EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... Pecky.
¡Saludos, amigos binéfagos!
Hoy es 29 de febrero. No ocurre muy a menudo. Y en El Planeta del Espacio nos hemos propuesto publicar algo relacionado con la bicefalia en los días extra de los años bisiestos. Ya sabéis, es una de esas asociaciones de ideas nuestras. Día extra, cabeza extra. Admitimos que no tiene mucho sentido pero nos hace gracia, y siempre es importante pasarlo bien con lo que uno hace, dentro de lo posible.
El artículo que tenemos para reseñar en esta singular fecha es esta película de 1959, a la que se le reconoce el mérito de ser la primera en la que el protagonista (que es a la vez el monstruo) era bicéfalo. Es una coproducción Japonesa-Estadounidense que básicamente es una versión de la clásica historia del Dr. Jekyll y Mr. Hide, pero con un desdoblamiento más físico que mental. El titulo original en inglés es The Manster, que viene a ser lo que te queda al mezclar The Man (el hombre) y The Monster (el monstruo) por lo que su equivalencia en español sería algo así como El Monstruombre. El titulo original en Japonés es Sôtô no Satsujinki (El psicópata del Sôtô). Este titulo se debe a que una de las victimas del monstruo es un monje budista (el Sôtô es una de las principales vertientes del budismo).
Comenzamos con un monstruo peludo y blanco cual yeti atacando un local de aguas termales y acabando con la vida de varias mujeres. El monstruo huye por la ladera de un volcán hasta el laboratorio de su creador, el Dr. Robert Suzuki. Allí vemos como este tiene encerrada en una jaula a una mujer deformada, como resultado también de un experimento que llevó a cabo con ella. Por lo que se nos da a entender, los sujetos de los experimentos del Dr. Suzuki son (o fueron, en principio) voluntarios. El monstruo peludo es su hermano, y mas tarde nos enteramos que la mujer deformada es su esposa.
Al parecer, la intención del doctor es llevar a la raza humana a su máximo estrato de evolución, pero la evolución tiene extraños giros y por el momento solo ha logrado crear monstruos. Viendo que su hermano se ha vuelto ya incontrolable, lo mata a tiros e incinera su cadáver.
Poco después llega al laboratorio Larry Stanford, un periodista estadounidense interesado por su trabajo. Como se ha quedado sin voluntarios y cree estar muy cerca de lograr su objetivo, el doctor invita a Larry a un vaso de licor que resulta estar narcotizado. El periodista se queda dormido y el doctor le inyecta en el hombro derecho la última versión de su fórmula evolucionadora. Cuando Larry despierta está convencido que solo ha sufrido un leve desmayo debido a su largo viaje desde Tokio, el calor del terreno volcánico circundante, y el efecto del licor.
La fórmula es de asimilación lenta, tardará varias semanas en manifestar sus efectos, por lo que el doctor necesita retener a Larry cerca para monitorizarlo. La intención de Larry era volver a Nueva York (donde trabaja y le espera su esposa Linda) de inmediato, pero el Dr. Suzuki lo lía una vez y otra. Mostrándose amigable y hospitalario, lo lleva a locales de fiesta, a balnearios y a casas de geishas. Larry al principio acepta por compromiso, pero los primeros efectos que la fórmula tiene sobre él son psicológicos. Larry va perdiendo el interés por todo excepto por la obtención de la satisfacción inmediata.
Esto le degrada, haciéndole olvidarse de su trabajo, su esposa y demás obligaciones. En poco tiempo Larry es ya un vago y un borrachuzo. Además la secretaria del doctor, Tara, fue geisha en el pasado y le es fanáticamente leal porque él la ayudó a salir de esa vida. Cuando éste le ordena que emplee sus habilidades de seducción con Larry para mantenerlo cerca ésta no duda en hacerlo, porque en realidad Larry le gusta. Tara, con la esperanza que Larry no acabe degenerando en un monstruo como los experimentos anteriores, lo anima además a que rompa con su esposa, y así poder tenerlo para ella.
