de piedra y monta en uno de los caballos, que aparentemente lo reconoce como su antiguo cuidador. Damien sale al galope de los establos y cabalga directamente hacia la casa, siendo recibido por una muralla de fuego de armas automáticas, que le hacen trizas tanto a él como al caballo. Ambos ruedan por el suelo acribillados a balazos, y esta vez vemos que la prodigiosa resistencia de Damien parece haber desaparecido. Quizá era la rabia, la ira, el odio, lo que le mantenía vivo. Y al creer que Leonora le había perdonado, al pensar que era querido por alguien, esa rabia infinita ha desaparecido. Las balas le matan con la misma facilidad con la que matarían a cualquier otro ser humano, y el jefe de los mercenarios le da el tiro de gracia en la cabeza acabando definitivamente con él. Media hora después el ejército mercenario abandona Steele House. El cadáver de Damien ha sido colocado sobre una mesa en los establos a la espera de que lleguen las autoridades a hacerse cargo de él. Dylan Dog regresa a su casa de Londres un tanto confuso por la forma en que se han desarrollado los acontecimientos.
Al amanecer del día siguiente, Lilith, la hija de Leonora y Pierce sale de su habitación y recorre la casa buscando a sus padres. Encuentra a Pierce en su despacho, sentado en el mismo sitio en el que murió el padre de Leonora. También ha muerto de la misma forma, con la cabeza cortada. En el otro extremo de la habitación está la propia Leonora con el camisón ensangrentado y sosteniendo el famoso machete de Damien. Leonora confiesa entonces a Lilith que su marido, el hombre al que acaba de matar, no era su padre en realidad. Cuando se produjo la matanza de Steele House, ella y Damien eran amantes. Damien no tenía retraso mental como se dijo en el juicio, era simplemente un muchacho sencillo y algo bruto del cual la Leonora adolescente se enamoró. Sus adinerados padres no permitían semejante relación, y cuando ella se quedó embarazada trataron de separarlos y obligarla a ella a abortar.
Fue Leonora quién mató a sus padres y al personal de servicio de Steele House para que nadie supiera lo suyo con Damien y lo del hijo que esperaba de él. Tras cometer los asesinatos quedó en estado de shock por lo que había hecho. Volvió a su cama y al despertar al día siguiente estaba ciega. También había perdido la memoria, una respuesta de su mente al terrible acto que había llevado a cabo. Es por esto que la historia que se nos muestra al principio y lo que ella misma cuenta a Dylan Dog no cuadra con lo que este lee en los informes. Según los informes del caso Leonora quedó ciega al ver los cuerpos de sus padres y del servicio destrozados por toda la casa, mientras que el prólogo de esta historia nos la mostraba saliendo ya ciega de su habitación y comportándose como si lo fuera desde mucho tiempo atrás. Su ceguera, así como su amnesia, fue una defensa creada por su mente para tratar de preservar la mayor parte de su cordura, desvinculándola del horrible crimen que había cometido.
El motivo por el que se acusó a Damien de los asesinatos fue porque este, al ver a todos muertos en la casa, recogió del suelo el machete que Leonora había empleado para matarlos dejando sus huellas en él. Cuando la policía le detuvo ni tan solo se defendió. Quizá sabiendo que Leonora los había asesinado para que no le obligaran a abortar, Damien decidió hacer también un sacrificio similar y dejó que le inculparan por todo para que ella quedara libre de sospechas. La muerte de Damien la noche anterior rompió algo en la mente de Leonora, esa barrera que ella misma había creado de forma inconsciente, y le hizo recuperar la memoria.
Todo esto que Leonora cuenta a su hija, Dylan lo ha deducido a lo largo de la noche por sí solo dándole vueltas y más vueltas a los informes y a los sucesos ocurridos en Steele House. Cuando se presenta de nuevo en la casa, Leonora está terminando ya la explicación que da a su hija, la cual llora horrorizada. Como un último favor, Leonora le pide a Dylan que le lleve junto a Damien. Tomándola de la mano, este la guía hasta la cuadra en donde está el cadáver de su antiguo amor y la deja allí. A continuación monta a Lilith en su coche y se la lleva de vuelta a Londres para informar a la policía de lo ocurrido.
En Steele House, Leonora toma un candil y lo estrella contra el suelo de paja de la cuadra, convirtiéndolo en una pira funeraria para Damien y para ella misma, que se queda entre las llamas para morir con él.
De camino a Londres, Lilith comienza repentinamente a gritar. El shock por lo sucedido la ha dejado ciega…
Esta es la primera aventura de Dylan Dog que leí, y sinceramente me encantó. Pese a que la extraordinaria resistencia física de Damien es difícil de justificar, esta es una de las historias con menor componente sobrenatural. Aquí no hay magia, ni fantasmas, ni vampiros, ni dioses oscuros, ni pesadillas que cobran vida en el mundo real. Es todo obsesión, locura, amor, furia y tragedia. Después de haber leído unos cuarenta cómics sobre este personaje, El retorno del monstruo sigue siendo una de mis historias preferidas.
Puedes repasar esta colección desde el inicio pulsando aquí.
Il ritorno del mostro. 1987. Tiziano Sclavi (guion) Picatto (dibujo). Publicado suelto en 1993 y como tomo recopilatorio en 1994 por Ediciones B / Grupo Z.