Linda, por su parte, no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados mientras ve como su marido se autodestruye, y viaja a Tokio para estar cerca de él. El estrés y la rabia que esta situación provoca en Larry parece acelerar su mutación. Una de sus manos se convierte en una garra, obligándole a mantenerla oculta todo el tiempo. También se vuelve cada vez mas violento, hasta el extremo de comenzar a matar gente al azar. Larry no guarda recuerdos claros de esos momentos en los que pierde el control. Finalmente la mutación entre en su recta final y un ojo se forma en su hombro. Poco después el ojo ha crecido hasta convertirse en una cabeza monstruosa, y la mutación se extiende también a su cabeza original.
Convertido ya en un monstruo física y mentalmente, un extraño instinto o quizá restos de memoria le impulsan a ir en busca de las personas que conoce para matarlas también, quizá a fin de cortar todo vínculo con la humanidad. Entretanto, el doctor ha dado por fracasado todo su trabajo. Ha dejado una libreta con sus investigaciones en la cual ha excluido la fórmula, que morirá con él. También ha estado hablando con Tara sobre una posible cura experimental, una que dividiría física y mentalmente a Larry en dos criaturas ahora que su transformación todavía no ha llegado a su estrato final, relegando toda la parte mutante a una de las criaturas y quedando la otra como totalmente humana. A pesar que reconoce que esta posible cura existe, no se decide a usarla. Ya la probó con su hermano y no tuvo efecto, y prefiere dejar que la evolución final de Larry siga su curso.
El Dr. Suzuki acaba de un disparo con su esposa mutante en una escena bastante conmovedora en la que lamenta haberse opuesto al orden natural establecido por los dioses, aunque también admite que en realidad nunca creyó en ellos, y a continuación se dispone a suicidarse. En ese momento el monstruombre de dos cabezas irrumpe en el laboratorio, deja inconsciente a Tara de un golpe y luego va hacia el doctor. Este le inyecta la supuesta cura en una acto de desesperación, antes que el monstruo que ha creado lo mate a él también.
Con el antídoto bullendo por sus venas y cargando con la inerme Tara, el monstruombre bicéfalo huye por las montañas, siendo perseguido tanto por las autoridades como por Linda. Llega un momento en el que la criatura se divide en dos entidades completas, que inmediatamente comienzan a luchar entre ellas. Por un lado está el Larry evolucionado, deforme, peludo y bestial. Es la evolución final de la raza humana, o una de sus posibles ramas evolutivas, porque recordemos que la evolución no es otra cosa que la adaptación al medio y no implica necesariamente una mejora física o intelectual. Por el otro lado está el Larry primitivo, aun totalmente humano. Ambos quieren acabar con el otro por Tara, el Larry evolucionado para tener una hembra con la que reproducirse, el Larry primitivo para salvarla de su propia versión evolucionada. Durante el combate Tara despierta y, haciéndose cargo de la situación ataca también al Larry evolucionado, que termina por arrojarla a un foso de magma cercano. El Larry primitivo empuja entonces a su versión monstruosa al mismo foso, acabando con él pero también con las pruebas físicas de su existencia.
La esposa de Larry y la policía llegan en ese momento. Han visto todo lo ocurrido, pero no queda ninguna prueba de ello. La película termina sin que sepamos si Larry, al que se llevan malherido en una camilla, será acusado o no de los asesinatos que cometió bajo el influjo de la fórmula, o si le quedará alguna secuela. Lo que sí se nos deja claro es que su mujer no lo considera culpable de nada y solo espera que se recupere pronto para retomar su vida juntos donde la dejaron. Como detalle curioso, el actor y actriz que hacían los papeles de Larry y Linda, estaban también casados en la vida real.
Es una buena película pero tiene sus fallos. No cuento como tales los efectos especiales, que son los que la técnica de la época permitía, sino que toda la parte central es demasiado lenta. Se quiere dejar tan patente la progresiva degeneración moral y física de Larry, que desde que recibe la inyección hasta que sus efectos se vuelven incontrolables pasan cerca de cuarenta minutos, en los que simplemente vemos poco más que a Larry deambular de una casa de citas o de baños a otra. Entiendo la intención de este metraje, pero no su duración. Cuando empiezas a ver una película sobre un monstruo de dos cabeza, quieres ver cuarenta minutos de monstruo de dos cabezas, no cuarenta minutos de un tipo yéndose de copas.
Tengo quejas también sobre la edición. Aquí defendemos el formato físico, pero a la vez creemos que es justo pedirle unos mínimos. La calidad de imagen de este DVD es muy inferior a las copias pirata que pueden encontrarse de ella en YouTube, y ese tipo de cosas hace que, muy a mi pesar, entienda un poco más a los que piratean películas. Las capturas de pantalla que acompañan este artículo, por ejemplo, son de una copia pirata, porque las que tome del DVD resultaban mucho mas borrosas.
El DVD incluye audiocomentarios y cuatro cortometrajes… pero de los audiocomentarios esperas que estén hechos por gente involucrada en la película que comentan, o al menos que te cuenten curiosidades o te den información extra sobre ésta. Y sí, algo de eso hacen de vez en cuando, pero la mayor parte del tiempo son solo unas personas bromeando unos con otros. Da la impresión que no tienen preparado nada concreto, y que se limitan a improvisar hasta llenar todo el metraje que tienen que comentar. Sobre los cortos, únicamente uno de ellos tiene calidad suficiente para incluirlo en un DVD como un extra que la gente realmente va a agradecer. Los otros son el tipo de cosa que alguien graba con el móvil en una tarde para luego echarse unas risas viéndolo con los amigos. La sensación que te deja esto, es que esos tres cortos y los audiocomentarios es algo que han metido ahí únicamente como una excusa para darles salida de alguna forma.
Creo que esta película merecía un poco mas de respeto por parte de quienes decidieron ponerla a la venta. Aquí en este blog muchas veces escribimos tonterías como parte de las reseñas, porque a algo que te dan gratis poco reclamo se le puede hacer. Pero si es un producto por el que la gente te va a pagar, la calidad y el compromiso por lo que ofreces debe cuidarse un poco más. Lamentamos si esto llega a ojos de alguno de los implicados y el leerlo le molesta, pero esperamos que entienda que también a nosotros nos ha molestado pagar por algo que puede conseguirse gratis en mejor calidad.
Por otra parte, para no irnos de aquí enfurruñados, vamos a dar otro vistazo a esa escena del ojo en el hombro derecho, porque es muy similar a la que Sam Raimi nos mostró treintaitres años después en El Ejército de las Tinieblas.
Tras aparecerle el ojo en el hombro, al personaje de El Ejército de las Tinieblas le brota una segunda cabeza (como al de ésta) y finalmente se divide en dos criaturas completas, siendo una de ellas una versión maligna de la otra (también como al de ésta). ¿Coincidencia, plagio u homenaje? Sabiendo el amor que siente Raimi por los clásicos… casi con toda seguridad, homenaje.
Otra cosa que encuentro interesante sobre este asunto del ojo, es que en el momento en que el monstruombre entra en un templo Sôtô y mata al monje, la imagen se desvía para mostrarnos una estatuilla de un demonio... y la estatua tiene un ojo adicional en su frente. Es como si quisiera sugerírsenos que las leyendas de demonios fueron inspiradas por humanos que nacieron deformados a lo largo de la historia, como eslabones evolutivos descartados por la naturaleza.
Puedes ver nuestra anterior entrada dedicada a la bicefalia pulsando aquí.
The Manster / Sôtô no Satsujinki. 1959. George P. Breakston, William J. Sheldon (guion) George P. Breakston, Kenneth G. Crane (dirección) Penter Dyneley, Tatsu Makamura (actores principales) Jane Hylton, Terry Zimmern (actrices principales).